One-shot de Naruto - Bajo el sol del oeste[Nejiten/AU]

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Fénix Kazeblade, 4 Julio 2018.

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    Fénix Kazeblade

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    Título:
    Bajo el sol del oeste[Nejiten/AU]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
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    1
     
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    Se me ocurrió incursionar un poco en este genero de western que no es muy visto, espero que les agrade. El titulo es un poco random por que no sabía que poner :B


    El sol despiadado del oeste arremetía contra el suelo yermo rojizo de las montañas de Dakota, Tenten galopaba sin detenerse sobre una yegua fuerte y valiente que le había obsequiado su padre antes de morir indicándole que le recordaba a ella, con un paño cubría su boca de las arenas que se alzaban entre los vientos cálidos del impío paisaje, aunque un sombrero color paja que solía llevar su madre le cubría los ojos, el sol se las arreglaba para filtrarse entre saltos y cegarla a momentos, mismos que le podían costar la vida.


    — No te detengas Iris, no detengas— murmuraba.


    La joven había llegado a América no hace mucho, su familia se rodeó de buenas personas que los trataban como iguales y les brindaron un hogar en aquel pueblecillo que costaba de dos hileras de unas 12 casas luego de que por aquellos sitios se desatara la fiebre del oro.


    Su padre pereció a causa de una extraña enfermedad y su madre sufrió un accidente cayendo de un tren, desde entonces había partido de ella dar sustento.


    En la parte delantera de su misma casa tenía un taller cuchillero, mismo que como su nombre lo indica se dedicaba a la fabricación de cuchillos, navajas y otros objetos cortantes, todo había partido de una anciana que había acudido a ella para que la apoyara en la compostura de una de estas herramientas y la chica había realizado tan espléndido trabajo que en un lapso de unos dos meses tuvo que adaptar con ayuda algunos pobladores un horno de armero a su domicilio.


    En esta ocasión, había acudido a un pueblo cercano a llevar al menos unos quince de sus mejores ejemplares para mandatario, serían un obsequio para lord ingles que acudiría a verlo, por estos le habían pagado una gran cantidad de dinero, pues para su elaboración Tenten calculaba había gastado más inversión que lo que había gastado hasta ahora.


    Con esa cantidad de dinero y las noticias corriendo, apenas se alejó unos kilómetros del área poblada, una fuerte polvareda le anunció que aquellos bandidos rastreros llamados Akatsuki iban tras ella.


    — Solo unos kilómetros más y podré perderlos en las montañas


    Una bala paso rosando su oído silbando de forma horrible, otra más rasgo su vestido provocando que uno de los holanes que lo adornaban cayera, la bolsa con al menos unas veinte monedas de oro resbalaba hacia el costado por su pierna desnuda -para poder cabalgar había rasgado todos sus vestidos hasta la altura de su pierna para que le permitieran montar adecuadamente, una vez que salía de los pueblos se ponía de esta manera, mientras tanto la tela se superponía guardando las apariencias- esto la obligó a mirar abajo, sin detenerse y buscando que el pobre equino donde cabalgara no terminara por tropezarse no ser alcanzado por las balas. Bastó un segundo, sus manos alcanzaron la bolsa que se había desatado de la silla de montar y como pudo la volvió a sostenerla de esta, alzó la mirada y se encontró con al menos 40 metros de acantilado abriéndose ante ella, jaló de las riendas del caballo, una de las balas impactó en su antebrazo y dando un quejido sordo soltó el lazo de ese extremo, la yegua no alcanzó a frenar, trastabillando comenzó a descender erráticamente sobre el camino empinado, ella buscaba obligarse a reponerse al dolor, pero sudor dificultaba aún más las cosas cayendo sobre sus ojos, provocándole ardor y cegándola de esta manera a momentos, las balas aún se escuchaban, cuando la yegua por fin tropezó, pensó que ya estaba perdida.


    Antes de quedar inconsciente por golpearse en la cabeza por la caída, escuchó un segundo galope cerca de ella, escuchó silbidos finos y armoniosos rasgar el viendo, así como el grito de dolor de uno de los bandidos mientras caía abatido.


