Danganronpa Bajo mi piel [Ryoma x Kaede | Three-shot]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Nami Roronoa, 4 Febrero 2018.

  1.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    7 Diciembre 2009
    Mensajes:
    3,028
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Bajo mi piel [Ryoma x Kaede | Three-shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1409
    Título: Bajo mi piel [Parte I]
    Fandom: Danganronpa V3
    Personajes: Ryoma/Kaede, Kokichi, Gonta
    Palabras: 1303
    Prompt: Reto #4
    Summary: Kaede y Ryoma despiertan al día siguiente de San Valentín con un pequeño gran cambio... de alguna forma, ¡han cambiado de cuerpo!
    Advertencias: Non-Despair UA. Realizado para la actividad "Retos de San Valentín".
    Notas: Debido a lo largo que me fue quedando esto, este escrito será un three-shot (originalmente era un one-shot, pero por el límite del reto a 1700 palabras por capitulo, pues pasó a ser un escrito de 3 capitulos xD), espero que les guste :3


    Capítulo 1


    Kaede Akamatsu se encontraba terriblemente frustrada. Llevaba unos diez minutos mirándose al espejo, intentando pensar en cómo afrontaría el día que tenía delante... pero por más que lo hiciera, sabía que inevitablemente aquel día sería un verdadero desastre.

    —Podríamos fingir estar enfermos —intervino una suave voz femenina desde el otro extremo de la habitación—. Pasaríamos el día aquí, buscando la forma de volver a la normalidad...

    —No, no podemos faltar —se lamentó Kaede, intentando acostumbrarse a lo grave que sonaba su voz ahora—. Tenemos ese examen al cual no podemos faltar... y además, tenemos que ver a Kiyo.

    Kaede admiró nuevamente a la figura que le devolvía la mirada en el espejo. Una figura de baja estatura, con cabello extremadamente corto, ojos grandes con irises de color negro, y un uniforme que consistía de una chaqueta de cuero negra y unos pantalones a rayas; a decir verdad, era lo menos parecido a un uniforme que ella podía pensar. Pero era lo que él usualmente llevaba puesto... y usar otra cosa llamaría la atención.

    Ryoma se acercó también al espejo. Excepto que no era Ryoma, sino que se trataba una joven de cabello rubio que le llevaba bastante altura. Pero a su vez, sí era Ryoma.

    Desde que despertaron aquella mañana, era Ryoma quien se encontraba dentro del cuerpo de Kaede, y era Kaede cuya mente residía en el cuerpo de Ryoma.

    Decir que se habían asustado cuando despertaron por la mañana era quedarse corto. Kaede había pegado un grito de espanto al abrir los ojos y ver su propio rostro durmiendo frente a ella que debió de escucharse por todo el país. Ryoma, si bien se asustó ante la situación, fue el más calmo de los dos y la ayudó a tranquilizarse.

    —Bien, sólo tenemos que sobrevivir a este examen... luego buscaremos a Kiyo; de seguro él sabe cómo ha ocurrido esto —musitó Kaede, aún tratando de acostumbrarse a la voz grave de Ryoma.

    Ese era el plan que habían acordado. Llevaban ya un mes saliendo, y la noche anterior había sido la primera vez que habían pasado la noche juntos. Y así habían terminado... lo único que se les ocurrió fue que hubiese sido algún tipo de embrujo, o maldición, o algo sobrenatural de ese estilo. Y si alguien sabía sobre lo sobrenatural era su compañero Korekiyo... así que debían buscarlo a como dé lugar.

    —Me iré a cambiar y enseguida partimos —dijo Ryoma, dirigiendo el cuerpo de Kaede en dirección al baño.

    En cuanto pronunció aquellas palabras, el rostro de Kaede (o bueno, mejor dicho, el rostro de Ryoma) se enrojeció. ¡Ryoma iba a ver su cuerpo desnudo! Si bien era su novio y habían pasado la noche juntos, sólo habían dormido; aún no lo habían hecho. No habían tenido relaciones aún y... por alguna razón, a Kaede le dio mucha vergüenza que Ryoma viese su cuerpo desnudo. No, no ahora, aún no era el momento, sólo llevaban un mes...

    —¡E-espera, Ryoma! —chilló Kaede, y Ryoma se frenó en seco; estaba claro que no le hizo mucha gracia oír como su voz emitía aquel chillido tan femenino—. E-es que... no, no quiero que me veas... que veas mi... ehm...

    —Heh, tranquila, no me quitaré la ropa interior —comentó el chico en el cuerpo de la chica (¡que confuso sonaba cuando lo pensaba así!), dirigiéndose hacia el baño—. Así que no veré tu cuerpo desnudo por completo, no te preocupes.

    >> Aunque... lo mismo espero de ti, ¿sabes? No irás a ver lo que tengo ahí abajo, ¿verdad?

