One-shot de Naruto - Akai ito [NaruHina]

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por NanakoGrey, 8 Diciembre 2013.

  1.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

    Libra
    Miembro desde:
    17 Diciembre 2007
    Mensajes:
    1,077
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Akai ito [NaruHina]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4567
    Holaaa
    ¡Tiempo en los que no escribo fics! Bien habia empezado a trabajar en este fic hace mucho tiempo, cerca de 8 meses o más, no lo sé.
    Me gusta mjcho lo historia, digamos que el final no fue tan organico como me hubiese gustado pero de todas maneras queria publicar.
    Es como sabran... quienes me conocen, que son pocos xD... un Naruhina.

    Bien es sobre el hilo rojo del destino entonces
    Sin más....

    Akai ito

    ¿Has escuchado hablar del hilo rojo del destino? Sí, esa delgada tela que une a dos personas que se encuentran destinadas estar juntas. Es un hilo inquieto y caprichoso que se enreda, sigue y envuelve a otros, sin dejar ver quien se encuentra en la otra punta, esperando…



    La verdad le gustaba, le gustaba mucho. Ver aquellos hilos en los dedos de las personas y hasta en uno de sus dedos le gustaba, le recordaban a su mamá. Desde pequeño siempre pudo verlos, los a veces cortos, otras veces largos hilos que conectaban a personas. Era su fascinación buscar las puntas de cada hilo, uniendo a dos personas, como a sus padres. Una vez quiso buscar el final del hilo en su dedo pero no encontró nada y se convirtió en su meta.

    La primera vez que creyó haber encontrado a la persona que compartía su hilo vio como un fuerte nudo juntaba dos hilos y no sabía con seguridad cuál de los tres caminos debía seguir; pero la niña era linda, una preciosa joven de cabellos y ojos castaños, que como él no tenía más de 8 años. Ella fue su primer amor.

    La niña se llamaba Hana, tan bella como su nombre pero ella nunca le quiso poner atención. No importa cuántos dientes de león recogiera, cuantas sonrisas le regalara o cuantas veces le dijera que era bonita. Solo fue cuando vio a la pequeña regalándole a otro chico un beso en la mejilla que el nudo en su hilo se deshizo y vio como esos dos estaban destinados a estar juntos.

    Cuando Naruto llegó a casa llorando hablando de un corazón roto y de como nunca iba a encontrar la persona que compartiera su hilo su mamá lo levanto y llenó de besos su cara. El niño rubio con graciosas marcas en sus mejillas no dejaba de llorar y los mocos escurrían de su nariz, entonces Kushina sintió que su corazón se encogió y comenzó a odiar a la niña Ana o Bana de la que llego hablando su hijo.

    Después de escuchar sus sollozos y acariciar a su hijo Kushina arranco una de las hebras de su largo cabello y hato el dedo meñique de su hijo y el de ella. Duraron así toda la tarde y cuando llego su padre Minato ni siquiera preguntó mostró uno de sus meñiques para estar unido a su familia también.

    —Papá no lo necesita— dijo Naruto y ambos miraron a su hijo, el hombre que acababa de llegar a la casa lo miró un poco herido.

    —Mamá y papá ya están unidos por el hilo rojo, no lo necesitan— dijo Naruto sonriendo a sus padres que lo sostenían juntos a su altura. Sin embargo en ese momento sintió que el lado de su madre perdía estabilidad y cuando volteó a ver a su madre vio, por primera vez en su vida, un fuerte sonrojo y una clara cara de vergüenza en su madre.

    Su papá rio y Naruto no entendió muy bien por qué su madre se puso tan roja, casi como su cabello. Kushina tomó a su hijo de los brazos de su padre y le dijo que la ayudara a arreglar todo para la cena, que debían estar cerca si no quería que el hilo que los unía se rompiera.

