Carta a la Navidad.

Bueno, aquí un trabajo de clase que supuestamente teníamos que enviar a la navidad hoy. Puse todo mi empeño en hacerlo, ¡espero que os guste!

Carta a la navidad.

España, xXx, 24/12/11​

Estimada señora Navidad:

Veo que este año has vuelto con más fuerza que nunca del Polo Norte, ¿eh? ¿Te sentaron bien las vacaciones de verano? Se te notaba un poco cansada el año pasado. Lo bueno es que este año Santa Claus y los reyes magos te prestarán un poco más de ayuda esta vez… ¡Ups! Estropeé la sorpresa, soy algo bocazas a veces; ¿me perdonas?

Pareces algo triste, es por cómo hemos cambiado, ¿verdad? Hace tan solo unos años se te veía cansada y atareada, pero feliz. Y ahora ya nadie cree en ti, han perdido el espíritu, lo único que les importa ahora son los regalos y el dinero expendido en ellos. Ya no toman en cuenta la intención del que tanto amor y dedicación puso en aquel modesto presente que, al final después de tanto trabajo, acaba en la basura, olvidado.

Hay veces en los que tus brazos intentan alcanzar hasta el más frío de los corazones, hay veces en los que lo logras, pero hay otras… en las que no. ¿Qué sucedió con aquellos hombres, que con el afán de llevar el pan a su familia, se perdieron en el camino?, ¿qué sucedió con aquellas bellas mujeres, que tanto se esforzaron por salir de la miseria y que terminaron vendiendo su pureza por apenas unas monedas?, ¿y con aquellos niños huérfanos, a los que la vida les había cerrado la puerta? ¿Qué pasó con aquellas viudas solitarias, que caminan sin rumbo por las lluviosas y oscuras calles del olvido?

En todos estos casos, tus generosos brazos nunca llegaron a alcanzar a estas almas puras, pues aquellos que no te necesitaban, acapararon tu atención, se aprovecharon de tu bondad y fueron egoístas, egoístas el día en que celebramos con alegría tu llegada.
Ahora limpio tus lágrimas con un pañuelo de perdón, mas no hay nada que calme la tristeza que tú, la que nos ha dado todo en estas fechas, la que llenó de paz y alegría nuestros corazones, por el simple hecho de que hay personas que rechazaron el espíritu que tu tanto has tratado de inculcarnos.

Aquellas personas no merecen tus lágrimas, querida. Escucha atentamente las palabras de los muchos corazones que esperan deseosos tu regreso cada año, no por avaricia y superficialidad, no. Te esperan porque aprecian tu bondad y tu caridad, aprecian todo lo que has hecho por nosotros y te dan las gracias, algo que tú ni remotamente hubieras esperado.
En la víspera de tu marcha, llegan y llegan mensajes de despedida, sellados con una lágrima pura de tristeza por tu partida. Ahora ya no lloras, ahora esbozas la más hermosa de las sonrisas que han iluminado este mundo, una sonrisa de amor y cariño, una sonrisa deseosa de volver.

Gracias señora Navidad, gracias por todo.

Atentamente,​

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