    Y con una sonrisa provocadora, Ryoma se metió en el baño a ponerse el uniforme.

    Kaede sintió como todo su rostro ardía, el sonrojo pasando a tornar toda su cara de un tinte colorado por la vergüenza. Ella... ella había tenido cuidado de no quitarse la ropa interior cuando se puso el uniforme, ¡¿cómo podía pensar Ryoma que ella quería ver lo que tenía allí entre las piernas?!

    Pero... pero cuanto más pensaba en ello, más avergonzada estaba. ¡Era tan vergonzoso! ¿Y si tenía que orinar durante el día? Debía quitarse los calzones para eso, evidentemente, y... y vería... argh, ¡no quería ni pensarlo! Su mirada se dirigió hacia el suelo momentáneamente, mirando las firmes piernas de Ryoma, considerablemente grandes y musculosas por sus años de práctica de tenis... y al cabo de unos segundos, volvió a levantar la mirada, incluso más avergonzada que antes.

    "I-idiota..." musitó para sus adentros la chica, colocándose el característico gorro de Ryoma sobre su cabeza y bajándolo un poco para ocultar su sonrojo.


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    El camino hacia la Academia Pico de la Esperanza fue bastante silencioso. Los dos se encontraban absortos en sus propios pensamientos; por su parte, Kaede se encontraba considerando desesperadamente en maneras de deshacer el cambio de cuerpo que habían sufrido inexplicablemente. ¿Y si se quedaban así para siempre? ¿Y si era un cambio irreversible, y debía ser Ryoma Hoshi para siempre?

    No iba a negarlo, ser Ryoma Hoshi tenía ciertas desventajas. Y por supuesto, la altura era la principal; había necesitado ayuda para poder llegar a un estante durante el desayuno. Ryoma, que pareció sonreír por un instante, le alcanzó el tazón desde el estante alto; parecía satisfecho consigo mismo, como si disfrutase de no ser tan bajo por primera vez, pero no parecía algo que fuese a admitir en voz alta.

    Otro detalle era el uniforme. ¡Era pleno verano, y ella debía llevar puesta esa chaqueta de cuero y aquellos pantalones ajustados al cuerpo! Lo que daría por poder llevar su falda usual en aquel momento, era un día de mucho sol... pero suponía que sus compañeros enseguida notarían un cambio si Ryoma Hoshi se aparecía en el aula llevando puesta una falda. Aunque tuvo que reprimir una risa al imaginarse tal imagen, no lo iba a negar.

    Pero por otro lado, quizás no fuese algo tan malo. Estaba aprendiendo algunas cosas acerca de Ryoma que quizás no habría sabido de otra forma. Evidentemente su altura era un tema sensible y hasta por momentos molesto para él, así que ahora sabía que no debía hacer bromas sobre eso, porque se molestaría. Y también había aprendido que tenía un lado provocativo y que le gustaba hacerle bromas, como había hecho esa mañana antes de irse a cambiar... quizás hasta llegaría a conocerlo un poco mejor gracias a esta experiencia...

    —¡Kaede, Ryoma! ¡Buenos días! —saludó una voz animada y gentil a sus espadas.

    Los dos adolescentes se volvieron para ver a Gonta y Kokichi acercándose hacia ellos. El dúo también se encontraba a punto de ingresar a la academia, y había apresurado el paso para alcanzarlos.

    —Ah, buenos días, Gonta, Kokichi —devolvió el saludo Kaede.

    —Buenos días —dijo Ryoma secamente. Ella se volvió hacia su propio cuerpo; ¿por qué tenía que saludar de modo tan cortante? Y claro, no fue la única que se percató de ello...

    —Oh, ¿no has despertado de buen humor, Kaede? —comentó Kokichi burlonamente—. ¿Qué pasó, hubo problemas en la cama anoche?

    —¡K-Kokichi! —exclamó Kaede, bajando el gorro de Ryoma para tapar su sonrojo—. ¿Qué quieres decir con eso?

    —¿Hm? ¿Problemas con cama? —preguntó Gonta inocentemente, sin comprender lo que implicaba—. ¿Acaso cama romperse mientras dormían? A Gonta eso pasarle seguido...

    —N-no es nada de eso, Gonta —replicó Ryoma, tan avergonzado como ella—. Las clases van a comenzar, será mejor que entremos... Ryoma.

    —Tienes razón... —la muchacha se detuvo antes de llamar al muchacho por su nombre, y se corrigió justo a tiempo—. Kaede. Vamos.

    Y ambos se marcharon al salón de clases rápidamente. Gonta parecía algo confundido, pero no les dio importancia. Kokichi por su parte simplemente los miró alejarse... y sonrió de lado, como si supiese algo que el resto desconocía.

    Este realmente iba a ser un día muy largo...
     
