Al salir de las murallas que rodean la ciudad de Alharzan, lo primero que les llama la atención es la cantidad de huertos y pequeñas granjas que parecen rodear el lugar. El nombrado Cinturón Verde es un área de veinte mil hectáreas (doscientos kilómetros cuadrados) de superficie, que envuelve a la ciudad y se encuentra compuesta por granjas de tanto hortalizas livianas y pesadas como a corrales y crías de animales. Es el principal centro de producción de alimentos y bienes primarios de toda la península, y sus productos son utilizados principalmente para alimentar a la población de la capital y a ciudades y villas vecinas. El sobrante se suele exportar a Palearath y al sur de Uleared. Los vientos frescos y húmedos que trae el Mar del Crepúsculo, junto con la pequeña depresión natural en la cual se encuentra la ciudad, hacen que se genere un microclima ideal para la siembra y el cultivo, haciendo al Cinturón Verde uno de los polos productivos de no solo la Península de Golondir, sino de todo el oeste de Ashalyra. Las granjas más grandes y ricas, algunas abarcando las catorce a veinte hectáreas, con enormes estancias residenciales, se ubican cerca de la entrada de la ciudad, mientras que a medida que uno se acerca al acantilado, puede encontrar granjas más pequeñas y humildes, muchas produciendo lo mínimo indispensable para sobrevivir. ******* Canis ya puedes comenzar tu misión. Te hice saltearte la caminata por la ciudad porque quería principalmente probar mecánicas y demás. Al llegar aquí, te abruma la cantidad de personas de todo tipo que atienden las granjas, y la mixtura de razas podría llegar a sorprender a cualquiera. A medida que preguntas entre los granjeros por el paradero del tal granjero Holmes, voy a necesitar que lances una tirada de Investigación. Para hacer esto, lanzas un dado de veinte caras en el post en el cual rolees, y luego de eso le sumas el bonificador que tengas en la habilidad, que lo puedes encontrar en tu ficha de personaje. Editas luego el post y escribes el total, de esta manera: Investigación para conocer el paradero del Granjero Holmes (o de una forma similar, como prefieras): Número. Lanza primero el dado, y luego suma los modificadores, eso es importante. Nota aparte: Ahora el Cinturón Verde queda abierto para que cualquier otro aventurero pueda explorarlo. A medida que vayan tomando misiones, se irán desbloqueando distintos lugares del mapa.
Canis Respiro profundamente, para llenar mis pulmones del aire fresco de este bello y verde paraje. Intento preguntarle a los que pasan sobre si saben dónde está la granja del señor Holmes. —¿Sabe dónde...? ¿Muy ocupado? Gracias igual. ¿Y usted sabe dónde...? ¿No? Me canso de preguntar a los que pasan por ahí, todos me ignoran o simplemente fingen que no me ven. ¿Acaso no puede un semi orco preguntar por direcciones? Decido usar mi último recurso, mi carisma para preguntarle a una mercader que iba pasando. (2 de 20, -1, es un 1) Pero la mujer solo pasó de largo sin siquiera preocuparse por que casi me atropella con su carreta de provisiones. ¿Y ahora quién podrá ayudarme?
— Oiga, señor. ¿Sé me encuentra perdido?— se escuchó decir a una voz detrás del semiorco. Al darte vuelta, puedes encontrarte con un pequeño niño, al parecer un halfling, pecoso, la carita redonda, ojos color café y pelo castaño. Tiene una sonrisa ancha, en la cual le faltan un par de dientes, y se sorbe la nariz con regularidad. Se encuentra descalzo y vestido con ropas simples de lino, algo ajadas. Las manos y su rostro se encuentran llenas de tierra. — Si se perdió, yo lo puedo guiar. ¡No encontrará mejor guía en el Cinturón Verde, no señor! Por una Noctalita, lo llevaré a dónde le sea que quiera yir. ¡Anda, anda! Acepte, que así le puedo llevar algo a la mi madre.
Canis Veo al niño, me da lástima y quisiera ayudarlo en lo posible. —Sería de gran ayuda, pequeño. Busco la granja del señor Holmes —《estoy casi seguro que este niño es sospechoso de ser el ladrón》—. Si me llevas, y no me pierdes en el camino, te doy dos noctalitas. Felis comienza a renegar sobre mi propuesta, no tenemos mucho dinero y ya lo ando regalando, sin mencionar que seguro que Holmes va a pagar una miseria, si es que paga.
El niño abre grande los ojos ante la perspectiva del premio extra, y asiente entusiasmado, sorbiéndose la nariz en el proceso. Se da media vuelta y comienza a correr, metiéndose entre las granjas. — ¡Sígamele, señor, sígamele! ¡Qué yo lo llevo! El pequeño halfling emprendió entonces una loca carrera, motivado por el dinero extra que iba a poder conseguir, mirando cada tanto detrás para asegurarse de que Canis lo está siguiendo. Después de varios minutos de corridas, en los cuales reciben los no pocos insultos de los granjeros que se encontraban trabajando en estos momentos, se acercan cada vez más al borde del acantilado. Allí, pueden divisar una pequeña granja aislada, compuesta simplemente de algunas huertas alrededor de una pequeña chabola. Una persona puede verse sentada en una silla en el porche, mientras otra parece estar trabajando en las huertas. El niño se frena y se dirige hacia Canis. — Bene, ahí está la granja del Granjero Holmes. ¡Tal y cual se lo prometí!— dice, y con una enorme sonrisa que demuestra todavía más sus dientes faltantes, extiende su mano, esperando la recompensa.
Canis La granja resulta ser aún más pequeña de lo que esperaba. Le doy una moneda al niño y la otra a Felis. —Comprobaré si es el lugar correcto, tienes el pago original, y Felis te dará el extra una vez compruebe que estamos en la granja de Holmes. El felino sostiene la moneda en so hocico, observa al niño con desconfianza. Está más que listo para saltar y huir, y si hay algo para lo que es bueno es escapar de depredadores veloces. Me acerco al granjero que labora en las huertas. Pero soy cauteloso, es normal recibir insultos de las personas, pero esta área es todavía más intolerante que cualquier calle en la ciudad. —Buenas, soy Canis, busco la granja del señor Holmes. Tomé el trabajo para atrapar al ladrón. ¿Me encuentro en el lugar correcto?
El granjero, que en realidad resultó ser una granjera, una esbelta joven, que parece tener cruzas entre humano, elfo y orco, con muy pocos trazos de este último, se incorpora del cultivo de zanahorias en el cual estaba trabajando en estos momentos. Mira curiosa a Canis por unos segundos, y luego dice: — Oh, sí, estás en el lugar correcto. Espera un momento, por favor.— la muchacha se limpia las manos llenas de tierra en sus ropas, y se voltea para ver al viejo sentado en la silla.— ¡Tío, han venido por lo del trabajo! El hombre sentado allí es el que llamas señor Holmes. Puedes ir a conversar con él si quieres. Pero ten cuidado, no le gustan muchos los aventureros. Contenido oculto: Imagen
Canis Le hago una seña a Felis. El felino se acerca al niño, y suelta la moneda justo a los pies del pequeño, luego se oculta entre los cultivos. —Te agradezco mucho, señorita —le sonrió. Me dirijo, intentando no lucir imponente, hacia el hombre al que llaman Holmes. Una vez a unos pocos metros de él, relajo el cuerpo para que no sienta hostilidad desde mi persona. —Buenas, caballero Holmes, soy Canis, tomé el trabajo que posteó en el gremio. Sería un placer atrapar al responsable de estar robando sus cosechas. Claro, siempre que su persona no tenga algún inconveniente —sonrío ligeramente. Intento hacer contacto visual con el hombre. Tuve mucho cuidado de no lastimar ni una sola planta. Solo me quedo en pie, esperando a que el señor Holmes me diga algo.
Ya desde una distancia se escuchaban las quejas de este señor, un viejo semiorco, encorvado ya por la edad, barba desaliñada, colmillos amarillentos y doblados, orejas caídas, un ojo cerrado y otro abierto a duras penas, y el cabello grisáceo atado en un corta colita. Sus palabras dejan entrever un claro odio hacia el clima del día de hoy, diciéndole que la humedad y el frío le hacen dolor los huesos, aunque el día que acaece es precioso, con un sol que calienta suavemente, el cielo despejado, y una fresca brisa marina acaricia la piel. Levanta la vista, cuando la sombra de Canis le tapa el sol, y mira al semiorco con una mirada enojada. — Ah, otro desos aventureros, que me viene a robar los nabos, ¿verdad? Desde que llegaron ustedes, los nabos se me fueron desapareciendo, así que seguron me los roban ustedes. Eh, ya los doy a dar por los morros, a los aventureros. >> ¿Tú vienes a ver al ladrón de nabos? ¿Lo vas a atrapar? Contenido oculto
Canis Como suponía, el viejo Holmes es un viejo gruñón que será difícil de tratar. He intentado ser amable con él , pero sigue siendo un cascarrabias. —He venido a encargarme de su problema y atrapar al responsable de robarse sus nabos —《que tal vez resulte ser un topo》 —. Tan solo espere y verá como resuelvo el caso esta misma noche. Al mismo tiempo, Felis revisa las pisadas en el campo.
