Kholod, hogar moguri Archipiélago Paradiso

Archipiélago Paradiso

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Ubicación:
Isla principal: B2 (Kholod)
El resto de ubicaciones no se han revelado aún.
Completado al: 0%
Niv. Recomendado: 60

En un complejo de islas al norte de Kholod se aprecian acantilados, cascadas, bosquejos, flores de vibrantes colores que decoran cada rincón, lagos enormes de aguas cristalinas, caminos rodeados de maleza exótica... un sinfín de maravillas naturales que reflejan la gracia natural de Kholod y su ambiente tropical a la perfección.

Este calmado Archipiélago, llamado "Paradiso", no es sino un pequeño tesoro de los moguris de Kholod, uno que guardan con celo y cuidan con mimo. Presidido por el gran árbol que se ubica en el centro de la isla principal, uno que no rivaliza a Baobab, pero que no por ello se queda corto en tamaño, el lugar es pacífico y tranquilo. Y es que, curiosamente, no se siente la presencia de monstruos en la zona, ni siquiera una vez uno se adentra un poco. Solo un leve aroma a "monstruo", pero uno algo distinto... quizá sea a... ¿moguri?

Contenido oculto: Minijuegos: Kupoliga

Zonas de caza

En el Archipiélago Paradiso, lugar sagrado de los moguris cazadores, las islas que rodean la central se usan como campos de caza de práctica. Acceder a ellos requiere de tomar un pequeño barquito, pues no existen puentes ni ninguna otra forma de acceder a las mismas, ya que los moguris han evitado que los monstruos tengan acceso fácil a su zona de residencia.

Estos campos de caza, pues, se emplean para entrenar y obtener recursos frecuentemente, y solo miembros de suficiente rango de la Kupoliga puedne acceder a ellos por un tiempo limitado... pagando la correspondiente cuota de inscripción, claro.

Por un precio de 300 guiles, se puede acceder a cualquiera de las dos islas de entrenamiento, la noroeste o la noreste. Una vez se vaya a la isla elegida, se dispondrá de un tiempo límite para cazar todos los monstruos que se desee; dicho tiempo se mide a efectos de gameplay en base a dos factores: cada movimiento entre subzonas consume 1 turno; y cada turno en batalla de uno de los personajes del grupo (no cuentan Navis, en caso de haber alguno) consumirá también 1 turno. Podréis hacer, además, ciertas acciones resaltadas en negrita que consumen 1 turno igualmente, y que quizá sean necesarias para acceder a nuevos monstruos...

Tendréis en total 30 turnos para poder desplazaros, buscar presas y cazar tantos monstruos como podáis. Cada monstruo derrotado otorgará una serie de puntos dependiendo de su fuerza, rareza, etc. Podréis ganar bonus especiales por derrotar a una cierta cantidad de monstruos de un mismo tipo o por derrotar a varios monstruos de distintos tipos. Eso sí, estas batallas no os darán exp ni guiles, y solo cuando terminéis los turnos de caza podréis obtener recompensas según vuestro desempeño. Adicionalmente, otorga puntos adicionales conseguir robos y drops de monstruos, que de igual modo no os quedaréis, solo sumarán para vuestro desempeño final.

Obtendréis recompensas colectivas en forma de experiencia y otros premios según cómo lo hagáis una vez que los 30 turnos terminen o si decidís plantaros en algún punto anterior. Estos premios serán para todo el grupo, miembros o no de la Kupoliga, pero podréis obtener también premios especiales si alcanzáis determinados récords o hazañas que solo serán para los miembros de la Kupoliga; aunque haya un solo personaje de esta liga y los otros tres no lo sean, solo ese miembro se llevará estos premios.

Otras cosas especiales a destacar son:
- Morir en estas islas no supone un Game Over, simplemente terminaría ahí vuestro intento. Eso sí, seréis penalizados por ser derrotados en el desempeño final.
- El grupo que entre puede dividirse si lo desea para cubrir más terreno rápidamente, pero si lo hace, cada desplazamiento por la isla de cada subgrupo gasta un turno (por lo que si se dividen en 2, por ejemplo, consumirán 2 turnos al moverse cada grupo a un sitio distinto).
- Pese a que no obtenéis exp, robos ni guiles, sí puede extraerse magicita de los monstruos.
- Los monstruos aquí derrotados no cuentan para el bestiario ni para la información extra de Tilkin o Maya, pero sí podéis obtener datos de ellos que registren los comentarios de Cid.
- La primera vez que se derrote a enemigos poderosos (marcados en rojo) sí se obtendrá su trofeo de caza, que se añadirá al inventario de quien dé el golpe final como sucede usualmente, independientemente del desempeño, y también se ganarán los PH asociados.

