Aldea Árida

Tema en 'Zona narrativa' iniciado por Hygge, 6 Abril 2023.

  1.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    [​IMG]


    Aldea Árida se encuentra ubicada en la Isla Olvido, al norte de la misma. Es una aldea en mitad del desierto, y cuyos habitantes veneran al dios del volcán. Son gente de piel tostada por los inclementes rayos del sol, usualmente de cabello rojizo y curtidos en la caza y en la guerra. Dado que las condiciones extremas les impiden sobrevivir de lo que sus tierras le proporcionan, las patrullas de mejores hombres deben recorrer largas travesías en busca de agua y alimento lejos de la aldea cada día.

    Son personas de carácter férreo pero con un gran sentido de pertenencia. Dada las duras condiciones a las que son sometidos, se apoyan unos a otros como una gran familia. No obstante, fuera de su aldea, no dudan en practicar el robo a mercaderes y otros insensatos si con ello pueden sobrevivir un día más.
     
    Última edición: 6 Abril 2023
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Ganador Ganador x 2
    • Impaktado Impaktado x 1
  2.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Las antorchas perfilaban las figuras de sus captores y detallaban la ausencia de brillo en sus ojos. Eran cómo cáscaras carentes de voluntad. Decenas de hombres y mujeres seguían las órdenes de sus jefes sin siquiera cuestionarlas; no importaba lo crueles o inhumanas que fuesen.

    Quemaban sus hogares, sus pertenencias, sus recuerdos. Herían y torturaban a aquellos a los que querían sacar información. Buscaban algo, el Corazón de Sinnoh, pero para Leo eso siempre había sido una leyenda más.

    ¿Quería decir aquello que era real?

    —¡Atrapad a ese mocoso! ¿¡A qué estáis esperando!?

    —¡Es demasiado ágil, señor!

    El muchacho había conseguido librarse. Junto a su Cyndaquil y su pantalla humo, pudieron ganar tiempo y esconderse para racionalizar lo que estaba sucediendo. El ataque de los invasores le había pillado cuando regresaba de una incursión a las afueras. Las calles parecían revueltas y solo al hacer contacto visual con dos de esos hombres de estrafalarias vestimentas supo que algo estaba mal con todo eso.

    ¿Dónde estaría su familia? ¿Les habrían atrapado? Era muy peligroso salir así, pero necesitaba averiguarlo.

    Entonces lo escuchó. Eran voces de niños, que le llamaban entre susurros escondidos detrás de uno de los hogares.

    Parecían solos y asustados. Y al hacer contacto visual con ellos no tardaron en reconocerle.

    —¡Leo! ¡Por aquí!
     
    Última edición: 7 Abril 2023
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Adorable Adorable x 1
  3.  
    Monpoke

    Monpoke Absol

    Géminis
    Miembro desde:
    6 Julio 2016
    Mensajes:
    3,284
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Leo Eru

    Me escondí llevando a Taki entre mis brazos por su seguridad, mientras lo sintiera conmigo al menos una cosa estaría bien. Una sola cosa...

    Volví a mirar alrededor, escuché por la presencia de los extraños, no sabía otra cosa a parte de correr. Huye y vive otro día, huye y sirve para otra batalla. Salva el hogar al abandonarlo. No podía ganar.

    Aún así... Aún así, debía pelear. Quería pelear. Escuchaba el llamado de cada vibración inquieta de mí cuerpo, el sentimiento de lucha solo se afianzaba por cada vez que miraba las casas arder y a mí gente siendo retenida.

    Enojado, molesto... Perdido... Asustado. Temía por la seguridad de Taki, un pequeño que es mí responsabilidad. Temía por el futuro de la aldea, de la paz tan largamente mantenida que se esfumaba conmigo mirando. La familia, aldeanos y los niños.

    ¡Los niños!

    ¡Pelea! ¡Pelea por todo aquello que te pertenece y quieres!

    Mí rostro bien pudo ir tornandose el de una fiera, lista para atacar, de saltar a una batalla suicida por la supervivencia.

    Entonces los susurros llegaron a mí oídos, voces identificables aún entre tanto caos. Niños, niños sustados, pero no los gritos que insinuen que estén sufriendo.

    Seguí escuchando hasta hallar su fuente en un hogar, al verlos corrí hacia ellos con una velocidad que no hablaba de sigilo, sino del alivio de ver a alguien a salvo.

