One-shot Bienvenida... [corazón de melón]

Para mi amada y adorada amiga a quien amo mucho (aunque no se lo he dicho) @Macky Eli ¡Te amo amiga Eli! C: eres una gran amiga, quien sea tu amigo y esté a tu lado tiene mucha suerte n///n esto va para ti :3

PD: Éste fic tendrá que ver con el juego n.n bueno .-. obvio, y además no me he leído el manga xD

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El primer día.
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Otro día que va...
Otro día de mi vida...
Un nuevo día de clases, y un nuevo instituto.

Me llamo Elisa, y hoy es mi primer día en el Instituto Sweet Amoris, todo debido a que mis padres me llevaron de viaje junto a ellos, era necesario el viaje ya que ellos estaban de gira. Mi tía me acogió en su casa, estaría allí hasta que la gira finalizara.

¿Cómo me describo...? soy una chica seria, con personas que no conozco bien, pero un tanto alocada con mis amigos de confianza.
No me gusta el sarcasmo... ni las personas mentirosas.

Me gusta... estar con mis amigos, divertirme, disfrutar, y... el aire libre.

Lo sé... es raro... pero así me describo yo.

Suena el despertador, ese horrible chillido me desespera.

—Ah, las 10:05 am... espera, ¡¡¿LAS 10:05?!!

Me levanté de un salto a me fui corriendo, sin siquiera vestirme, total, no me daba tiempo ni de respirar; bueno no tenía tiempo. Mi tía no estaba en el apartamento lo cual no llamó mucho mi atención, yo sólo pensaba en no llegar tarde a mi primer día.

—¡Taxi!

En pijama... llegando tarde a mi primer día en un nuevo instituto, y para el colmo hambrienta.

—Muchas gracias.—Por suerte traía algo de dinero en uno de los bolsillos de mi pijama.
—Llegué, ¡lo hice! soy mi propia heroína.

Entré al instituto, con algo de vergüenza y frío gracias a mi vestimenta. Directamente la directora apareció frente a mis ojos.

—Hola, tú debes ser la nueva estudiante, Elisa; bienvenida al instituto Sweet Amoris, espero que te acostumbres rápidamente a tu nuevo instituto.
—Ah, muchas gracias.
—Deberías ir a ver al delegado principal, su nombre es Nathaniel él verificará que tu formulario de inscripción esté completo. Debe estar en la sala de delegados.
—De acuerdo.

Le seguí el consejo a la directora y me dirigí a la sala de delegados, ahí encontré a un chico.
Era rubio, alto y de ojos color café con un toque de amarillo.

—Hola, estoy buscando al delegado principal.
—Hola, soy yo, mi nombre es Nathaniel, ¿necesitas algo?
—La directora me ha dicho que viniera para que confirmes mi formulario de inscripción.
—Oh, tú debes ser la nueva, claro voy a verlo...

Mientras él revolvía un montón de papeles buscando mi formulario, yo observé un poco la sala de delegados.

Habían una mesa muy larga y muchas sillas, imagino que allí se sentaban a discutir cosas... sobre la escuela, los estudiantes etc...

—Lo tengo, veamos, faltan algunas cosas en tu formulario. Una foto carné y 25 dólares para tu formulario, pero lo más importante, parece ser que has olvidado entregar una de las hojas del formulario de inscripción, la que está firmada por tus padres, tienes que traerla también.
—No debe de ser tan grave, ¿no? sólo son unos papeles y ya; además si quieres te dejo esto y vuelvo cuando todo esté terminado.

Estaba a punto de irme cuando...

—¡Momentito! ¡no puedes irte así por así! ¿por quién me tomas? de todas formas, voy a volver a revisar por si acaso.
—Ehm, de acuerdo.
Su reacción me asustó bastante, parece un chico bastante agradable por fuera, pero por dentro, ¡será el demonio en vida! bueno, tal vez exagero.

Iba caminado por ahí cuando.

—¡Elisa! ¡Elisa!—Se escuchaba la voz de alguien que gritaba mi nombre, me di la vuelta y era, ¡Ken!

—¡K- ¿!Ken!?
—Eh, ¿con qué te he dejado sin palabras?—Se sonrojó.
—Q- ¿Qué haces tú aquí? ¿quién te trajo? ¡¿porqué estás aquí?!
—Pues, quería estar en el mismo instituto que tú, y, cuando escuché que te ibas no lo dudé ni un segundo, le dije a mis padres que me cambiaran de instituto.
—Ya veo, yo, tengo cosas que hacer, así que nos vemos luego, ¿vale?
—V- vale...—Dijo mientras su cara se tornaba de un color carmesí.

Caminé hacia el patio, se me hacía raro que hasta ahora nadie me preguntara mi pinta, pues, si se les olvidaba, sigo en pijama, pero en fin es mejor así.