    **********************************************


    Al recuperar la conciencia lo primero de lo que se percató fue calor, era distinto al del fuego de llamas de la fogata frente ella, era como estar en casa, lo emanaba su palma que tenía sobre su cuerpo mientras él observaba con un semblante serio y pensativo el crepitar de las brasas generando pequeños halos que se elevaban perdiéndose en el firmamento lleno de estrellas. Era un muchacho, tenía ojos malva que se convertían el ámbar por el reflejo de lo que observaba. Sin saber por qué se encontró sonriendo de pronto sin razón.


    Una vez que despertó del todo su conciencia le dio un golpe de realidad a la cabeza, se encontraba recostada en medio del campo con un extraño tocándola, observó a su alrededor, ni su caballo ni su dinero se encontraban.


    Sin pensarlo dos veces se levantó de un salto quintándose lo que la cubría y echándoselo encima a quien la custodiaba, antes de que este pudiera reaccionar lo derribaba y armándose con una roca cercana, se disponía a atacarlo.


    El muchacho se descubría rápidamente y alzaba sus manos en señal de paz, entonces se percataba de tres cosas, primero, él no era un Akatsuki, su piel curtida por el sol con un café anaranjado y su atuendo lo ubicaban con un sioux indígenas locales, segundo, cuando su brazo su hombro le dolía que aún seguía herida pero estaba vendado y tratado, él la había ayudado y por último, cuando el viento acariciaba soplando entre la piel de su pecho erizando su piel y rostro del joven comenzaba a enrojecerse más y más, que ella se encontraba desnuda de la cintura hacia arriba y esa distancia de ambos, la situación resultaba demasiado embarazosa.


    — ¡No! — exclamaba apartándose de él en extremo nerviosa, se cubría rápidamente con la cobija que anteriormente había llevado encima se alejaba un poco más.


    — Te harás daño— murmuró el chico mientras la miraba luego de un rato ambos permanecer en silencio


    Ella lo observó un poco, pero no pudo sostener la mirada, con esos ojos que sentía la atravesaban y lo ocurrido, era complicado.


    — ¿Puedes decirme donde está mi ropa y mis cosas por favor? — preguntó aún un tanto nerviosa.


    El muchacho sin alzar la mirada señaló detrás de un montículo cercano, allí la chica se encontró con su vestido doblado, junto con su blusa, se retiró la cobija observándose en ropa interior, tenía algunas cuantas magulladuras en los brazos, las piernas y en el costado entre las costillas flotantes, de igual manera un pequeño chichón en la frente, todos cuidadosamente sanados, tocó un poco y aproximó los dedos a su nariz olfateando un aroma herbal bastante intenso pero no desagradable. Se vistió y regresó por el otro lado, allí se encontraba su yegua Iris, tenía la pata delantera igualmente vendada, cojeaba un poco, pero parecía que se pondría bien.


    ¿Él igual la había curado?


    En el pueblo una lesión así para un caballo significaba una sentencia de muerte, pero para un sioux no. Era admirable, pensó, además de dedicado, valiente, después de todo la había salvado, cuando a su mente llegó la idea de que además era bastante apuesto decidió obligarse a detenerse.


    Acarició un poco a la yegua que se sitió reconfortada, entonces observó en la silla, de montar el saco de monedas, completamente intacto.


    Cuando volvió con él se encontraba comiendo, nuevamente sin hablar le extendió una barra con un trozo de carne asado al carbón, ella estuvo a punto de negarse cuando el sublime aroma le atrapó e hizo rugir su estómago, entonces se sentó a su lado y probó un bocado.


    Siguieron comiendo ambos cuando ella extendió su mano para darle algo, este por cortesía abrió la suya. Unas diez monedas cayeron en esta.


    — Por ayudarme, gracias.


    El sioux de ojos exóticos negó con la cabeza y se lo devolvió. Este volvió a mirar de frente y ella no quiso insistir.


    — Me llamo Tenten— declaró luego de unos minutos— ¿Cómo te llamas tú?


    — Neji, pero la mayoría me llama zorro blanco.


    — ¿Tienes familia?


    El chico suspiró y Tenten pensó al instante que había preguntado algo incorrecto.


    — No tienes que responderme si no quieres tranquilo, yo solo tengo a mi mamá, mi padre murió, nos cuidamos ambas.


