Explícito Aburrido [Ian x Emily | Pokémon Rol | AU | One-shot]

Título: Aburrido.
Fandom: Pokémon Rol Championship | AU.
Personajes: Ian Lockhart, Emily Hodges.
Palabras: 1207
Summary: "Ian sonrió de forma ladina al verla. Sabía perfectamente qué hacer para solucionar su aburrimiento."
N/A: I'm sorry, ya no hay vuelta atrás para mí, ya no me da vergüenza publicar explícitos, habéis creado un monstruo (?) | Como bien indica la etiqueta, contenido explícito, concretamente: escenas de sexo heterosexuales. Beware. | Juanjomaster un día más tarde de lo prometido, pero bueno, aquí está <3 Siento haber daddyficado tanto a Ian, es que i love him so much. Y perdonad my kinky ass, tengo varios problemas (?)

Ian se encontraba en el asiento más alejado de la clase, su atención puesta en cualquier otra cosa que no fuese la explicación del profesor. Jugaba con su bolígrafo, garabateaba en su libreta, usaba el móvil… pero lo cierto es que ninguna de aquella actividad parecía entretenerlo lo suficiente.

La lección se le estaba haciendo insoportable pero ninguna otra actividad parecía ser suficiente para acabar con su aburrimiento.

Miró la hora en su móvil con un suspiro.

Aún quedaba media clase.

Con expresión de hastío, dirigió su mirada al resto de los alumnos. La gran mayoría se encontraban en la misma situación que él, entretenidos con cualquier otra cosa y sin atender al profesor; unos pocos, sin embargo, tenían su atención puesta por completo en el catedrático.

Entre ellas, una persona en específico llamó la atención del castaño.

Centró su atención en una joven de cabellera azabache que no dejaba de mover sus dedos con rapidez por el teclado de su portátil, tomando todos los apuntes que pudiese permitirse. Porque nunca había demasiada información, o eso solía ella decir.

Ian sonrió de forma ladina al verla. Sabía perfectamente qué hacer para solucionar su aburrimiento.

Se puso en pie, guardando su móvil en el bolsillo trasero del pantalón y empezó a bajar las escaleras del auditorio, hasta poder finalmente salir del mismo.

Emily se percató de aquel movimiento, por supuesto, pues ella se había situado en primera fila, bastante cerca de la puerta de salida.

Cuando vio la sonrisa del chico mientras salía, no supo por qué, pero la joven tuvo un mal presentimiento.

Hicieron falta menos de dos minutos para que la morena viese sus sospechas realizadas: una notificación de WhatsApp apareció en la pantalla de su ordenador. Queriendo ser cauta, la joven abrió el chat en su móvil, pero por suerte, solo era un mensaje de texto.

Suspiró mientras lo leía.

Era corto, apenas llegaba a las cinco palabras. El objetivo era bastante explícito también, Ian nunca se andaba con rodeos.

Emily bloqueó la pantalla de su móvil mientras bajaba la tapa de su portátil, suspendiéndolo. Con cierta rapidez pero sin dejar que se notase su prisa, se levantó del asiento y guardando el teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón, dirigió sus pasos hacia la salida de la clase.

Maldiciendo a Ian y maldiciendo a su poca fuerza de voluntad para decirle que no, caminó apresurada hacia el sitio que el chico le había indicado por mensaje.

Llegó pues a uno de los baños de mujeres de la universidad, uno bastante alejado del aula del que venía (por suerte o por desgracia) y en el tercer compartimento, abriendo y cerrando con cuidado la puerta, lo vio.

Sentado sobre la taza del váter, con su típica sonrisa de suficiencia, como si estuviese en el sofá de su casa y no en la facultad en plena mañana.

—Te odio.

—Y sin embargo, estás aquí.

Emily apartó la mirada, cruzándose de brazos. Realmente odiaba como Ian siempre conseguía ganarle en todas las discusiones y la dejaba sin argumentos con tanta facilidad. Porque, ¿a quién intentaba engañar? No odiaba a Ian y no podía negar que le agradaban todas las nuevas experiencias que el joven le hacía experimentar.

El chico, encantado, agarró a la morena por sus caderas y la atrajo hacia él, obligándola a sentarse sobre su regazo prácticamente a horcajadas. Debido al poco espacio del sitio, sus cuerpos estaban prácticamente pegados e Ian podía escuchar perfectamente la respiración acelerada y los fuertes latidos de la otra.

>>Me encanta cuando te haces la dura —susurró, en su oído, con tono divertido.

Los jóvenes se miraron con ojos chispeantes, sintiendo que todo a su alrededor se paraba en el tiempo y solo ellos existían, olvidando por un momento que, en realidad, estaban en un sitio público.

Sin embargo, antes de que se arrepintiesen de su decisión (más bien que Emily lo hiciese), ambos unieron sus labios en un beso que no tardó en tornarse bastante salvaje y necesitado.

Cuando se separaron, ya no solo era Emily la que respiraba entrecortadamente.

—¿Vas a lograr estar en silencio? —preguntó Ian, con un deje socarrón en su voz.

—¿Vas a poder tú?

El chico no pudo evitar reír en voz baja, satisfecho por aquella respuesta.

Volvieron a besarse, prácticamente desesperados, aquella vez con mordiscos de por medio. Las manos de Ian se encontraba aun sobre las caderas de la chica, pero Emily movió las suyas hasta encontrar la cremallera de los pantalones del chico. No tardó en desabrocharlos y con destreza, liberó su miembro erecto.

Emily tuvo que hacer un poco más de esfuerzo para poder deshacerse de sus vaqueros. Afortunadamente, gracias al buen tiempo había decidido llevar shorts y eso simplificó la misión considerablemente.

Una vez pudo quitarse las prendas que tapaban su parte inferior, recuperó la posición anterior, aquella vez, sin embargo, haciendo que el miembro del chico entrase dentro de su cuerpo.

Ian gruñó en voz baja, sintiendo como su cuerpo reaccionaba de forma placentera ante el contacto tan íntimo con la joven, y Emily no pudo contener un gemido, que por mucho que quiso controlar el volumen de su voz, hizo eco en la estancia.

Tras unos breves segundos en los que los cuerpos de ambos se acostumbraron a la situación, Emily comenzó a moverse de arriba abajo, primero con lentitud y aumentando el ritmo cada vez más.

Al principio fue relativamente fácil aguantar los sonidos que pretendían escapar de su boca pero con cada embestida era más difícil controlar sus gemidos.

Ian, por otro lado, fue capaz de emitir jadeos apenas audibles y gruñidos con voz ronca, y si bien siempre estaba encantado de escuchar a Emily gemir su nombre, lo cierto es que en aquella situación, él tampoco quería que lo pillasen.

Así pues, llevó una de sus manos hacia la parte trasera de la cabeza de Emily, enredando sus dedos en sus negras hebras, y la atrajo hacia él, atrapando una vez más sus labios entre los propios.

De aquella manera, los gemidos de la chica se perdieron poco a poco en aquel apasionado beso, hasta que finalmente ambos alcanzaron su clímax con ahogados jadeos y gemidos.

Cuando se separaron, sus cuerpos se movían de manera arrítmica y sus miradas eran aún más electrizantes que antes. Emily no pudo evitar sonrojarse cuando, poco a poco empezó a ser consciente que lo acababan de hacer en el baño de la facultad y que en cualquier momento podían haberles pillado, pero Ian simplemente sonrió, divertido, llevándose las manos tras el cuello.

—Es increíble lo que haces con tal de no atender a Irvine —murmuró Emily mientras se ponía en pie para recoger su ropa.

—Oye… creo que nos da tiempo a hacerlo también en los baños de los chicos antes de que acabe su clase.

—Vete a la mierda.

Emily salió del receptáculo tras vestirse y, antes de irse, comprobó su aspecto en uno de los espejos, bajo la atenta mirada de Ian.

El chico no dejó de sonreír en ningún momento mientras se abrochaba también sus pantalones, dejando algo tiempo antes de seguir los pasos de su novia y volver a la clase.

Estaba seguro que ya no se le haría una lección tan aburrida.

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Niños, usad protección siempre que tengáis sexo uwu aquí no lo hacen bc en mi mente emi se toma la píldora e Ian es un chico sano uwu