Long-fic // Atracción // [[ Rakan x Xayah ]] (League of Lengends)

Tema en 'Fanfics abandonados de Videojuegos' iniciado por ZaphireArthemis, 30 Diciembre 2018.

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    ZaphireArthemis

    ZaphireArthemis Iniciado

    Aries
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    30 Diciembre 2018
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    Título:
    // Atracción // [[ Rakan x Xayah ]] (League of Lengends)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1782
    << Los personajes pertenecen al juego online League of Legends, propiedad de Riot Games >>

    — Si las cosas salen mal...

    Todos tienen una historia que contar, desde menores hasta los más prudentes de todo este mundo. Y según Xayah, la historia solo se escribe por los ganadores, aquellos que tenían los derechos para tomar la pluma y la mano quién redacta.

    Por ello, es que jamás se ha rendido, ella siempre ha sido fiel a sus instintos, a todo lo poco que su corazón la guiaba con una llama de rebelión encendida. No por algo era conocida por todo el mundo como "La rebelde".

    Encargada de liberar a la magia que humanos usan de forma exorbitante para sus fines, y también de cuidar a su tribu, los vastayas; la joven se ha embarcado en un sinfín de peligros que han manchado sus hermosas plumas violáceas de sangre. Y estaba orgullosa de ello, de hecho, le hacía satisfactorio matar a todo aquel que la hacía sentir bajo alguna prisión, en este caso, a los humanos. ¿Cuántas veces no había visto a las personas que tomaban sus tierras y la magia que, para ella y su clan era la vida, mientras que para los humanos es el poder? No podía ni contar las atrocidades que habían creado, destrozando su hogar, perdiendo a su padre y a toda su familia. Todo por los insensatos que buscaban hacerse más fuertes.

    Ella se embarcó en la misión que le indicaba la libertad, y para ello deambulaba entre pueblos y más pueblos humanos. Viviendo de robos de artefactos vastayas, o encargándose de criminales matándolos despiadadamente. Fue en uno, donde todas la gente del pueblo estaba congregada en un festival regional, donde conoció a un vastaya muy particular.

    Su plumaje dorado resplandecía como el sol, gracias a la luz de las lámparas de fuego que repartían brillo a las calles al anochecer. Su cuerpo se movía al compás de las canciones que dejaban los músicos, alegrando a todas las damas, incluso algunos jóvenes. Con unos ojos como el cielo más cristalino que nunca se había visto. Xayah admitió que aquel hombre era atractivo, pero le parecía asqueroso el hecho de compartir algo tan especial como lo es un baile con los humanos. Después de un par de miradas, la joven se fué del pueblo y continuó con su caza.

    Curiosamente, la imagen del vastaya de plumaje dorado no había abandonado su cabeza. Complicado era no recordar aquella sonrisa soberbia y llena de auto vanaglorio a sí mismo. Incluso en batalla, llegaba a recordar la danza que interpretaba entre la multitud. Cosa que la desconcentra de su misión. ¿Por qué justo ahora? Casualidad que, entre estas batallas, el vastaya de nombre Rakan apareció para auxiliarla. Haciendo que la pelea durara muy poco.

    Rakan le reveló que la había estado siguiendo, claro que la chica se enfadó con él, pero notó que sus intenciones no eran hacerle daño, sino más bien protegerla. Muchas veces le preguntó el porque de eso, y él solo respondía "Es lo que mi corazón me dicta hacer". Cursi, pero esas palabras llegaron hasta Xayah, y aceptó a Rakan como un compañero entre sus viajes.

    Y claro, con el tiempo esa pequeña relación entre compañeros, terminó por convertirse en una amistad. Depositando ambos su confianza uno del otro, terminando así unidos por un fuerte lazo de amor mutuo que en pocos meses floreció. Muchos los conocían por la rebelión que formaban en contra de los humanos, pero que, al mismo tiempo, lograban dar la vida las zonas donde las habían perdido.

    Ahora, ambos se encontraban entre los bosques de Jonia, donde lo que quedaba de su tribu residía aún en tiempos difíciles. Aunque había un concreto motivo del por qué estar allí, por lo menos en esas fechas.

    — Necesitamos que busque una piedra sagrada para el ritual de la luna ensangrentada. —Decía el ministro del clan de Xayah, observando a con inquietud como Rakan tarareaba canciones y bailaba sin música alguna en medio de una charla muy importante.

    — No lo tome en cuenta, siempre actúa así. — La rebelde miro desinteresada a su compañero, quién seguía sin escuchar nada de lo que hablaban.

    — No recuerdo que los Lhotlan se comportan tan... Inmaduros. —Suspiró volviendo su mirada a la pelirroja.— ¿Es apto para la misión?

    Xayah rio. Le recordaba cuando apenas ambos jóvenes se conocían. Se hacía las mismas preguntas, incluso se las llegó a decir en cara a su pareja. Pero Rakan permaneció firme, y a pesar de ser todo un despistado que no piensa, termina siendo efectivo y sincronizado con ella. Sin él, tendría difícil las batallas que han liberado con anterioridad.

    — Él es el único soporte que necesito. Ya lo adiestrare para la misión. — La cara del ministro vastayano no era del todo fiable, pero no quiso decir más. Asintió a lo que la rebelde reafirmó.

    — Do, di, do, ¡Pa, Pa! —Rakan terminó de hacer el tonto (Según Xayah) con una pose teatral, y le dirigió una sonrisa a su compañera, la cual se la devolvió sin mucho esfuerzo.— ¡Esa es mi nena!

    — Espero que todo salga bien. —Rogó el vastaya mayor.— Cuidaos mucho, no permitáis morir, puesto que me gustaría que ustedes estuvieran en el festival. —Sonrió levemente.