    "¿Están heridos? ¿Están bien?". Hice esas rápidas preguntas al alcanzarlos. Eran las únicas importantes ahora, a un por claro que sea que no estarían bien. No con todo sucediendo alrededor.

    Toda emoción de ir a la batalla y furia se había esfumado, rápidamente remplazada por preocupación. Preocupado por su seguridad de la cual rápidamente me hice responsable.

    Llámo Taki a mí Cyndaquill... Sip. Medio tarde quizás.
     
    • Fangirl Fangirl x 3
  4.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Los niños respondieron afirmativamente a las preocupadas cuestiones de Leo.

    —Estamos bien—dijo uno de ellos. Una niña de piel tostada y ojos dorados—. Bueno, Akil tropezó y se raspó la rodilla.

    Akil se sobó la nuca y esbozó una sonrisa amplia a pesar de la deplorable situación en la que se encontraban.

    —Perdón. Pero, ¿viste eso, Umara? ¡No pudieron atrapar a Leo! ¡Es veloz como un Rapidash!

    El último de los niños sorbió por la nariz ocultando sus ojos tras el antebrazo. Sus hombros convulsionaba entre sollozos.

    —¿Qué está pasando...?—musitó—¡Quiero ir con mamá!

    Mientras permanecían resguardados entre las casas podían ver a los invasores ir y venir por la aldea. Desalojaban a la gente y quemaban pertenencias sin la más mínima piedad. Como si no tuviesen alma, no les importaban los llantos ni las súplicas de los habitantes de Eterna.

    —Yo digo que peleemos—declaró Akil con fiereza—. Papá dice que los forasteros no están acostumbrados al desierto. ¡Y el desierto somos nosotros!

    —No digas tonterías, Akil. Son demasiados. Y mira esos Pokémon—Umara señaló a un imponente Rhyperior que vigilaba el perímetro—. Son muy fuertes. Nos harán polvo de roca.

    —¡Pero tenemos a Leo con nosotros!—apretando sus puños, Akil miró al joven Eru. Sus ojos carmín brillaban determinados—. Tú estás de acuerdo, ¿verdad? ¡Tenemos que luchar! ¡Por nuestra aldea!

    Leo comprendía el espíritu combativo de Akil, por supuesto. Pero también, en lo profundo, sabía que no tenían nada que hacer en su contra. Los reclutas eran demasiados y estaban fuertemente preparados para la invasión.

    Ellos solo eran unos niños.

    Demasiado abrumado y confuso, el más pequeño del grupo ya no se limitó a sollozar. Su llanto creció hasta convertirse en un grito de angustia que pronto atrajo la atención de los reclutas. Ni las palabras conciliadoras que Umara le dirigió poco antes sirvieron de nada.

    —¡Tohru, no!—le reprochó a susurros y rápidamente se cubrió la boca con la mano.

    Empezaron a oír voces.

    —¿Qué ha sido eso?

    —¡Ha sonando por ahí, entre las casas!

    Y ahora ya era tarde. Tendrían que huir o enfrentar una clara situación suicida.
     
    • Ganador Ganador x 1
  5.  
    Monpoke

    Monpoke Absol

    Géminis
    Miembro desde:
    6 Julio 2016
    Mensajes:
    3,284
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    yAIAVOD.png
    Leo Eru

    Habíamos sido descubiertos. El seguir permaneciendo escondidos dejo de ser una opción, una acabada demaciado pronto.

    Dejé a Taki y se la pase pequeño Tohru para que le abrazara. Y quizás logré consolarlo un poco.

    "¿Puedes correr?". Pregunté a Akil refiriéndome a su herida. Y, apesar de ser una pregunta, lo dije con tal seriedad que esperaba cortará todas sus ideas de luchar. Solo tiene una opción, y es la que le impongo.

    Me sentía mal, por Akil, que depositaba demaciadas fe en mí.

    Pero no podía negar sus palabras, quería quedarme a luchar. No podía solo huir.

    Me di vuelta y mire hacía donde creía venían las voces.

    Me quedaría, solo, y tal vez así pueda permitir que los niños escapen junto con Taki.

    ¿Y luego que? ¿Que sería de mi destino si me quedaba? ¿Que harían los niños si lograban escapar y se quedaban solos? No tenía respuesta para ninguna solución, pero era intentar salvar algo y lograr nada o conformarme con solo salvar tres vidas.

    Es difícil tener que ser el adulto...

    Decinfle los hombros y suspiro, y mire por eternos segundos el como mí hogar moría, me volví hacia lo mismo. Resignado con dejar el hogar, derrotado sin haber luchado y decidido de al menos cumplir una última tarea.

    "El desierto, nuestra tierra y hogar, puede llegar a ser cruel". Me agache y fui seque las lágrimas de Tohru, le sonreí en tanta sinceridad como pude. "Debemos reconocer esa crueldad y decidir si seguir o huir. Podemos perseguir el Oasis, y demaciado tarde podríamos darnos cuenta que se trata de un espejismo". Entonces, solo nos quedaría morir.

    "Podremos huir, pero volveremos. Volveremos y les haremos comer arena a esos invasores".

    No lo entendía, la presencia de estos invasores, solo conocía algo de su objetivo. Una razón ridícula para tan destrucción.

    Perseguir una leyenda... el Corazón de Sinnoh.

    Si Akil no puede correr Leo le va a cargar, en caso de que pueda, se lleva a Tohru.
     
    • Adorable Adorable x 2
  6.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Tohru sorbió por la nariz y abrazó fuertemente al Cindaquil de Leo. La situación se les había ido por completo de las manos y pronto, los reclutas comenzaron a acercarse.

    Akil apretó los dientes, frustrado. No quería marcharse sin luchar, lo consideraba de cobardes. Pero su mente de niño era capaz de entender que combatir tampoco era la solución cuando no tenían ninguna posibilidad de salir ilesos.

    Se frotó el rostro con el antebrazo.

    —Puedo correr, no te preocupes.

    —Tenemos que darnos prisa—apremió Umara. Apenas había terminado de pronunciar esas palabras cuando escuchó pasos muy cerca—. Rápido, por aquí.

    Y con velocidad se perdió entre los estrechos callejones de las casas de adobe.

    El resto de la huida fue difícil y accidentada. Leo había tomado a Tohru en brazos, Akil corría con su rodilla lastimada y Umara lideraba la marcha.

    Sin embargo, Leo era considerablemente más alto que los niños y en más de una ocasión había tenido que agacharse para pasar por zonas demasiado bajas o estrechas. Intentar seguirles el ritmo era difícil, aún más con el pequeño Tohru en sus brazos.

    —¡Se han ido por allí!—gritó uno de los reclutas en la distancia—¡Eh! ¡Alto!

    —¡Atrápanos si puedes, invasor feo!—gritó Akil y haciendo esfuerzos por su rodilla lastimada, apretó el paso.

    —¡Jefe, se están escapando!

    —¿Cómo es posible?—replicó la otra voz—. Son solo un puñado de mocosos.

    Tal vez eran un puñado de mocosos pero conocían la aldea y el desierto como la palma de su mano. Los invasores no tenían nada que hacer contra eso... o al menos eso pensaron.

    Porque mientras corrían, uno de los niños vio algo en el centro de la aldea. Entre las llamas que empezaban a extenderse y quemaban pertenencias, con las manos atadas, se encontraba una mujer de apesadumbrado aspecto. Su cabello rojo parecía hecho de fuego.

    Akil se detuvo.

    —... mamá—musitó. Estaba allí, rodeada de reclutas que le increpaban y exigían explicaciones sobre el Corazón de Sinnoh. No pudo quedarse al margen— ¡Mamá!

    —¡No, Akil!

    Fue tarde. Una mirada de angustia por parte de la mujer y un rápido agarre por parte de un recluta. Akil pataleó y mordió, pero fue inútil.

    —¡Soltad a mi madre, desgraciados!

    —¡Déjenlo ir, es solo un niño!—suplicó su progenitora entre llantos—¡Él no tiene nada que ver con esto!

    —¿Dónde están los demás? ¡Contesta!

    Akil se mordió la lengua.

    En cuestión de minutos Leo se encontraba en una situación crítica. Habían atrapado a Akil; Umara y Tohru parecían estar en shock. Y él... él no podía hacer nada.

    Porque Taki aún era demasiado pequeño para enfrentarlos.

    —¿Qué hacemos?—preguntó angustiada Umara—¡Tenemos que hacer algo!

    Luchar o huir... Luchar, incluso si la batalla estaba más que perdida.

    Hola Mon!
    Bueno, no ganarás esta batalla pero imagino que Leo no huiría dejando solo a Akil. De modo que puedes decidir enfrentar a un recluta—todo narrativo, tú solo di que lo enfrentas—pero perderás el combate y deberás huir, porque Taki acabará malherido.
     
  7.  
    Monpoke

    Monpoke Absol

    Géminis
    Miembro desde:
    6 Julio 2016
    Mensajes:
    3,284
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    yAIAVOD.png

    La frialdad del terror es una sensación que pocas veces he dejado recorrer en mí sangre, dejarlo invadir mí cuerpo, pero la situación fue una que rápidamente me superaba y comenzaba a dominarme.

    El fuego ardía en la obscuridad de la noche, brasas alimentadas por cada hogar que consumía, lastimaba los ojos de una manera diferente de lo que haría el mirar el sol.

    Mí propio corazón se hundía cada vez más en el frío al mirar a Akill, un niño pidiendo por su madre. Llorando y preocupado, a un así sin traicionar a los suyos...

    Fuera de esta manera u otra, esto era algo que esperaba. Con tal de hacer lo que debía. Pero tenía miedo, miedo por tomar un camino que daría dolor a otros.

    Fui bajando los brazos y con cuidado dejé que Tohru tocará el suelo, una acción lenta durante la cual nunca quite la mirada de Akill.

    Su madre. Los reclutas. Las llamas. Una escena atrapada en mis retinas, un momento eterno de pesar, de una pequeña pausa de la realidad que no parecía durar lo suficiente.

    Parpadee y corte de un tajo aquella imagen, que se me había quedado grabado y vivía como solo en un recuerdo.

    Sonreí con calma hacía los dos niños, sin temor o duda en mí cuerpo, pues había llegado a una desición. Y no sería correcto que me vean cargando con arrepentimientos, este era realmente mí deseo.

    "Umara, Tohru...". Lleve mis manos al cabello de ambos niños, lo revolvi un poco, juguetón. "Taki". Cambie hacía mí compañero, mirándolo como si me dirigiera a un niño más. ¿Mandar a un niño para intentar salvar a otro? ¿Que clase de idiota haría eso?

    "Permanezcan siempre juntos, los tres, ncluyendo a Akill, ¿Está bien? Que por encima de todo somos familia. Debemos poder perdonarnos uno a otros. Y no hagan nada que un adulto haría, aveces tomamos decisiones estúpidas en momentos como estos". Sonreí con cada palabra, dichas con una extraña pasión detrás de la calma.

    No hay nada de tonto en defender el hogar y la familia, pero esas son nuestras preocupaciones. Son nuestra responsabilidad. Y lo de hoy es un fracaso para cada uno de nosotros, pero no uno absoluto, no si puedo evitarlo.

    Dejé de jugar con el cabello de ambos niños y me levanté, separando con tranquilidad mis de sus cabezas.

    Di paso lento en reversa, y luego otro con la misma delicadeza, dejando alargar la distancia entre nosotros por cada uno de ellos.

    "Huyan". Dije esa palabra de imprevisto, una última palabra. Pero que no sea la última que escuchen de mí. Y, sin previo aviso, gire y empecé a correr en una explosión liberada de fuerza. Gritando con ferocidad por cada una de mis emociones que al fin son destapadas.

    Hacía los invasores. Hacía intentar intentar liberar al joven Akill de esas garras, aceptando que solo podría acabar conmigo tomando su lugar.

    Se sentía bien. Está idea, este sentimiento de poseer una fuerza indomable. De una libertad momentánea al dirjirse uno mismo hacia su perdición.

    Siempre manteniendo la sonrisa, apreté una de mis manos en un puño. Encarando a los invasores que está escala me han notado.

    Lance el primer golpe, directo a la cara del invasor que sostenía a Akill, con un último grito. "¡ERUPCIÓN!". Vaya, si seré infantil de invocar el nombre de aquel movimiento que Taki podría aprender.

    Era aquell movimiento que es más fuerte teniendo en cuenta en cuenta tu vitalidad, y yo estaba lleno de ella.

    Me reí en desafío a su dominio, en descaro de sus intentos de doblegarnos. De sus amenzas y destrucción que no va lograr intimidar a ninguno de nosotros.

    Esto es Aldea Arida. Idiotas.

    Leo Erupción. De ahí el nombre que cayó como anillo al dedo :Beca:

    Y si, a mandarse a pelear sin poke y gritando SMASH cómo un condenado (?)

    Fin para Leo (?)

    Pd: sorry la demora...
     
    • Fangirl Fangirl x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso