Marvel Aquella música lejana [Infinity war]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Fénix Kazeblade, 28 Diciembre 2018.

  1.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

    Cáncer
    Miembro desde:
    9 Noviembre 2011
    Mensajes:
    2,341
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Aquella música lejana [Infinity war]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    848
    Era algo complicado de explicar, no importa si fuera un retoño o adulto, Groot era vida. Era capaz de volver a emerger de un pequeño trozo y nutrir a otros de ella y precisamente lo que hacia sentir distinto desde hace tiempo, como si algo estuviera apunto de cambiar.

    Su mente era joven, se equiparaba a su cuerpo renacido luego de en un acto desinteresado haber salvado a su equipo, los guardianes de la galaxia. Recordaba en parte su antigua vida, las travesías con Rocket, como siempre habían luchado hombro a hombro y de situaciones mas locas habían salido victoriosos, antes era su colega, su amigo, su compañero, pero ahora que el mapache lo había cuidado con tanto esmero, que había enseñado, su mente nuevamente joven lo percibía como algo más.

    Groot no solía admitirlo con esa actitud desafiante con cierto desdén, pero le gustaba practicar luchas con Drax, escuchar cantar a Mantis, reparar cosas con el mapache, ser consentido por Gamora y escuchar historias de Starlord. Atesoraba tanto lo que le daban, como aquel videojuego que llevaba en sus manos, Quill se había emocionado tanto al dar con él.

    — ¡ Es un atari 1600! ¡ siempre quise uno de niño!— exclamó abrazándolo con sus manos.

    Gamora entonces le señaló con la mirada los ojos curiosos de Groot y dando un respiro se lo dio. Este solo reaccionó con gesto indiferente y comenzó a jugarlo, casi todo el tiempo.

    No entendía por que se comportaba así, no quería hacerlo.

    En ese instante se encontraba en otro planeta Nidavellir, una forja espacial gigantesca para armas universalmente poderosas. Había mecanismos, herramientas, aparatos místicos y fascinantes se alegraba tanto por Rocket, ojala charlado con él sobre ello, pero cada célula en su ser era dominada por algo mas fuerte, al cercano a la incertidumbre en tus manos al mirar a un profundo vacío desde cientos de metros.

    Lo observó caer entonces, aquel hombre que se denominaba un dios; inconsciente, herido, exhausto, con su vida tendiendo de un hilo. Entonces comprendió lo que estaba en juego, lo que había hecho que ese ser que era sinónimo de poder se extralimitara. Los dioses no podían morir, ellos daban vida, eran vida y si el estaba así entonces...

    —Thorcito, di algo...dime ¡¿Estás bien?!—cuestionó Rocket asustando descendiendo de la nave de un salto.

    El enano tiró el molde de acero al piso destrozando el resto del metal con sus manos malditas y petrificadas, desesperado por sacar el arma definitiva.

    —¡Ya se nos fue!— gritó Racoon mirándolo.

    — ¡Necesita el hacha!—declaró el herrero—¿Donde esta el mango? Tronco ayúdame a buscar el mango.—suplicó Eitri.

    Groot entonces levantó la mirada, algo en su interior un sentimiento que no surgía de su interior si no llegaba a él, del mismo modo que los arboles acumulan dióxido de carbono de los organismos, él de alguna manera asimilaba el sentir de otros, los sueños de otros, ocurría de una manera tan sutil que generalmente era equivalente a un presentimiento en los humanos. Comprendió que ese instante marcaba la cadena de hechos que cambiarían la realidad del universo entero para siempre, esos dos trozos de metal ardiente forjados desde una estrella y dios que se debatía ente la vida y la muerte.

    Se levantó, estiró su brazo que se transformó en lianas, una por cada guardián, presentía que debía recordarlos con todas sus fuerzas. El metal le quemaba, lo hacía no solo en su piel, sentía como que el poder del arma quería consumirle su alma, en su mente se detonaron por un breve instante los rostros de su familia, como estrellas fulgurantes de la galaxia que llevaban en su nombre y así lo alzó en lo alto por un momento, cortando luego de tajo con su otro brazo con decisión, el arma ya estructurada salió destellando hacia su digno portador.

    Pasaron unos minutos y Rocket hablaba de volver a Nidavellir y enseñarle par de cosas sobre armas al herrero, el enano de rostro sombrío por demasiadas perdidas este comentario le arrancó una sonrisa. Groot mantenía el juego en sus manos mientras Thor realizaba algunos movimientos de practica para acostumbrarse a su nueva arma, en pocos minutos parecía que llevaba milenios portandola.

    — Es hora Groot— le indicó Rocket.

    Groot tomó el videojuego que llevaba en sus manos, presionó el botón de volumen y lo subió al máximo, esperando poder escucharlo mientras lo dejaba en una mesa.

    — ¿No lo llevarás contigo? — preguntó el mapache y este negó con la cabeza mientras se ponían al lado de Thor. — no te despegas de esa cosa nunca.

    — Yo soy Groot, yo soy Groot...— explicó.

    La luz mágica de Brigfrost invocada por el Stormbreaker los bañó, Rocket no alcanzó a comprenderlo, pero ambos compartieron una sonrisa.

    Le había dicho: Hoy no quiero perderme nada, como en los viejos tiempos.

    Groot imaginó seguir escuchando la música virtual del juego, aquella música lejana que lo transportaba a tantas odiseas espaciales al lado de las personas que eran lo más importante que tenía y no estaba seguro de volver a ver, pero por los que lucharía hasta el final.
     
    Última edición: 3 Junio 2020
    • Fangirl Fangirl x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso