Artista de Cristal

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Orfeo, 25 Junio 2014.

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    Orfeo

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    9 Abril 2014
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    7
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    Escritora
    Título:
    Artista de Cristal
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2003
    Este es el primer fic que escribo para FanficsLandia, la verdad, no tenía mucha idea de que hacer, y este lo hice hace un tiempo, espero que les guste mucho...Y si no les gusta bueno jaja, cada quien tiene sus gustos ¿No?.


    Artista de Cristal


    Ese día sólo pensé en lo que deseaba, de tanto quererlo pensé que mi cabeza iba a estallar en mil pedazos, me senté en el medio de mi cuarto, con la ventana abierta, para ver si en algún momento alguien o algo aparecían por ella y me daba una idea.
    Cerré los ojos, más tranquila, dejando que los latidos de mi pequeño y frágil corazón se detuvieran, inhale…Exhale…

    Al abrir los ojos, ese algo apareció, era un oso de peluche, uno grande y muy esponjoso, lo abracé un momento y me tranquilice.


    Años más tarde…

    Llegaba de clases, mis padres no estaban en casa, era el momento perfecto, al menos por unos minutos debía escapar, corrí al patio y cerré los ojos, intenté relajarme un momento mientras el perro ladraba, era medio difícil concentrarse, pero seguí intentando hasta que al fin lo logré, abrí los ojos, y me encontré con una puerta, la abrí y luego la cerré antes de que mi perro entrará, empecé a correr por un extenso pasillo oscuro, que en verdad daba miedo, pero bueno, valía la pena llegar al final, abrí la puerta que me encontré a lo último del pasillo y entré…

    Un maravilloso mundo muy parecido a la Tierra, apareció frente a mis ojos, montañas nevadas detrás, más adelante un pequeño pueblo y bueno, luego, la colina donde estaba yo, me acerqué para dirigirme hacia el pueblo, pero no me di cuenta de que la colina era muy empinada y me resbalé.

    Empecé a rodar sin parar por la colina, ensuciándome la ropa “Dios mío, mi madre me va a matar”, y llenándome el pelo de pasto, hasta que de repente algo me detuvo, al mirarlo, era una chica, de pelo rubio con mechas castañas, alta, de ojos azules, al fijarme un poco más, me dí cuenta que tenía un brazo mecánico

    —Ho-Hola… —Le dije, tímidamente, ella sonrió con mucha confianza y me levantó, comenzó a sacudirme la ropa sin siquiera preguntarme algo, me miró a los ojos

    —Señorita, debe relajarse — Señaló un lugar para bajar de la colina y me encogí de hombros, muy avergonzada
    —Por ahí se puede bajar más fácil —

    —S-sí, es que… —Mis ojos buscaban otro lugar para mirar, algo que no fueran esos hipnotizantes ojos color cielo, ella empezó a reír y me golpeó el hombro despacio con su mano humana

    —Entiendo, entiendo, a mí también me agarran esos momentos donde no sé qué decir porque anteriormente hice una estupidez —Me observó con esa sonrisa tan brillante como el sol y yo intenté decirle algo coherente

    —Bueno, es que yo quería ver el pueblo más de cerca — Me apené un poco por haber dicho tal tontería, tendría que haber visto bien por donde iba

    —¡Claro!, seguime —Se dio vuelta, empezó a caminar, yo le seguí sin dudarlo, confiando en ella, en esa mujer tan extraña de brazo mecánico y ojos azules.

    Me mostró todo el pueblo, parecía muy tranquilo, enseguida la miré a ella de arriba abajo, viendo que en ese pueblo era algo difícil que alguien pudiera hacer un brazo mecánico.

    —C… ¿C-Como…? —Tartamudee al principio, y no salió lo que quería, no deseaba preguntarle porque tenía eso, no tenía la suficiente confianza para hacerlo, pero ella enseguida respondió

    —Me cortaron el brazo de pequeña, luego lo obtuve ehm, es difícil la historia, si quieres saber, no soy de aquí, vivo en la ciudad, sólo que salí de ahí porque es una completa locura —

    Asentí, sin decirle más nada “Es difícil la historia”, era suficiente para saber que no quería contarme, ella me miró

    —No me has dicho tu nombre…Ehm, soy Yoko —Me volvió a sonreír, al escuchar ese nombre me sorprendí tanto que mi boca se abrió automáticamente.

