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    Erzabeth

    Erzabeth Fanático

    Tauro
    Miembro desde:
    28 Marzo 2011
    Mensajes:
    1,267
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Abril
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    708
    Abril
    Prólogo.

    Donde nadie puede ver todos quicieran hacerlo, y donde nadie puede pisar, todos ancían poder restregar el pie y burlarse de aquellos que les dijeron que no podían.Pero poca gente se anima a tales actos, cobardía le llaman unos, otros le dicen protección, yo, yo sólo callo, a fin de cuentas, mis palabras en este mundo no valen nada.

    La gente puede sentirse dios al ser aclamado por otros, igual que sentirse escoria y ser excluído de todo lugar, yo sólo puedo callar, pues mis sentimientos y el ver de la gente hacia mí no valen nada, porque escroria soy para todos y así será hasta el día en el que muera.


    Y el día en el que cualquiér persona me necesite, lo ocultará, pues no soy bien vista en la sociedad humana, y el necesitarme, hablarme o el simple hecho de verme puede ser catalizado como pecado. Así, como le han llamado a mi madre, padre, hermanos, familia... los pecadores.
    Y yo tuve toda la culpa, porque, ¿quién más pecó sino yo?, eh pecado y lo eh de aceptar, pequé, pequé al nacer, pequé al crecer y viviré pecado, porque esa es la vida de un pecador, pecar hasta que el cuerpo se canse y el alma no tenga salvación, pues esa es la vida que me han impuesto, y con la frente en alto la pagaré, pues a pesar de que todo el tiempo me han de recordar lo que soy para ellos, pecadora, para mí, no fue un pecado, pues qué culpa ah de tener una pequeña niña recién nacida, el único problema son aquellas normas impuestas por estúpidos que se la pasan escribiendo leyes para que su mundo, no el nuestro, cada día sea mejor y más comodo.

    Capítulo uno.- ¨El nacimiento¨

    Ninguna historia puede empezar de la nada; ningún humano nació grande.

    Todo empezó cuando la abuela -madre de mi padre- Lady Catherin de B. tuvo una charla especial con mi madre. El heredero de los Berthing -en éste caso yo- tenía que nacer rápido, de lo contrario la herencia del abuelo pasaría a su otra familia.Aquí el hombre debe de comenter el delito de tener más de una esposa, el abuelo tenía más de 20 concubinas, pero las principales era mi abuela Catherin y la señora Lady Constance.

    Pero como esos tiempor eran la afloración del machismo y la dominación del hombre hacia la mujer, obviamente el heredero tenía que ser un barón.Para la mala suerte de mamá y papá, nací yo.
    Abril de B. la que perdió toda la herencia de los Berthing.

    Aquella noche... aquellas duras y largas horas de parto para mi madre que terminaron por arruinarlo todo.

    Mamá estaba en su habitación con todas las mucamas a su lado. Había sangre en el suelo y muchas toallas queriendola cubrir. Papá y la abuela estaban fuera de la habitación, en el pasillo. Todo el pueblo se preguntaba ¿qué será?, ¿qué será?
    Todos impacientes por resivir a aquel barón que los salvaría de la ruina total. Había una ligera, delgada y casi invisible linea entre la pobresa y la riqueza, y en ella estaba yo. Yo era aquella linea tan desválida que apenas se hacía notar, pero esa linea se quebró al ver a aqué sexo pertenecía.

    Mamá lloró. Papá me veía como si algo estuviera mal en mí, y lo estaba. La abuela me aborreció desde el primer momento que me vio llorando en los brazos de la sirvienta. El simple hecho de verme podría causarles nauceas.

    Mamá y papá lo ocultaban, porque aún así era una niña sin culpa de nada. Pero siempre supe que sí lo hacían, me odiaban, por más que lo trataran de ocultar, en su simple forma de mirarme o hablarme se notaba el rencor.

    Pero, por más desprecios que tenía de la abuela, más rencor en las miradas y palabras de mis padres, en esos momentos jamás entendí porqué me veían así... siempre supe que había cometido un error, pero jamás entendí cuál.

    Siempre traté de agradarles hasta que mis huesos desgarraron por tal cobardía, odiar a su propia creación.

    Será que... Dios... ¿no baja del cielo porque nos odia?...
     
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