Hoy tuve que publicar esto, no solo porque prometí publicar más seguido, sino porque realmente era necesario. No espero alguna aceptación puesto que hay muchos fanfics excelentes que paran circulando por este foro, pero tampoco espero el silencio, así que por favor comenten y gracias. No sé en donde estoy, pero lo primero que hice fue recordar todo el tiempo que hemos pasado juntos, desde que eramos niños fuimos destinados a conocernos, a pasar momentos divertidos, a disfrutar de la vida que nos fue otorgada a cada uno; sin embargo, en esta nueva vida tú estarás con otro. "Aunque el corazón se me partió más de una vez, no moriré por tales causas." Te conocí gracias a la amistad que tenías con mi hermana, al principio, solo pude mirar tus ojos que eran los más lindos que había visto en mis aquellos 8 años, a partir de ese día lo primero que observaba cada vez que nos encontrábamos eran esos ojos que reflejados con la hermosa luz de la luna se veían las estrellas que nunca te abandonarían. "Tus ojos son los mismos con los que ahora me estás viendo" Siendo niño no entendía el amor, mi madre me decía que era el tesoro más grande que podía encontrar una persona pero que no existía camino alguno para encontrarlo, solo bastaba ser paciente y perseverante; y mi padre que sin él habría muerto en aquel día que por poco lo perdemos, me contó que Dios se le presentó y le pidió que cuidara de su tesoro, por lo que según él , Dios lo regresó porque sabía que él era el único que podía protegerla, cuidarla y amarla. "Yo no tuve la misma suerte que ellos" Fui paciente a lo largo de los años, enviándome el tiempo que se esfumaba en aquel reloj de arena hasta los catorce años, donde no podía sentir la magia que había en tus ojos, y era porque estaba enamorado de otra chica. Ella era divertida, siempre me sonreía, aunque viniendo de una ciudad diferente su comportamiento era muy singular. "No fuiste la primera a la que le dirigí mis sentimientos, pero si fuiste la última" Con la clase de vida que me fue otorgada, mi timidez me impedía decirle lo que le sentía y mi hermana me decía que si no se lo contaba, sería muy tarde. Yo no sabía a lo que se refería, puesto que ¿quién más había en su vida aparte de mí? Su respuesta: su antiguo amor, había vuelto con él. El dolor me llegó al igual que una daga ardiendo penetrando en un corazón de metal, enfriándose como la misma muerte y quedándose clavada ahí para siempre. " Mi primera ruptura no la causaste tú, pero hubiese deseado que fuera así" Traté de calmarme durante varios días, hasta que finalmente la daga se resbaló dejando una marca oxidada en el corazón de metal. Seguí con mi vida sin poder sentir lo que es el amor, 17 años y aún no tenía mi primer beso, según varios de mis amigos y amigas, era el recuerdo más importante en el historial del amor. Varias preguntas se me venían a la cabeza, preguntas las cuales no les encontraba respuesta, hasta que en las vacaciones de verano, tú regresaste, trayéndome el primer recuerdo de más importante de mi historial de amor, tus ojos. "Tus ojos jamás cambiarán, y tampoco tu sonrisa angelical" Te habías convertido en toda una mujer, regresabas porque tus padres habían reconstruido su amor otra vez. Con cada noticia buena que bendecía tu vida, yo me sentía muy feliz por ti. Mi hermana por supuesto había sido la única en abrazar a la mejor amiga de su infancia, pero eso no me distanciaba de ti. Lamentablemente los logros que alcanzaríamos cada uno en los próximos años, ya sea en algún deporte, estudio o diversión, no nos daba algún momento para poder hablarnos. El sentimiento que nació en mí durante nuestra infancia volvía a crecer bajo el nombre de "amor", pero mi timidez me decía silenciosamente que tú no estabas enterado de ello. "Hubiese abandonado todos mis glorias para poder verte" Era cierto, tú solo me veías como tú primer gran amigo, pero nada más, o eso siempre creía. Yo sin embargo sentía que había algo más que habíamos dejado guardado cuando teníamos ocho años, aún así, tu sonrisa me alegraba cada día cada vez que necesitaba fuerzas para seguir adelante. Un día, no sé qué salió de mi boca, pero había logrado que me acompañaras hasta un agradable parque de diversiones donde nos esperaba un día entero para nosotros, aunque claro está que no sabía lo que sentías o lo que pensabas, si era amor o algún otro sentimiento. "Si hubiese sabido que ese día te harías más feliz, yo no hubiese ido para verlo" En algún momento de aquella noche tus ojos se fijaron por un segundo en un hermoso anillo que era decorado con un corazón en su costado, pensé que aquello significaba algo para ti, por lo que me dispuse a ganarlo para ti, pero en cada intento que daba por tratar de derribar las botellas no lograba acabar con todas. Te quité tanto tiempo que te dispusiste a comprar algodón de azúcar; yo sin embargo, no me daba por vencido y con mi último intento, y con varios fallidos, aprendí demasiado de los errores y supe que punto atinarle para alcanzar el premio. "Ese anillo lo guarde para recordar el momento más feliz de tu vida, llenándome de lágrimas cada vez que lo recuerdo" Tenía el anillo que tanto adorabas, haciéndome sentir que podía creer en que podía existir un "nosotros", creía que... pero nuevamente la suerte me escupía de nuevo en mi cara cuando te vi charlando con otro sujeto, no me importaba cómo se llamaba aquel chico, pero te veías feliz y sonriente, lo único que hice fue guardar el anillo y regresar a mi casa, puesto que tú te regresabas con aquel extraño. "Al principio sentí que corrías peligro, pero desapareció aquella preocupación cuando te vi al día siguiente" No contaré lo que pasó durante la felicidad que te tocó vivir después de aquella noche, pero yo me conformaba con verte siempre sonriendo tan pura de corazón. Alguna vez mencionabas mi nombre, pero bajo el nombre de "amigo" o "recuerdo". La última vez que tomé la mala decisión de desaparecer de este mundo fue cuando te oí que aceptabas casarte con aquel extraño, tanta felicidad tuya ya no me hacía tan feliz. Me dirigí hacia un hermoso pardo cerca de la playa, lo que me distanciaba era la altura capaz de cumplir con el deseo de acabar conmigo, pero quería recordar algo sobre ti, algo que no era felicidad. "El odio me invadía, solo la muerte me impediría causarte más problemas" Me acuerdo que un día antes de tu boda, teniendo apenas 25 años, tuviste un problema con él, ya que los anillos que habían comprado su compromiso les había sido arrebatado por un estafador, tú querrías conseguir otros, pero fue cuando conociste su naturaleza egoísta y cruel. Vinieron las peleas, las discusiones y en algún momento comenzaste a llorar. Pensaba que era un simple rumor lo de tu infelicidad, por lo que busqué en mis bolsillo el anillo de hace siete años. "El corazón estaba partido debido a un accidente causado por mi estupidez" Pensé que nunca volverías a recordarme y ese anillo era el último lazo que nos unía, quise darme la vuelta, pero ya era tarde puesto que ya me encontraba yendo al abismo. "Algo en tu corazón podrá perdonarme" En ese momento recordé que me encontraba paralizado en un hospital cubierto de vendas, y conectado a máquinas. Mi vida fue corta pero feliz, aunque nunca experimenté el amor, o que nunca haya tenido mi primer beso, fuiste tú la que mantuvo viva durante un largo tiempo. Abrí mi único ojo sano para ver si estabas a mi lado, pero la suerte nunca estuvo de mi lado, no importa, aún tenía algo que hacer. "Le pedí a Dios que te entregara este regalo, espero de que te sirva para que puedas seguir feliz" Siendo esto mi último aliento desearía que pronto nos encontremos, aunque claro que deseo que vivas bien tu vida cuidando de los hijos que pronto tendrás, o de los logros que consigas en tu trabajo, o de las aventuras que darás alrededor del mundo. Sé feliz y así mi muerte no habrá sido en vano. "Si tú eres feliz, yo puedo morir feliz. Por fin podré descansar en paz, gracias por los momentos más felices de mi vida. Adiós. Luego de eso una enfermera nos cuenta lo siguiente: Una llamada llegó al hospital, no entendía de lo que se trataba pero sabía que era una mujer y deseaba saber sobre la situación de alguien del cuarto 303. Busqué en los reportes y le dije que estaba en estado crítico. Luego de un par de horas llegó lo que parecía ser la chica del teléfono buscando al joven del 303, le pedí a los oficiales que lo dejaran en paz, de que yo me ocuparía del asunto, ellos lo soltaron y yo la guié hacia el cuarto. Cuando abrió la puerta se quedo congelada, no al presenciar el cuerpo del chico con las piernas destrozadas, las manos despedazadas, el pecho bien rasgado por las rocas que intentaron penetrarlo y un solo ojo sano, sino porque la máquina que transmitía su respiración cardíaca se encontraba en cero, lo habíamos perdido. Ella se acercó con una carta con letras azules que sostenía fuerte en la mano, apoyo su cabeza sobre su mano derecha que parecía sostener algo, me pidió que yo lo hiciera ya que ella no podía soportar verlo un rato más en ese estado, me dispuse a cumplir el deseo de la chica y lo que encontré fue este anillo poco peculiar que sostenía un corazón en su costado, cuando se lo mostré a la chica, esta se echó a llorar de dolor. - ¡¿Cómo pude haber sido tan estúpida?! -se decía a sí misma. Le pregunte que era lo que había pasado, y ella me muestra la carta, y después de leerla simplemente le dije: - Por favor, usted debe entender que fue su decisión, y que siempre ha estado feliz por su felicidad, no vaya a cambiar eso. Ella se dio media vuelta y se fue. Al día siguiente, me cruce con ella en el metro, ella no me vio, pero yo sí a ella, y vi que traía el anillo que le mostré en el hospital y llevaba en su rostro una gran sonrisa, parecía que entendía las intenciones de aquel joven del cuarto 303. FIN No digo ni una palabra más, salvo que ustedes quieran decirme algo. HASTA LUEGI.