    Última edición: 4 Febrero 2018
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  2.  
    Nami Roronoa

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    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Bajo mi piel [Ryoma x Kaede | Three-shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1355
    Título: Bajo mi piel [Parte II]
    Fandom: Danganronpa V3
    Personajes: Ryoma/Kaede, Kirumi, Kokichi, Miu, Shuichi
    Palabras: 1286
    Prompt: Reto #4
    Summary: Kaede y Ryoma despiertan al día siguiente de San Valentín con un pequeño gran cambio... de alguna forma, ¡han cambiado de cuerpo!
    Advertencias: Non-Despair UA. Realizado para la actividad "Retos de San Valentín".


    Capitulo 2



    Recuperándose aún del comentario de Kokichi, Kaede y Ryoma se adentraron a la Academia Pico de la Esperanza.

    En general, la academia no solía someter a sus súper alumnos a exámenes, pues tenía una metodología un tanto particular; sin embargo, una de las reformas que introdujo el director Naegi incluía algunos exámenes más que antes, al parecer como método para que todos los alumnos atendieran así a todas las clases. Y funcionaba, pues si bien no eran muchas las fechas en que tenían exámenes, se sabía que en las fechas en que sí hubiese una evaluación debían asistir todos, sin excepción.

    Una vez dentro del aula, Kaede se separó de Ryoma y se ubicó en el asiento que generalmente ocupaba el muchacho al fondo de la clase. Vio a su verdadero cuerpo ocupar su lugar usual en uno de los primeros pupitres, entre Shuichi Saihara, quien le saludó con una sonrisa amigable, y Rantaro Amami, quien aún no había llegado.

    Parecía ser que habían llegado con tiempo de sobra, pues su profesora aún no llegaba. Tenko Chabashira se encontraba pasando las páginas de su libro nerviosamente, sudando mientras intentaba recordarlo todo. Himiko Yumeno, sentada a su lado, lucía incluso más nerviosa que ella, leyendo uno de sus libros de magia y sin levantar la mirada ni hablar con nadie. No muy lejos de ellas, Angie Yonaga se encontraba sentada sobre su pupitre, cruzada de piernas y con los ojos cerrados, probablemente rezándole a Atua.

    Ver que no era la única nerviosa por este examen sirvió para calmar un poco sus propios nervios. Kaede tan sólo esperaba saber lo suficiente para...

    —¿Ryoma? —preguntó una voz que sonaba terriblemente cercana.

    La joven en el cuerpo del súper tenista levantó la mirada para encontrarse cara a cara con otro de sus compañeros de clase. Kirumi Tojo le observaba con detenimiento con su único ojo visible; su otro ojo oculto tras un largo mechón de cabello plateado. Kaede se sintió incluso más nerviosa ante su analítica mirada; siempre sentía como si Kirumi pudiese ver a través de ella.

    —¿Sucede algo, Kirumi? —preguntó Kaede, intentando imitar el sereno tono de voz usual de Ryoma. Kirumi se tomó unos segundos de silencio antes de contestar.

    —No, nada en particular —respondió finalmente su compañera—. Simplemente estaba pensando acerca de este examen, tiene a todos nerviosos...

    —A todos excepto a ti, ¿verdad? —replicó la pianista, y la otra mujer sonrió levemente mientras tomaba asiento en el pupitre junto al de Ryoma.

    —Por supuesto. Una sirvienta debe cumplir toda solicitud que se le haga... este examen no es más que otra solicitud más —contestó Kirumi con tranquilidad.

    Kaede sintió que iba a soltar una risa, pero se contuvo justo a tiempo. Ryoma no solía reír con tanta facilidad, eso lo sabía, y si realmente no quería levantar las sospechas de la súper sirvienta...

    Splash

    Perdida en sus propios pensamientos, Kaede no había estado atenta a lo que sucedía a su alrededor. Por lo tanto, no notó que Kokichi y Miu habían estado forcejeando con una botella de gaseosa hasta que la misma salió volando por los aires y fue a caer directamente sobre ella. O, bueno, sobre él; el gorro y la chaqueta de Ryoma Hoshi se empaparon completamente.

    Aún sorprendida, Kaede usó su mano para quitarse de la cara las gotas de bebida que se habían salpicado allí, y levantó la mirada para ver que ahora era el centro de atención de la clase. Vio a Ryoma, en su cuerpo, poniéndose de pie rápidamente; agradecía enormemente que nadie le estuviera prestando atención ahora, porque la expresión de ira con la que miraba a los dos responsables no era una que usualmente se veía en el rostro de Kaede Akamatsu. Tenko, Himiko y Shuichi habían dejado de repasar para el examen, e incluso Angie había dejado de rezar para ver lo que sucedía.

    —¡¿Ves lo que has causado, maldito aborto fallido?! —exclamó Miu, tan vulgar como siempre, fulminando a Kokichi con la mirada—. ¡Deberías disculparte, estúpido virgen!