Registraremos aquí las recompensas que se han ido obteniendo y los puntos que han aportado los distintos monstruos:

- Isla noroeste (Selva):
???

- Isla noreste (Montañas):
???

- Premios conseguidos:
N/A

​

 

Rigel Betelgeuse

Los chocobos continuaron correteando por Kholod, a una velocidad descomunal, que a veces incluso mareaba un poco. Pero al entrar al agua se calmaron y empezaron a nadar tranquilamente (y por un momento, lo agradecí). Volvimos a llegar a las islas que habíamos descubierto hacía un rato, y esta vez decidimos entrar en profundidad a ver qué encontrábamos en ellas.

Al menos desde fuera, las islas parecían idílicas para un continente como Kholod, donde había tantas lluvias. Soplaba el viento, la vegetación era abundante, y el sol resplandecía. Sería un buen sitio para unas vacaciones, si no tuviéramos trabajo entre manos...

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Holi, aquí tamos

Zireael Amelie Hygge

 

Rigel Betelgeuse

Al empezar a adentrarnos en el archipiélago, algo nos detuvo. Fue una voz, que no alcancé a descubrir de dónde provenía. El "Kupopó" delataba que eran Moguris, pero no había nadie por ningún lado. Revisé bien todo lo que tenía a mi alcance infructuosamente.

¿Por qué este sitio era exclusivo para Moguris? La idea de que los humanos éramos tóxicos era algo que cada vez me daba más pereza, tanto por infundada como por injusta. Los Moguris venían a Elérea frecuentemente, y nosotros no los rechazábamos allí. Decidí que podríamos adentrarnos un poco más para ver qué era esa isla y para buscar a los demás. A fin de cuentas, solo eran unos Moguris, no podía ser peligroso.

—Lo sentimos, estamos buscando a nuestra tripulación. Queremos asegurarnos de que no se han colado aquí.

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Nos adentramos porque no le tememos a nada(? Salvo al Hilgigas

 

Haciendo caso omiso a las palabras de aviso, el grupo se dispuso entonces a entrar, y comenzó a adentrarse por el camino de madera... pero en ese momento, varias flechas se clavaron justo frente a sus pies, alarmándolos. Las voces, ahora, venían tras ellos, y las plantas a su alrededor se agitaron al moverse algo de forma sibilina entre ellas.

—¡Kupó!

—¡Kupó!

—¡¡Kupó!!

De pronto, tres moguris con la cara pintada con motivos rojos, apenas unos taparrabos como vestimenta y arcos y ballestas a su escala en su espalda aparecieron, sorprendiéndoles y apuntándolos.

—Os avisamos, kupó.

—Este sitio es solo para moguris, kupó.

—¡Si no respetáis los límites, no nos hacemos responsables de lo que pase, kupó!

Y se movieron con suma rapidez, lanzando todo tipo de proyectiles y objetos.

¡Emboscada!

Fila delantera: Kein
Fila trasera: Rigel, Erin, Brigid

Moguri A: Triple flecha (Kein)
Moguri B: Polvo somnífero (Brigid)
Moguri C: Dardo penetrante (Erin)


MOGURI CAZADOR
Lvl. 58
Salud: 200/200
PM: 100/100
Fuerza: 100
Defensa: 80
Poder mágico: 0
Espíritu: 80
Terapeucidad: 80
Defensa mágica: 80
Velocidad: 160
Habilidades pasivas:
- ¡No me pillas!: el usuario esquivará todo ataque lanzado hacia él un 100% de las veces. Al segundo golpe, esquivará 1/2 veces; al tercero, esquivará 1/3 de las veces, y así sucesivamente hasta que algún ataque impacte. En caso de un golpe impacte, el contador vuelve a 1/1 y se resetea la pasiva.
- Cadena KO: si el usuario deja KO a un enemigo, podrá actuar otra vez en ese mismo turno inmediatamente.
- AutoTenue: si el usuario queda en estado crítico, esto es, con menos de un 25% de sus PS, automáticamente se volverá invisible e ignorará todo daño físico sin afectar eso a su pasiva. Sin embargo, si recibe un golpe mágico desaparecerá el efecto.
Ataques:
- Polvo somnífero (lanza un polvo somnífero al rival, haciéndolo caer en estado Sueño con 1/2 de posibilidades de acierto)
- Triple flecha (dispara 3 diminutas flechas al enemigo, al pecho, a la pierna y a la cara, con +10 daño físico cada una. La primera flecha causa Anticoraza 1/3 veces, la segunda causa Inútil 1/3 veces y la tercera causa Ceguera 1/3 veces. Mismo daño a la fila trasera) (Coste: 10 PM)
- Dardo penetrante (dispara un dardo que sobrepasa armaduras, haciendo +20 daño físico, sobrepasa 1/2 de la defensa rival. Mismo daño a la fila trasera) (Coste: 10 PM)
+360 experiencia


