Harry Potter Ariana [Albus Dumbledore]

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Kikuz-sama, 26 Diciembre 2017.

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    Kikuz-sama

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    Escritora
    Título:
    Ariana [Albus Dumbledore]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    996
    Bueno, este es un pequeño relato para la actividad una "mágica navidad". Es algo extraño y realmente espero que sea de su agrado. Lo hice así porque siempre he pensado que cuando uno muere llega a un lugar que represente mucho para él o para ella en su vida y así lo he aplicado para Albus. Espero haber cumplido el cometido de la actividad y si no es así, mil perdones :shame2: es muy difícil escribir desde la perspectiva de este personaje. También puede ser algo raro ya que sigo experimentando con mi narración. Ojala puedan disfrutarlo :$:


    Solo quiero una oportunidad…



    Si alguna persona le preguntara a Albus Dumbledore cuál era su mejor recuerdo él jamás dudaría en contestar que navidad y, pese a la estupefacción que seguramente manifestaría aquel que preguntará, para él tenía mucho sentido. Porque (a pesar de los múltiples reconocimientos recibidos en el mundo mágico a causa de su increíble talento) estaba solo.



    Sólo hubo una época en la que fue inmensamente feliz y a la que le gustaba regresar con frecuencia en esa bendecida (melancólica) fecha. Por la noches, cuando la escuela ya se hallaba sumida en el silencio después del festejo de nochebuena para aquellos que se quedaban en el castillo, él regresaba a su oficina y se colocaba frente al pensadero y extraía de sus memorias ese amado y (a veces odiado) recuerdo.



    Cada nochebuena llevaba a cabo la misma rutina. Cerraba los ojos y se adentraba en ese mundo de colores vibrantes y de brillantes arco-iris que fue su infancia. Aspiraba el aroma a manzanas acarameladas, a tarta de manzana, la dulzura del ponche, el olor de la carne y el característico dulzor de las galletas recién horneadas.



    Caminaba por la que alguna vez fue su casa. Venía a su sonriente padre tomando la mano de su madre. Esa bella mujer que (casi siempre tenía una expresión severa) endulzaba sus fracciones y prodigaba caricias fáciles en las pueriles mejillas de sus tres hijos. Había tanto calor en aquella casa que al viejo Albus se le entibiaba el corazón. Siempre hacia lo mismo, recorría la vieja casa, admiraba las decoración con olor a polvo y sonreía. Iba a la cocina donde veía el pavo y regresaba a la estancia. Ahí se detenía frente al árbol y veía las luces encenderse y apagarse.



    Vio por el reflejo de la dorada esfera que estaba frente a él, a los tres chiquillos. Se dio la vuelta y se sentó al lado de su hermana Ariana. La observó largamente. Las pestañas largas, los brillantes ojos azules y ese cabello del color del trigo por la tarde. Pudo ser una hermosa mujer. Estiró la mano ansiando acariciar su mejilla. Quería llenarla de mimos y aquello que no hizo por ella ni en su niñez ni en su adolescencia. Pero era tarde… demasiado tarde. Cerró los ojos y salió de su recuerdo. Alejó el pensadero.



    Triste miró su mano con la escasa luz que le proporcionaba la vela que tenía sobre su escritorio. Se encontraba negra y entumecida. Sabía que moriría y no sentía pena por ello. Sentía que morir era lo correcto pues no pensaba que dejaría a nadie atrás. Ni siquiera al joven Potter ni a su hermano Alberforth. A ambos ya les había hecho el suficiente daño. Cerró los ojos y con la voz suplicante como cuando era un chiquillo que atentó escuchaba los cuentos de su madre y le pedía que no se fuera; pidió una oportunidad… sólo una oportunidad para implorar su perdón…



    … y la oportunidad no llegó hasta el día de su muerte. O así lo entendió mientras caía por la torre y veía ese oscuro cielo sin estrellas. Cuando impactó en el suelo sonrió al ponerse en pie y ver esa escena que era familiar. Esa cena llena de muérdagos, de sonrisas y amor que sólo en su niñez recibió. Pero había algo tan diferente que lo descolocó. Ahí estaba su madre y su padre pero no con la desbordante juventud con los que los recordaba, sino con esa vejez con la que a veces los imaginaba si hubieran tenido una larga y feliz vida.



    A su lado estaba Alberforth con esos ojos azulados sin ser opacados por el odio, además sus labios eran tirados hacia arriba por una fácil sonrisa. Y aquella que veía caminando en su dirección era Ariana tal y como él la visualizó en sus múltiples visitas al pensadero. Su cabello caía en ondas por su espalda. Era como si el sol hubiera tejido sus hebras. Y sus ojos de firmamento lo miraban con amor, con admiración.



    —Bienvenido, Albus. —Murmuró con su voz cantarina.



    Y, ante esa cálida bienvenida y esa sonrisa afable, comenzó a llorar y se arrastró hasta sus rodillas. Se aferró a ellas y lloró. Llovió todo aquello que no pudo cuando murió su padre ni cuando lo hizo su madre. Se puso en pie con la desesperación de un hombre que había andado sin rumbo por mucho tiempo y (por fin) encuentra el camino a casa. La abrazó con fuerza. Temiendo que se desvaneciera antes de que pudiera escucharlo.



    —Lo siento tanto Ariana. Siento no haber podido protegerte de aquellos niños. Siento haberte negado la protección y el cariño que necesitabas cuando murió mi madre. Lamento tanto… —la voz se le rompió y respiró profundamente tratando de tranquilizarse. — ...Tanto el cortarte las alas por mi cobardía. Por mi culpa y por mi estupidez perdiste la vida.



    —Eras muy joven, Albus. Todos lo eramos. —Tomó su rostro entre sus manos. Él se sorprendió, sus palmas se sintieron increíblemente cálidas en sus mejillas. —Nunca me arrepentí por morir por ti. —Ante aquellas palabras, Albus enmudeció. Ante su estupefacción, ella lo abrazó. —Feliz navidad, Albus.



    —Feliz navidad, Ariana.



    Y en ese momento, entre los brazos de su hermana, Albus fue inmensamente feliz. Después de tantos años de angustia y dolor por fin encontraba la paz.
     
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    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Aun creo que el género romance/amor es muy ambiguo... pero es lindo ver a Dumbledore pidiendo perdón a su familia por sus errores, reconociendo que no era ni fue perfecto en vida. Es bueno considerar que siempre hay la oportunidad de arrepentirse y volver a vivir juntos en familia, y nada como la navidad para arreglar todo. Gracias por el corto.
     
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    Ichiinou

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    Debo reconocer que la última parte me impactó bastante. Osea, la frase de Ariana a Albus, por algún motivo me causó una profunda tristeza. Realmente, quizás ese sea el cielo para él, un cielo egoísta en el que Ariana se alegra de haber muerto por él, pero en realidad, creo que ninguna niña se hubiese alegrado de morir por nadie, normalmente. Aunque bueno, la bella Ariana quizás, no podía albergar odio en su corazón, quizás y sí tiene sentido en este caso, aunque para mí resulte duro de admitir.
    Me ha gustado como has redactado, se ha hecho una lectura muy amena y he podido visualizar perfectamente a Albus en el pensadero, rememorando eso una y otra vez. Sinceramente, creo que ese podría haber sido perfectamente un pedacito de la saga, sin lugar a dudas.
    En fin, me ha gustado mucho. Muchas gracias por participar en la actividad y por hacer magia con las palabras. Tienes algún que otro dedazo, que no he querido remarcar, pero si te apetece repasar los verás. ¡Saludos! :wiiiii~:
     
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