    —Eso es lo que sucede cuando no sabes compartir tus bebidas, Miu —dijo el líder supremo, examinando sus uñas despreocupadamente, como si la situación lo hubiese aburrido ya—. ¿No te cansas de ser una zorra buena para nada?

    —¿Bu... buena para nada? —musitó Miu, dando un paso hacia atrás, nerviosa.

    —¿Te encuentras bien, Ryoma? —le preguntó Kirumi, acercándose e ignorando a los otros dos—. Aún tenemos algo de tiempo antes del examen... si me permites tu chaqueta y tu gorro, los limpiaré cuanto antes.

    —Mi... mi remera también se mojó —fue lo único que pudo responder Kaede, aún sorprendida por lo que acababa de pasar


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    Unos dos minutos habían pasado, y ahora Ryoma Hoshi se encontraba semi-desnudo en el interior del baño de chicos. Excepto que no era Ryoma, sino que era Kaede quien se encontraba allí dentro.

    Por fortuna, el baño de chicos se encontraba vacío. Como no podía andar sin remera por los pasillos de la academia, se había refugiado allí tras entregarle su ropa a Kirumi, y la sirvienta le había prometido que regresaría cuando la ropa estuviese limpia y lista para que pudiese volver a cambiarse. Kaede (o bueno, mejor dicho, Ryoma) había prometido avisarle de la situación a la profesora por si llegaba antes de que ambos alumnos regresaran al aula.

    Sin poder hacer nada más que esperar, Kaede se dedicó a mirar a su alrededor. Realmente había sido afortunada de que no hubiese ningún otro chico allí dentro, pero... aún así, se sentía bastante incómoda allí dentro. Miró el espejo del baño y el rostro de Ryoma le devolvió la mirada. La verdad era que no se veía mal sin remera, ciertamente tenía el cuerpo de un atleta...

    —Argh, pero en qué cosas estoy pensando... —soltó Kaede, moviendo la cabeza como para apartar aquellos pensamientos—. Realmente, vaya día más raro...

    Fue hacia el lavabo más cercano y abrió la canilla. Se lavó las manos sólo para tener algo que hacer, y luego procedió a secarlas con unas servilletas de papel que se encontraban junto al lavabo y...

    Se detuvo en el acto. Examinó las manos de Ryoma con detenimiento, como si las estuviese viendo por primera vez en su vida. Sintió que se le helaba la sangre al observar aquello... ¿por qué?

    ¿Por qué Ryoma tenía aquellas marcas en las muñecas? Podía ser que... ¿acaso significaban lo que ella creía que significaban?

    —¿Ryoma? ¿Te encuentras aquí? —le llamó una voz desde la puerta.

    Se volteó para encontrarse cara a cara con Shuichi Saihara. El detective había ingresado al baño, y con él había traído la ropa que pertenecía a Ryoma, pulcramente doblada y planchada ya. El trabajo de Kirumi había sido, como siempre, simplemente impecable.

    —Gracias, Shuichi —le agradeció al joven, tomando la ropa de sus manos y procediendo a colocarse su remera, la cual, notó quizás por primera vez, era de mangas largas.

    —De nada —dijo Shuichi, esbozando una amable sonrisa—. Ehm, Ryoma, sé que no me corresponde preguntar pero... ¿está todo bien entre Kaede y tú? Porque... ehm, ella parece algo... extraña, el día de hoy...

    Así que lo había notado, ¿eh? Kaede no pudo evitar sonreír para sus adentros. Al fin y al cabo, él era un detective... era imposible que no hubiese notado enseguida que algo extraño sucedía. Y por más que ella confiaba plenamente en él, sabía que éste no era el momento adecuado para lidiar con esto.

    —Son sólo nervios por el examen —le aseguró al muchacho, colocándose el gorro sobre su cabeza—. Verás que después se le pasa... vamos, o llegaremos tarde.

    Y con esas palabras, Kaede abandonó el baño, y Shuichi tras unos momentos la siguió.

     
    Última edición: 7 Febrero 2018
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  3.  
    Nami Roronoa

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    Título:
    Bajo mi piel [Ryoma x Kaede | Three-shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2063
    Título: Bajo mi piel [Parte III]
    Fandom: Danganronpa V3
    Personajes: Ryoma/Kaede, Korekiyo, Angie
    Palabras: 1852 (me pasé un poco del límite, sorry xD)
    Prompt: Reto #4
    Summary: Kaede y Ryoma despiertan al día siguiente de San Valentín con un pequeño gran cambio... de alguna forma, ¡han cambiado de cuerpo!
    Advertencias: Non-Despair UA. Realizado para la actividad "Retos de San Valentín".
    Notas: Parte final. Ha sido divertido escribir esta historia, hace tiempo no escribía algo tan largo... espero que les haya gustado <3


    Capitulo 3


    El examen realmente no había sido tan terrible como habían asumido que sería. Al menos, Kaede creía que le había ido bastante bien. Sin embargo, sabía que no lo había hecho tan bien como lo podría haber hecho bajo circunstancias normales. Su mente divagaba continuamente, sin poder dejar de pensar en su situación actual y en cómo iban a salir de esta. Y lo que había visto en el baño también seguía apareciendo en su mente... ¿qué debía hacer respecto a eso?

    Una vez que estuvieron libres de la clase, Kaede y Ryoma marcharon hacia la biblioteca. Como habían imaginado, encontraron a Korekiyo sentado en una de las mesas de lectura, aunque no se encontraba solo; Angie lo acompañaba en aquella ocasión. Pero Kaede sabía que no tenían tiempo que perder; cuanto antes salieran de esta situación, mejor. De modo que, tras tener la atención de ambos, la pianista finalmente les explicó lo que ocurría.

    Korekiyo escuchó lo que decían con sumo interés. Tal y como se lo imaginó, el antropólogo se encontraba fascinado con aquel extraño caso de cambio de cuerpo. Angie, por su parte, hizo una expresión de enorme sorpresa, como si fuese una niña pequeña que oía la parte más interesante de un cuento.


    —Ciertamente, me pareció notar ciertos cambios en ustedes dos esta mañana. Por ejemplo, la ausencia de los cigarrillos de caramelo de Ryoma —dijo finalmente Korekiyo, y Kaede maldijo en su mente; ¡sabía que de algo se había estado olvidando!—. Pero por supuesto, esto no me lo esperaba...

    —Mm-hm. Atua dice que no están mintiendo... así que debe ser cierto —aportó Angie, sonriente—. Pero... ¿cómo revertirlo? Atua dice que él no puede deshacer maldiciones que no ha hecho él mismo...

    —Sí, esa es claramente la pregunta que debemos hacernos ahora —asintió el antropólogo—. Kaede, Ryoma, han mencionado que esto ha ocurrido desde esta mañana, ¿correcto? Entonces, me parece lógico asumir que algo ha ocurrido anoche... díganme, ¿qué hicieron anoche?

    Kaede sintió que un gran sonrojo se apoderaba de su cara y apartó la mirada, bajando levemente el gorro sobre su cabeza. Ryoma, por fortuna, se encargó de contestar.


    —Ayer fue San Valentín —recordó Ryoma, apartando un mechón rubio de su rostro—. Cenamos juntos e intercambiamos regalos y... creo que eso fue todo. Repasamos un poco más para el examen y nos fuimos a dormir.

    —Hmm... interesante. Denme un momento.

    Dicho eso, Korekiyo se puso de pie y marchó hacia una sección de la biblioteca. Angie, por su parte, miraba a ambos con una expresión pícara en el rostro.

    —Atua dice que está sorprendido —comentó la artista—. ¡Y yo también lo estoy! No sabía que Kaede y Ryoma ya llevaron su relación a ese nivel...


    —¡A-Angie! ¡No, nosotros no...

    —¿Hm? ¿Pero no durmieron juntos anoche? —Angie ladeó su cabeza hacia la izquierda mientras hablaba, y luego se inclinó súbitamente hacia el otro lado—. ¿No durmieron en la misma cama? —Angie luego junto ambas manos y sonrió a ambos—. ¡Es inútil intentar engañar a Atua!

    Antes de que pudiesen protestar, Korekiyo apareció nuevamente en escena, apoyando en la mesa un libro de tapa negra y efectivamente silenciándolos a todos.

    —He leído sobre un fenómeno similar —informó el joven con serenidad—. Algunas culturas lo llaman "intercambio mutuo". Este libro habla sobre un mito, según el cual si se realiza un intercambio mutuo entre dos personas en la noche de San Valentín, las almas de esas dos personas seguirán al objeto que su cuerpo entrega. En otras palabras, esas dos personas cambiarán de cuerpo.

    —Eso... eso podría tener sentido —musitó Kaede, nerviosa—. Suena un poco increíble, pero... bueno, ya estamos en una situación muy poco normal de por sí, ¿no?


    —¿A qué te refieres con intercambio mutuo? —preguntó Ryoma, cruzándose de brazos.

    —Un intercambio recíproco de objetos —se explicó el antropólogo—. O, como lo han mencionado ustedes, intercambio de regalos.

    —¿Regalos? Quieres decir... ¿qué esto sucedió por darnos esos regalos? —repitió la pianista, perpleja.

    —En base a los mitos y folclores que conozco, sí, esa sería la explicación más simple —contestó Korekiyo—. ¿Estáis familiarizados con la navaja de Ockham? Es un principio que sugiere que a veces la explicación más simple es la correcta... y creo que se aplica precisamente a este dilema.

    —Atua dice que está de acuerdo con la navaja de Kiyo —exclamó Angie con alegría, aunque no parecía haber comprendido ni una palabra de lo que él había dicho, o simplemente no le importaba lo suficiente—. Pero entonces... ¿se quedarán así para siempre?

