Con los pies descalzos, caminaba sobre la arena, el sonido de las olas cada vez se hacía más grande. Su larga melena azúl brillaba gracias a la luz de la luna, su cuerpo esbelto y pálido que la adornaba, en sus ojos se reflejaba tristeza. Quizá alguien le había roto el corazón, cerca del muelle un chico estaba pescando y al oír los pasos levantó su mirada, para encontrarse con unos tristes ojos azules que desaparecieron de la nada. Llevándose todo lo que algún día le prometieron al joven.