One-shot Animal[Rol-Infected City-Rebeldes]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Sumine-chan, 13 Septiembre 2013.

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    Sumine-chan

    Sumine-chan Intérprete de la Condolencia

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    Título:
    Animal[Rol-Infected City-Rebeldes]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    985
    Este escrito es para el rol de Infected City :) se desarrolla en la zona del bosque. Basado en la canción de Three Days Grace, Animal I have Become.

    @Zil Kendrik he marcado con negrita las palabras que debía llevar :)





    Animal

    Me había perdido en el bosque, para variar. Mi sentido de la ubicación en la superficie siempre era un problema. Si tenía que guiarme en los túneles subterráneos todo iba bien, pero en cuanto la luz del sol empapaba mis sentidos parecía que mi brújula interior se dañaba. Estaba caminando sin rumbo cuando empezó a llover, por lo que busqué refugio en una de las casas que se encontraban ocultas en el interior del bosque.

    Afortunadamente una chica de ojos rojos me abrió la puerta. No parecía lugareña, probablemente otra sobreviviente que había llegado en los portaaviones. Últimamente éramos más y eso de cierta forma me hacía pensar que no todo estaba perdido, aún estábamos a tiempo de recuperar lo que era nuestro y reconstruir lo que nos habían quitado.

    Lamentablemente, como suele suceder, los asquerosos estaban cerca. Demasiado cerca. Un boomer se lanzó sobre nosotros. “Idiota regordete” pensé mientras lo esquivaba fácilmente. Con esas dimensiones era tan torpe que, desde mi punto de vista de un no-conocedor, era fácil de matar. Estaba pensado que al menos tenía suerte de tener que enfrentarme con ese especial infected cuando una especie de vómito me cayó encima.

    -¿Qué carajos es esto?- pensé mientras aventaba a la chica fuera del rango de alcance de los boomers. Ahora eran dos asquerosos regordetes atacándonos. "Venga que solo tienes que matarlos” me dije mientras comenzaba la pelea.

    Aprendí inmediatamente que ser gordos y lentos no significaba que no fueran letales: cuando un boomer te cae encima es prácticamente imposible quitártelo. El peso me asfixiaba y el hedor era tan insoportable que estaba a punto de desmayarme. Entonces, en medio de todo, recordé la razón por la que los boomers son especiales: son un poco…explosivos.

    Inmediatamente algo empezó a nublar mi mente gritando desde mi interior que me lo quitara de encima a la de ya. El otro bommer se disponía a explotar y fue entonces que perdí cierta conciencia que me quedaba; era mero instinto de superviviencia. Un instinto animal que poseía y que normalmente intentaba mantener oculto.

    Utilicé las piernas para lanzarlo lejos de mí, tomé a la chica y sin pensarlo la lancé por la ventana de la casa. En pocos segundos el primer boomer explotó. Jamás me había explotado nada y estaba teniendo problemas para recuperar mis sentidos, sin tomar en cuenta que mis lentes estaban hechos añicos a mis pies. Empecé a sangrar de tantos lugares que dejé de revisarme. El otro boomer ya estaba en pie y decidido a conseguir su comida: yo.

    Lo que el boomer no sabía, y no tenía nada que ver con su obvia falta de racionalidad, era que el más peligroso animal es un animal acorralado con nada que perder. Lo embestí sin pensarlo contra una puerta que llevaba a otra habitación. Un granjero furioso decidió atacarme con un tridente; mala idea cuando estoy enojada. Lo pateé fuertemente con un gruñido animal y lo encerré en un closet. Debería estar feliz de que no lo hubiera destrozado con mis propias manos. Tomé el tridente y seguí peleando con el boomer. En algún momento comencé a golpearlo con los puños que tenían varias laceraciones, pero el dolor estaba mitigado por la necesidad de acabar con lo que amenazaba con mi vida.

    Una explosión me hizo saber que el boomer había decidido morir y llevarme con él. Afortunada, o desafortunadamente para él, no era fácil matarme. Dudo mucho que sea fácil matar a cualquiera de los supervivientes de la ola inicial: se necesita tener una serie de habilidades específicas para vivir en este nuevo mundo.

    Ahora que la amenaza estaba en varias partes cubriendo el suelo, mi racionalidad regresó y con ella el dolor. Necesitaba medicina y atención médica urgentemente. No estaba segura de que alguien en el grupo de los rebeldes fuera médico, pero seguramente los del ejército tendrían alguna noción de cómo coser heridas. En el peor de los casos, podría tomar un libro de medicina y hacerlo sola. Se me revolvió el estómago con la idea. Me levanté lentamente y comencé a trozar pedazos de ropa para vendarme. Era difícil encontrar un pedazo que los boomer no hubieran cubierto de bilis, pero tenía que hacer lo que pudiera para mantenerme con vida hasta llegar al cuartel.

    Lo malo de ser rebelde, es que piensas en los demás antes de pensar en uno mismo. Un grito de un niño hizo que me detuviera en seco. “Joder, ignóralo” me ordené, pero su llanto era desgarrador. “Si pudiera ignorarlo, no me hubiera hecho rebelde” pensé mientras daba media vuelta hacia el granero de donde provenían los gritos. El botiquín en el que estaba pensando segundos antes, quedó relegado a segundo lugar. Revisé las municiones que me quedaban, limpié mi cuchillo y fingiendo que podía ver por dónde pisaba me dirigí a la siguiente pelea.

    Con cada paso que daba podía sentir cómo el animal en mí sonreía, seguramente con la pinta que llevaba parecía un animal salvaje: mi ropa estaba desgarrada, mi cabello era un desastre, tenía más heridas de las que podía contar o vendar, la herida de mi frente sangraba de manera constante cubriendo mi cara con el líquido rojo y la sonrisa que adornaba mi cara era poner la fresa sobre el pastel.

    No me sorprende que el niño parezca más asustado de mí que del necroraptor que le ataca. Pero no me hice rebelde para que me quieran, lo hice porque soy un animal que no tiene nada que perder. Y no voy a dejar que los demás pierdan lo que les queda.
     
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