MOGURI CAZADOR
Lvl. 58
Salud: 200/200
PM: 100/100
Fuerza: 100
Defensa: 80
Poder mágico: 0
Espíritu: 80
Terapeucidad: 80
Defensa mágica: 80
Velocidad: 160
Habilidades pasivas:
- ¡No me pillas!: el usuario esquivará todo ataque lanzado hacia él un 100% de las veces. Al segundo golpe, esquivará 1/2 veces; al tercero, esquivará 1/3 de las veces, y así sucesivamente hasta que algún ataque impacte. En caso de un golpe impacte, el contador vuelve a 1/1 y se resetea la pasiva.
- Cadena KO: si el usuario deja KO a un enemigo, podrá actuar otra vez en ese mismo turno inmediatamente.
- AutoTenue: si el usuario queda en estado crítico, esto es, con menos de un 25% de sus PS, automáticamente se volverá invisible e ignorará todo daño físico sin afectar eso a su pasiva. Sin embargo, si recibe un golpe mágico desaparecerá el efecto.
Ataques:
- Polvo somnífero (lanza un polvo somnífero al rival, haciéndolo caer en estado Sueño con 1/2 de posibilidades de acierto)
- Triple flecha (dispara 3 diminutas flechas al enemigo, al pecho, a la pierna y a la cara, con +10 daño físico cada una. La primera flecha causa Anticoraza 1/3 veces, la segunda causa Inútil 1/3 veces y la tercera causa Ceguera 1/3 veces. Mismo daño a la fila trasera) (Coste: 10 PM)
- Dardo penetrante (dispara un dardo que sobrepasa armaduras, haciendo +20 daño físico, sobrepasa 1/2 de la defensa rival. Mismo daño a la fila trasera) (Coste: 10 PM)
+360 experiencia

MOGURI CAZADOR
Lvl. 58
Salud: 200/200
PM: 100/100
Fuerza: 100
Defensa: 80
Poder mágico: 0
Espíritu: 80
Terapeucidad: 80
Defensa mágica: 80
Velocidad: 160
Habilidades pasivas:
- ¡No me pillas!: el usuario esquivará todo ataque lanzado hacia él un 100% de las veces. Al segundo golpe, esquivará 1/2 veces; al tercero, esquivará 1/3 de las veces, y así sucesivamente hasta que algún ataque impacte. En caso de un golpe impacte, el contador vuelve a 1/1 y se resetea la pasiva.
- Cadena KO: si el usuario deja KO a un enemigo, podrá actuar otra vez en ese mismo turno inmediatamente.
- AutoTenue: si el usuario queda en estado crítico, esto es, con menos de un 25% de sus PS, automáticamente se volverá invisible e ignorará todo daño físico sin afectar eso a su pasiva. Sin embargo, si recibe un golpe mágico desaparecerá el efecto.
Ataques:
- Polvo somnífero (lanza un polvo somnífero al rival, haciéndolo caer en estado Sueño con 1/2 de posibilidades de acierto)
- Triple flecha (dispara 3 diminutas flechas al enemigo, al pecho, a la pierna y a la cara, con +10 daño físico cada una. La primera flecha causa Anticoraza 1/3 veces, la segunda causa Inútil 1/3 veces y la tercera causa Ceguera 1/3 veces. Mismo daño a la fila trasera) (Coste: 10 PM)
- Dardo penetrante (dispara un dardo que sobrepasa armaduras, haciendo +20 daño físico, sobrepasa 1/2 de la defensa rival. Mismo daño a la fila trasera) (Coste: 10 PM)
+360 experiencia

Turnos:
- Moguri cazador
- Moguri cazador
- Moguri cazador
- Kein
- Rigel
- Brigid
- Erin
- Moguri cazador
- Moguri cazador
- Moguri cazador
- Kein
- Rigel
- Brigid
- Erin

 

Rigel Betelgeuse

Al avanzar, tres voces más nos sorprendieron y escuchamos el característico "kupó" de los Moguris, que provenía de detrás de nosotros. Nos dimos la vuelta y nos encontramos a tres Moguri corriendo hacia nosotros, con ballestas y cervatanas.

—¡Agh, es una emboscada! ¡Malditos Moguri! —me quejé en voz alta, mientras desenvainaba el arma. Nos tocaba luchar esta vez.

Sin embargo, conforme tomé la katana, Brigid cayó dormida y Kein pareció verse afectado también por los golpes, no podía ver bien. Erin me miró, y entendimos que estábamos en una situación bastante complicada.

