Adentro

Tema en 'Relatos' iniciado por Rukia, 26 Abril 2010.

  1.  
    Rukia

    Rukia Usuario popular

    Aries
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    Adentro

    luls, hace mucho que no publicaba algo sacado completamente de mi cabezota, este es mi escrito del concurso Relatos fobicos, el cual tiene una idea añejada de hace un año y apesar de que a mi me gusto mucho no obtuve el resultado que quería -w-, hahahaha, siempre es así con lo que más me gusta.

    Es la versión inédita y no corregida de como lo mande a los jueces, así que SÍ, tiene fallos con algunas letras que no separe bien, así como la acentuación de algunas palabras y errores de puntuación (por las prisas)... ¡ah! y problemas con los guiones que el maldito word me corrige sin consentimiento, lo recalco, ya que siempre comentan fallos de esa clase, al menos díganme que tan malo fue el cuento y no sólo fallas técnicas ='(

    Bueno, eso, de antemano, gracias por leer =)



    -------------------------------



    Adentro


    Si supieras lo que ve… también tendrías miedo…


    Amelia bajó lentamente las escaleras en forma de caracol. Su blancura fantasmal reflejaba una vida en las tinieblas y su escuálido cuerpo denotaban una frágil existencia, cualquiera que pudiera verla pensaría en un espíritu antes que en una persona. Lo cierto, es que no estarían tan equivocados al decirlo, pues la vida de Amelia se había tornado en un estado estático de agonía y miedo comparable a lo que la gente llamaría purgatorio.

    La causa de su eterno sufrimiento era desconocida por todos, quien se atreviese a preguntar que es lo que pasaba con Amelia, recibiría como respuesta un desplante por parte de la mujer, gritos, insultos y frases como: “Jamás lo entenderías” “Ni siquiera puedes verlo” “Cómo si te importara”. Y tenía razón, la gente a su alrededor no se preocupaba por ella y ni una vez la pregunta tabú había sido con un sincero sentimiento de angustia, todas aquellas preguntas solamente estaba bañadas con un nauseabundo sentido de curiosidad y chismorreo pues a todos le resultaba intrigantes las manías y fobias de Amelia.

    Nunca se arreglaba, aunque era hermosa después de cumplir veintidós años jamás puso una sola gota de maquillaje sobre su rostro y su cabello se había vuelto una maraña que tapaba su cara y vista. Jamás comía con cubiertos de metal o loza de cristal y si alguien se atrevía siquiera aponérselos cerca perdía los estribos arrojándolos lejos. El agua o cualquier líquido trasparente se habían vuelto sus peores enemigos y a pesar de morir de sed en los días calurosos prefería tomar leche sobre un vaso de agua helada, pero sobre todo, existía una manía que intrigaba a las personas pues aunque podías ir a visitarla a su casa, jamás te vería directamente y a pesar de que pudieras hablar por horas, ella siempre mantendría la cabeza agachada.

    Esta última en particular había provocado que toda la gente que alguna vez estuvo gustosa de convivir con Amelia fuera desapareciendo, hasta reducirse a una sola persona, Isaac, su marido.
    Para él, el repentino cambio en la forma de ser de su esposa había sido duro de sobrellevar, pero el inmenso amor que le profesaba le impedía apartarse, y poco a poco, se había acostumbrado a todos los nuevos hábitos que ella tenía. Nunca preguntó que le sucedía y sólo se había limitado a permanecer a su lado, “manteniéndola a salvo”, pues verla por las noches en rincones oscuros temblando y llorando le hacía comprender que fuese lo que fuese lo que la hacía comportarse así, en verdad existía algo que aterrorizaba a su esposa.

    Aún así lo que el amor puede soportar tiene un límite…

    Sin importar nada Isaac quería permanecer al lado de su esposa y cuidarla, pero eso era algo que Amelia no comprendía del todo, ella pensaba fehacientemente que él debía abandonarla y rehacer su vida, por eso, en esa noche en especial ambos comenzaron una pelea.

    —No entiende—masculló luego de haber terminado el recorrido de las escaleras de caracol —. No lo sabe y no quiere comprenderlo.