    Cuando dijo esto, sin hablar el muchacho le cerro su palma con ambas de él, indicando que sostuviera más él dinero, indicándole que debía cuidarlo, ella se encontró disfrutando del contacto áspero de sus manos cálidas de nuevo y le sonrió.


    Permanecieron así algunas horas, ella comenzó a hablarle sobre su vida en el pueblo, su oficio, los lugares donde había visitado, él la escuchaba atentamente, hablaba muy poco realizando de vez en cuando una pregunta muy ocasional.


    —… Entonces le explique por tercera ocasión a aquel chico, un cerdo no era el mejor obsequio para contraer nupcias, ni aquí ni en China— concluyó riendo divertida.


    Neji sonreía un tanto más mientras la miraba,


    — ¿Sabes? — Confesó Tenten— es como si te conociera desde siempre y pudiera contarte todo.


    Bostezando recargó su cabeza en su hombro y sin poder controlarlo comenzó a cerrar los ojos, se sentía segura a su lado.


    **********************************************


    El alba se veía próximo en el horizonte, cuando él la había despertado nuevamente, las brasas de la fogata casi eran cenizas y el cielo comenzaba a clarear, ella sonriendo se disponía a hablarle, pero él la detuvo, su rostro se encontraba tenso.


    — ¿Qué ocurre? — preguntó la muchacha confundida.


    — Ellos vienen de nuevo— declaró.


    Ella se levantó sobre saltada y se giró volteando hacia cada sitio a su alrededor, pero no vio nada.


    — ¿Dónde? Yo no…


    — Mis ojos, ellos, me permiten ver más haya


    — ¿Tus ojos? — preguntó incrédula.


    — Ellos me permiten rastrear cosas, personas, a kilómetros de distancia, ellos vienen.


    Tenten se sintió molesta por un momento, no era de la clase de personas supersticiosas, no creía en magia, amuletos o poderes místicos o cualquiera de ellos hubiera podido ayudar a su padre.


    Por otro lado ¿Por qué le mentiría? ¿Por qué la habría ayudado y sanado si luego inventaría una excusa absurda para que se fuera?


    Neji señaló a lo lejos sin hablar, se miraba polvo alzándose, podría ser lo que fuera, un remolino, tal vez humo de caldera de una locomotora, aunque también ellos y con poderes o sin ellos, ella decidió confiar en él.


    — Vete


    Ella afirmó y de un saltó subió a su montura, movió las riendas y la yegua ya repuesta avanzó galopando hacia el lado opuesto.g


    Llevaba cierto tramo recorrido cuando se giró, estaban llegando a él, eran toda la banda de forajidos, había visto un arco y una flecha aun lado de él seguro con eso les haría frente, pero ellos buscaban venganza porque había matado a uno de los suyos por salvarla. Sabía que los sioux era una tribu guerrera por naturaleza, pero no podría con todos ellos.


    Entonces se detuvo y dio la vuelta.


    **********************************************


    Neji tensaba la cuerda de su arco portando una sus flechas entre los dos dedos de su mano opuesta, respiró hondo y lo levantó lanzándola hacia ellos.


    La flecha impactó en uno de ellos directamente entre los ojos, sin que su caballo dejara de trotar vio como este caía hacia atrás siendo absorbido por el polvo que alzaban.


    El muchacho se dispuso a lanzar otra cuando algo comenzó a alzarse de nuevo en el mismo caballo, como si todo se tiempo hubiera estado andando pegado a su cuello, era otro hombre y en sus manos se notaban algunos hilos, de pronto al lado de ellos emergió una pequeño carro como de tren impulsado a vapor avanzando por mucho a un velocidad mayor, este se encontraba unido a los mismos hilos, cuando el controlador los alzaba este parecía producir un pequeño estallido una grotesca marioneta emergía de él y se lanzaba hacia Neji alcanzando este apenas a esquivarlo. Sin perder tiempo tensaba otra flecha y la lanzaba de nuevo usando su poder para verlos cerca esta vez sí impactaba a uno de ellos en el hombro provocando que emanara un grito agudo.