    Yoko “Niña Positiva” o “Niña del Sol”, era impresionante, sin duda increíble, la primera vez que al pasar por la puerta me encontraba con ella, una de mis máximas creaciones, ¿Por qué no lo sospeché antes?, el brazo, su sonrisa, la historia que no deseaba contar, sin darme cuenta la abracé, ella sin decir nada sólo acarició mi pelo

    —Ah…Sos cariñosa, ¿Eh? —

    Un silencio incomodo nos rodeó, mientras estábamos en una plaza en la mitad del pueblo, frente a nosotras unos vendedores de frutas y atrás unas señoras que nos miraban extraño, luego de observar la reacción de todos, la solté y me alejé de ella

    —Lo siento, es…Dime algo Yoko, aquí, ¿Creen en algún dios? —

    Le pregunté apresuradamente, sólo por una leve curiosidad, quería saber lo que ella iba a responder, pero enseguida se puso seria, esa clara y hermosa sonrisa, no dejó rastros

    —¿Qué te puedo decir?, es complicado…Yo no creo en dioses —

    Las señoras parecía que habían escuchado eso, empezaron a cuchichear cosas entre ellas, que yo no entendía muy bien por lo lejos que estaba de ellas.

    —¿Por qué? —Le pregunté, aunque supiera la respuesta, me gustaba escucharla

    —Tsch Se quejó y miró a otro lado, parecía molesta por la pregunta
    —¿Para qué creer en ellos?, tanto le pedimos y no hacen nada, se mantienen en su silla, mirando como nosotros cada día sufrimos y somos controlados como marionetas por sistemas mal hechos, levantándonos para tomar las cadenas y empezar a tirarlas todo lo posible, para ver si algo se mueve en nuestra vida, pero nada...A veces debemos acostumbrarnos a nuestra cotidianeidad, a que, nacemos, trabajamos y morimos, tal vez puede que nuestra vida sea feliz, o tal vez puede que nuestra vida se llene de dolor, es depende y proporcional a lo que hagamos en un presente
    —Sus palabras fueron cortantes y frías, ya sabía los hechos de porque ella no deseaba creer, pasó años demasiado malos, tal vez no era el momento para decirle que yo le hice pasar esos malos ratos.

    —Lo siento —Me dijo de repente, mirando a otro lado
    —Todos los demás son politeístas, al menos aquí, pregúntales si deseas, pero…A mí no —Negó con la cabeza y siguió caminando, yo no sabía si seguirle o no, pero decidí que lo haría, sólo porque no deseaba volver a mi casa.

    Terminamos en un bar, no sé cómo es que llegué a este lugar, pero estaba bastante nerviosa, jamás había bebido en mi vida, y además, había demasiados hombres, tal vez ella estaba acostumbrada a ese ambiente, pero yo no…

    —Dame un Vodka —Dijo ella, sentándose frente a la barra, yo me senté a su lado, bien pegada a ella, él mesero la observó un momento

    —¡Yoko! —Dijo confiado, parecía que la conocía de toda la vida
    —Jaja, ¿Dónde has estado? ¿Quién es tu acompañante?—Me miró un momento y yo me tape la cara con la bufanda, muy asustada.

    —Oh, he estado en muchos lugares, apenas llegué a la ciudad y me encontré con esta niña, ni siquiera me ha dicho su nombre, pero me ha seguido todo este tiempo—Golpeaba los dedos contra la mesa, esperando su bebida, observé cuidadosamente como movía sus dedos, sus movimientos eran cortados y temblorosos, me di cuenta que ella no estaba bien, no sólo por ese detalle, sino porque sus ojos también lo demostraban

    —En muchos lugares, ¿Eh?, ¿Te pasó algo?, siempre vienes para beber algo después de un acontecimiento doloroso…—Él la conocía perfectamente, o tal vez había visto los mismos detalles que yo.
    —Bueno, todo el mundo lo hace, ¿no?—

    Ella asintió, pero lo miró a los ojos, movió sus labios un poco y él mesero pareció entenderle el mensaje, ya que sólo asintió y le sirvió su vodka

    —Está bien, cuéntame otro día —Dijo con una sonrisa y siguió atendiendo otros clientes.

