Amor entre nakamas. Secretos en una noche de verano

El joven de larga nariz salió disparado hacia la puerta de la habitación de las chicas. Se veía poco, la cubierta del barco solo estaba iluminada por la luz de la luna. Hacía calor incluso a aquellas horas de la noche. Se escuchaba la ligera melodía de una armónica, el nuevo hobby del espadachín de pelo verde que montaba guardia.
En cuanto Usopp llegó a la entrada de la habitación, dio un par de golpes en ella y esperó a que alguna de las dos muchachas que allí se encontraban le abriera la puerta. Por suerte, aquella noche no solo los dos hombres estaban despiertos.
―¿Nariz-larga-kun? ―Robin se sorprendió al ver al joven despierto a esas horas― Pensé que dormías...
―Pues eso debería estar haciendo... ¡Pero conseguí hacerle un arreglo al Clima-tact! Me gustaría enseñárselo ya a Nami ―Usopp no podía ocultar la sonrisa que asomaba en su cara. Estaba feliz, se sentía útil ayudando a la navegante.
―Bueno... Pero ella está durmiendo...
―Oh... ¿Se enfadará mucho si la despierto?
―No creo ―Robin sonrió―. Yo... Supongo que iré a ayudar a Espadachín-kun... Esa canción tiene un par de notas desafinadas.
Y, con estas palabras, la arqueóloga salió del cuarto y se dirigió hacia donde estaba Zoro tocando. Usopp se quedó mirándola, pero recordó a Nami y entró en la habitación. Toda la tripulación sabía lo que había entre ellos dos... excepto ellos. Era increíble que el orgullo y la vergüenza estuvieran consiguiendo que ninguno de los dos se hubiese declarado...
Sentado en la silla donde momentos antes Robin había estado leyendo, a Usopp le llegó a la mente un doloroso recuerdo... Kaya... Suspiró. Hacía ya mucho tiempo que no la veía. ¿Cómo estaría? Esperaba que bien... Seguramente ya habría conocido a otra persona...
Sintió una punzada en el corazón al pensar aquello. Él había estado enamorado mucho tiempo de ella, pero sabía que todo había acabado ya. Tenía que mirar hacia delante, recordar a Kaya como un amor... Pero un amor del pasado.
Entonces estornudó. Volvió a la realidad cuando Nami le dio un puñetazo en la cabeza y una patada en el estómago.
―¡Ah! ¿¡Nami que haces!? ¡Que soy yo!
―¡Usopp! ―Dijo Nami sorprendida― ¿Qué haces aquí?
―Ni un lo siento si quiera... ―Usopp se acurrucó en una esquina y comenzó a hacer círculos con un dedo en el suelo.
―¡Gomen! ―se disculpó ella sonriendo― Pero... ¿qué querías?
―¡Ah, si! ―contestó el chico de la nariz larga volviendo a su anterior entusiasmo― Mira, he mejorado el Cima-Tact. Le he añadido un botón nuevo que...
Usopp le contó a Nami todo lo que le había añadido a su arma... Pero ella ni siquiera lo escuchaba. La cabeza de Nami daba vueltas al sueño que Usopp había interrumpido.

FALSH BACK

―¡Nami!
―Dime Luffy.
―Sanji no me hace caso y tengo hambre... ―el capitán se acostó en la mesa sobre la que Nami trabajaba.
―¡Luffy no me molestes para esas tonterías!
El capitán salió despedido por un puñetazo de la chica del pelo naranja. Por mala suerte, no consiguió agarrarse a nada y cayó estrepitosamente al agua. Gritó socorro todo lo que pudo, pero apenas una persona puedo escucharlo. Zoro dormía con Robin en su cuarto, ya que habían estado toda la noche juntos, Sanji estaba encerrado en la cocina contándole a Chopper lo deprimente que era su vida ahora que Robin salía con ese espadachín de mierda... Solo Usopp estaba en cubierta.
Sin darse cuenta de lo que hacía, se tiró al agua y consiguió rescatar a su capitán. Nami lo miraba mientras Luffy le daba las gracias... Y, sin venir a cuento, ella lo besó. No a Luffy, a Usopp. Sin venir a cuento, un beso.

FIN DEL FLASH BACK

Usopp seguía hablándole de su arma, pero Nami no lo escuchaba. Nami seguía pensando en ese sueño... ¿Por qué? Aun que... Usopp no estaba mal. Ella sonrió, ¿puede que sintiera algo por él? No, no podía ser...
De repente, Usopp se calló.
―Nami... Yo... No se que me pasa.
―¿Cómo? No te entiendo.
Diciendo esto, Nami se levantó de la cama. No fue un acto que ella pensara, simplemente se dejó llevar. Llevaba mucho tiempo pensando en ello. ¿Y si sentía algo por alguno de sus nakamas?
―Creo... Creo que me gusta una chica del barco...
La melodía de fondo era hermosa. Robin había conseguido que Zoro tocase bien aquella canción, y ahora el espadachín abrazaba a su enamorada mientras le tocaba aquella hermosa melodía.
Y, sin que ninguno lo esperara, Nami lo besó. Al principio fue un beso suave. Pero, poco a poco, aquel beso se fue convirtiendo en algo más apasionado. Se abrazaron. Lentamente, dos corazones comenzaron a latir a la vez, dos almas se iban fundiendo.
Y así, dos compañeros de aventuras, compañeros en lo bueno y en lo malo, se dejaron llevar por la pasión aquella noche de verano.

Y SE ACABÓ! :D Ya, lo se. Es una pareja un tanto extraña... PERO ME ENCANTAN LAS PAREJAS RARAS ^^ Leeréis más cosas mias de parejas raras, raras, raras ;D Espero que les haya gustado y muchísimas gracias a todos por leer! ^^ Y bueno, recordar que toda crítica es bienvenida! :)
Un beso enoooooooooorme :)