    —No. De hecho, revertirlo es bastante simple. Según el mito, la maldición se acabará si se deshace el intercambio mutuo el día posterior a San Valentín... es decir, tienen hasta el final del día para devolver sus regalos, o el cambio de cuerpo será irreversible.

    ¿Irreversible? Kaede no pudo evitar tragar saliva. Parecía ser que habían sido prudentes en acudir a Korekiyo cuanto antes... o esta complicada situación podría haberse vuelto aún peor...


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    De acuerdo, Kaede no sabía como esta situación podía volverse peor. Se encontraban de regreso en el departamento de Ryoma, igual que aquella mañana... habían decidido saltarse el resto del día, ahora que habían terminado el examen, para poder darle fin a la locura que había comenzado aquella mañana.

    Pero el ambiente... estaba ridículamente tenso. No habían dicho ni una palabra en más de media hora, y ahora se encontraban en los extremos opuestos de la habitación, buscando los regalos que se habían hecho la noche anterior. En un momento había pensado que esto quizás los ayudaría a conocerse un poco mejor, pero... ¿y si esto los alejaba aún más? ¿Y si esta experiencia dañaba tanto su relación que no serían ya capaces de siquiera hablarse sin sentirse tensos e incómodos?

    —Ya lo tengo —la voz suave de Kaede hizo que la verdadera Kaede se sobresaltara (aquello nunca iba a dejar de ser terriblemente confuso, ¿verdad?). Se volvió para verle parada a una distancia prudencial—. ¿Y tú?

    —Si, aquí está... —dijo Kaede, sorprendiéndose un poco de lo acostumbrada que se había vuelto a que la voz grave de Ryoma pronunciara sus palabras—. ¿Listo?

    Se miraron a los ojos unos momentos antes. Kaede tenía en sus manos el regalo que le había hecho a Ryoma, un disco compacto con algunas de las canciones de piano que Ryoma había mencionado le parecían las más hermosas, que ella misma había compuesto y grabado para el disco. Y Ryoma, por su parte, sostenía el otro regalo: un suéter blanco con pequeños detalles de notas musicales. No lo había comprado en ningún lado, sino que fue idea suya, con ayuda de Kirumi (quien lo confeccionó) y Tsumugi (quien lo diseñó).

    Y, sin mediar palabra, intercambiaron regalos rápidamente.

    Pasaron varios minutos sin que nada pasara. Todo fue silencio... ¿quizás había fallado? No podía evitar pensar eso... o al menos así pensaba, hasta que de repente comenzó a sentirse mareada. Se llevó una mano al estómago, sintiendo una fuerte presión.

    —Creo... creo que voy a vomitar... —musitó, encarando hacia el baño.

    Una vez dentro del baño, Kaede se encerró allí dentro, pero no vomitó. Todo comenzó a verse borroso... y, de repente, todo a su alrededor se volvió oscuridad.


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    Al despertar, se dio cuenta de que se encontraba acostada sobre la cama. La presión sobre su estómago se había ido, pero se sentía aún algo cansada. Se apartó un mechón rubio de la cara, tenía el rostro transpirado...

    Un momento, ¿mechón rubio?

    Se puso de pie y de inmediato lo supo, pero marchó hacia el espejo para verificarlo. Y se encontró con un par de ojos morados que le devolvían la mirada. Sí, sí, sí, ¡había funcionado! ¡Lo habían logrado! Ese raro mito que Korekiyo había explicado resultó ser cierto... ¡habían vuelto a la normalidad!

    Se dio vuelta cuando escuchó la puerta del baño abrirse. Ryoma Hoshi entró a la habitación... el verdadero Ryoma Hoshi. Al verla a la cara, comprobó enseguida que ella también había vuelto a su cuerpo. Su rostro esbozó una mínima sonrisa, y se dirigió hacia la mesita de luz para extraer de allí una caja de sus cigarrillos de caramelo, llevándose uno a los labios.

    —Lo logramos, este debería ser un momento de alegría, ¿verdad? —dijo Ryoma con serenidad, sentándose sobre la cama—. Entonces, ¿qué haces que no festejas? ¿Por qué esa expresión tan lúgubre?

    Kaede no supo que contestar. Quería decirle qué rondaba en su mente, pero... quizás no era lo más prudente ahora mismo. No se esperaba que él lo dijera tan pronto... argh, ¿qué le sucedía? Kaede Akamatsu no era de las que dudaba tanto; ella era una mujer de decisiones, y era momento de que empezara a actuar como tal.

    —Cuando me cambié en el baño, vi las marcas en tus brazos y en tus muñecas —respondió Kaede lentamente, meditando sus palabras.

    —Ah, así que fue eso... debí imaginarlo.

    —¿Puedo... sentarme?

