Cainofobia

Tema en 'Relatos' iniciado por Asurama, 14 Abril 2009.

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    Asurama

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    Cainofobia

    Cainofobia

    Demian se hallaba sentado, todo tembloroso y nervioso en las escaleras de la Facultad de Ciencias Políticas, con su cerebro envuelto en una bruma de confusión y de conceptos entremezclados, con el proyecto en una mano y sus apuntes en la otra. En cualquier momento, Danny aparecería por la puerta de la Universidad e iría a desearle buena suerte en su examen de admisión.
    —Por favor, tárdate mucho —canturreó nervioso sin esperar que su hermano mayor, con su impecable puntualidad, hiciera algo de esa índole.

    Cuando estaban juntos, siempre peleaban y discutían, pero desde que su hermano se había mudado, Demian se sentía solo, indefenso y desahuciado. Estaba inseguro y demasiado expuesto sin el apoyo de Daniel. Eso le pasaba por haber sido tan consentido de niño y por tener un hermano mayor que le solucionara todos los problemas.

    Evitaba a las chicas listas de la preparatoria por miedo a ser comparado con su hermano, por temor a que sólo quisieran burlarse de él o aprovecharse de la cuenta bancaria de la familia.
    Esquivaba las preguntas indiscretas y casi nunca participaba en clases por miedo a equivocarse, salvo que de ello dependieran sus calificaciones No quería quedar en ridículo, puesto que todo el mundo sabía quién era Demian Ranson y cómo esperaba que actuara el chico millonario. No le agradaban los lugares llenos de gente, pues medio mundo volteaba sólo para verlo. No le gustaba hacerse notar: si metía la pata, su posición social lo dejaría en ridículo.

    Estudiaba días enteros para los exámenes, se desvelaba, no quería que sus calificaciones fueran otras que diez, le aterraba que su rendimiento académico bajara, que sus compañeros se burlaran o que su estricto padre se enfadara.
    Tampoco quería quedar mal ante los ojos de Daniel, a quien admiraba tanto. Danny era bastante terco y problemático, sí, pero al menos tenía agallas, no como él, que se asustaba de dar un primer paso en la acera por temor a tropezarse.

    Cuando salía con amigos, casi no bebía por miedo a cometer alguna estupidez si se embriagaba, además, si le proponían concertar “citas” con alguien, se hacía el desentendido…
    Eso también le causaba dramas existenciales: ellos podrían tildarlo de tonto.

    A eso, podía sumarle que un grupo de mafiosos lo habían amenazado con un revólver en la cabeza, que la novia de su hermano había muerto en un “accidente” y que su padre había sido engañado y demandado por un comerciante inescrupuloso, padre de la maldita asesina que causó el “accidente” de Sherine. Él no quería sufrir ningún “accidente” de esos.

    Pero tenía que llegar a la Universidad con la mente en blanco o moriría de angustia.
    No quiso despertarse tarde y programó la alarma del despertador a tempranas horas de la madrugada, sabiendas de que su padre lo regañaría bastante. Antes de dormir, miró el horario de su boleto de avión una y otra vez para asegurarse de no confundirse de la hora de partida, ni tampoco en el número del vuelo. Armó y desarmó las maletas varias veces, asegurándose de que no le faltara nada, miraba su libreta de anotaciones al derecho y al revés por temor a olvidar algún detalle. Finalmente, escribió un mensaje de texto y miró el número varias veces para asegurarse de que se lo estaba enviando a Danny y no a alguien más.
    Después de recibir la respuesta de Danny, se acostó en la mullida cama, pero se despertaba cada media hora, pues temía dormirse a pesar de haber programado la alarma.

    Temprano en la mañana, tomó el autobús. Prefería eso a estrellar el caro auto deportivo que le había obsequiado su padre. Aún así, temía que el autobús pudiera sufrir un accidente o, lo más común en Nueva York: un asalto. Cuando el vehículo paró, se bajó corriendo, atropelló a la gente y fue hasta la entrada del amplio aeropuerto. Conocía perfectamente la ciudad y aún así le asustaba perderse, tener que pedir indicaciones o que algo malo le sucediera. Si alguien lo raptaba, de seguro podría pedir unos cuantos millones como pago inicial…
    Durante todo el viaje estuvo temblando con la horrorosa idea de que el avión podía caerse, romperse, incendiarse… Ni qué decir cuando atravesaron una turbulencia. Al llegar, fue hasta el tocador y estuvo arreglándose bastante tiempo, intentando no ver lo pálido que lo había dejado su temor al examen. Examen, qué tortura.

