Experimento Buenos días...

Prometí que continuaría la actividad de las musas aunque fuera tarde, y lo haré. SorryNotSorry. No me odies por el OoC, Gabriela :( Aquí va el relato romántico. Me debes un YNCC.

***​

Aún era temprano. Su cuerpo dormía sobre un gran colchón, con ambos brazos extendidos, ocupando gran parte de este. Un pequeño rayo de luz que se colaba por una rendija de la persiana iluminó su rostro, provocando que su cuerpo se retorciese aún entre las sábanas. Había dormido estupendamente, pero seguía muy cansada.

Al abrir los ojos se dio cuenta, sin embargo, de que estaba sola en esa habitación. Se incorporó extrañada y encendió el interruptor de la luz para comprobar que, efectivamente, era la única en aquella sala. Las sábanas estaban todas de su lado de la cama, tapándole las piernas para que no cogiese frío y la ropa que había dejado tirada en el suelo anoche se encontraba recogida.

La escena le resultaba algo extraña, normalmente ella despertaba primero siempre. Al mirar la hora, se dio cuenta de que casi eran las once de la mañana. Salió del cuarto y se dirigió a la cocina: su cuerpo aún le pesaba del sueño y necesitaba desayunar algo antes de volver a la vida.

No obstante, en ese pequeño trayecto hasta la cocina…

—Buenos días, princesa —la interrumpió Gabi—. ¿Cómo has dormido, Paula? Espero que bien —se respondió ella misma. Pronto, sus labios se juntaron con los de la rubia, quien aún parecía estar soñando, en un cálido beso mañanero.

—Mejor que nunca… No podía ser de otra forma junto a ti —coqueteó Paula, para luego continuar en dirección a la cocina. Allí se sirvió un café caliente que le serviría como batería para adaptarse al nuevo día y preparó una tostada.

La muchacha lo llevó todo a la mesa y se sentó allí, frente a Gabi, mientras ella enredaba en el ordenador. No tenía idea de qué estaba haciendo, pero le agradaba simplemente estar cerca de ella. Le agradaba verla a su lado cada mañana.

Se acercó la taza con ambas manos a la boca para dar un pequeño sorbo, cuando vio como Gabi daba un salto de la silla.

—¡YAAASSS!

El susto provocó que Paula casi se atragantara con el poco café que había tragado.

—¿Y eso…? —inquirió sorprendida

—Adivina quién ha entrado en traducción e interpretación en la tercera adjudicación… —comentó Gabriela, mientras corría a buscar el teléfono que había dejado en la mesilla de su cuarto para avisar a todo el mundo

—¿HAS ENTRADO AL FINAL? ¡¿VES?! Te dije que te iban a coger. ¡OMG me alegro! —añadió su novia lanzándole un beso al aire.

Sin embargo, ella no lo vio: se encontraba demasiado absorta en sus pensamientos. Corría por el piso avisando a todos sus amigos de la gran noticia. Finalmente optó por sentarse donde antes y llamó a su madre, en la que fue una conversación de media hora.

Mientras, Paula continuaba con su tostada, mirándola fijamente. Ella era una excelente muchacha, ¡se merecía estar ahí! La voz de su madre era lo único para lo que tenía oídos ahora Gabi, y la rubia lo sabía, así que prefirió no interrumpir. Se limitó, durante ese tiempo a deleitarse con su chica. Con su pelo recién teñido de violeta, con su sonrisa sincera, con sus ojos claros… Su voz, su alegría, su dulzura. ¡Agh, qué niña! ¿Cómo podía quererla tanto? Suspiró y se levantó de su sitio para recoger todas las cosas sobre la mesa. Cuando regresó, Gabi seguía al teléfono, así que se limitó a esperar sentada hasta que terminase.

—Sí mamá, estoy muy contenta… Muchas gracias por todo, mañana te llamo, ¿vale? —Y colgó finalmente—. ¿Eh? ¿¡Qué haces ahí mirándome que no vienes a darme un beso!?

No quería interrumpirte mientras hablabas con tu madre… ¿puedo ya? —preguntó con un tono burlesco y luego corrió a sus brazos para felicitarla de la mejor manera que sabía.

>>... Te quiero mucho y estoy muy orgullosa de ti —añadió. Gabi enrojeció y luego apoyó la cabeza sobre su hombro—. ¡Bueno, y ahora hay que celebrarlo! Vamos al cine, te invito a ver la película que quieras.

—¿Al cine? Nah, mejor vemos una peli aquí, ¿no? Ya sabes, lo mejor de las pelis…

—¿Lo mejor de las pelis…?

—Lo mejor de las pelis es el momento de meterse mano —espetó la mayor con una mirada pícara—. Y aquí vamos a tener más intimidad… jejeje.

Ambas se rieron a la vez y comenzaron a prepararlo todo. Paula hizo las palomitas, mientras que Gabi seleccionaba las películas que verían. “Verían”...

Les esperaba una laaaarga mañana.