    Sin esperar una afirmativa de su parte, Kaede marchó con pasos decididos y se sentó en la cama junto a Ryoma. El joven se mostraba calmado, pero ella sabía que era una máscara; podía ver como sus manos temblaban. Estaba nervioso.

    —No te culparé si te marchas ahora —soltó repentinamente el tenista—. Entre el extraño día de hoy y esto... no tengo derecho a culparte, realmente. Siempre te lo dije, no te conviene estar con un asesino como yo.

    —Y yo te lo he dicho, no eres un asesino —replicó ella—. Sí, lo de la mafia es cierto, pero has pagado por eso... tu tiempo en prisión ya terminó. Y aún así vives con pena y remordimiento... y, atentar contra tu vida no es la solución, estoy segura de ello.

    —Estas marcas son de hace mucho tiempo —le aseguró Ryoma—. Antes de ir por la mafia, antes de ir a prisión... cuando me enteré de mi familia. No he pensado de esa forma en mucho tiempo... y es gracias a ti.

    —¿A mí?

    —Sí. Gracias a la chica que en el primer día de clases dijo que quería divertirse con todos en estos años en la academia, y que todos debíamos ser amigos —dijo él con un dejo de nostalgia—. A la chica que no dejó de lado al ex-convicto que se apartaba del resto, a la chica con un corazón tan grande y sincero... una chica por la cual incluso yo, que no creía ya en el amor o la amistad, no pude evitar enamorarme.

    Kaede sintió que sus mejillas enrojecían. Pero... pero no pudo evitar sonreír. Porque Ryoma... Ryoma finalmente estaba siendo totalmente sincero. Por primera vez quizás. Y no creía que nada podía hacerla más feliz.

    —He pensado que no importaba si vivía o moría desde hace mucho, Kaede... pero me has cambiado. Supongo que todavía me queda un largo camino por recorrer... —continuó el tenista—. Así que, por una vez, seré egoísta y pediré algo de ti...

    >> Aún después de todo... ¿te quedarías conmigo?

    Kaede no dijo ni una palabra. No fue necesario. Acarició con una mano el rostro de Ryoma, y con la otra apartó el cigarrillo de caramelo de su boca. Y una vez completa esa tarea, besó sus labios gentilmente.

    A veces no hacen falta las palabras. Como la música, que expresa emociones que a veces las palabras no saben describir. Y como ese beso, que aunque no fue ninguna palabra... Ryoma comprendió que se trataba de un sí.

    Y jamás en su vida había sido tan feliz como cuando comprendió eso.

     
    Última edición: 7 Febrero 2018
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    Hygge

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    ¡Hey, Nami! <3 Estaba pasando por la lista del archivo de animes y recién recordé que no te comenté este three-shot en su momento. Y como esto no puede quedarse así, aquí estoy. Iré comentando capítulo a capítulo para hablar más detalladamente de lo que sucede en cada uno de ellos. Pero así por encima, como ya te dije en su momento, me pareció super curioso el hecho de ver esta pareja. Dado que casi no tienen interacción en el juego no he visto nunca un fic sobre ellos, pero como yo shippeo todo, estoy contenta igual (?)

    Capítulo 1:

    Vale, amo la prompt que escogiste para este fic, pero chico lío debe ser narrar cada vez que interactúa uno de los dos, JAJA. Hasta yo al principio me perdía cuando hablaban, pero entender se entiende. Así que nuestros pequeños después de dormir juntos (lo admito, ese dormir juntos lo malinterpreté; luego me lo aclaraste (?) despertaron cada uno en el cuerpo de otro. Solo de imaginarlo me da tanta vergüenza, al menos son pareja y no unos desconocidos, pero aún llevan muy poco y pobres, qué incómodo xDD Ryoma en el cuerpo de Kaede debe estar disfrutando ser tan alto, ser tan chiquitín es un inconveniente en muchos ámbitos de la vida rutinaria. Al menos su pareja lo está comprendiendo mejor al vivirlo en su propia piel (¡literalmente!), y como dices, ambos lograrán incluso conocerse mejor y hacerse más cercanos así. Saben aprovechar los problemas y convertirlos en ventajas.

    Así que Korekiyo está metido en el ajo, eh... No es inesperado a decir verdad. El problema es que claro, deben pasar un día entero en clases, o incluso más, a saber cuándo solucionarán el problema. Y claro, cada uno tiene una personalidad, así que debe ser complicado moderarse a la hora de hablar con los otros xD Amé la intervención de Kokichi y Gonta, pls. La inocencia de Gonta me hizo reír mucho xDDD Y Kokichi sabiendo que algo está ocurriendo, best charapter ever. Esperemos que no la líe mucho.