    La marioneta avanzaba hacia él intentarlo golpearle, él terminó gastando varias flechas sin causarle ningún daño, sin embargo, su mente estratégica no tardo en percatarse que tenía una mejor opción. Saltó por encima de esta y jaló con todas sus fuerzas de los hilos, el marionetista que la sostenía no alcanzó a libarse de esta y salió impulsado por los aires hasta impactarse con el suelo.


    Apenas lo había derrotado una carga de dinamita cayó frente a él, se trataba del ataque de otro de los akatsuki especializado en explosivos, apenas alcanzó a retirarse, pero parte del impacto alcanzó a golpearle y lo dejó aturdido.


    Cuando logró ponerse de pie, ya se encontraban con él. Eran 3 de ellos sin contar a un pelirrojo marionetista que ya había vencido.


    Un tipo con un rostro desquiciado con el pelo rubio y una dinamita en la mano, un hombre con atuendo de vaquero y con el rostro enmascarado – este tenía una flecha atravesándole el pecho sin causarle problemas- y otro de apariencia tribal de la tribu Pawnees, con un penacho y la boca cubierta.


    — No hay manera de que salgas vivo idiota, mataste a dos de nosotros— declaró el rubio.


    — Tienes mucha razón senpai, vuélalo en pedazos. — declaró el enmascarado.


    Neji exhaló resignado desde el principio había sabido este sería su fin, pero no caería sin pelear, en sus ojos malva apareció una determinación como ninguna, sin percatarse vinieron a él los recuerdos que había formado en aquella noche eterna con la chica que había ayudado, como guerrero esta era la mejor forma de morir.


    Activo su habilidad de nuevo, en distancias cortas era como si todo el mundo ralentizara y él pudiera ver todo más claro, tensaba la flecha y se lanzaba a su encuentro, el rubio le lanzaba dos dinamitas que estallaban en el aire, Neji lograba esquivar la primera pero la segunda le quemaba el pie, sin embargo lanzaba la flecha hacia él esté pensando que lanzaría a su pecho o su cabeza se descuidaba y no era hasta que la punta atravesaba su palma que se percataba su intención.


    — ¡Mi mano! ¡Maldito! ¡Te reduciré a polvo con mi arte! — exclamaba encendiendo otra y disponiéndose a lanzarla con la mano sana.


    Pero Neji ya había lanzado una segunda flecha, esta le devolvía la dinamita estallando.

    No terminaba de reponerse observando la herida sangrante de su pierna por ser alcanzada por la explosión, cuando un nuevo ataque lo golpeaba, una serie de cuerdas negras comenzaban a lazarlo hasta dejarlo inmóvil, caía entonces hacia delante de rodillas con las manos y los pies inmóviles, el que parecía un nativo se le acercaba con un revolver en una mano y con las cuerdas negras emergiendo de la otra. El tambor del arma se movió hacia una cámara donde se encontrara una bala, el martillo percutor retrocedió mientras que apuntando justo a su frente se disponía a disparar, más Neji lo miraba de frente sin pestañar, sin miedo y al último instante sonrió. Un cuchillo se encajó en el brazo de su atacante obligándole a soltar el arma, el sioux se hizo inclinó hacia la derecha dando paso a Tenten blandiendo otro de los cuchillos dando varios tajos al aire mientras el sorprendido Akatsuki retrocedía, sin percatarse hacia donde lo hacía terminó emboscado por sí mismo pegando con la pared de uno de los tanto montículos de piedra que se le alzaban en la llanura, la chica sin perder tiempo atravesó su corazón con el chuchillo, el akatsuki escupió sangre y bajó la cabeza aflojando las cuerdas negras que apresaban a Neji hasta que quedó libre.

    — ¿Te encuentras bien? — preguntó Tenten preocupada acariciándole la mejilla.

    Este afirmó sonriendo levemente, pero su gesto cambió de nuevo en un instante.

    — Aun no termina…

    Las cuerdas negras que yacían en el piso ya no estaban, por si fuera poco el último de ellos, él enmascarado había comenzado a actuar.