    En la noche cuando Kushina llevo a su hijo a la cama quito el nudo en ambos dedos, el de ella y el de él y beso su frente. La mujer de cabellos rojos comenzó a acariciar a su hijo, finalmente le dijo a Naruto que nunca olvidara que así no encontrara a la persona que compartía su hilo ella siempre lo iba a amar.

    —Y Minato también, pero yo más, por eso soy tu favorita ¿No?— dijo Kushina mirando a su hijo que no respondía, solo sonreía restringiendo su risa—¿Soy tu favorita, no?




    La segunda vez que sintió interés en alguien más ya era mayor tenía 12 años y todavía estaba esperando a que llegara la pubertad. Mientras que él era un alfañique de un metro veinte sus compañeros ya estaban creciendo y cambiando de voz. El interés fue corto, la chica lo despacho de una vez y Naruto se dio cuenta que su hilo solo le daba una pequeña vuelta al de ella.



    La tercera vez ocurrió cuando tenía quince años, pero nunca vio su hilo unido con el de ella, después de los trece años dejo de ver los curiosos lazos. Ella se llamaba Sakura, tenía un hermoso cabello color rosa y unos hermosísimos ojos color jade. Al principio no le puso mucha atención entonces Naruto pensó nuevamente que no era la mujer destinada para él, pero entonces ella comenzó a ponerle más atención y con el tiempo se volvieron pareja.

    En un comienzo la relación floreció rápidamente, cuando se graduaron de la secundaria y fueron a la universidad siguieron juntos y hasta compartían apartamento. Mientras que Sakura estudiaba medicina en una de las más prestigiosas universidades del país, Naruto estudiaba derecho y pensaba en empezar una carrera política. Muchos le decían que tenía ese poder de agradarle a las personas por más idiota que pudiera llegar a parecer, estas siendo palabras de su mejor amigo.

    Si bien por parte de Naruto había una infinita pasión, amor y cariño por parte de Sakura no parecía que hubiese la misma devoción.




    —Sakura-chan,—la llamó mientras ella posaba su cabeza sobre su hombro y con uno de sus dedos pulgares consentía el brazo que la mantenía cerca —Te amo

    … La respuesta se demoró como siempre —Naruto, también te amo— respondió con la misma tonalidad de siempre la misma monotonía a pesar de las múltiples diferencias en el momento.

    Solo entonces Naruto quiso ver una vez más los famosos hilos rojos del destino, no solo quería ver el suyo, no, quería ver el de Sakura. Quería saber que otro hombre era capaz de satisfacerla, de hacer todo lo que él hacía por ella, quería saber quién era el hombre que moriría por ella. Pero solo con desear algo no puede lograrse ¿No es así? En ese momento el rubio solo se dejó invadir del olor de la muchacha.




    Cuando por fin pudo ver el hilo rojo de Sakura fue en su vigésimo cumpleaños, la muchacha no hizo nada especial, de hecho era especialmente dulce con él. Pero luego vio como el dedo meñique de la muchacha se unía con el de su mejor amigo con un hilo rojo. No había nudos, no había vueltas era el lazo más fuerte que jamás había visto y el hilo era de color intenso, como el de su madre y padre. Su hilo parecía nunca terminar, de hecho este daba varias vueltas alrededor de Sakura pero nunca se unía con el de ella.

    Naruto la amaba, podía llegar a ser su mujer ideal pero lo mejor era dejarla ir y eso haría.

    —Sakura-chan, Te amo— dijo Naruto mientras recogían toda la basura dejada por la fiesta, que de manera muy sencilla fue celebrada en su apartamento.

    … Como siempre la respuesta se demoró en llegar.

    —No te esfuerces— dijo, dejo las cosas que había levantado de la mesa y se aproximó a tomar sus manos —Ambos sabemos, que lo que intentas decir no es cierto. Al menos no me amas de la manera que yo a ti, sé de tus sentimientos por Sasuke—

    — ¿Q-qué dices Naruto? Pen-pensaba que esa tonta competencia la habían dejado…— se rindió las mentiras que intentaba decir no iban a funcionar, lo sabía —Nunca te engañe—

    —No me cabe la menor duda— respondió Naruto sonriendo, como siempre, grande y con vida pero sus ojos decían la verdad y Sakura vio en ellos el dolor de dejarla ir y lo abrazo con fuerza.




