La primera vez que oíste hablar de él lo único que se te pasó por la cabeza fue: —Menudo gillipuertas. — Y seguiste con tu trabajo de siempre. La segunda vez, él ya no era simplemente Tony Stark, sino Iron Man. — Sigue siendo un gillipuertas — tu opinión seguía siendo la misma. —Pero uno de los buenos. La tercera vez que le viste, el mundo estaba en llamas, y la esperanza se hacía merma en los ojos de los demás. Deseaste con todas tus fuerzas pedir ayuda, pero uno tras otro, los héroes iban sucumbiendo. Por eso no lo hiciste. — El gillipuertas tiene que salvarse a sí mismo primero.—Tu voz sonó débil mientras Iron Man se hundía en el duro asfalto de la carretera con su brillante traje hecho trizas. Dolía con solo mirarlo. Después de ese día, dejaste de llamarlo "Gillipuertas." La cuarta vez él te salvó a ti. Sin embargo por desgracia, no tuviste la oportunidad de agradecérselo. El mundo necesitaba ser salvado también. En ese instante fue cuando te enamoraste de él, o al menos eso es lo que piensas. Sin embargo no es algo nuevo. Todos quieren a Iron Man. La quinta vez, él te encontró en un bar de casualidad. Sorprendentemente, Tony se acordaba de ti. La sexta, séptima, octava y novena vez fue pura suerte. O al menos eso es lo que tú crees. Después de un tiempo te diste cuenta, de que tú, un ser ordinario, era especial para Anthony Stark. Sin embargo aun así, seguías siendo incapaz de decir en voz alta las palabritas mágicas. No importa. — Porque a veces, Iron Man te quiere a cambio también. Contenido oculto Una edición que hice del minicuento en Inglés: POR AQUI HAY UNA IMAGEN EN NEGRO QUE DICE: "Doesn't matter" pero no puedo poner porque sino sobrepasa la cantidad máxima de imágenes.