Aula de Defensa Contra las Artes Oscuras

El aula donde se imparte la asignatura Defensa contra las Artes Oscuras se encuentra en el segundo piso; es un salón amplio que contaba con varias hileras de pupitres y sillas, todos ellos ubicados frente al escritorio del profesor, ubicado sobre un pedestal para que el maestro pudiese observar mejor la clase.

El profesor Quirrell había decorado el aula con varios objetos curiosos que nadie sabía identificar. El lugar desprendía un fuerte olor a ajo; se decía que Quirrell tenía miedo de que un vampiro que conoció en sus viajes volviera a buscarlo. Las ventanas estaban tapadas por cortinas color azul oscuro, aunque algunos rayos de luz solar se filtraban a través de ella, y unas velas encendidas que flotaban alrededor del escritorio del profesor.

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Contenido oculto: Conjuros disponibles

Periculum — Requisitos: ninguno.

 

Contenido oculto

¡Primera clase oficialmente abierta! Deben venir aquí, a este tema; al igual que en la clase anterior, pasar o no por el tema de Pasillos será opcional.

Quirrell aún no llega al aula, los únicos presentes son los 4 PNJs… ehm, nada más que agregar, ¡apuraos en llegar! (?
@Liza White @Alisse Madness @GalladeLucario @Amelie @Jenivere @Void Izumi @Nekita @Lucas Diamond @EN Auditore @Lu Heart @rapuma @Kyouko Kiryuu @Hey Miguel @Bruno EVF @SweetSorrow @Noir @Miss Phantomhive @EliLover

 

—¡Primera! —fue lo primero que salió de mis labios al entrar con rapidez por la puerta del aula. Me detuve sonriendo de par en par, jadeando un poco por la carrera, pero mi felicidad se redujo a simplemente inflar los mofletes al notar que ya había cinco personas en el aula. Bufé, desilusionada—. Bueno pues... ¿Sexta? Bah, ese número es muy feo.

Resignada por esta vez, caminé arrastrando los pies como quien no tiene la cosa, no sin antes saludar a Raven al verla ya allí. Era bastante puntual a decir verdad. Victoria también acababa de llegar y se colocó en primera fila tomando asiento al instante, por lo que no dudé en ir a sentarme junto a ella.

—¡Holii~! —le sonreí agitando mi mano una vez llegue a su lado, depositando la mochila en la silla y tomando asiento en el sitio de al lado. En verdad es que la clase era bastante curiosa, me gustaría saber qué tendríamos que aprender hoy—. ¿Preparada para lo que se nos viene ahora? Porque mientras no me pongan una pluma por delante, encantada —reí, recordando la clase anterior.

En verdad creo que no era la única que no quería volver a ver una pluma en muuucho tiempo.

 

Raven Clearwater.

La muchacha de cabello negro estaba sentada junto a Lydia, quien no parecía dar señales de querer despegar la mirada de su ejemplar de Las Fuerzas Oscuras: una guía para la autoprotección, enfrascada completamente en la lectura del texto para las clases de Defensa contra las artes oscuras. Tras suspirar y darse por vencida en su intento de socializar con la estudiosa Ravenclaw, la muchacha se puso de pie, tomó sus cosas y fue a sentarse junto a Victoria y Evelyn.

—Ustedes al menos lograron hacer el encantamiento bien… yo no moví mi maldita pluma ni un poquito —se quejó Raven al caer con aplomo en su asiento—. Espero con la práctica se me de mejor, porque realmente me desesperó… en un momento me planteé el tirar la pluma por la ventana, fue tan desesperante.

>> Oh, ¡yo también estoy muy emocionada por esta clase! ¿Qué creen que nos enseñará? ¿Quizás nos enseñe magia para protegernos de vampiros? Nadie sabe que tal son las clases del profesor Quirrell, porque él antes daba otra asignatura, por eso lleva tantos años en Hogwarts… mi hermano me contó que el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras está maldito, ningún profesor ha durado más de un año enseñando esta asignatura… espero no sea cierto, Quirrell parece ser agradable…

 

Kara Willson

Finalmente había llegado al aula que creía que era la correcta, abrí levemente la puerta y me asomé un poco, mirando cuanta gente había junto con lo más importante: el profesor peeero, por suerte, no había profesor.. ¡había llegado puntual otra vez!

Puntual 2 - Impuntual 0 ¡ja!

Terminé de abrir la puerta y me adentré más tranquila [intentando no quejarme por el olor a ajo] para dejar el cansancio de la carrera en un olvido, me senté al lado de Evelyn y saludé a los presentes con un movimiento de mano antes de opinar algo a lo que había escuchado decir a Raven cuando había entrado al salón de clases — No me sorprendería si lo primero que nos enseña es un hechizo para defendernos de esos vampiros que lo atormentan — Suspire.