    La cuarta vez que paso, vio el hilo, vio como este solo envolvía de manera débil a la joven, una diosa. Cabellos castaños ojos verdes, se llamaba Natsumi y como no tenía con quien ir a la boda Sasuke y Sakura le dio la oportunidad a enamorarse de nuevo. La joven tenía una figura exquisita y una inteligencia comparable con la de Shikamaru, pero nunca hubo mucha chispa.

    En la boda bailaron, comieron y se divirtieron pero Naruto solo veía con concentración como su hilo perdía y ganaba tensión, el dueño de la otra punta del lazo se encontraba en la fiesta. Cuando finalmente vio que su hilo rojo dejaba de rodear a Natsumi observo como una figura femenina salía por la puerta principal y rápidamente entraba a una costosa limusina.

    Naruto sonrió, la persona que era para el finalmente estaba cerca. Esa misma noche dejo de ver a Natsumi.




    No pudo sacar mucha información de Sasuke y Sakura, si estaba en la fiesta debía conocerlos, pero como no vio detalles, no supo describir la limusina y tampoco a la chica quedo en lo mismo que nada.




    Fue entonces que ocurrió, se dice que cuando menos buscas las cosas es cuando estas suceden, pues así fue con Naruto. Resignado volvió a ver su hilo enredado varias veces, pero ¿Cómo iba a encontrar a la joven si no los deshacía? Así una quinta, sexta y séptima vez mostró interés en mujeres que nunca amo realmente. Así, finalmente, una tarde mientras jugaba con Ryota, el hijo de tres años de sus mejores amigos, paso.

    Sakura le había dicho que era un día de campo, iban a correr y jugar un poco, se preocupó, sobre todo, en que supiera que una amiga suya iba a estar con ellos. Sin duda estaba haciendo de casamentera, pero, a menos de que la mujer que le iban a presentar no tuviese al menos una pequeña conexión con su hilo, no le interesaba

    —¡Naruto-nii, atrapa!— dijo Ryota sacando al joven de sus pensamientos que sobretodo se preocupaba por la apariencia de la nueva joven. Aun así, con la advertencia de Ryota, Naruto no pudo atrapar el balón que detuvo su movimiento en los pies de una joven mujer.

    La misteriosa dama se dispuso a recoger el balón y fue allí cuando noto que por primera vez en su vida su lazo era corto y llegaba al dedo de alguien más. La miró, era hermosa, ella parecía estar mirando sus meñiques, todo con sorpresa. Luego subió su mirada y se encontró con los hermosos ojos azules de Naruto.

    —¡Hinata-nee!—gritó el pequeño Ryota haciendo que sus miradas dejaran de cruzarse.

    —Ryo-chan— dijo la nombrada y bajo a la altura del niño que corría hacia ella a toda velocidad, Naruto entendió que ahora era su tiempo de descansar.

    El rubio se sentó al lado de Sakura que miraba como su amiga e hijo jugaban.

    —Es hermosa ¿No?— Naruto la miro desconcertado —Hinata, a veces siento que cometo un error al presentártela—

    Naruto se mantuvo en silencio pero no separo nunca sus ojos del hilo que los unía. De vez en cuando la miraba a ella y ella a él, cuando sus miradas se encontraban la chica se sonrojaba violetamente y volteaba su mirada. La muchacha era completamente diferente a Sakura y entonces Naruto se preguntó si realmente ella era la correcta, probablemente no; ella era hermosa, no podía negarlo, pero no sentía ni la pequeña parte de lo que sintió cuando vio a Sakura por primera vez.




    Grande fue su asombro cuando Sakura pidió que considerara a Hinata como socia de su firma. Su amiga de toda la vida pidió por todos los favores que le debía que lo hiciese, entonces así fue.

