~Bloody Valentine~

Todo... se va tiñendo de rojo.
El rojo que viene en los corazones del Día de San Valentín... el color rojo que es tan característico de este día... Teñía todo, pero no simbolizaba nada referente al amor o a la amistad... No, este era el rojo de la muerte.
La sangre de los seres que eran preciados para mí fluía fuera de sus cuerpos y empapaba mi ropa y mis manos... y continuaba fluyendo interminablemente por el piso.
Era yo la que había acabado con ellos. Eran mis manos las que no habían podido evitar ese horrendo final. Daba igual que yo no hubiera sido quien extinguiese sus vidas... Yo seguía siendo culpable. Si tan solo no hubiese sido tan ingenua...
Con la vista nublada por las lágrimas, tomé el cuerpo de quien fuera mi mejor amiga, mi hermana... La persona a la que había jurado proteger. Me aferré a ella, como si con eso fuera capaz de regresarle la vida. La sangre que manaba de su cuerpo estaba tibia, y manchaba mi cuerpo completamente, pero eso no me importaba. Sólo quería tenerla en mis brazos, no quería dejarle marchar, no quería permitirle a su alma que abandonara el cuerpo en que la conocí. La lógica me gritaba que la soltara, que ella ya no se encontraba ahí, que todo era inútil; más sin embargo la ignoraba, y el sonido de mi llanto tapaba sus intentos de hacerme entrar en razón. Las lágrimas que caían de mis ojos caían sobre su rostro, y se volvían de un color sanguinolento mientras continuaban fluyendo.
La calidez que siempre había estado presente en su cuerpo, iba desapareciendo rápidamente, dando paso a una gelidez equiparable a la del hielo, que se expandía y la cubría totalmente.
Llegó un momento en el cual prácticamente me desconecté de este mundo. Escuchaba mi llanto, pero lo oía distante, como si quien lo produjera no fuese yo, y ese alguien se encontrara en la distancia... Ni siquiera veía su cuerpo, tan sólo veía los recuerdos de los días felices... y los momentos felices que habían tenido lugar ese mismo día.
¿Cómo era posible que todo se terminara en cuestión de minutos? ¿Así de frágil e inestable era la existencia que había llevado hasta el momento?
Pensé en dejar que la oscuridad contra la que había estado luchando hasta entonces me devorara... Al fin y al cabo, ¿Cuál era mi "razón de existencia" ahora, si en mis brazos yacía el cuerpo de quien me había dado un motivo para mantenerme viviendo?
El viento helado soplaba con fuerza, pero para entonces la oscuridad había tomado mi cuerpo casi por completo, y debido a ello, ya no sentía nada.
Fue uno de mis recuerdos el que logró disolver la oscuridad y romper las cadenas que habían comenzado a apresar a mi alma. En ese recuerdo, que pertenecía a uno de tantos días felices, ella se encontraba feliz, radiante y llena de vida... Con voz alegre me decía que pasara lo que pasara tenía que continuar viviendo. En ese momento, literalmente volví a la vida, y pude ver que había una persona de pie a poca distancia de mi, pero debido a la poca luminosidad del ambiente y a mis ojos anegados en lágrimas, no pude reconocerle. Podía ver que sostenía algo parecido a una daga en la mano derecha.
Retrocedí atemorizada, puesto que reconocí aquella daga como el objeto que había hecho añicos las vidas de mis seres preciados. Aquel ser se acerco a mi, a una distancia a la cual aún no podía reconocerle, y habló.
-Siento que hayas tenido que enfrentarte a esto.- Susurró aquella persona, e inmediatamente reconocí su voz. Era una voz que abundaba en mis recuerdos, y me quedé paralizada al comprender aquella aterradora verdad. Dio unos cuantos pasos más en mi dirección, y la oscuridad aún le cubría el rostro, mas sin embargo yo ta sabía quien era. La luz de la luna que se filtraba entre las espesas nubes que cubrían el cielo se reflejó en el filo del arma que portaba, y nació en mi una nueva resolución. Dentro de mi creció la fuerza, solté delicadamente al cadáver al que había estado aferrada hasta ese momento, y lo deposité con ternura y suavidad en el suelo. Me levanté de donde había estado y limpie de mi rostro las lágrimas que habían comenzado a cristalizarse en él. Ya sabía que debía hacer.
La tristeza y desesperación se iban transformando lentamente en mi fuerza.
En ese momento, la luna se escondió tras las nubes, y todo quedó en tinieblas.

Nota: El título aún esta sujeto a cambios. Soy pésima poniendo títulos o nombres a las cosas, personas, animales, etc. En fin, soy un fraude nombrando.
Aún no decido si ligar esto al relato de "~Eternidad~", pero ya tengo unas cuantas ideas en mente.
Por favor, denme su opinión.