    Finalmente salió y lo puso nervioso no encontrar taxi vacío al cual subirse ¡Se estaba retrasando, llegaría demasiado tarde y no le permitirían rendir! Finalmente, uno paró en sus narices y se subió. Siempre había tenido el horroroso miedo a que un conductor como ese pudiera hacerle daño y que él fuera incapaz de defenderse.

    Y ahora estaba allí, esperando la hora de la muerte en forma de examen de Facultad.
    —¿Cómo estás, hermanito? —llegó peguntando el inoportuno, mientras Demian quería golpearse la cabeza contra la pared— ¿listo para rendir el examen de admisión?

    Demian se puso de pie, gallardo
    —Perfectamente. Estoy listo —dijo sonriendo.

    Su hermano Daniel, tan parecido a él, una hermosa joven de apariencia oriental y Jason, el novio de la muchacha, lo miraban fijamente.

    No podía seguir fingiendo. Se quebró y se dejó caer, quejoso, en el escalón polvoriento
    —¡No, no estoy listo! —dijo derrotado

    —Demian… —le llamó la atención, Danny

    —No puedo, no puedo entrar a ese salón —se cubrió el rostro con las manos

    —Dan —le dijo Jason—, levántate, no puedes entrar derrotado, te estás auto-boicoteando

    —Demian, ten valor, sólo es un examen —lo alentó Danny—, tu carrera estará llena de exámenes como este ¿Así te comportarás en todos ellos?

    —Pero, pero… ¿Y si al profesor no le agrado? ¿Y si me regaña? ¿Y si me bloqueo? ¿Y si no me sé las respuestas? ¿Y si repruebo? ¿Y si…

    Rika se sentó a su lado y tomó su mano. Su cautivante belleza, como la de una princesa japonesa, lo tranquilizó. Por un momento, todos los malos pensamientos volaron lejos
    —La mayoría de tus miedos no se realizarán. Confiamos en ti, te amamos y te apoyamos. Todos podemos cometer errores, todos nos equivocamos alguna vez, nadie es perfecto, no temas cometer errores —Demian miró obnubilado a Rika, luego miró a Jason, el novio de Rika y, finalmente, a su hermano mayor.

    Más tranquilo, se puso de pie y fue caminando lentamente hasta el salón, tomando fuerzas. Cuando estaba a punto de entrar, recordó las palabras de Rika

    “Confiamos en ti, te amamos y te apoyamos”. No podía traicionar su confianza, como estaba seguro que sucedería.

    —No, ¡no quiero entrar! —iba a salir corriendo cuando Danny, ya sin paciencia, lo tomó del brazo y lo arrastró dentro del salón, aunque pataleara y chillara como lo hacía… mientras Rika y Jason se reían de la extraña escena.
     
  2.  
    berlinQueer

    berlinQueer Usuario común

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    Escritor
    Re: Cainofobia

    ???
    bueno, segundo cuento que leo tuyo, y creo que la ultima vez te di una revisión un tanto parecida. primero... porque tantos personajes al pedo? me refiero a la china y el novio. No queda bien porque saltan de la nada, y lo que le dijo la minita bien se lo podria haber dicho daniel (y hubiera quedado mejor en contexto).
    El final... no se que decirte del final, me da la sensación de que se te estaba yendo todo y no sabias como terminarlo asique pusiste lo primero que se te ocurrió.
    Sumando, me parece que este parrafo esta totalmente de sobra, no aporta realmente nada (porque lo que dice es ridiculo y fuera de linea con todo, no se entiende, estorba):
    Pero sacando todo eso, me gustó mucho, muchisimo toda la corriente de pensamientos de demian, la obseción que tenia con absolutamente todo, que al avion se cayera, que el taxiste lo cague a trompadas, es simplemente genial.
    Por cierto, note una cierta linealidad con tu anterior cuento, mas que nada la diegesis en donde se desarrolla, y los temas, estudiantes, hermanos, millonarios.
     

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