Al norte de mis pasiones se encuentra un país huraño, terco, egoísta y tacaño de amores y otras emociones. No entiende ni por razones el porqué de de mis quebrantos, que aquí yo he perdido tanto: Sonrisas, dolor y alegrías, se fueron la noche y el día y hasta el alivio en mi canto. Al sur de mis pensamientos se encuentra tu cara niña, que pido al cielo, no tiña de rojo mis sentimientos. Yo soy sincero, no miento. Te estoy comenzando a querer y ha sido casi sin saber que el viento me trajo tu imagen, pero me falta coraje, yo lo debo reconocer. Al este he dejado mi hogar, lejano en el horizonte. Cualquier dolor que me afronte yo solo lo debo enfrentar. Si veo de frente hacia el mar me asalta una duda ingrata. ¿Será verdad lo que canta el fuego en mi tierra al arder, que allí solo puede volver quien a sus males espanta? Al oeste tengo mis sueños hechos de barro y ceniza, de cuarzo y piedra caliza, de amores, todos sin dueño. Llegado, simple porteño, al medio de una gran ciudad, triunfar, esa es mi voluntad, sobre todos mis dolores y ante todos los temores yo presento mi verdad.