Peinaba un poco su cabello, lo había lavado por horas pues quería que fuera perfecto, había logrado que esa playera color azul marino le luciera bastante bien, se miraba una y otra vez en el reflejo esperando que todo fuera impecable. Se puso frente a la casa ella, rogaba porque todo terminara bien, no como la última vez había aprendido a la mala todo lo que no se debía hacer sin estar seguro en que se había equivocado, pero sin embargo le costó un largo rato de sufrimiento, noches en vela y algunas más de llanto. Dio algunos golpecitos a la puerta y puso su mejor pose, buscando sonreír, tener buen porte y lucir lo más presentable posible. Sabía cuán importante es la primera impresión si quieres lograr algo con una persona. Ella misma fue quien abrió la puerta. Tenía su pelo claro, se desbordaba por sus hombros bordeando su rostro redondo, donde se dibujaba una pequeña sonrisa, mientras sus ojos color marrón lo observaba con completa ilusión. Era todo lo que había imaginado, en tantas ocasiones que la había observado de lejos y había soñado estar aquí. Se sintió un poco nervioso al sentir sus manos acercándose a él pero su mirada llena de dulzura lo tranquilizaba. —¡Mira mami, un gatito! —decía la pequeña Eli de cuatros años mientras lo tomaba entre sus brazos abrazándolo. Croqueta era un cachorro de gato siamés, el más pequeño de una camada de diez, sus dueños ni su madre tenían con que criarlo, sabía que no era su culpa. Apenas pudo mantenerse en pie salió a las calles en búsqueda de suerte. Recuerda alguna vez haber tenido una familia, pero recuerda que al estar durmiendo sintió como la pequeña caja donde dormía se movía y despertaba de nuevo en el callejón. Bastó un poco del calor de la niña que ahora lo sostenía, para que el minino no resistiera y comenzara a cerrar sus ojos acurrucándose para dormir, escuchando como su más grande sueño se volvía realidad. —¡Podemos quedárnoslo mamá!, ¡papá ¡¿los dices en serio?!, ¡gracias, gracias!. Algo en su interior le decía que esta ocasión si sería así. Contenido oculto me dijo escribe sobre un animal de la calle
:'D Que ralato tan más hermoso. Quizás, o será porque me encantan los gatos y más el siamés junto con sus ojitos azules. Me está gustando mucho la tematica con la cuál estás trabajando, se me hace una muy buena idea. No lo sé, tal vez sea mi idea. Pero recordé a Alicia la del libro junto con su mascota. Fenix este relato en verdad que me conmovió. Lo bueno es que el pequeño minimo pudo quedarse junto con la niña, fue un final muy bonito también.
