*Adiós* El sol lanzó su último rayo del día, y ella estuvo ahí para sentirlo. Pareció como si el astro se estuviese despidiendo tras las montañas, y éste fuese un adiós sin reencuentro, el último adiós; pero no era el sol quien se despedía, quien decía adiós, como parecía a sus ojos… No, sabía que la que no volvería era ella. --Adiós, amigo. Susurró, para luego presionar la barriga del arma.