Reborn! [One-shot] Bonita. [KHR] [MukuroXChrome]

Bonita. [KHR] [MukuroXChrome]

Hace mucho que no publico. O.O Espero que ésto me ayude a renacer (?)

Drabble de Katekyo Hitman Reborn! (KHR!).

Bonita.​

Su cabello olía delicioso, esa mañana se había puesto alguna colonia nueva, estoy segura.

Andábamos los cuatro, Chikusa, Ken, Mukuro y yo, regresando del instituto, hoy nos habíamos metido en un lío más y, como de costumbre, Mukuro había culpado a los otros dos, mientras que él y yo nos salíamos sin problemas.
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—Necesito hablar contigo… —me pidió, mientras dejábamos la oficina directiva.
—Cl-claro… ¿Qué pasa?
—Es sobre mí, con respecto a ti.

Era extraño escucharlo hablar así, dándole rodeos al asunto. Me dijo que hablaríamos en cuanto se deshiciera de los chicos, así que, siguiendo sus órdenes, le seguí hasta que Chikusa y Ken se fueron a “pasear”. Siempre he dudado de la relación entre esos dos.

Por primera vez en el día, estábamos solos, pero no me apresuré a preguntar sobre “eso”, lo menos que deseaba era incomodarle. Si quería decirme algo, lo diría y punto, así es él. Caminamos un rato por la cuidad, de aquí para allá. Estaba tardando, pero esperaría.

—Chrome —dijo, de momento.
—¡S-si!

En ese momento apareció, esa sonrisa juguetona que tanto me gustaba ver, esa que siempre embozaba cuando pensaba en algún plan y, así, meterse en líos. Se giró y me dio la cara, me quedé algo sonrojada —como era costumbre— y él rió alto.

—Mira —señaló el cielo.

Y así lo hice. Estábamos en medio de un campo abierto, ni siquiera me fijé de cómo llegamos ahí, estaba demasiado perdida en mirar su cabello y sentir su aroma, diferente al habitual —según yo.

—Es… bonito.

De pronto, y sin que yo pusiera mucha resistencia, tiró de mi manga, atrayéndome hacia él.

—Como tú —me miró—, Chrome.

Estoy segura que me quedé helada —y ruborizada—. ¿Cómo podía decir esas cosas así, tan directamente? Intenté balbucear algo, lo que fuera, pero lo único que pudo salir de mi boca fue un “¿Qué?”.

—Eres muy bonita, Chrome —dijo, otra vez— y no descansaré hasta escucharte decir que lo eres.

Su sonrisa cambió, ahora estaba una línea ocupando sus labios. Y sus ojos… ah… sus ojos tenían un extraño brillo, de ese que se puede ver en películas de amor. Colocó una de sus manos sobre mi ojo —el cual cerré— y luego tomó mis manos.

—Quiero escuchar que te consideras bonita.

Y, de nuevo, balbuceé. Su rostro de inclinaba hacia mí, ¿qué intentaba hacer?
...

Sus labios, suaves y tiernos, se habían posado sobre mi parche; su respiración movía mi flequillo; sus manos me aprisionaban contra él. ¿Qué se hacía en esos casos?

—Yo… —comencé—. Soy bonita.

Y, al momento, le abracé con temor… y con una sonrisa.

***​

¡Horrible! u.ú
[Nota. La cursiva del inicio es de un recuerdo de Chrome, de hace unas horas]​