Alguien

Bueno pues gracias por sus críticas son muy bien aceptadas, por eso hago las correcciones pertinentes.

Alguien
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El día no puede ser mejor, el sol brilla, los pajarillos cantan, todo es perfecto...

—¡Que bonita soy!, ¡que bonita soy, como me quiero! —

Voy cantando a todo pulmón por la calle ni siquiera las miradas burlonas me afectan, incluso voy dando saltos como niña e imaginen mi cara con una sonrisa de oreja a oreja, sigo saltando hasta mi destino y de pronto ¡pfff! me topo de frente con la promiscuidad andante, esa mendiga piltrafa que quiso robarme a mi novio.

—¡Hola muñeca!, ¿Cómo has estado? —
O sea, está no tiene ni pizca de dignidad, es mas nunca llegó a la repartición, pobre..
—Bien ¿Y tú? —
Ok, me he convertido en una hipócrita pero aún conservo mi dignidad..
— De maravilla y que envidia, ya me enteré me lo dijo Danny —
Cuenta hasta diez, ¡maldita arrastrada!, ¿cómo se atreve?, lo bueno es que "mi prometido" ya le dijo...
— Perdona pero no tengo tiempo, lo que pasa es que deje las naranjas en el lava platos y se me van a derretir, nos vemos —

¿Qué dije?, no tengo idea ahora lo importante es conseguir un taxi. Y espero y espero, soy muy mala en esto parezco cangrejo de aquí para allá ¿qué no piensa pasar ni un maldito taxi? O ¿abra algún complot en mi contra?, ¡oh que bien un buen samaritano se apiadó de mi?..

— ¿A dónde? —
—Al hospital general —
Fin de la conversación, recuerda nunca hables con extraños aunque los conozcas, el taxista no tiene mala pinta pero es mejor prevenir. Mejor hubiera tomado el autobús y así me ahorraba la pestilencia a aromatizante mezclado con colonia barata ¡que asco!
—Aquí esta bien, ¿cuanto le debo? —
—$40 —
¿¡Qué!? Es una estafa, si no estaba tan lejos, mendigo viejo ratero
— Tome —

Después de haber sido decentemente asaltada es momento de la verdad. La clínica esta llena de gentuza, tengo que recordar pasarme a un particular, tanto ruido es difícil concentrarse..

— Carvajal Mendoza —

Bueno digo la gente debería respetar un poco y ser más considerada..

—Carvajal Mendoza —

Con tanto lloriqueo de mocosos y balbuceo de señoras ni dejan oír...

— ¿ Se encuentra la señorita Carvajal Mendoza? —
— Si, disculpe —
— Consultorio 6 —
— Buenas tardes Doctor —
— Tome asiento, solo viene por su resultado? —
— Así es —
— Pues muchas felicidades, usted está embarazada —
Ya parezco Maria Magdalena no dejo de llorar, es que estoy tan feliz
— Pase por acá le haré un ultrasonido —
— ¡No! —
No me vea con esa cara, no estoy loca
— Lo que pasa es que él vendrá conmigo y lo veremos juntos —
— De acuerdo, no tenía porque dejarme sordo, la programaré para la próxima semana —
— Gracias —

Ahora de vuelta al palacio con mi príncipe, y como no voy tomar un taxi, me iré caminando. Ni que fuera estúpida, no pienso regalar así el dinero bueno no dos veces el mismo día. Al parecer a alguien allá arriba no le caigo para nada bien, porque me acaban de mandar un aguacero marca diluvio y para el colmo mi maquillaje se corrió dando paso a la hermana gemela del Joker con una cruza de perro mojado, decidido en la próxima cuadra tomo un taxi, solo tengo que cruzar y rogar porque ningún cafre se pase el alto.

— ¡Cuidado! —
— ¡Aaaahhh! —

Todo fue tan rápido, no lo vi, mejor dicho no me vio y por su culpa estoy de cara en el suelo; claro está después de haber adornado su parabrisas con mi finisima sangre además de que arruinó mi vestido y era un Chanel, ¡maldición!, este patán si que me las paga y además le voy a incluir mis zapatos y bolso de Jimmy Choo, este golpe dejará un feo moreton, ahí viene ese imbécil..

— ¿Se encuentra bien? —

Espera un poco yo conozco a este imbécil..

— ¿Amor? —
— ¡¿Mi vida?!, ¡llamen a una ambulancia! —
— Estoy bien, solo unos cuantos raspones —
— ¿Raspones?, pero si estas sangrando —
¿Sangrando?, hay no, por favor no,primero el diluvio y ahora esto ¿tanto me odias Dios?
— Amor, tengo una noticia que darte —
— No hables, ya viene la ambulancia, vas a estar bien —
— Escuchame —
— ¿Qué pasa mi vida? —
— Felicidades —
— ¿De qué hablas? —
— IBAS A SER PAPÁ —

Nada, ni una sola palabra de consuelo, solo me abrazas contra tu pecho, ¿pero qué digo?, tu también lloras, ahí amor no fue tu culpa ni la mia, mas bien alguien allá arriba me odia.