Serían sucios estos Moguris... ¡Maldita especie de seres irracionales! Si tan solo se cuestionasen un poco sus propios principios... Necesitábamos huir, pero no lo teníamos fácil. Afortunadamente, Kein, en mitad de su propia confusión por la perdida de visión, lanzó una bomba de humo, que nos permitió despistar a los Moguri.

—¡Rápido, aprovechemos la oportunidad! —susurré. Los chocobos nos recogieron (incluida a Brigid, que seguía dormida), y nos marchamos de allí lo antes posible.

Kein: Bomba de humo

 

Rigel Betelgeuse

Tras montar en chocobo, fuimos directos al Asentamiento Centurio a descansar en una posada, después de los daños por el encuentro contra la tortuga. Además, sabiendo lo que ocurrió la última vez que fuimos al archipiélago... más nos valía estar bien preparados, sin duda. El descanso fue breve, pero suficiente para que todos repusiésemos fuerzas. Y sin demorarnos mucho más, fuimos al archipiélago.

—Espero que esta vez nos dejen entrar sin problemas. Venimos a petición de Montblanc, después de todo, ¿no?

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Usamos los tres la posada del asentamiento centurio (-100 guiles)

Zireael Amelie

 

El grupo llegó al Archipiélago Paradiso, quizá recelosos; no en vano, su primera visita al lugar no fue... precisamente bien recibida, que digamos. Sin embargo, cuando llegaron a la isla principal, en la entrada a la misma, encontraron a un grupo de pequeños moguris que parecían muy entretenidos conversando entre sí. Uno de ellos era particularmente familiar, claro... Montblanc.

Al llegar el grupo, se giró, y suspiró.

—Hola... habéis podido llegar, por lo que veo. Bien, eso es que habéis hablado con Rudy, ¿me equivoco?

Tilkin alzó la mano.

—¡Hola de nuevo, kupó! Vaya, hoy nos estamos encon-

—En todo caso —Montblanc interrumpió entonces a Tilkin, alzando una mano—, si ya estáis enterados de la situación, es vital que colaboremos. Estoy... negociando con los moguris de la zona. He conseguido autorizar la entrada de humanos, pero con la condición de estar acompañados en todo momento de los guardias. Esta zona es... sagrada para los moguris. Solo los miembros de la Kupoliga pueden entrar, me es difícil incluso a mí negociar con ellos. Aprovechemos para tratar de ubicar la capa, ¿sí? Una vez la encontremos, conseguirla... será el segundo de nuestros problemas, pero ya nos preocuparemos entonces por eso.

Los guardias miraron con recelo a Rigel y los demás, pero cuando Montblanc empezó a andar al interior del Archipiélago, se apartaron para dejarles pasar. Se giró brevemente, bastón en mano, y lo agitó en el aire.

—... y estad atentos. Estamos cerca de conseguir las piezas que necesitamos para liberar a Marche... si alguno de los soldados de Geryon nos ha ubicado, podría lanzar un ataque en cualquier momento. Incluso aquí. Lucharé con vosotros si es necesario.

Montblanc se une al grupo. Su ficha está en el Starlight.

 

Rigel Betelgeuse

Al llegar al Archipiélago, esta vez nos aguardaba un recibimiento más cálido. Montblanc estaba allí, y según decía había hablado ya con los Moguri de la zona para intentar negociar que entrásemos. Como ya habíamos podido ver de primera mano, no era algo que le hiciese especial gracia a los habitantes de la isla, pero contando con el apoyo de su líder sería más fácil, ¿no? O al menos debería serlo.

Nos advirtió igualmente Montblanc de que debíamos ir con cuidado, no ya por los cazadores Moguri, sino por los posibles esbirros de Geryon.

—De acuerdo, ¿alguna pista de dónde estará la capa? Este lugar parece gigantesco como para ubicarla sin más...

>>Adentrarse en la isla

 

Isla principal: paso del lago

Caminando detrás de Montblanc, el grupo se adentró entre los espesos bosques de la isla, hasta que estos se abrieron en un extenso lago. En mitad del mismo, unos puentes hechos con madera y caño se extendían, en forma de cruz. Ellos entraron desde el sur, y tres caminos se alzaban ante ellos: a este, oeste y norte.

—... no sabría decirte —respondió Montblanc a Rigel, meditativo—. Cuando se entregó la capa, fue con la condición de que los moguris de las islas la escondiesen y custodiasen a su albedrío. Y créeme, preguntarles no va a servir de mucho, demasiado es que estamos entrando.

Montblanc se paró en la intersección, en mitad de los puentes, y cruzó sus brazos.

—Veamos... en teoría, si seguimos al norte deberíamos llegar al centro de la isla principal, junto al árbol sagrado —agitó los brazos luego, como tratando de evitar la confusión—. Y no, no es uno de los cinco, como Baobab, es solo un árbol grande en torno al que se construye la aldea central del Archipiélago. Si vamos al noroeste o al noreste deberíamos acercarnos a los puntos de acceso a las otras dos islas del archipiélago.