    — No se preocupe, nosotros nos encargamos de traer la piedra de vuelta, y celebrar el festival. —Espetó la pelirroja, para despedirse con un ademán de su superior e irse con Rakan a realizar un plan.

    Ambos se quedaban en la casa de Xayah, puesto que Rakan no pertenecía al clan donde esta su amada, no tenía dónde alojarse, por lo que Xayah lo invitó a quedarse en la casa de esta. Por suerte tenía una habitación extra para él.

    — ¿Has escuchado algo de lo que decía el ministro? —Preguntó Xayah entre el camino a su casa. Rakan estaba ocupado mirando sus plumas.

    — Claro, tenemos que recuperar algo. —Xayah ahora fue quién suspiró, por lo menos su pareja sabía que tenían que buscar un objeto robado por los humanos.— ¡Y prepararnos para un festival de no sé qué! —Viro los ojos, cuando Rakan escuchaba algún festival, quiera o no iba a bailar por unas cuantas monedas. Por lo que preparaba un número y una melodía específica. Como todo buen encantador, debía tener un público, incluso estando en la tribu de su amada.

    Llegaron a la casa donde se quedaban ambos vastayas. No era una casa con lujos, pues solo tenía cosas básicas y simples. Como le gustaba a Xayah. Rakan tampoco se quejaba, puesto que ya había dormido en cuevas en muy peor estado. Aunque admitía que quería algunos que otros lujos cuando ella y Xayah terminen su rebelión en el la región de Jonia. Xayah se sentó en la sala, tomando los mapas que siempre dejaba al lado de la mesa y colocarlos en esta. Haciendo cálculos para el plan que poco a poco se iba formando en su cabeza. Rakan, por su parte, se fue a servir algo de comer para los dos.

    Tras llegar a la sala con dos platos para los dos, el vastaya de plumaje exuberante notó el afán de su pareja en hacer su trabajo. Bufó molesto, últimamente Xayah no hacía más que hacer favores a la gente de su clan. En cierta forma, era un desquicio. Rakan quería pasar tiempo con ella, pero un tiempo verdaderamente romántico. El único momento donde pudo declararle su amor fue después de una emboscada, en una mierda de taberna llena de humanos muertos. Según ella fue lo más romántico que habían vivido los dos, y a él también le parecía una buena oportunidad, eran rebeldes en todo caso, ¿No es lindo confesar su amor entre semejante cantidad de enemigos muertos? A Xayah le bastaba. Pero a Rakan parecía que faltaba algo más.

    Aún no se habían abierto del todo. No se habían tan siquiera besado. Estaba en una especie de tortura, pues tenía miedo de que a Xayah no le agradase los besos que podría proporcionarle. O peor aún, que lo rechazara como compañero, y volver a esa zona donde tuvo que sufrir unos cuantos meses de caza. No quería volver a sentir eso.

    Al vastaya se le haría todo más fácil si supiera lo que quiere Xayah. Pero imposible era entrar en su cabeza y saber qué era lo que ella quería. Y eso era lo que lo atemorizaba. Estaba tan acostumbrado a saber lo que quieren de él en cuanto a mujeres se refieren, después de todo, él las encantaba a todas con sus bailes para que hicieran lo que Rakan quisiera. Desgraciadamente (O mejor dicho, por fortuna) la pelirroja no era como ellas, y la primera vez que se vieron no cayó a sus redes como cualquier otra. Lo cual era muy nuevo, y por eso a él le llamó la atención ella.

    Se sentó junto a ella, colocando la comida de ambos en frente del otro.

    — Ahora no es momento de comer. —Dijo observando el pequeño plato de frutas que le dejó su pareja.— ¿No ves que estoy ocupada?

    — Pero... Comida... —Xayah notó la carita de perro culpable que hizo Rakan. Sonrió levemente, apartó el plato y siguió con lo suyo. Dejando a su compañero con un mal sabor de boca.

    ¡Queria atención! ¿No era mucho pedir un poco de tiempo de solo ellos dos? Sin nada ni nadie que estuviera entre sus pensamientos. Estaba muy frustrado, incluso tenía en la cabeza que para Xayah era más importante su rebelión que él. ¿No que se amaban mucho para ser pareja? Cada que cortejaba a su seguidoras ellas hacían todo cuanto podían por estar a su lado. En cambio quizás las tornas se habían colocado en su contra, pues es él quien ahora hace todo lo que puede para no ambandonar a Xayah. Y ahora era quién tenía que soportar estar del otro lado, y eso no quería, sabía que llegará en algún punto que ella podría dejarlo.

    No quiso pensar mucho más, además que el silencio que tenía con ella debido a su trabajo tan solo lo hacía sentir peor. Terminó de comer, y en un espacio algo amplio en la misma sala, comenzó a crear danzas armoniosas mientras tarareaba.

    Xayah volteó a mirarlo con discreción. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al notar que aún en silencio, Rakan era el chico ideal para quitar los momentos incómodos. A ella le gustaba verlo bailar y tararear las canciones de su tribu, aunque en un inicio lo consideró como un bufón.

    — Buenos movimientos, cariño. —Alegó la rebelde mientras observaba.

    — Gracias, mi Ella.

     
    Última edición: 30 Diciembre 2018
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  2.  
    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

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    Es muy lindo que respetaras las personalidades de ambos. En lo personal, siempre me pareció interesante la relación de Xayah y Rakan porque si bien se complementan, ambos son totalmente diferentes y es curioso pensar en cómo pasan el tiempo cuando no están matando a alguien.

    Ojalá puedas continuar, estoy muy interesada en saber cómo lleva esto el pobre Rakan que se mira ya bastante desesperado y Xayah tiene algo de cariño que se le escapa a su compañero.

    Saludos ♡
     
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