    Capítulo 2:

    Este capítulo se me hizo super entrañable <3 Vimos a cada alumno al menos un poco, sabiendo así cómo lidian ellos con la crisis pre-examen, y me pareció todo super IC xDD Tenko y Himiko sudando a mares, Angie a su bola, Kokichi y Miu armando jaleo... Sí, super canon todo xD Y como los adoro a todos y conservaste bien su estilo, fue lindo de leer. A Shuichi no se le escapa nada, como gran detective que es, y Kirumi en efecto parece ser capaz de ver a través de ti, qué incómodo debe ser que te mire fijamente. Por otro lado pobre Kaede; no tenía suficiente cambiando de cuerpo con su novio que tenían que lanzarle un refresco encima. Y mira que ya le costaba cambiarse una vez, como para hacerlo de nuevo. Y Shuichi es un amor trayéndole la ropa, aish.

    Al parecer Kaede va descubriendo el secreto de por qué Ryoma usa mangas largas incluso en verano. Cosas turbias in coming. Eso sí, es muy agradable que hayas separado el escrito en tres partes de una extensión bastante llevadera, hace que a simple vista la gente que no suele leer cosas muy largas se anime (que no es mi caso, he llegado a leer de 14.000 palabras (?). Voy a tomar nota y a hacerlo yo también si algún escrito se me pasa de largo, se hace bastante bien la lectura así.

    Por otro lado en cuanto a errores, nada de nada, como siempre. Tu escritura siempre ha sido super pulcra, así que ya es un plus.

    Capítulo 3:

    God, god, god, me encantó cómo finalizaste todo, en serio. A ver, primero por partes: la intervención de Korekiyo y Angie, cada uno con sus toques distintivos y sus gestos, fue genial xD De tan acostumbrada que estoy a ver sus sprites, me imaginé perfectamente los de Angie en el momento en el que inclinó su cuerpo a ambos lados. Al parecer se trató de algo tan simple como un intercambio de regalos, quién iba a imaginarlo. Pero bien que fue gracioso las bromas al respecto de qué hicieron en la noche anterior, Kaede no da a basto con tanto sonrojo (?)

    Y, ¡oh! Recuerdo perfectamente que el día que leí esto, estaba dando la Navaja de Ockham en Filosofía xD Es offtopic pero me resultó muy curioso leértelo justo ese día. Pero sí, al final fue algo tan simple como eso. Y ya no solo fue cómo consiguieron volver a la normalidad, que fue relativamente rápido, si no la conversación del final. Kaede es un amor, pero Ryoma en ese momento se sinceró tanto que fue hermoso de leer. Hacen una pareja muy linda, aunque me cueste ver a Ryoma así, pero gracias al videojuego pudimos ver que el chico tenía un lado bastante sensible que a simple vista no podía ser notado.

    Pero sin duda mi escena favorita es el final, pero por cómo lo narras.

    Te quedó perfecta la comparación con la música, un cierre perfecto para un historia tan linda como esta. Siempre se dice que el inicio y el final es lo que más te marca y debe ser cuidado, así que te felicito por ello. Creo que ya no me queda mucho más por añadir, espero seguir viéndote escribir por aquí, porque ya sabes que me encantas.

    ¡Así que nada, hasta otra!
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Pues resulta que yo tampoco te he comentado este genial three-shot a pesar de haberlo leído y darle rating en su momento, y haberlo amado también. Leyendo el comentario de Liza, lo cierto es que he tenido reacciones muy similares so es posible que me repita.

    Pues para empezar debo decir que la pareja principal me sorprendió un montón al principio, porque Kaede y Ryoma, por lo que recuerdo, apenas interactúan (no tienen tiempo tampoco (?) y es un poco extraño, pero sinceramente, leyendo este fic soy capaz de verlo un poco más juntos, serían una pareja tierna, la verdad.

    Y pues nada, este prompt queda muy bien con el mundo de Danganronpa porque lo que no suceda ahí... Los pobres se tienen que haber pegado el susto de sus vidas, la verdad. Y bueno, también un día difícil. Era bastante obvio que muchos iban a notar que estaba diferentes, pero sobre todo iban a ser Kokichi, Shuichi y Kirumi. Y pobre Gonta. ¡También Angie me encanta! Sinceramente, es que has clavado tan bien sus personalidades que fácilmente me lo puedo imaginar como algo tipo anime, la verdad, un día a día.

    Me alegra que Korekiyo les ayudase, al fin y al cabo, no quedó como uno de mis personajes favoritos en el juego (?) Y pues Angie es bastante accurate, todos hemos pensado que han hecho cositas. esa noche.

    ¡El final ha sido adorable! Ambos sincerándose sobre sus sentimientos y diciendo que se quieren y esas cosas bien bonitas que solo me gusta leer en fics, es que awns. Espero que aguanten mucho y sean felices, yo creo que esta experiencia tan sobrenatural ha hecho que se conozcan mejor y que la relación sea más sana, lo que es bonito.

    Ningún fallo, lectura muy fluida y personaje totalmente IC, es obvio que amo tus escritos Nami porque son geniales, lo sabes. ¡Sigue así!
     
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