    Una criatura extraña y grotesca creada a partir de las cuerdas negras se movía hacia ellos al mismo tiempo que el enmascarado. Ambos se miraron y Neji confirmó que aquella chica no era una simple chica indefensa como tantas. Armada con varios cuchillos que sacaba de una funda de cuero se lanzó hacia la criatura rebanando las cuerdas que intentaban atraparla hasta cortar de tajo ambas extremidades, el cuerpo de quien había derrotado hacia hay, era como una botarga vacía inmóvil y desparramada, esta cosa, lo que fuera que enfrentara, habitaba dentro de él.

    Neji por su lado se levantó de un golpe, ignorando el dolor de su pierna, lanzo un par de flechas que de pronto se desvanecieron en el aire antes de siquiera impactar a su objetivo, el enmascarado seguía avanzando lo hacía manera recia y despiadada que distaba mucho del bandido que hablo al llegar, como si fuera alguien más. Un pestañeo más y su arco había desaparecido, desconcertado busco atacarlo a mano limpia pero esta de pronto sangraba al igual que su pie, cada vez se le dificultaba no solo moverse, si no respirar.

    — ¡Neji! — exclamaba una voz familiar para él a lo lejos. — ¡Neji! — repetía nuevamente.

    Tenten lidiaba contra cuerdas que como los tentáculos que se movían cada vez más rápido funcionando como látigos, le quedaba dos chuchillos en mano, la criatura ya tenía encajados tres de ellos lo que se movía erráticamente.

    Al voltear la cabeza vio como Neji se había quedado de pronto sin moverse, el enmascarado estaba frente a él apunto de dispararle expedía una especie de gas, uno de los látigos le pegó en una antigua herida y ella grito, pero aprovechó el haberse acercado para atacarlo directamente, de un tajo limpio la cabeza de la criatura cayó y en esta ocasión se quedó inmóvil.

    Sin detenerse un momento lanzó su ultimo cuchillo y lo golpeó deteniendo su efecto, la niebla se dispersó unos segundos mismos que bastaron para que Neji hiciera su movimiento lanzando una flecha al cuello.

    ***************************************

    Neji se levantó de la silla al lado de la cama donde yacía la madre de Tenten, la mujer le sonreía agradecida mientras terminaba por poner el vendaje con yerbas medicinales que desde sus ancestros habían servido para curar tantas cosas que para “el hombre blanco” eran imposibles.

    Tenten lo esperaba fuera de la casa esperanzada, apenas lo vio atravesar el umbral y este afirmó, ella se le lanzó encima y lo abrazó fuertemente.

    —Tengo que agradecerte— declaró Tenten mientras metía la mano en su bolsillo.

    —El dinero no me…

    La chica abrió su palma sola, entrelazándola con la de él, aproximándose hasta sus labios y besándolo lentamente ante la luz naranja del atardecer.

    Sioux: Tribu de norteamerica también llamados dakotas, eran nómadas cazaban bizontes, no entregaron sus tierras y respetaban mucho a los animales, entre ellos al zorro y el lobo.

    Los Akatsuki que salieron fueron: Hidan (fue el primero en morir, aquí no es inmortal), Kakuzu (aquí con un cuerpo de remplazo de otro nativo americano), Deidara ( el de la dinamita), Sasori ( salió con su marioneta), Tobi (en este mundo el produce ilusiones con un gas en lugar del Sharingan).

    El Byakugan aqui aparece con la habilidad de permitir a grandes distancias y en todos los sentidos lo que le da Neji una punteria perfecta entre otras cosas.

    Tenten igual maneja armas como en el canon pero aquí se dedica a fabricarlas.
     
    Última edición: 5 Julio 2018
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    Rahzel

    Rahzel Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    ¡Hola! Ha sido una lectura realmente interesante, he encontrado algunos fics situados en el antiguo oeste, pero nunca los hallo terminado >.< un dolor para mi pobre corazón u.u

    Me gustó el combate y el ritmo de narración, Neji ha sido tan lindo <3 que hasta daría para un capítulo más de ellos dos +0+ Creo que lo único que me quedaría mencionarte es que tengas cuidado con algunas cosillas que se pueden solventar con una rápida lectura (por ahí que faltan un par de artículos, como en una parte que dice 'sudor caía por su rostro' o algo así, debería ser 'el sudor' para que no quede colgado, pues, la oración se lee rara.

    ¡Un abrazo!
     

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