— ¿Qué asignatura daba el profesor Quirrell antes? — pregunté mirandola de forma curiosa — Y... ¿crees que para el proximo año ya tengamos otro profesor?

 

Danielle Abbadie.

Al abrir la puerta me golpeó el olor a ajo, era realmente molesto, pero como de costumbre no dije nada. Otra cosa que me molesto fue la poca luz, las ventanas estaban tapadas con cortinas azules, me sentía realmente encerrada aquí, por suerte no le temía a los espacios cerrados.

Mire mejor a mis compañeros, no se veían perturbados por el olor, ¿cuál era el secreto para que no te molestase?

Arrugue la nariz en señal de desaprobación, necesitaba una ventana, pero de todos modos entre al aula y me senté en el asiento libre más cercano al profesor, así vería mejor la clase.

 

Adam Tyler

Y al final, la clase acabó y mi hermana no logró dominar el hechizo. Nada sirvió para darle ánimos, la pluma no se movió. Recogí mi mochila cuando la campana sonó, dirigiéndole una mirada que trataba de inspirarle ánimos. ''Vamos, Em... aún no está todo perdido. Tarde o temprano lo lograrás. No te preocupes por eso'' Le había dicho, sonriente. Estaba seguro de que Emma tenía capacidades para ello, quizá sólo estaba pasando por un mal día. ¡Sí, sin lugar a dudas debía ser eso!

Cuando Em se levantó, yo tomé mi varita y usando el hechizo que acababa de aprender, hice levitar la pluma hasta arrojarla por la ventana. ''Te lo advertí, pluma''. Le recriminé mentalmente ''Nadie se ríe de mi hermana''

Estaba molesto, por supuesto. No lo suficiente para que se me notase a simple vista, pues no era una persona que se enfadase con facilidad, y siempre trataba de mantenerme comprensivo y optimista. Pero me frustraba que algo como eso le hubiese hecho perder esperanzas en ser maga algún día. Conocía perfectamente a Emma, y sabía que a pesar de aquella sonrisa que mostraba, no lograr el hechizo le había hecho decaer drásticamente.

¿Qué podía hacer por animarla?

— Si no puedes por ti misma, siempre puedo enseñarte yo — le dije con un tono conciliador, poniendo mi mano en su hombro —. Al final lo lograrás, estoy seguro de eso. ¡Como el cielo es azul y los sapos verdes que lo lograrás!

***

Cuando llegamos a la siguiente clase, esta vez en el segundo piso, lo primero que alcancé a hacer fue arrugar la nariz. ¿Qué era ese olor tan fuerte? ¿Y por qué estaba todo tan oscuro?

—¡Puag!— exclamé asqueado—. ¡Huele como la casa de la tía Margaritt!

Escuché a Em reír ante mis palabras.

La casa de la tía Margaritt era muy extraña. Y esa mujer también. Se trataba de una señora mayor que siempre llevaba a todas partes un gato negro de brillantes ojos amarillos. Se llamaba Pumpkin, calabaza, y la gente del pueblo solía acusarla de brujería o de locura, pues siempre cocinaba extraños brebajes con toda clase de hierbas silvestres que encontraba por ahí. Ella decían que sus nombres eran mandrágora, estramonio y belladona. Veía el futuro en una palangana y hablaba con los animales como si fuesen personas. ¡Era increíble! Recordaba que, cuando nuestros padres descubrieron nuestros poderes aquel día se lo acusaron a la tía, diciendo que seguro era por culpa de su mala sangre. ¿Mala sangre? Nunca lo entendí, la verdad. Aunque sí que era rara, siempre fue muy amable y agradable con nosotros.

Me miré las manos. ¿Realmente tendríamos estas habilidades tan maravillosos gracias a la tía? Estaba por preguntárselo a Em, pero finalmente guardé silencio. ¿Y si eso le recordaba el incidente con la pluma? ¡No podía permitirlo! Sacudí la cabeza, y alzando la mirada, me encontré con el resto de mis compañeros, la mayoría ya sentados en sus pupitres. Saludé sonriente, y seguidamente tomé la mano de mi hermana.

—Vamos, Em— le dije—. Cojamos un buen sitio, esto pinta súper interesante. ''¡Defensa contra las Artes Oscuras!'' ¿No suena genial? ¡Tenemos que tener una vista privilegiada de todo!

 

Jane Aoyama.

Tras haber aceptado el abrazo que Evelyn le dio y quedarse un rato por ahí curioseando y viendo cómo una chica (que ella ya conocía de haberse subido con ella en la barca del Lago Negro) intentaba hacer levitar la dichosa pluma (en el fondo la compadecía. Jane se había frustrado muchas veces por lograrlo), la clase de Encantamientos finalizó. Según lo que había escuchado, la próxima clase era Defensa contra las Artes Oscuras. ¿Artes Oscuras? ¿Defensa? ¿Qué era? De alguna forma no le agradaba el nombre, pero quizá el temario sí, se quiso decir.