    Hinata también había estudiado derecho, como él, se había especializado en derecho en salud, durante su entrevista ella hablo especialmente del derecho de todas las personas a su salud; específico que su pasión era ayudar a las personas que más lo necesitaban.

    La mujer de extraños cabellos azules y hermosos ojos perla comenzó a trabajar con él. Comenzó como cualquier abogado en una firma nueva, llevando y haciendo café, haciendo fotocopias, resaltando lo que podía ser evidencia. Con el tiempo ascendió hasta ser el titular de su propio caso y luego a compartir los casos con Naruto. En ese tiempo, aunque consiente del hilo que los unía seguía sin sentir más que el apreció por un colega, o eso pensaba.

    —Bu-buenos días Naruto-kun— saludó la joven en su típico tono de voz y viéndolo desde el escritorio que ambos habían compartido durante el último mes. Además de su típico capul sobre su frente hoy tenía su cabello arreglado hacia el lado izquierdo de su cabeza, como siempre se veía hermosa.

    —Buenos días Hinata— respondió el joven viendo como ella sonreía y se veía aún más hermosa, por un momento sintió que su corazón dejo de latir un momento y luego volvió a la normalidad, no le dio mucha importancia. Entonces vio como Hinata se ponía en pie dirigiéndose hacia la habitación de al lado, Naruto avanzo hacia su silla y sentándose lanzo un gran bostezo.

    —¿N-no dormiste bien anoche Naruto-kun?— preguntó la mujer de largos cabellos azulinos mientras dejaba dos tazas de té sobre la mesa. Era sabroso, le gustaba el sabor que la mezcla de hierbas, que cada semana era diferente, dejaba en su boca. Ciertamente era mucho más rico que el amargo sabor del café que antes tomaba. Desde que Hinata se convirtió en su compañera cambio la amarga bebida por los dulces sabores del té, encontrando que ambos tenían el mismo efecto de la cafeína y el té no manchaba los dientes.

    Naruto tomó la taza de té y la llevo a sus labios, tomó un sorbo disfrutando de cada componente de la bebida y luego miró a Hinata. Ella lo estaba mirando, como esperando, entonces Naruto cayó en cuenta y sonrió.

    —Está delicioso— entonces Hinata sonrió y se sentó a su lado. Ambos comenzaron a realizar su trabajo, la joven más cómoda que él.

    ¿La razón? Naruto la encontró de inmediato, pero alarmado supo algo que había ignorado durante mucho tiempo… miraba demasiado a Hinata mientras trabajaban. Bien, se dijo que no la miraba a ella, era solo que era tan callada que no sabía si estaba allí, solo miraba para confirmar. Sin embargo, podía saber que la joven estaba a su lado con tan solo voltear un poco, no tenía por qué molestarle que al intentar verla se encontrara con su cabello elegantemente arreglado, tapando su rostro.

    Todo el día lo único que quiso fue quitar de su camino el cabello que no le dejaba ver el rostro de la joven mujer sentada a su lado. No por verla, solo para confirmar que estuviese bien.





    Después de darse cuenta que volteaba a verla mucho intento evitarlo, cada vez que intentaba hacerlo se recordaba mentalmente que debía dejar de hacerlo. Lo único que lograba era verla con el rabillo de sus ojos por un segundo y concentrarse en su trabajo de inmediato.

    Pero hoy… hoy era una cosa diferente y totalmente imposible. Hoy su piel era más blanca de lo normal y sus labios estaban pintados de rosa suave, sus ojos bien abiertos y brillantes se concentraban en su trabajo. Hoy su cabello estaba sostenido en una cola de caballo dejando ver sus orejas y su pálido cuello ¿Por qué le estaba haciendo esto? Naruto se imaginó besando ese pálido cuello y luego quiso realmente hacerlo. Entonces sintió como su corazón latía fuertemente de anticipación conforme a se acercaba a la joven sentada a su derecha.

