Bellos recuerdos

Para la actividad Background Music.
Me gustan los finales abiertos porque dejan más a la imaginación ¿No creen?

Video: [Love me]

Bellos recuerdos
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Un niño se acercó a una niña que lloraba a causa de que su helado se había derretido, el niño de ojos chocolate le ofreció el suyo, la niña lo aceptó y fue así como inició su amistad. Que bellos recuerdos; aquellos niños se hicieron adolescentes y poco después novios, ahora eran adultos y pronto serían esposos.

Que bellas memorias, aquellas en las que tú y yo solíamos caminar tomados de la mano en medio de todas las personas. Miro a la ventana y un fuerte suspiro seguido de una sonrisa asoma mi rostro. Las nubes son rojas ¿Cuándo comenzo a atardecer? Cierro la libreta llena de palabras y la meto al bolso que traigo conmigo siempre ¿Recuerdas? Aquel que alguna vez me obsequiaste.

— Hasta luego —susurra la bibliotecaria cuando me ve marchar.

— Hasta luego —sonrió pues después de todo, ella se había convertido también en parte de nuestra vida ¿Cuántos años nos había visto juntos? Lo ignoro.

El ambiente hoy es especial, el viento sopla hacia el norte y me lleva consigo, es bello recordar, en serio lo es. Sin saber porque hoy las calles se ven más concurridas ¿será porque cuando estábamos juntos nunca me di cuenta de todo lo que nos rodeaba? Recordé tus brazos tomando los míos en un abrazo, declarando que yo era tuya y de nadie más, tus besos inigualables, tan dulces pero tan cálidos también. Peleas de amor donde no había un ganador, las horas que se volvían segundos y los días que rápidamente se hacían noches. Lágrimas que se transformaban en risas, peleas que terminaban en salidas a comer.

El viento soplaba más fuerte obligándome a darme cuenta que estaba riendo a media calle, todos me miraban ¿No sabían que era feliz? Hasta ese entonces había comprendido lo importante que eras para mí.

Mis pasos hacían eco por las calles y volví a recordar: cada que nos quedábamos a ver en algún lugar, el sonido de tus pasos eran inconfundibles: demasiado fuertes pero a la vez delicados, además de que siempre venías con un presente –incluso si este era tu sola presencia- que siempre sin ninguna equivocación me hacia sonreír de sobremanera y besarte sin razón alguna. Sin duda bellos recuerdos, no podía evitar sentirme feliz. La distancia cada vez se acortaba más ¿Qué haríamos el día de hoy? Hacía ya años que habíamos dejado de realizar actividades los dos juntos ya que ese suceso nos había cerrado la posibilidad de seguir.

La puerta se abre a mi presencia y aunque sé que es por sus mecanismos me hace feliz saber que se abren porque me esperas, firmo la tabla de asistencias, entro a la habitación y me coloco en la silla que siempre está ahí a la expectativa. Miro la ventana una vez más y ahora noto que el crepúsculo del atardecer nos mira, todo parece normal excepto para mí pues tal parece que todas las cosas nos quieren acompañar en este momento: nuestro aniversario. Saco la libreta en la que anteriormente solíamos escribir y decido leer aquel poema que me dedicaste

Ámame como si hoy fuera mañana,
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Paro bruscamente y mi mente trae consigo el pasado, aquel en el que tú me solías leer cuando me sentía mal. Una lágrima de felicidad resbala por uno de mis ojos y continuo:

como si el cielo se cayera a pedazos,

como si mañana fuera nuestro último día;

besa mis pensamientos y acaricia mis sentidos,

toma mi último aliento y bébelo como agua

pues mi corazón anhela tus labios.
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Cuanto tiempo ha pasado y aún no me canso de leerlo, sonrio pues se que en ese momento te diste por vencido al tratar de ser poeta, aun cuando te dije que tus palabras eran hermosas decidiste ocultar tu talento solo para mí. El electrocardiógrafo marca tu latido más exaltado… sé que estas feliz y recuerdas al igual que yo. Aunque estés quieto y aunque permanezcas así hasta que el tiempo lo quiera yo permaneceré a tu lado. No importa que estés inmóvil…que aparentemente estés sin vida, pasare el resto de mi vida en esta silla si es necesario. Regreso mi vista a las hojas.

Quiéreme, porque de ti dependo;

mis palabras son dedicadas a tu sonrisa

mis sueños a tu figura y mi vida

a tu presencia pues después de todo

¡Eres mi primer amor!
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Un suspiro cargado de sentimientos escapó de mis labios, una lágrima más quería salir.

— ¿Soy tu primer amor? —suelto las palabras al viento sin apartar mi vista de aquel renglón escrito con tus níveos dedos.

— Así es —escuchó tu voz después de varios años. Aparto los ojos de las páginas, lágrimas resbalan por mis mejillas y humedecen las páginas. Tengo el valor de verte y cuando lo hago…sonrio.