Se aseguró de caminar cerca de una chica de su clase para no perderse, y deseó que las escaleras no fueran unas malditas para separarla de ella. Por suerte, no pasó.

No obstante, una vez ya en la planta, la alumna se adelantó a Jane, dejándola atrás sin darse cuenta. No le importó, ya que al haberla visto entrar en un aula ya supo a dónde tenía que ir.

Tocó a la puerta con los nudillos por educación y acto seguido abrió la puerta, asomándose y viendo que ya había gente que se dio más prisa que ella y que el profesor aún no llegaba. "Qué rapidez", pensó, cerrando la puerta y dirigiéndose a un pupitre de la clase.

Reparó en la poca iluminación del lugar, aunque no era un inconveniente para ella realmente porque tenía buena vista pero también se fijó en el potente olor a ajo que podía sentir hasta en su garganta. Se tapó la boca y arrugó la nariz, asqueada.

—¡Qué fuerte olor! Vamos a salir de aquí apestando a ajo y dudo que nos quitemos esa esencia hasta dentro de unos buenos días...

Contenido oculto

When no tienes inspiración y escribes estas cosas...

 

Ricky Moorse

Ingresó arrastrando sus pies; con un ligero puchero en su rostro. Estaba decepcionado de él mismo, no haber logrado el hechizo lo había dejado desentonado del lugar. Miró su varita y la sacudió en el aire. —No funciona... —suspiró y miró a sus dos compañeras, Ery y Lumi, y no pudo evitar sonreirles. —Espero que en esta clase pueda dominar el hechizo.

 

Lumi.

La clase acabó y Emma no consiguió dominar el hechizo de levitar la pluma, eso me deprimió, sobre todo al ver aquella carita tan tierna con una sonrisa que disimulaba en el rostro, la cual pasaría desapercibida por los que la miraran, pero yo conocía ese tipo de máscara a la perfección, más de una vez la había utilizado con las personas "normales".
Me alejé de ambos hermanos en silencio y volví con Ricky y Ery.

—Ella tampoco lo logró. —Suspiré al ver que Ricky estaba igual que Emma.

Los tres nos miramos unos segundos y salimos del aula para encaminarnos a la siguiente clase "Defensa contra las artes oscuras". Que interesante se escuchaba esa materia.

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Llegamos al aula, esta vez sin ningún inconveniente. Habíamos seguido a nuestros compañeros, por eso no nos perdimos ni las escaleras jugaron con nosotros. Al entrar centré mi atención en Ricky. Él se encontraba haciendo un lindo puchero mientras veía y movía su varita; suspiró unos instantes después de haberla agitado y levantó su mirada, posandola en nosotras e instintivamente nos dedicó una sonrisa.

—Ery, Ricky... —Los llamé con más confianza en mi voz—, en esta clase tenemos que lograrlo los tres.

Les sonreí y seguimos caminando hasta tomar un lugar detrás de los gemelos. Miré a mi alrededor y me di cuenta que aún faltaban alumnos por llegar al aula. Observé a mis dos compañeros, los cuales apenas habían podido percibir el olor que emanaba de aquel lugar.

 

Ery Colle

Observé a Ricky cuando comenzó a hablar y sacudió su varita —Seguro funciona; sólo que el dragón que vive dentro sigue dormido...—pensaba que en el centro de la varita, al igual que en la suya; dormía un dragón, pues no podía imaginar que mataran dragones para crearlas; después de todo están hechas con magia. Después escuchó a Lumi y afirmó —Claro que lo lograremos los tres esta vez—

 

Melinda

La primera reacción que tuve al entrar el aula del profesor Quirell fue llevarme una manga a la zona de la nariz y la boca, pues el sitio me recibió con una fragancia que no podía considerarse agradable. El olor a ajo predominaba sobre cualquier otro tono aromático; era como si el lugar estuviera montado para espantar vampiros, y las cortinas que tapan las ventanas parecían confirmar esta idea.

Tomé lugar en un pupitre que quedaba justo enfrente de Killikki, Colle y Moorse. En tanto me acercaba al lugar y les daba la espalda con el fin de ocupar mi silla, noté que el tercero se mostraba bastante desanimado por no haber logrado dominar el encantamiento de levitación. Escuché fragmentos de la conversación entre mis tres compañeros y, ni corta ni perezosa, me tomé el atrevimiento de intervenir:

—No es culpa de la varita, Moorse —los miré por sobre mi hombro, con mi relajada seriedad—. La magia duerme en el interior de cada uno de nosotros, como un dragón, como un fénix, un unicornio; como la criatura que compone nuestras varitas. Sólo es cuestión de hacerle las “cosquillas” suficientes y precisas para despertarla.