Me senté en una banca por un rato, de repente escuché pasos, me levanté y observé mi entorno, no tomé en cuenta que de la nada salió un chico. Era bastante alto, de cabello rojo y ojos grisáceos y una cara un tanto aterradora.

—¿Hola?—Saludé, él no respondió, parecía estar escuchando música, en su caso hubiese preferido dejarlo en paz, pero preferí hacer lo contrario.

—¡¿Hola?! ¿¡me escuchas!?—Comencé a hacerle señas.
—¿Qué?—Respondió quitándose uno de los auriculares.
—Ehm... hola, soy nueva.
—¿Y?
—¿Siempre eres así de amable?
—Ja, sobre todo con las chicas nuevas, me llamo Castiel.
—Yo me llamo Elisa. Soy nueva y ya me están molestando con lo del papeleo.
—Jaja, ya te entiendo, suerte con el idiota del delegado principal.
—Ah, vale.

Sólo seguí mi camino, con una pregunta en la cabeza, ¿ese chico odia a Nathaniel?
Bueno... no es de mi incumbencia.
Volví a la sala de delegados donde estaba Nathaniel.

—Oye, ¿por casualidad, lo has encontrado? el formulario...
—Sí, lo siento, se mezcló con otros papeles, pero aquí está. Todavía te falta la foto. Y los 25 dólares.
Le entregué los 25 dólares.
—Gracias.
—Otra cosa...¿sabes dónde puedo tomarme la foto?
—Sí, hoy ha venido un fotógrafo, está en el salón de clases a tu izquierda.
—Oh, iré de inmediato.

Qué suerte tengo, sino tendría que salir del instituto e ir caminando en pijama hasta el bazar.

Entré en el salón, el fotógrafo estaba allí tomándole fotos al salón, ¿el porqué? no tengo ni la menor idea.

—Muchas gracias por la foto.—Agradecí cuando me la entregó.
—Son 30 dólares.
—¿30? no hay problema.
Revisé en mi bolsillo, me había quedado completamente vacía, sólo tenía 75, el taxi costó 50 dólares y el dinero del formulario 25... Oh...

—30 dólares señorita.—Ordenó extendiendo su mano.
—Ah, esto... ¡mira es Chuck Norris!
—¿DÓNDE?

Salí del salón de inmediato escondiéndome en la sala de delegados donde, por supuesto, estaba Nathaniel.

—¿Nunca sales de aquí?—Pregunté.
—Sí, algunas veces (algunas e.e ninja...) ser delegado no es tan fácil.
—Sí, lo entiendo, eh, toma.—Dije y le entregué la foto.
—Excelente, ahora puedes entregarle tu formulario a la directora, ten.—Me dio el formulario.
—Lo haré.

¿No tenía que hacerlo él? qué instituto más raro.

En el pasillo (por suerte el fotógrafo no estaba) me encontré a la directora.

—¿Has terminado ya con tu inscripción?—Me preguntó.
—Ya casi, aquí está mi formulario.
—No puedo obtener papeles sueltos, busca un clip al menos.
—Sí, de acuerdo (¡que delicada!)

Por suerte dentro del salón en el escritorio del profesor había una caja de clips, tomé uno y ordené adecuadamente los papeles. Al terminar, se lo entregué a la directora.

—Muy bien señorita Elisa, ahora puede irse normalmente a sus clases, y le digo algo, esto es un instituto, no una pijamada.
—Lo siento, no volveré a venir en este aspecto.
—Eso espero.—Comentó y se fue.

¡Al fin he terminado!
Me di la vuelta, y me tropecé con Castiel, quien seguía escuchando música.

—¡Fíjate por donde caminas!—Me gritó.
—¡L- lo siento! oye... tu camiseta me suena.
—¿A qué? ¿al trasero de tu último pony?
—¡Pero mira que cosas dices! ¡tu camiseta tiene el símbolo de una banda!
—Ah, ¿con que te gusta Winged skull?
—Sí, me gusta el rock de veces en cuando.
—Genial, no conozco a muchas chicas que escuchen esa clase de música, ven, te enseñaré algo.
—De acuerdo, ¡te sigo!

Seguí a Castiel, me hizo caminar mucho, subir muchos pisos, pero valió la pena...
Estábamos en el tejado de la escuela, lugar prohibido para los estudiantes.

—¡Este sitio es genial! ¿cómo lograste abrir la puerta?—Pregunté asombrada.
—Le robé las llaves a alguien. Así que... ¿te gusta venir a la escuela en pijama?—Hizo este comentario soltando una pequeña risa.
—Jaja, muy gracioso, hoy me desperté tarde.
—No es excusa, pudiste haberte puesto algo que te cubriera más.
—Sí... lo sé, lo sé.

Era un bonito lugar, con mucho aire, y muy alto, era divertido estar ahí.

Pero si nos pillaban, estábamos fritos.

Aunque... no me preocupé