Romántico Aquellas Palabras

La noche comienza; las calles poco a poco se van llenando de ese silencio nocturno ¿cuántas veces me he sentado aquí para escribirte ésta carta? Ya perdí la cuenta hace tiempo, pero el cúmulo de papeles arrugados me dicen que han sido muchas, más de las que quisiera.

Tengo tanto que decirte, tanto que contarte, pero las palabras no me salen. No encuentro las palabras adecuadas para decirte lo que siento. Pienso que quizás sería más sencillo si pudieses leer mi mente, aunque de seguro mis ideas están tan desordenas como éste escritorio.

A veces me pregunto por qué todo tiene que ser tan difícil; no se puede negar que hemos pasado por muchas cosas juntos todo este tiempo: momentos buenos y momentos amargos, pero siempre juntos. Es increíble que hace unos años eras una total desconocida y hoy significas tanto para mí.

Parece un sueño, un hermoso sueño del que no quiero despertar. Estamos tan lejos y tan cerca a la vez; al parecer nada llega a tener lógica entre nosotros, siempre ha sido así y dudo que llegue a cambiar. Son incontables las veces que hemos caído en esas paradojas de la vida.

Esa vida que juega con nosotros a placer; que se divierte acercándonos cuando le apetece y nos aleja por simple capricho. Pero a pesar de todo no ha podido separarnos, y me atrevo a decir que nunca podrá.

Es una situación frustrante, tanto como la hoja en blanco que tengo frente a mí. No es la primera vez que sucede, pero hoy me molesta mucho más ya que no es un simple cuento lo que deseo escribir, es una carta para alguien que lo significa todo en mi vida.

Han sido tantos años juntos, parecen largos pero no lo son; no hemos vivido tantas cosas como quisiéramos, no hemos hecho todo lo que nos gustaría, tampoco hemos cumplido nuestros sueños. Son incontables las lluvias que han pasado en las cuales no hemos podido caminar juntos, pero vendrán otras más. Y entonces nos reiremos como locos mientras nos mojamos y las personas se nos quedaran viendo, pero nada de eso importará porque somos felices con nuestra peculiar locura.

¿Cuándo se volvió tan complicado expresar cuanto se ama a una persona? Los libros lo hacen parecer tan natural, como si fuese cosa de todos los días en que los protagonistas encuentran el amor de su vida y hacen realidad todos sus sueños. Pero en realidad no es así, como humanos nos engañamos con la mentira que más nos gusta, pasamos toda la vida siguiendo espejismos, relaciones que no llevan a nada bueno, solo a la decepción ya sea de uno mismo o de la otra persona; son por esas cosas que nadie cree en el amor.

Pero nosotros somos diferentes, no lo buscamos simplemente llegó. Hemos librado tantas batallas juntos; hemos ganado y perdido también, pero lo importante es lo que se han aprendido en ellas.

Un amor como el nuestro son de esos que casi no se ven; esos amores que necesitan poco para dar mucho. No hace falta estar rodeados de lujos para pasar grandes momentos. Son para mí invaluables esas tardes en que echados en el césped mirando el cielo soñábamos despiertos. Un amor donde una mirada y una sonrisa son el regalo más grande.

Ojala pudiese decirte con palabras lo mucho que te amo, de darte las gracias por hacerme la persona que soy ahora; de estar siempre allí cuando todos me dieron las espalda, de agradecerte por ser la luz en la oscuridad de mi vida; y especialmente por no permitir que me perdiera nuevamente en el laberinto de mi soledad.

Otro día comienza y Yo sigo acá frente a esta hoja en blanco sin encontrar aquellas palabras.