Microrrelato Aceptación

Aceptación​

En un pequeño restaurante, un lavaplatos alcanzaba la iluminación las respuestas a sus preguntas mientras observaba el agua sucia en el fregadero.

Un hombre que paso meses soportando el maltrato de sus compañeros, por la promesa de una mejor paga, además de aprender y escalar en el oficio de cocinero y algún día ser reconocido por todo el pueblo como alguien famoso.

Pero la mirada que se reflejaba irradiaba derrota y desagrado por realizar su trabajo, era su propia mirada que atraía la atención de unas pequeñas hadas curiosas por su actitud.

El lavaplatos llegó a la conclusión de que esa era su vida. Todos sus ideales y sueños atascados y descomponiéndose con el paso del tiempo, todo por un simple tapón que no los dejaban fluir.

Él era el tapón de su vida, el mismo frenaba su felicidad por desear cosas que nunca podría alcanzar y que jamás le darían la oportunidad de realizar, mientras a su alrededor las criaturas más pequeñas estaban más que contentas con solo obtener lo necesario para comer ese día.

El rostro de su amiga de infancia y amor de su vida, entristecida por la falta de atención que le prestó aquellos meses inundaron su mente, y con un golpe en el rostro se dio cuenta que todo lo que siempre necesito para ser feliz estuvo a su alcance todo este tiempo, pero fue un idiota para no darse cuenta de ello. Verla sonriente es lo único que deseaba en realidad, y que olvido por completo debido a la envidia que le daban sus vecinos. Destapó el fregadero para que el agua corriera libre mientras renunciaba a su empleo y aceptaba su verdadera felicidad.

La muchacha, una simple camarera, pudo sentir algo que irradiaba alegría acercándose a toda prisa. Salió afuera para encontrarse con la mirada del muchacho que la traía enamorada desde niños, y con solo observar su mirada llena de afecto supo que al fin había aceptado ser feliz junto a ella, con lo poco que tenían a su alcance.