>> Es todo lo que puedo decir... solo queda buscar bien, poco más.

Miró luego al agua, frunciendo el ceño. Pero... no se movía, aparentemente. Estaba tranquila.

—Esperemos que todo vaya bien. En todo caso, si vamos a una de las islas secundarias, es probable que sí haya monstruos; son campos de caza para los moguris de aquí. La central es segura... mientras tengamos permiso, claro. Lo cual no será por mucho tiempo.

Conexiones:
- Noreste: ???
- Noroeste: ???
- Norte: ???
Enemigos:
???

 

Rigel Betelgeuse

—Entiendo. O sea, que ni tú mismo tienes control sobre lo que pasa aquí. No sabes dónde está la pieza de armadura, ni sabes cómo convencer a los Moguris de que nos dejen pasar. Mucho es que sabes cómo se distribuyen las islas en el archipiélago. Al menos eso será de utilidad.

>>Quizás podamos averiguar algo si vamos a la aldea principal, así que podemos probar a ir para allá. No obstante, si pedisteis que escondiesen la armadura, lo más probable es que no se encuentre allí, sino en alguna de las zonas con monstruos, para un mejor custodio. Luego iremos a alguna de las islas secundarias, si os parece bien.

>>Norte.

 

Isla principal - Gran Sauce

Así pues, el grupo decidió que el primer paso más sensato era seguir hacia delante, a la supuesta aldea en torno al árbol que había allí. Cuando terminaron de cruzar el puente, una valla de madera con una gran puerta del mismo material les recibió; esta última estaba abierta, pero no sin dos guardias a las puertas, cargados con lanzas y arcos de tamaños adorables, pero que Rigel y los demás sabían bien que no eran de juguete. Montblanc tuvo que conversar un buen rato para explicarles también la situación, y al cabo de un tiempo, se apartaron, sin mediar palabra, dejándoles paso.

—Podemos pasar... —el pompón anaranjado de Montblanc se agachó, gesto que vino acompañado de un suspiro algo pesado—. No están lo que se dice contentos con la idea de unos humanos entrando a la urbe del Gran Sauce, pero bueno, he intentado transmitirles que es una urgencia.

—Kupopó... no me puedo creer que vaya a entrar a los pies del Gran Fauces, kupó... ¡debe ser un monstruo enorme, kupopó! ¿Y es seguro construir casitas ahí dentro? Sisí, tú escóndete si al bicho le da por morder, ¡llamándose Fauces seguro que lo hace tarde o temprano, kupó!

—No, no es Fauces, es... el Sauce —corrigió, algo exasperado, Montblanc.

—Ah, vale, ¡ahora entiendo! Kupó... ¿has oído, Sisí? ¡El Gran Fauces está buenísimo en salsa, kupó! Monty-Monty dice que está muy rico con sus buenas sauces, kupó. Aunque debe ser grandote para cazarlo, kupó...

Decidiendo ignorar a Tilkin, Montblanc precedió el paso hasta que todos entraron bajo la sombra del árbol. Este era alto, y sus hojas caían como pequeñas hileras que parecían lianas, dando la sensación de que había una cortina que cubría todo el poblado. Por lo demás, se parecía a Mogulópolis... el asentamiento estaba estructurado en torno al tronco del árbol, pero esta vez había una especie de mercado a la entrada, y... una gran estatua en el centro, hecha con piedra. Montblanc caminó hasta ella, y la observó.

La estatua representaba a una chica con las manos entrecruzadas, mirando al cielo, y, tras ella, unas enormes alas se extendían, como las de un pájaro gigante. Viéndola de frente, parecía que las alas eran suyas, pero cuando uno rodeaba la estatua, apreciaba que el cuerpo del pájaro se escondía hábilmente tras la chica. Todos podían reconocer ambas figuras... era Claire, claramente. Claire, y, por tanto, el pájaro debía ser... Fénix.

—... —el gesto de Montblanc se tornó algo... agrio al mirar la estatua, por alguna razón. Como si le produjese una mezcla de nostalgia, pero, a la vez, rabia.

Pero fue Tilkin el que habló, admirando la estatua en cuestión.

—Hala, conozco a esta muchacha, sí, sí... kupó. No sabía que era tan friolera, en esta estatuita la han puesto abrigada, kupó.

Montblanc inclinó la cabeza a un lado, y entonces se dio cuenta.

—¡A-Ah, cierto! Mirad, lleva... lleva puesta...