    —N-Naruto-kun— volteó la chica al sentir la presencia del joven cerca de ella —¿Ne-ne-necesitas algo?— preguntó ella con un sonrojo invadiendo sus mejillas, mirándolo fijamente pero cerca de la hiperventilación.

    —N-no… no es nada— dijo llevando una de sus manos para rascar su nuca con vergüenza y comenzar a reír tratando de alejar la tensión —Es solo que sentí… un olor dulce y quería saber si era tu perfume— musitó para terminar de reír aún más nervioso esperando que no fuese algo tan difícil de creer.

    Entonces ella comenzó a jugar con sus dedos, juntaba sus dedos índices y bajo su cabeza, intentando ocultar su ruborizado rostro. Sin embargo, no pudo ocultar la sonrisa que apareció en su rostro y que para él fue totalmente adorable e hizo que su corazón comenzara a latir fuerte de nuevo.

    Eso no era normal, pensó. No se suponía que su corazón debía hacer esas cosas con ella. Ella era tan distinta a Sakura que no podía ser ella quien estuviera destinada para él, el hilo rojo se había equivocado. Entonces miro aquella cuerda que había dejado de buscar hace tanto tiempo, después de todo la dueña de la otra punta siempre estaba sentada a su lado; cuando sus ojos se posaron sobre aquella cuerda de roja tonalidad se sorprendió, el hilo, que antes rosa pálido, los unía ahora tenía un color rojo brillante. No lo podía creer, había sentimientos de uno hacia el otro pero ¿Eran sus sentimientos? o ¿Eran los sentimientos de la hermosa mujer que se sentaba a su lado? Probablemente ninguna de las dos, su hilo estaba defectuoso… eso era todo.

    —¿Qué perfume es?— preguntó poniendo su cabeza sobre una de sus manos, sonriendo y mirándola con su cabeza ladeada ¿Estaba coqueteando? Se preguntaba alarmado, no podía ser, ella era hermosa… mucho, pero no inspiraba ningún sentimiento de amor.




    Entonces, nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Exactamente eso le paso, Naruto duro tanto tiempo negándose lo que estaba pasando y como muchas veces en el pasado dejo de ver el hilo rojo que los unía.

    Cuando Hinata llego tarde una mañana, cuando ya comenzaba a extrañar el té que recibía tan pronto llegaba, empezó a sentir que algo estaba mal. Pero cuando ella llegó con un simple saludo y se sentó inmediatamente Naruto supo que algo estaba mal. Luego vio como ella sonreía y de vez en cuando revisaba su celular, de vez en cuando soltaba una pequeña risa y volvía a su trabajo.

    Ya eran las 7:15 y Naruto todavía no había tomado un solo sorbo del té de Hinata y cada vez que la muchacha revisaba algo en su celular se molestaba cada vez más. Sabía que estaba pasando, era obvio… estaba hablando con alguien, un hombre para ser exactos. Entonces Naruto quiso nuevamente ver su hilo, el hilo que los unía y pudo hacerlo.

    Vio como había un ligero nudo, un nudo que se encontraba muy cerca del meñique de la joven que reía ligeramente respondiendo a un nuevo mensaje.

    Estaba molesto muy molesto y no hizo nada. Solamente intento reprimir el bostezo y cansancio que sentía y lo dejo pasar, todo mientras sentía un punzante dolor en su pecho y sintiéndose mal todo el día. La mayor parte la atribuyo a la falta de cafeína en la mañana y otra a la preocupación, no celos, jamás celos, que sentía al ver a Hinata sonriendo con los mensajes de aquel a quien no conocía.





    Días después Naruto llegó a su oficina, allí estaba ella ojeando unos papeles y suavemente musitó un saludo que apenas escuchó. Él le respondió y siguió a su asiento, como siempre, bostezó, por la manera en que lo saludo parecía que hoy tampoco habría té. Con sorpresa vio la taza posarse frente a él y con ella a su compañera, el rubio tomó un sorbo y degustó los sabores, sin esperarlo, Hinata estaba ahí, viéndolo.

