Agua Salada

Agua Salada

Agua Salada​

Algunos amores nunca deben florecer, amores de Agua salada, marchitados por las mentes perversas de la sociedad. Cayendo en la falsedad de algo prohibido.


Capitulo I.- Indirectamente: Primera parte.

Hoy, era uno de aquellos días donde se cree que puedes hacer todo; donde te sientes superior a la sociedad que te rodea. Un día perfecto. Donde sabes que nada te puede salir mal, sin embargo tan grande es tu falsedad, que no te das cuenta que indirectamente caes en el vacío de tu fantasía.

— Hoy es jueves. — La mayoría de sus compañeros desearían que este día nunca llegase, incluso que se quitara del calendario. Pero ella no, ella amaba ese día y también los viernes. No pudo evitar que una sonrisa adornara su blanquecino rostro.

—Sakura, ya báñate. Tienes escuela. — Ella sabia que no era necesario que le avisaran, los jueves siempre se levantaba una hora antes, no por no poder dormir o por la costumbre. Era porque ella se quería ver perfecta. Arreglar su cabello, el uniforme planchado sin ninguna arruga sobresaliente, rociar su cuello con el mejor perfume. Ella quería estar perfecta para èl.


Se miró al espejo por enésima vez. Su cabello rosado caía libremente por su espalda, controlado simplemente por dos pequeñas trenzadas en cada lado de su cabeza, unidas por un pequeño broche azul.

El uniforme impecable, la falda azul oscura tableaba, le llegaba justo arriba de la rodilla, y la blusa de un color blanco, cubría aquellas curvas que comenzaban a desarrollarse. Le sonrío a su reflejo y bajó a la cocina, donde su Madre la esperaba sentada.

— ¿Hoy te has peinado diferente?— Le preguntó su madre algo sorprendida, su hija, generalmente se llevaba el cabello suelto, sin ningún adorno o algo que lo amarrase.


— Algunos cambios son buenos. —

Entrò al baño ignorando la mirada intrigada de su madre, se lavó los dientes y se puso un poco de brillo en los labios, ella no se maquillaba pero el brillo le parecía algo esencial en ella.

Como todos los días, su padre la trajo a la escuela. Al bajar del auto, respiró el profundo aire fresco que los árboles le brindaban. Saludó a varios maestros. Buscó a la persona que deseaba ver, más no la encontró.

—Tan rápido y ya estas buscando a Sasuke. Eres la única persona a la que le agrada ese maestro— Le dijo Ino, caminando hacia ella. Su rubio cabello estaba recogido en una cola larga, y sus ojos azules brillaban, era muy hermosa.

— El enseña clases bien, bueno quizás es un poco molesto pero es muy bueno en Literatura. — Si, lo defendía. La persona por la que se esforzaba en arreglarse perfectamente, era con el fin de que Sasuke Uchiha, su profesor de Literatura, le dedicara una mirada sorprendida, llena de admiración.

— Lo que pasa es que te gusta tanto, que tu amor no te permite ver su maléfica actitud— Le dijo con sarcasmo.

Eso era mentira y Sakura lo sabía. Si conocía esa actitud pedante de su profesor, les decía millones de cosas que eran ciertas, y ante sus compañeros era un total amargado, pero aquella sonrisa sexy y esos oscuros ojos le atraían de sobremanera. Le gustaba su personalidad.

Decidió no contestarle a su amiga, y dirigirse a su salón. Al subir las escaleras se encontró con uno de sus profesores, el matemático, ese profesor le caía muy bien, su nombre era Kakashi.

— Licenciado, buenos días. — Le dedicó una sonrisa al profesor, y este se la devolvió, mientas le tocaba la barbilla con cariño. Kakashi siempre le decía que tenía una sonrisa demasiado inocente, y que si su amiga Ino, ya la había dañado, aquello le causaba risa.

Llegó a su salón sin ningún percance. Se sentó en la primera butaca de la segunda fila. La más cercana a los profesores.

— Sakura, disculpa. ¿Podrías ayudarme con la tarea de Ingles?— Era Hinata, su amiga. Sus ojos perlados la veían con suplica.

— Claro, ¿Què duda tienes?— Sabia que ella no era la mas inteligente del salón, pero era muy buena en ingles.

— No entiendo cuando se utiliza el Have y cuando el Has. — Le dijo mostrándole la libreta, donde una perfecta letra a base de tinta azul, sobresaltaba.

— Bien es fácil te explicaré. —


.—.

Las primeras tres de sus cuatro clases fueron rápidas y amenas. Su maestra de Ingles Tsudade, les había dejado una tarea especial, eso no seria problema para ella, pero le había dicho a Hinata que fuera a su casa para que le ayudara a ella.

— ¿Què clase tenemos?— Preguntò Naruto, un rubio hiperactivo que odiaba a Sasuke, puesto que este siempre lo reprobaba. Y lo reprobaba con justa razón, Naruto era pésimo en esa materia.

—Literatura— No pudo evitar mostrar una sonrisa. Sasuke muchas veces se pasaba en sus comentarios, pero sentía que entre mas la molestaba mas le atraía.

Llegaron a la sala, donde el profesor los esperaba, el salón contaba con varios libros, muchas hojas blancas y diferentes pinturas. Al entrar su mirada se dirigió hacia el escritorio donde generalmente se sientan los profesores. Y ahí estaba èl sentado detrás del escritorio, su camisa azul marino resaltaba sus bellos ojos negros. Y aquel pantalón negro, solamente resaltaba su redondeado trasero.

No pudo evitar sonrojarse ante el último pensamiento. Se sentó, como siempre. En la última fila, junto a Ino.

—Bien jóvenes, hoy harán un artículo de 700 palabras, puede ser cualquier tema, ya saben que debe llevar el artículo. ¿Alguna duda?— Y como siempre sucedía en su clase. Nadie alzó la mano. Sakura sabía que después de su clase, sus compañeros la ahogarían con preguntas. Pues su temor al maestro no les permitía preguntarle.

En ningún momento dejó de observarlo. Notó algo extraño en sus ojos, tenían un ligero color rojo tras ellos. Y estaba de peor humor que de costumbre.


—Resaca. — Volteó a ver a Ino con sorpresa. ¿Còmo supo lo que pensaba?— Ayer lo vi cerca de mi casa, iba en su Jetta y andaba ebrio. —

Ese era el detalle que no le gustaba de Sasuke, el hecho de que bebiera, ella nunca lo había visto ebrio, pero Ino si.

Sus ojos se cruzaron por un momento con los de su profesor, pero èl bajó la mirada con rapidez, escribiendo algunas cosas en su libreta.

—Sakura Haruno. — No supo en que momento el comenzó a pasar lista, pero al escuchar su nombre rápidamente respondió:

—Presente— Le dedicó una mirada reprobatoria. Eso significaba que tenía retardo, tendría que quedarse después de clases, y aunque la idea le agradaba, no estaba tan segura de querer quedarse, a solas, con èl.


Continuará


Bien este es otro fic que traigo, mañana colgaré el siguiente capitulo de “La esquina”. Esta historia está basada en la vida real. Ya saben la manera en la que escribo yo, saben que la historia es diferente a lo que normalmente leen en una relación Maestro-Alumna.