En efecto, al verla de cerca, su tono oscuro mezclándose con el color de la piedra, la estatua tenía una prenda colgada y atada al cuello... una capa. No podía ser, ¿esa era la capa que buscaban, acaso? ¿Tan... fácil iba a ser?

—Está ahí, a la vista de todos. En el centro de la ciudad —murmuró Montblanc—. Tenemos que tratar de conseguir llevárnosla, pero... ¿cómo procedemos?

—¡Kupó! ¡Yo digo que hagamos un negocio! ¡Y los mejores negocios son los que salen gratis: la cogemos y corremos, kupó!

—Eso es una locura, hacer eso aquí es un suicidio.

Hmmm, la capa estaba delante de ellos, pero cogerla sin más no parecía buena idea... ¿o sí?

>> Tratar de robar la capa y huir.
>> Preguntar a algún moguri de la zona por la capa.
>> Marcharse y explorar otra zona.

Nota: esta zona se reserva como punto de comercio; habría algunas tiendas que no son accesibles ahora mismo para el grupo, y por tanto, las editaré y añadiré solo cuando se pueda interactuar con ellas.

 

Rigel Betelgeuse

Al avanzar hacia el centro de la isla, llegamos al Sauce en torno al que se construía la civilización del archipiélago. Tilkin continuaba diciendo cosas sin sentido, que decidí ignorar deliberadamente. Mientras continuase con Sisí, no nos molestaría a los demás. Montblanc, por su parte, decidió acercarse a los guardias de la colonia. Me quedé rezagado, algo intimidado por los Moguris que ya nos habían emboscado previamente.

Tras unos momentos de debate, Montblanc acudió a nosotros para indicarnos que podíamos pasar. Allí había todo un poblado, como el de Mogulópolis.

—Huh. La verdad, sería interesante poder visitar esta ciudad sin prisas y sin hostilidades. Tal vez en otro momento, tsk.

Al pasear por allí, encontramos una estatua que representaba la figura de una chica, y junto a ella el Fénix que nos enfrentamos en la Algaba. Debía ser el Fénix de la profecía, y por lo que había entendido, era aquella chica. Por tanto, debía ser Claire, la profeta...

Mientras hacía todas estas cavilaciones, Tilkin remarcó algo, que Montblanc notó pronto. ¡L-la capa! ¡Llevaba puesta la capa!

—¡No digas burradas, Tilkin! ¡No vamos a robar la capa! La última vez que nos buscamos problemas con los Moguri casi no lo contamos. Mejor será buscar a alguien por la zona con quien podamos negociar.

 

Tomando la ruta de la sensatez (y no la que quiera que sea la de Tilkin), Rigel y los demás decidieron preguntar por la zona acerca de la capa. Quizá con un poco de suerte, los cazadores de la villa pensaban que era un trozo de trapo antiguo, sin más, y no les importaba deshacerse de él.

Así, sus pasos les llevaron a acercarse a uno de los mercaderes, que rápidamente les indicó acerca de un moguri que podría ayudarles: Mogwyn, un cazador que llevaba, según el mercader, "el cotarro, kupó". De modo que no tardaron en encontrar al tal Mogwyn: era un moguri normal y corriente en aspecto, pequeñito y de pelaje oscuro. Eso sí, era... sorprendentemente serio.

—... debéis ser los visitantes humanos, kupopó. Ya podéis hablar rápido, kupó —pero pronto, en cuanto Rigel y los demás iban a intervenir, alzó una mano, ceño fruncido—. No, pero no vosotros; que hablen ellos. Los mogus, kupó. Vosotros solo sois acompañantes.

Montblanc se aclaró la garganta, tenso, y dijo:

—Verá, Mogwyn. Teníamos interés en preguntar por la capa que hay en la estatua del Fénix de la profecía, esa capa de tela oscura. ¿Podríamos llevárnosla? Es todo por cuanto venimos.

—... —el moguri parecía reflexionar, brazos cruzados—. Hmpf. Esa capa fue cedida por los seguidores de la Profeta, kupó. A cambio de nuestra independencia, se nos cedió como tesoro. Por eso la cuelga ella, la encarnación del Fénix, en la flamante estatua en su honor, kupó. No la daríamos jamás a-

—¡Kupó, oye, amigo Mogwyncín, una cosa, kupó! —Tilkin intervino de pronto, alzando una manita e interrumpiendo abruptamente al moguri—. Soy, tipo, superfan y eso de la Kupoliga y todo, kupó, ¡Tilkin es un gran cazador, de hecho! Y Tilkin resulta ser un elegido de esa niña Profetosa, kupopó... ¡de hecho soy algo así como su encarnación en forma mogu, kupó!

—¿Huh...?

