de Inuyasha - Agujero negro (SesshoumaruxRin)

Agujero negro (SesshoumaruxRin)

Agujero negro.

El caliente líquido recorría su perfecta garganta, mientras sentía como ese calor, se convertía en placer, que iba desapareciendo entretanto se acordaba de ella.
Ese calor que iba perdiendo efecto lentamente, mientras iba perdiendo poco a poco la razón. Aun así le era imposible olvidar esa hermosa y radiante sonrisa, esos profundos ojos achocolatados, que se habían convertido en una mirada llena de decepción y un rostro mojado en lágrimas.

Era la tercera botella que se tomaba
Los efectos del alcohol pasaban por su ser. Aun así su perfecto sentido común lo mantenía en la fría realidad…
Frio como él.

–*Estúpida perfección* -pensaba el joven, mientras se pasaba su blanca mano por su sedoso y lisa cabellera platinada.- *la extraño tanto* -seguía sumido en sus pensamientos, hablando en ella.
Saco su móvil del bolsillo y lo observo. No sabía si llamarla o no, en ese momento su mente calculadora y fría no estaba funcionando.

Se sentía miserable, esa sensación que pasaba desde su cabeza hasta sus pies, esa sensación que hacia que todo su ser se sintiera vacio, esa sensación que abría mas y mas su agujero negro.

Ese agujero negro que se hacia mas y mas grande, mas desgarrador conforme pasaba los segundos sin ella, ese agujero que iba absorbiendo la poca cordura que le quedaba, ya que algún momento iba a ir por ella, pero no podía.
Por eso la necesitaba, ella era la pieza faltante a su ser.

Su prepotente orgullo no lo dejaba hacer nada, por culpa de él, había perdido su pieza más importante…
Su corazón…ella.

Ella era eso, su corazón, su vida, su alma, su todo…y la había perdido.

La amaba tanto, mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginar, y es que él le debía mucho a ella.
Esa joven de ojos achocolatados había derretido la capa de hielo que tapaba el hueco en su corazón...
Ella había aparecido en el momento indicado, era como si Dios hubiera escuchado las suplicas del fondo de su alma y le haya mandado un ángel.

Esa joven que desprendía tanta felicidad y comprensión, era la única que lo comprendía, que lo aceptaba como era, era la única que lo había amado como nadie lo había hecho…como él a ella.

Aunque el joven de cabellos plateados nunca se lo expreso, ella lo sabia.
Nunca se tuvo la necesidad de las palabras, con el contacto de sus miradas, nacía esa conexión irrompible con el cual se comunicaban.

Tomo una bocanada de aire y cerro los ojos. Luego soltó el aire y respiro tranquilamente. Miro a su alrededor, ¡era lo mejor y a la misma vez insoportable estar en su habitación! Todo le recordaba a ella, su aroma estaba impregnado en ella, su presencia aun seguía viva en cada una de las cosas en la cual ella toco. Le gustaba estar ahí, le recordaba la sonrisa de ella…también lo odiaba, porque en sus recuerdos estaba mas que presentes las lagrimas de ella.
Por eso tomaba, para olvidar ese rostro lleno de tristeza y dolor.

La necesitaba demasiado, con solo estar presente, iluminaba su vida. Tenía algo que ninguna otra mujer tenía.
Y el no tenerla hacia estragos terribles en el hueco de hielo que debería ser su corazón, ese hueco que se había convertido en un agujero negro.
Ya que cuando la dejo, también dejo con ella, su corazón, su vida, su alma.

Sus momentos con ella aun seguían vivos en su memoria, un tesoro preciado que nunca perdería.
Pero algo que quería olvidar (y tal vez sea lo único) era el rostro lleno de tristeza, decepción, y dolor…estaba tratando de dejar al olvido las lágrimas saladas que surcaban libremente por sus mejillas. Ese recuerdo seguía vivo al igual que sus otros momentos con ella.

Le dolía demasiado haberla visto así, y todo por culpa de él, ¡oh como odiaba ser tan estúpido! ¡Como se odiaba a si mismo!, él era el causante del sufrimiento de su luz. Odiaba mucho que su complemento fuera infeliz, porque si ella lo era…él también lo seria.

¡Quería a su Rin devuelta!
La quería con él, quería de nuevo verla sonreír, quería de nuevo que ella estuviera a su lado, quería que ella cerrara su agujero negro y le devolviera su corazón.

Era un egoísta, lo sabia, solo pensaba en él… no pensaba en ella.

Recordó como tuvo que dejarla sola a merced de la intimidante y peligrosa noche, a merced de la fría lluvia que se juntaba con las lagrimas saladas que salían sin parar de los ojos de su querida Rin.

El también estaba sufriendo, y peor.
El también sintió cuando ella se desgarraba y se partía en miles de pedazos punzantes que se clavaban en su alma.


nota: bueno, pzz ola, vengo con otros de mis escritos, ojala les guste y pzz si uds quieren coloco la continuacion. es que este es como la mitad del one-shot que tenia en mente, pero solo quise escribir hasta ahi, si uds quieren conti, me dicen y yo la escribo.

nos hablamos
sessxrin

 

Re: Agujero negro (SesshoumaruxRin)

Tomo la botella y la boto en la pared.
Haciendo añicos el único remedio para su miserable existencia…
Haciendo añicos la única esperanza que le quedaba.

No sabia que hacer, estaba completamente desesperado, su cuerpo y su mente estaban paralizados, se sentía impotente.

Puso su mano en su frente, tenia que encontrar una solución, no podía más.
Cerró su otra mano en puño.
Sentía mucho dolor, ese dolor que estaba haciendo destrozos en su cuerpo y su alma.