    Los nervios de Isaac se crisparon, a pesar de aún estar bajando las escaleras pudo escuchar claramente las palabras que había musitado y si hasta ese momento había soportado todo calmadamente, esa fue la gota que derramó el vaso. Rápidamente comenzó a bajar los escalones en saltos largos alcanzando en un santiamén el delgado brazo de su mujer.

    — ¡Si no lo entiendo, explícamelo! —espetó furioso y giró violentamente el cuerpo para encararla.

    Amelia pudo sentir un frío naciente en su corazón mientras múltiples e intensos escalofríos recorrían su columna al punto de sentir que le quebraban los huesos, provocándole así un temblor involuntario. Tales sensaciones provocaron en ella que cerrara los ojos y la angustia la llevará al borde del llanto. Isaac se quedó estupefacto sin saber como tomar aquella reacción tan extrema, pero ya era demasiado tarde para echarse para atrás y retractarse de sus palabras, así que una vez más dijo—:Explícamelo.

    La mujer tartamudeó un par de veces y en ninguna logró formar más que monosílabos incoherentes acompañados por las lágrimas que derramaban sus ojos cerrados. La frustración de Isaac crecía en cada instante y sin siquiera percatarse comenzó a gritarle y a ordenarle que abriera los ojos, pero Amelia sólo negaba con la cabeza mientras su cuerpo se convulsionaba.

    — ¡Es estúpido! ¡Abre los ojos! ¿Qué ni siquiera eres capaz de ver mi rostro? —reprochó mientras la sostenía con fuerza —. ¿Es qué ni siquiera puedes ver los ojos de la persona que más te ama?

    —No…—balbuceó y las lágrimas aumentaron, acrecentándose proporcionalmente a la frustración de su esposo.

    — ¿Por qué? —gritó, tan desesperadamente que Amelia pudo sentir como el corazón se le quebraba.

    —Por qué tengo miedo…

    — ¿Miedo…? ¿Miedo a qué?

    —Si fueras capaz de ver lo que yo, también tendrías miedo…—musitó entre gimoteos antes de que su voz fuera acallada por un nudo en la garganta.

    — ¿Pero ver qué? —insistió moviéndola violentamente.

    —Dentro…—sollozó y la falta de aire le hizo callar, pero en cuanto sintió que podía volver a hablar vaciló antes de continuar, realmente no quería decirlo pero un impulso y el leve confort que había en confesarle a alguien su miedo la hizo continuar —lo que hay dentro. En cualquier cosa en la que pueda reflejarme… cualquier cosa que funcione como espejo…
    Isaac no supo que contestar. Poco a poco fue disminuyendo la fuerza que ejercía sobre su esposa hasta que una especie de controlador de ira se apagó, en ese instante la fuerza que ejercía sobre ella se duplicó y comenzó a hacerle daño.

    — ¿Me estas diciendo que todo este tiempo lo que te asustaba era un maldito espejo? —reclamó furibundo.

    —No… tú no entiendes… todo este tiempo yo… si lo vieras tú también… lo que hay dentro…— A pesar de que Amelia no podía verlo en sus memorias estaba el rostro amable de su esposo, imaginárselo lleno de rabia le provocaba más dolor que el que sentía su cuerpo al estar prisionera en sus brazos.

    — ¡Abre los malditos ojos! —Espetó de repente—. ¡Te demostraré que es una estupidez!

    —No, por favor, Isaac… por favor no, no puedo ver los espejos… si veo los espejos entonces…—Y el sudor frío empezó a brotar de su frente, podía sentir como su corazón se aceleraba y se detenía en una incesante cadena de espasmos dolorosos. La desesperación y el miedo brotaban de cada una de sus células, lo que más temía, lo que la despertaba por las noches y la mantenía en vela, estaba a punto de cumplirse.

    — ¡Ábrelos! —En aquella orden, Amelia pudo sentir todo el resentimiento acumulado de su marido. Destrozada, no le quedó más que cumplir su demanda, realizando lo que más pavor le producía.
    En ese instante Isaac lo supo. Todo el miedo que ella sentía tenía un motivo justificado y más proviniendo de una persona tan amable como lo había sido su esposa.