Montblanc se llevó una mano a la cara, abatido; estuvo a punto de intervenir, pero Tilkin siguió, y el jefe no podía sino pensar que cada palabra hundía aún más sus posibilidades. Pero nada detuvo al moguri de Guiguí: con una de sus manos apuntó a Sisí, sobre su hombro, y le disparó una pequeña onda de energía. Esta se transformó de pronto en humana, alertando tanto a Montblanc como Mogwyn, ambos dando un paso atrás con sorpresa.

—P-Pero, ¿qué...?

Y con otro toquecito, Sisí volvió a su forma animaloide, subiendo al hombro de Tilkin cómodamente.

—¿Ves, kupó? ¡Tilkin hace magia magicosa como la Profetilla esa, kupó! Así que téeeeeecnicamente esa capita es casi de Tilkin... ¿no? ¿Kupopó?

I-Impresionante, ¿Tilkin estaba negociando de verdad...? B-Bueno, técnicamente fue mercader, pero no tenían precisamente buenas referencias de sus habilidades.

—N-No puede ser —dijo Mogwyn, aún impresionado—. Hmmm. T-Tal vez eso sea solo un truco, kupó. No me lo creo del todo... pero si de verdad eres la reencarnación del Fénix en forma mogu, kupó... —pensó por mucho tiempo, frotando su mentón, y al final acabó por asentir—. Está bien. Si de verdad eres esa reencarnación que dices, kupó, no tendrías problemas en transformar un Rey Molbol o un Kujata en objetos, ¿verdad que no?

—Pero por supollo, señor Mogwynoso, kupó~. ¡No sé qué es un Rey Mormón y un Ya-tah, kupó, pero Tilkin puede teletransmutoformar lo que se le ponga por delante, kupó!

Mogwyn sonrió con cierta saña.

—Ja. Vale, pues a ver si es verdad, kupó. El Kujata pulula en la isla del noreste, y el Molbol en la del noroeste. Si tienes lo que hay que tener, kupó, tráemelos hechos objeto; ni mis mejores cazadores pueden con ellos; así que solo si de verdad tienes esos poderes transmutantes podrás conseguir tal propósito, kupó. Hazlo, y... la capa es tuya.

—¡Trato hecho, kupó!

***

Feliz y contento, Tilkin lideró la marcha rumbo al exterior de la aldea, de nuevo... y Montblanc no pudo evitar preguntar, curioso:

—H-Ha sido impresionante, Tilkin... supongo que te he subestimado. Has logrado convencer a ese moguri de que eres la reencarnación de la Profeta, incluso... una idea brillante.

—¿Huh? —Tilkin parecía... no haberle hecho mucho caso—. Ah, sí, sí, kupó. ¡Lo que sea por una comida tan rica! Mmm, si esa capa es tan importante seguro que está deliciosa, kupó... ¿de que será? ¿Una capa de lasaña? ¿De tortitas? ¿De nata? ¡Que hambre!

... Montblanc ni siquiera tenía palabras. No hacían falta, de hecho... con Tilkin era mejor no intentar razonar mucho.


Para obtener la capa, debéis derrotar a un Rey Molbol o un Kujata, a vuestra elección, que se encuentran en las islas del noroeste y noreste, respectivamente. Podéis derrotarlos incluso sin Tilkin en la batalla; simplemente, su trofeo de caza, por rol, será obtenido por los poderes de Tilkin, y os servirá para la misión.

 

Isla central - Orilla a la isla montañas

El grupo decidió aceptar la petición de Mogwyn (¿acaso les quedaba otra opción?), y al volver al lago central se desviaron algo al este. Tilkin estaba emocionadísimo, eso sí: había oído que iban de caza y ya parecía estar haciéndosele la boca agua pensando el monstruo que cazarían. Tanto que se le olvidó la "capa" que también pensaba que era comida.

—¡A cazar, a cazar, kupopó~! ¡A cazaaaaar, kupó-kupó, pom-pom~! —canturreaba, alegre—. ¡Me pregunto cómo sabrá una alcayata a la plancha, kupó! ¡Suena delicioso!

¿Alcayata? Ah, debía referirse al Kujata... aunque ciertamente, pese a que se encaminaban hacia la isla en la que se debía encontrar ese monstruo, no tenían mucha idea de cómo era, ¿no? Hasta que, claro, Montblanc habló:

—El Kujata es un monstruo bastante grande y fiero. He visto alguno por los campos de Kholod, hace ya bastante tiempo; ahora no se dejan ver mucho por allí, suelen reunirse más en zonas algo más yermas y montañosas. Son como venados gigantescos, y a alguien del tamaño de un moguri podría aplastarnos solo con una pisada. Eso sí, son fácilmente irritables, lo cual puede ser útil, porque es fácil distraerlos y que se obcequen con un punto concreto. A veces se centran tanto en un objetivo que ignoran que les están golpeando desde otro ángulo.