 

Daniel Brown

Apurado por pensar que ya había llegado el nuevo profesor, salí corriendo del aula para encontrarme de nuevo con las escaleras. No sé ni cuanto tiempo pasó hasta que al fin pude encontrar una que me sirviese, pero desde luego fue mucho más de lo que habían tardado otros compañeros. Aproveché el momento y bajé a toda velocidad para llegar por fin al segundo piso, y, tras buscar la clase un buen rato, localizarla de una vez por todas.

Entré sin saludar al ver que no había profesor y me fui a sentar al final. Con suerte no tardaría mucho en llegar...

 

Hikari

Aun seguia un poco debastada por lo de la pluma, pero espero poder tratar de controlar ese hechizo una vez mas despues, porque si no no dormiria hoy.
Por suerte las escaleras se habian puesto de mi lado hoy, no habia imaginado lo rapido que habia llegado y al entrar, solo habia unos cuantos alumnos sentados, el profe aun no aparecia, ¿ahora el seria el que llegase tarde?.
Estaba mirando el aula entera, estaba adornado con antiguedades que jamas habia visto o imaginado, tenia un fuerte olor a ajo, creo que estaria media clase con los ojos llorosos o tapandome la nariz. Me recargue en mi manos en espera a que llegase el maestro, ¿que nos enseñarian aqui?.

—Defensa contra las artes oscuras, muy seguro son hechizos de defensa como su nombre lo indica—me dije a mi misma.

La clase no tardaba en empezar de seguro.

 

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Lamento la ausencia en estos días

Dylan

Entré en el aula despistado. Había tanta gente... ¿llegaba tarde? Me sentía un tanto mareado, había caído dormido en mi cama por mucho tiempo, ¡casi parecía que había estado en coma! Pero en fin, tomé asiento donde pude, mirando alrededor con nerviosismo. Suspiré. "Defensa contra las Artes Oscuras". Juraría que esa no era la primera clase.... ups, ¿habré faltado a alguna clase, ya nada más empezar el curso?

Apoyé mi cara en mi mano derecha. No estaba precisamente emocionado, pero... mejor tomarse esto con positividad. No puede ser tan terribe. O eso espero...

 

—Antes daba Estudios Muggle —respondió Raven con alegría—. Pero cancelaron esa asignatura, y como al fin del año pasado el profesor anterior renunció, Dumbledore le ofreció el puesto a Quirrell… espero sea buen prof-

Las palabras de Raven fueron cortadas cuando las puertas volvieron a abrirse para dar paso al profesor Quirrell. El tartamudo maestro, al hacer aparición, logró que todos se silenciaran para que diera comienzo la clase, aunque ciertamente saltaba a la vista que estaba un tanto nervioso. Se trataba de un hombre joven bastante pálido, con ojos azules y lucía una túnica morada que hacía juego con el turbante de igual color que tenía en su cabeza.

—Bu-bue-buenos dí-días —saludó el profesor Quirrell a su clase—. Bi-bienvenidos a Defensa co-contra las artes os-os-oscuras…. soy el profesor Qui-Quirrell, y se-seré su maes-maestro du-du-durante sus años en Hog-Hogwarts…

>> Comencemos… ¿algu-alguno puede de-de-decirme… qué son, pa-para ustedes, las ar-artes oscuras?

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@Alisse Madness @Hey Miguel @Void Izumi @EN Auditore
Aún pueden unirse ala clase, pero deben rolear que tocan la puerta antes de ingresar :3

 

Danielle Abbadie.

Y en un abrir y cerrar de ojos el profesor Quirrell entro al salón, por su andar y forma de hablar se notaba bastante nervioso, como si algo estuviera acechándolo constantemente, ¿pero qué cosa podría estar molestándolo?

">> Comencemos… ¿algu-alguno puede de-de-decirme… qué son, pa-para ustedes, las ar-artes oscuras?"

La clase comenzó con esa pregunta, pensé un momento, si uno se debía defender de dichas artes debe ser porque es magia peligrosa. Levante la mano con timidez y cuando el profesor me dio paso para hablar tome aire, esperemos no equivocarme.

—Supongo que es un tipo de magia peligrosa y o prohibida, usada para causar mal —hable despacio y meditando las palabras antes de decirlas, era la primera vez que hablaba y realmente temía equivocarme.

 

Jean

Había llegado tarde a mi primera clase, y todo por quedarme dormido, Cloud subió en mi adopten y me dio un par de lenguetasos con su rasposa lengua y abrí los ojos y ni siquiera pase al gran comedor, simplemente fui al salón y toque la puerta tímidamente y entre - lamento llegar tarde- dije y me diriji a mi asiento