Su agujero negro aclamaba por absorberlo a él y a todo lo que le quedaba.
Pero su amor por ella no dejaba que eso pasara.
La incapacidad de hacer algo, recorría cada célula de su ser…
Demostrándole lo débil que podía llegar a caer.

Y todo por una mujer…
Todo por ella.

¡Necesitaba encontrar una solución a ese sufrimiento!
No podía aguantarlo por mucho más tiempo.
Su agujero negro aclamaba por ella…
Su conciencia se lo impedía.

Si iba por ella, sabia que saldría lastimada
Y si no iba, los dos iban a caer en un abismo de dolor…
Y eso era peor.

Sintió como algo vibraba en su bolsillo. Era su móvil
Lo saco, tenia un mensaje de texto. “no vallas a cometer ninguna estupidez”
Remitente: Inuyasha

Una sonrisa de ironía y dolor surco por su rostro.
Ya había cometido la estupidez más grande…
Haber dejado a su pieza.

En ese momento, agradeció a Dios que Inuyasha fuera un imprudente.
Ese pequeño mensaje de texto aclaro todo.
¡Al diablo con todo!
Prefería vivir un día con su Rin…
A toda una vida sin sentido sin ella.

Se levanto de la cama. Se tambaleo un poco, pero después pudo lograr el equilibrio. Con sus dos manos paso su cabello para atrás. Salió por la puerta y atravesó su apartamento.
Cuando salió de allí, sus ojos dorados ambarinos, solo reflejaban su deseo más grande…
Rin.

En ese momento, su agujero negro absorbió la pequeña cordura que quedaba en él.

Caminaba lo más rápido que podía, quería llegar y abrazarla, tenerla en sus brazos por el resto de su vida.
La lluvia caía sobre él, mojando su cuerpo entero.
Su cuerpo estaba tiritando del frio de la impasible lluvia.

Su alma estaba mojada. Haciéndola tiritar del frio…
Pero no era por la lluvia…
Era la fría brisa que abrazaba su alma, era la ausencia de su pieza faltante.

Llego al lugar donde la había dejado.
Entro y comenzó a caminar al lugar exacto donde le dio la espalda.
Su alma se partió y su agujero negro se retorció del dolor.

Su amada Rin aun seguía ahí, donde la había dejado hace una hora.
No había cambiado su posición, aun seguía de rodillas con sus manos tapando su blanco rostro empapado en lagrimas.

¡Era el hombre más detestable del mundo!
Ella se veía tan frágil. Su cuerpo entero estaba temblando del frio, aunque él sabía que ella no lo sentía.

Camino hasta alcanzarla, se agacho y la abrazo.
Su alma sintió de nuevo ese calor que estaba esperando. Y su agujero negro se fue aplacando. Esa felicidad de tenerla de nuevo en sus brazos no se podía comparar con nada.

Pero ella no respondía.
Estaba en un estado de shock. Ella había sufrido igual que él…
O peor.

Con cuidado Sesshoumaru quito las manos de ella, que cubrían su rostro.
Sus ojos estaban abiertos y rojos de tanto llorar.

El joven de cabellos plateados tomo su rostro delicadamente, y la obligo a mirarlo a los ojos.
Los ojos de ella estaban vacios, sin ningún indicio de que estuviera en este mundo.
No brillaban. Algo que siempre le había gustado a Sesshoumaru de ella, era que sus ojos tenía esa chispa de ternura y felicidad.
Ahora, no había nada.
Y todo por culpa de él.

Sesshoumaru se acerco a su odio y le hablo.
— Rin, despierta, soy yo –susurro con su voz gélida y profunda.
La joven de ojos chocolates no reacciono.
Pero comenzó a susurrar cosas.
— Sesshoumaru…Sesshoumaru…Sesshoumaru –la joven susurraba el nombre del joven albino. Las manos de ella todavía temblaban
— Estoy aquí…no me ves Rin –el joven de mirada ambarina la acerco más.
Ella levanto una mano y la puso sobre la mejilla de él.
— ¡Sesshoumaru! –la joven de ojos chocolates grito de emoción, mientras se abalanzaba sobre él y lo abrazaba todo lo que podía. –sabia que volverías…que no me dejarías… ¡no lo vuelvas a hacer! –sollozaba la joven en el pecho de él
— Nunca –termino el joven.
— Dime que todo esto fue una pesadilla…-lloraba y lloraba. Pareciese que nunca se terminaría- que nunca más me dejaras

Sesshoumaru la abrazo más y más, como si su vida dependiera de ello.
No la quería perder, nunca volvería a hacer semejante idiotez.

En ese instante, su agujero negro se rompió, liberando miles de pedazos de hielo, que nunca mas volverían a aparecer.
Dándole lugar a su corazón

En ese momento, las dos piezas se unieron…
Uniendo y formando de nuevo un solo ser. Porque eso eran ellos dos, una sola persona, una sola vida, una sola alma…
Una sola existencia.
Una de las cosas que descubrió Sesshoumaru en ese momento, era que los dos, eran una sola pieza, y si la otra no existía, la otra tampoco.

Y lo mas importante…
Su existencia sin su Rin, ya no tendría sentido…
Ni vida.


notas: bueno, ya puse la segunda parte. pero agg no encontre el momento para explicar la razon por el cual Sess tuvo que dejarla. me meti tanto en todo lo demas, que se me olvido escribirlo.
ojala no me vallan a matar por eso xD

espero que les halla gustado.

saludos
sessxrin