Bajo la lluvia Inuyasha & Co no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi, quien desde hace unos años trae alegrías a quienes la descubren. Historia sin ánimo de lucro. ¡Disfruten! Pareja: Inuyasha&Kagome Drabble La lluvia caía de forma serena fuera del establecimiento. Cuando salió a comprar hierbas medicinales en la aldea contigua, no esperaba ser alcanzada por las gotas cristalinas. El día había iniciado despejado, con el cantar de los pájaros y la risa de los niños; nunca imaginó que durante el día se acercarían las nubes negras. Ahora, dudaba sobre qué hacer, pues no quería preocupar a sus amigos - a quienes les había dicho que estaría para antes del atardecer -; pero tampoco quería salir a mojarse y tal vez pescar un resfriado. Extrañaba tanto su época. A pesar de llevar varios años en el sengoku, de vez en cuando extrañaba las comodidades que le ofrecía su época. Tales como una sombrilla y botas de plástico para caminar sobre los charcos. O también esos antigripales que conseguían tenerla fuera de cama en apenas un día. Suspiró con algo de nostalgia. Las tareas que tenía que hacer en su época, no se comparaban en nada con lo que realizaba a diario como sacerdotisa. ¿Cómo había llegado ahí? —Kagome. — escuchó que una voz masculina la llamaba y se estremeció. Debía estar teniendo delirios. ¿Será que ya le había dado fiebre? Tocó su frente, y se sintió tonta. ¡Ella misma no podría tomar su temperatura! —Kagome. —volvieron a llamarla, pero esta vez más cerca. Sin embargo, no volteó. Se suponía que el dueño de aquella voz no estaría en la aldea, sino hasta en tres días. ¿Tenía sentido que estuviera detrás suyo? —Mujer tonta, no oyes que te estoy llamando. — argumentó molesto la voz masculina, haciendo poner tensa a Kagome. —¿A quién llamas tonta? — se volteó enfrentando a quien la llamaba. Y entonces una combinación de felicidad y ternura recorrió el cuerpo entero de Kagome. Inuyasha estaba parado a un lado de ella con las mejillas sonrojadas. —Inuyasha… — susurró. Sin embargo, hubo algo más que hizo a su corazón regocijar. Repentinamente, el joven mitad bestia extendió un tipo de paraguas sobre su cuerpo femenino y le indicó tomarlo. Kagome aún sin palabras, lo tomó y lo observó. Se veía tan lindo con esas pinturas internas de flores. —Sube. —pidió Inuyasha, ofreciéndole su espalda. Y así lo hizo. Con una mano se aferró al cuello de Inuyasha y con la otra sostuvo el paraguas que le había dado su esposo hacía unos momentos. El híbrido la tomó como siempre de las piernas y avanzó sin decir palabra alguna. El andar de Inuyasha fue lento, y entonces fue cuando sucedió. —¿Por qué estás llorando? —preguntó Inuyasha preocupado, queriendo detener el paso. —No es nada — murmuró Kagome, limpiando las lágrimas contra el hombro de Inuyasha. —Si no fuera nada, no estarías llorando… — sugirió deteniendo el pasó. —Es que… — pausó su frase, mientras se calmaba un poco. — Estoy muy feliz de estar a tu lado. No había más palabras que pudiera decir, que describieran ese momento bajo la lluvia. Fin Notas de autor: ¿Tomates? ¿Flores? ¿Perros? ¿gatos? ¿Reviews? Un drabble con 480 palabras. He escrito este drabble, después de leer los reviews/comentario en los dos foros que me encuentro en en ¿Cómo explicarle? Sinceramente, me he puesto muy feliz y recordé el por qué había empezado a escribir cuando lo hice. (Muchas gracias a quienes me han escrito allí) No saben la sensación de bienestar que tengo. Espero venir con más historias, cortas, largas, pero que sean agradables al leer. Por lo pronto me despido, y muchas gracias por leerme. Liz Blood/Vanu-chan 19/04/17
Fue una escena muy tierna la que describiste. También un tanto nostálgica. La lluvia siempre ayuda a crear un ambiente en el que la melancolía se apodera de nosotros y nos hace rememorar y añorar. En el caso de Kagome fue muy emotivo el momento en el que llora pues por un lado extraña tanto de su época y por el otro se encuentra a Inuyasha con (irónicamente) un objeto que extrañaba. Y eso lo convierte en la ejemplificación perfecta de lo que es su vida. Y la alegría de verlo, vence a esa melancolía. Es tan bello que siga pensando que es feliz estando a su lado pues implícitamente es como Kagome dijera, "todo a valido la pena". En el aspecto técnico no tengo nada que comentar. Las palabras han sido las pertinentes, la ortografía buena y la narración amena. Ha sido fácil y agradable de leer. Me hace sentir como una observadora de uno de sus hermosos y cotidianos momentos. Lindo día :D