    Al voltear a ver el vaso de vuelta, ya no había más nada, ella lo bebió demasiado rápido, levantó la mano de vuelta y volvió a llamar al mesero, por dentro decía “Mierda” sí, no quería cargar una borracha, pronto debía volver a casa, pasaron muchas horas desde que me fui y a mis padres no les gustaría que volviera como estoy.

    Esta vez, ella pidió que él mesero le diera la botella completa “Dios, ¿Tanto va a beber?”, eso se confirmó, lo iba a hacer

    —Lo mejor será que te vayas por donde viniste— Me dijo de repente, observando la botella
    —¿Entiendes?, no me mires con esa cara, en verdad necesito…Olvidarme un rato de mis problemas —

    —¿Hundiéndolos en alcohol en vez de enfrentártelos? —Creo que debí darme cuenta de que esa frase era un error, es una de mis primeras creaciones, y una de las más agresivas sin dudarlo ni por un segundo, enseguida me tomo del cuello y me levantó de la silla, empecé a temblar de miedo, los ojos de ella se habían vuelto color amarillo, como los de un depredador a punto de morder a su presa

    —¿Quién eres tú para decirme que yo no enfrento mis problemas? — Su voz sonó de lo más terrorífica, desee estar en casa en ese momento con muchas ganas, pero lamentablemente, no era tan fácil volver, ni con el poder que tengo.

    —Y-Yo… — Intenté decirle mi nombre pero fue inútil, ya que ella comenzó a estrujar mi cuello como si fuera un pequeño trapo.

    —¡Yoko! —Alguien gritó detrás de nosotras, y ella me soltó instintivamente, yo caí al suelo
    —Deja en paz a esa pobre niña—Era un chico, uno muy hermoso, de cabello rojizo y ojos azules, se acercó a nosotras
    –Ven conmigo— Me dijo de la manera más dulce que hubiera escuchado, me tomó de la mano y me ayudó a levantarme, luego miró a Yoko

    —No seas tan así, Yoko, y…Deberías dejar de beber, ¿Entendido?— Nos fuimos del bar, tan pronto termino de decir eso.
    Caminé con ese chico unas horas, los dos estábamos completamente callados, cuando salimos del bar, le dije donde debíamos ir, él solo asintió, y desde ese momento no habíamos hablado.

    Al llegar a la puerta, él me observó extrañado

    —¿Quién eres?— Me dijo de repente, curioso por lo que había detrás de la puerta, se acercó para abrirla

    —M-Me llamo…— Escuché unos gritos detrás de la puerta, eran mis padres, si me aparecía así sin más, sin explicarles donde estuve…Me iban a matar, eso estaba confirmado, agarré la mano del chico de la puerta

    —No puedes pasar por ahí— Le dije, y al terminar, entre por la puerta y empecé a caminar.

    Ni se imaginan cual fue la reacción de mi padre, al volver sucia, transpirada y cansada

    —¡¿Dónde has estado?!— Me gritó enfurecido, se le notaban unas cuantas venas en el cuello, producto de su ira sin control hacia mí.

    —Ehm…Estuve jugando con Chon— Una leve mentira que me salvaría de esa situación, aunque…No funcionó, enseguida sentí un golpe de mi padre, con tanta fuerza que caí al suelo y empecé a sangrar

    —Mentirosa, ¡Igual que tu madre! ¡No estabas en el jardín!—Él le había visto, ya sabía sobre la puerta y sabía que no había estado en casa, en seguida fue hacia el jardín y se acercó a la puerta, me levanté como pude para detenerlo y él volvió a golpearme

    —¿Qué es esta cosa?—Me dijo, abrió la puerta
    —¿Qué hace en el medi…?— No pudo terminar la oración, ya que un brazo mecánico lo golpeo en la cara
    —Odio este tipo de hombres…- Sus ojos se clavaron en mí
    —O te levantas o te golpeo— Al escucharlo, enseguida obedecí
    —Ven conmigo, no mereces estar con alguien como este sujeto—Cuando lo dijo pateó con fuerza a mi padre, yo me acerque a ella y luego, desaparecimos al entrar a la puerta.

    Me di cuenta de algo, cuando mi padre me golpeó, que soy frágil, demasiado, en ese momento me sentí, como de Cristal....

    Continuara...
     
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