... vaya. Sí que sabía de monstruos, Montblanc. Y eso que él no salía mucho de Mogulópolis, tanto menos para cazar, ¿no?

En fin, llegaron al terminar el puente a un camino de madera que bajaba entre la espesura del bosque, descendiendo por un pequeño acantilado, hasta un pequeño puerto con un barquito de madera adorable en tamaño (pero bastante apretado para llevar humanos, desde luego). Algunos moguris cazadores estaban por allí, y no tardaron en sobresaltarse al ver al grupo, pero pronto se relajaron. Seguramente ya les habían inf0rmado de la llegada de humanos.

Rápidamente Montblanc explicó la situación, y señaló a Tilkin.

—... además de tener el permiso de Mogwyn —siguió diciendo—, él no solo es la reencarnación moguri del Fénix, sino que es un miembro de la Kupoliga. Y según tengo entendido, en vuestras normas sobre los campos de caza nada se dice de que no puedan acompañar a los miembros de la liga otros invitados, ¿cierto? La exigencia solo es que únicamente puede accederse a los campos de práctica si un miembro de la Kupoliga de rango suficiente lo solicita, pero nada más se indica.

Heh, también se conocía las normas bastante bien... aunque eso parecía más lógico, siendo el líder de todo Kholod y demás. Por mucho que no tuviese control sobre el Archipiélago, era lógico que conocería algunas de sus costumbres y reglas. La Kupoliga no era exclusiva de ese archipiélago, además... el jefe Toro estaba en Mogulópolis, de hecho.

—Sí... supongo que el mogurito jefecito tiene razón, kupó —... tenía cierta gracia, el cazador encargado del barco tenía una voz grave y severa, pero sus palabras eran tan... bueno, tan "mogus"—. Vale. Podréis acceder a la caza del Kujata, kupó. ¡Pero aunque sea una visita especial a la isla montañas, tendréis que cumplir todas nuestras normas, kupopó! Eso impilica que los moguritos y sus amigos tendrán un tiempo límite para cazar al bicho, ¿se entiende, kupó?

—Perfectamente. Eso sí... ¿no tenéis otro barco? No sé si mis amigos van a caber en ese tan peque-

—¡Accidentes marinos no incluidos en la visita, kupó, mala suerte si hay naufagrios, kupopó!

... así daba gusto, con tantas medidas de seguridad, ¿eh?


Postearé después para abriros la isla noreste y que podáis comenzar la búsqueda y caza del Kujata. En el primer post tenéis la explicación de cómo funciona el minijuego, pero realmente vosotros no vais a ganar ningún premio ni tendréis que pagar, ya que esta vez será algo especial. No tenéis, por tanto, incentivo para cazar monstruos más allá del Kujata, pero sois libres de intentarlo si queréis, claro. Eso sí, seguís teniendo el límite de 30 turnos.

 

Rigel Betelgeuse

Increíble. Al final Tilkin sí que iba a ser buen comerciante y todo. Esto era un poco surrealista... Menos mal que al menos nos tenía a nosotros para frenarle en sus locuras.

—Sí, es cierto. El Moguri tiene talento, aunque sus métodos sean cuestionables. Al menos ya sabemos qué tenemos que hacer para conseguir la capa, ¿nos vamos?

Y sin entretenernos mucho más, partimos hacia la isla noreste, tras un breve consenso. Allí nos encontraríamos con el Kujata, que según nos contó Montblanc, era una bestia gigantesca, un tipo de venado, que habitaba en las montañas. Hm, si lo encontrábamos por los acantilados, quizás podríamos tratar de empujarlo por los acantilados para acabar con él y aprovechar el terreno en ventaja nuestra.

Mientras pensaba en esto y otras muchas cosas, acabamos llegando hacia las barcas que nos llevarían a la isla noreste. La barca era tamaño Moguri, lo cual significaba que el viaje sería peligroso.

—Hmm... Creo que será mejor si hacemos dos viajes. B-brigid, deberías ir tú sola en la segunda barca. Tu, ehm... masa muscular es muy elevada, así que es posible que la barca no aguante tanto peso. ¿O-os parece bien?

Tras confirmar el proceso, fuimos a la isla y comenzamos a avanzar por los acantilados.

>>Subiendo el acantilado (por la izquierda)

 

Rigel Betelgeuse

Continuamos avanzando por los acantilados, observando numerosos monstruos: entes, buitres, y demás monstruos voladores insoportables. Bah, nada que se pareciese lo más mínimo a lo que Montblanc había descrito. Y si lo encontrábamos, él nos avisaría, ¿no? Por tanto, continuamos avanzando por los riscos, a ver si desde las alturas ubicábamos al monstruo.

>>Seguir por el acantilado