    Naruto sonrió para sí mismo, todo volvía a la normalidad. Había probado otro de los deliciosos tés de Hinata y ella esperaba que como siempre el dijese las mismas palabras que siempre.

    —Está deli… cioso— dijo todavía mirándola, sus ojos estaban rojos, era evidente. La sonrisa que ella le regalo aunque sincera fue opacada por la mueca de tristeza que hizo mientras se sentaba a su lado.

    —Probablemente no era el indicado— le dijo Naruto un rato después de que ambos empezaran su trabajo.

    —Lo sé— respondió un tiempo después —pero igual duele —. Hinata intentó ocultar como en sus ojos se comenzaban a llenar de lágrimas, que pronto no podría retener.

    Naruto lo notó, vio como sus ojos se llenaron de cristalinas lágrimas que amenazaban con caer demasiado pronto y entonces su corazón se hizo chiquito. Comenzó a sentir dolor en su pecho, su respiración se dificultó y a pesar de que su cabeza todavía pensaba en que hacer su cuerpo inmediatamente se movió. Naruto sostenía a la joven entre sus brazos mientras escuchaba sus pequeños sollozos.

    Su corazón, el de ambos, estaba roto, entonces el la apretó más a su cuerpo. Sentía la inestabilidad de su respiración, sus intentos por reprimir las lágrimas, hasta la forma en que sus manos apretaban su camisa. Hinata no debería llorar por ese tonto, ni siquiera debería llorar por él… el hermoso ángel que sostenía en sus brazos no debería derramar nunca una lágrima.




    —¡Na- Naruto-kun!— intentó gritar pero solo hablo en un tono de voz más alto que lo usual. La joven llegó a su vista humeando, fruncía el ceño. Naruto, que aparentaba leer unos reportes, evitaba verla pero cuando ella se puso frente a sus ojos le fue imposible… se veía hermosa enojada. Luego la muchacha suspiró y sus ojos se pusieron aguados, al gesto le siguió un puchero adorable que amenazaba con terminar en llanto en cualquier momento.

    —E-era el último— dijo cerrando y abriendo sus ojos intentando evitar que las lágrimas salieran de sus ojos, después de todo era algo tonto por lo cual llorar.

    —¡Woah! ¡Llorar no es justo!— dijo viéndola a los ojos y tomándola de los hombros.

    —¿Te lo comiste?— preguntó ella de nuevo enojada, pero con sus ojos todavía aguados.

    —Ah… creo que… si— respondió.

    Entonces Hinata volteó su rostro y las lágrimas comenzaron a salir de su sojos.

    —¡Te odio!— dijo llorando un poco más —Te odio, te odio, te odio…— decía mientras se limpiaba las lágrimas bruscamente e internamente buscaba calmarse, era tonto llorar por eso.

    —¡No!— decía alarmado él —No me odies, no me odies— decía el tratando de verla a la cara pero ella continuaba escondiendo su rostro, tratando de que no la viera llorar. Sin embargo el seguía intentándolo, Hinata seguía repitiendo esas palabras que hacían que su corazón doliese cada vez más.

    De repente Hinata paro de llorar, él paro de hablar, ambos habían escuchado el timbre de la casa de Hinata. Esa noche tenían trabajo pendiente y habían quedado de ir a la casa de ella para terminar, era bastante tarde y Naruto se preguntó quién podría estar timbrando a esa hora. Hinata rápidamente se arregló frente a uno de los espejos que tenía en la sala, entonces atendió a la puerta.

    Lo siguiente que vio Naruto fueron los cabellos de la muchacha dirigirse a toda velocidad a la cocina, la vio poner el paquete que recibió en uno de los mesones de la cocina tomó la puerta y la cerró. Solo milésimas de segundo después descubrió que había llevado, ese olor podría reconocerlo a cien metros de distancia. Entonces alarmado quiso ver que estaba haciendo Hinata en la cocina, sin creerlo la vio comiendo de un gran tazón de ramen. Lo primero que sintió fue rabia, sabía lo que ella estaba haciendo y cuando vio la segunda porción de ramen entró en desesperación. Luego sintió arrepentimiento, se había comido su rollo de canela, por eso actuaba así.