    Sí, lo entendió en el instante que se vio reflejado en aquellos preciosos orbes verdes y una criatura monstruosa salió de ellos, tomándolo por el cuello y llevándolo del otro lado de uno de los tantos espejos que existen en este mundo. El temor más grande de Amelia, era eso, cualquier clase de espejo, ya que sabía lo que sus ojos guardaban dentro y que podría salir en cuanto alguno estuviera cerca.

    La razón de no mirar al rostro de nadie era porque tiempo atrás al cumplir veintidós años, había descubierto ha la bestia tras sus pupilas la cual saldría si ella o alguien más mirase dentro de sus ojos.

    ¿Por qué de los ojos? Bueno, después de todo ¿no son los ojos el “espejo” del alma?
     
  2.  
    NutS

    NutS Entusiasta

    Acuario
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    Escritora
    Re: Adentro

    Ahh! esta muy bueno, personalmente me ha encantado.
    Que terror me ha dado la parte en que se llevan a Isaac,
    siempre me han dado miedo los espejos y lo que pueda ver en ellos, el solo pensarlo me da escalofríos.
    Me he metido tanto en la historia que hasta se me a aparecido en frente como un cortometraje.
    Pobre Amelia... no poder mirar su reflejo y que mas encima en el te aceche un monstruo.
    Que lastima que ahora haya quedado completamente sola.

    :vacabaila:
     
  3.  
    Beatrice

    Beatrice Iniciado

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    Re: Adentro

    Me gustó la idea y el argumento en general, pero al ir leyendo me pareció que había algo en la forma en la que estaba escrito que le quitaba encanto, y con esto me refiero a que sentí que había una sobreexposición por parte del narrador. No sé, tuve la impresión de que el hecho de que una voz omnisciente lo explicara prácticamente todo despojaba al relato del ambiente que muchas de las palabras me producían. Pero si no entiendes lo que quiero decir, lo comprenderé, en serio xD. Soy un desastre como crítica.

    Y no me pareció que tuviera tantas faltas de ortografía, aunque admito que era en lo que menos me estaba fijando xD.
     
  4.  
    Hiro

    Hiro Usuario común

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    Escritora
    Re: Adentro

    Me gusto, mientras leia mas queria saber cual era el miedo de Amelia, descubrirlo fue feo :(, mas por que su marido sufrio las consecuencias, pobre Amelia ToT. He sentido el miedo de Amelia al tener que vivir de esa forma con miedo al reflejo D:
     
  5.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
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    Escritor
    Re: Adentro

    El final superrealista es increíble y le da ese toque mágico que necesita toda ficción. Lo mejor de este final es que no se siente fuera de contexto y hasta uno puede llegar a creerlo porque cualquiera se puede sentir identificado con un personaje que lidia con sus 'demonios' internos.

    Ya que he leído todos los relatos que se han publicado de este concurso, siento que el tuyo, hasta ahora, merecía el primer lugar. De cualquier manera, ya sabes que me encantó ;)
     
  6.  
    Rukia

    Rukia Usuario popular

    Aries
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    Re: Adentro

    Nekoo NutsS: ¡Gracias por haberlo leído! Mi intención en general era más o menos esa, que pudieran entender las cosas al punto de recrearlas como una imagen, me complace mucho haberlo conseguido.

    Beatriche~: Si se siente un tanto sobreexpuesto, es porque no es mi estilo de narración, pero quise probar algo diferente con este cuento, quería hacerlo pasar por algo sacado de la "Dimensión desconocida", donde el narrador de la historia siempre sabe que pasa, pero no lo explica todo sino hasta el final y te quedas con cara de WTF, LOL. Esa era mi intención, hacer emulación a ese programa de la tele xD.

    Hiro: ¡Gracias por leerlo! Tengo tendencia por esa clase de historias, donde mis personajes siempre sufren o les pasan cosas raras, soy algo sadica con ellos, así que me da gusto poder haberte trasmitido su miedo.

    Yuzu:Me alegra haberte complacido. En realidad aquel final, no es más que la idea central en la que gira todo lo demás, esa es la idea añejada de un año y saber que logre hacerla encajar me hace muy feliz.



    ¡Gracias por leer, niñas! ;-;
     
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  1. Asdfghjklñ
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