Media taza de expreso formaba ondas del centro a los extremos del recipiente, daba un sorbo y segundos después segundos después violenta y precipitada, terminaba hecha añicos en el piso. La luz rojiza rodeaba su cuerpo, aquel ruido era aturdidor, alguien lo golpeaba en el hombro mientras lo topaba en el pasillo, se le escapaba de las manos al intentar atraparlo; la puerta al final del pasillo estaba abierta, un cuerpo salía expulsado desde el interior hasta estrellarse en la pared, él aceleraba más el paso, aunque cada gramo de su ser le indicaba que no se acercara, debió escucharlo. Un grupo de mercenarios irrumpió en el laboratorio EDGE de biotecnología y virología, se trabajaba en un virus altamente peligroso, todo salió mal. Un hombre maduro, un guardia de seguridad de considerable fuerza portaba una cacha en su mano derecha, después de unos segundos violenta y precipitadamente, terminaba hecho añicos en el piso.