    Pero luego la vio a ella, estaba sentada sobre uno de los mesones con el tazón de su comida favorita en sus piernas llevando los tallarines a su boca. La muchacha era en verdad hermosa, un hermoso cuerpo, bastante más dotada que Sakura en la parte de en frente y con unos hermosos labios. Así como hace poco quería poner sus labios sobre su blanco cuello ahora quería devorar aquellos pálidos labios, que para hacer mejor las cosas, sabrían a su comida favorita.

    Pero allí estaba ella, sentada al otro lado de la puerta, una puerta que sin duda había tratado de abrir sin ningún éxito ¿Qué diablos había hecho la tentadora creatura?

    —¿…sientes?— preguntó ella con el segundo tazón de ramen en sus piernas ¿Cuándo había acabado el primero? Había estado tan concentrado en ella que el ramen paso a un segundo plano… Espera… ¿Qué? Si, el ramen había pasado a un segundo plano y lo más importante era la joven de hermosos ojos blancos, larga cabellera azulina y unos encantadores labios llenos del condimento del ramen.

    Luego la escuchó suspirar puso a su lado la taza de ramen y se dirigió a la puerta para quedar frente a frente, separados por el vidrio de la pequeña ventanilla.

    —¿Lo sientes?— preguntó de nuevo, cosa que sin duda escuchó pero aquella mujer era malvada ¿Por qué le estaba haciendo esto?

    —¿Q-qué dijiste?— preguntó él viéndola desde el otro lado, era hermosa… era dulce, cuando se sentía perdido solo tenía que mirar a su lado y allí estaba. De hecho, ella no sabía cuanta falta le hacía cuando no estaban juntos, cielos ¡Él no sabía cuanta falta le hacía cuando no estaban juntos!

    Frente a él Hinata llevo sus dos manos a su boca y trato de ocultar una dulce risita que era encantadora… ¡Todo de ella era encantador! Y… ¿Qué diablos estaba pasando? Su corazón comenzaba a latir más fuerte en su pecho, con más fuerza cada vez que pensaba en ella, con cada segundo que la veía la sensación era más fuerte ¿Hinata qué diablos estaba haciendo? Luego vio su hilo, una cuerda de color tan rojo que pasaba por color vino tinto.

    Sin poder evitarlo se quedó viendo el hilo que los unía, entonces ella miro también su meñique y pareció sorprendida ¿También veía ella aquellos hilos? Hinata entonces retrocedió un poco y se agachó, saliendo un instante de su vista. Luego reapareció frente a él ahora con un palo de escoba en una de sus manos, bastante ingeniosa.

    —¿Tú también ves los hilos, no es…?— no pudo terminar de hablar, Naruto estaba haciendo lo que más deseaba en ese momento. Al principio no mostró capacidad de devolver el apasionado beso que le daba el joven pero luego se dejó llevar. Ella puso sus manos detrás de su cuello y lo acerco más hacia ella, él la encerró entre sus brazos, apretando su cuerpo con el de ella. Se besaron durante un largo tiempo y solo el deseo de poder seguir besándose los separo.

    —¿Todavía me odias Hinata?— preguntó el organizando algunos mechones de cabello para ver mejor su rostro.

    —Te comiste el último rollo de canela— respondió ella, todavía estaban abrazados muy cerca del otro —te odio, eres malo Naruto-kun— terminó con un puchero en su rostro que no duro mucho, Naruto la había besado de nuevo.
    ---------------------------------------------------------------------------------------
    FIN

    Helo (?) ahí.... Aquí está.
    Espero que les haya gustado... queria meter un guiño.... meter a uno de mis OC en ewste caso Natsu, pero me parecio forzado y no supe como llevar la historia bien so~ aquí está.
    Espero que les haya gustado ....
    Comenten :)
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso