Kagerou Project A tres meses de agosto [Seto x Mary]

Género: Romance/Drama
Clasificación: +13, adolescentes.

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Normalmente me baso en todo el medio visual y audiovisual de Kagerou Project, por eso está acá y no en Mekakucity actors, pero se debería entender de todas maneras, espero, si tan solo te viste el anime.

Esto transcurría después del final del anime, por lo que obviamente tiene spoilers.

Disculpen de antemano si hay OoC, tiempo sin ver el anime, así que me tengo más presente las sensaciones que me dan las canciones.

A tres meses de agosto​

En la base secreta tan solo se encontraban Mary y Seto. El silencio debido al vacío del lugar se notaba en cada rincón, porque no escuchar las risas de Kano, a Shintarou discutiendo con Takane o Momo conversando animadamente con un retraído Hibiya provocaba un poco de incomodidad. Ese absoluto silencio esparcía por toda la residencia una calma inquietante, ni un ruido, ni un solo movimiento. Muchas veces, bajo ese contexto, la medusa de blancas hebras se preguntó mentalmente si volverían sanos sus amigos a la base.

Seto tocó suavemente la puerta, interrumpiendo el llanto de quién estaba dentro, había durado ya casi un minuto, por lo que decidió que era momento de intervenir.

— ¿Seto? — Una voz quebradiza se escuchó, dando nuevamente paso al silencio, que se sentía pesado sobre sus hombros. El chico notó que su corazón tamboreaba fuertemente contra su pecho, casi doloroso, nunca se acostumbraría a escuchar la voz desgarrada de Mary, por eso siempre buscaría protegerle de esos sentimientos angustioso que la atormentaban: tenía que entrar.

Mary estaba arrodillada sobre su mullida cama, con las manos empuñadas sobre sus rodillas, nudillos blancos, cosa sorprendente siendo que la chica de por sí parecía papel. Efectivamente había estado llorando, pues si el sonido no delató lo suficiente, sus mejillas tan rojizas cómo sus ojos eran la prueba final.

Apenas cruzó el marco de la puerta Mary noto el semblante preocupado del chico, cosa que le sentó aún peor, no quería seguir preocuopándolos más, no cuando todo por fin había terminado. Antes de que pudiera apartar la mirada para hacerse un ovillo, vio la sonrisa dulce y calmada de Seto, que, a pesar del esfuerzo por verse firme, seguía denotando bastante preocupación por ella.

— ¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó, casi en un murmullo, pero que pareció resonar en toda la habitación, resonó en el interior de Mary también, estremeciendo cada una de sus células.

Ahhh, desde que la encontró en aquel bosque parecía saber sus deseos, solo con gestos, nunca supo, hasta ahora, si se debía a los poderes de la serpiente que alguna vez tuvo alojada en su interior o porque la entendía muy bien de por sí. Sinceramente, poco le importaba el origen de tal habilidad, pero aun así, que pudiera saber sus pensamientos solo con mirarle a los ojos, sin contar ya con la serpiente, era muestra clara de que tras tantos años juntos la comprendía genuinamente bien.

Mary se abrazó así misma, mirando al chico en silencio, tenía un par de lágrimas nuevas surcando sus mejillas: asintió levemente, gesto suficiente para que el chico ensanchase su sonrisa y se acercase a ella con un caminar calmado, sin dejar explayar lo nervioso que estaba, efecto de la profunda preocupación por ver a la chica llorar, pero no era la primera vez que ocurría, aparte de tener ya la maestría de estar sereno en situaciones adversas, y a comparación de todo lo que les había tocado vivir, la actual era bastante simple de sobrellevar para él, más aún sabiendo que, desde que terminaron con La Serpiente, las cosas solo podían ir a mejor por un par de años.

La colcha se hundió cuando Seto se posicionó delante de la medusa, delicadamente sobó sus hombros, lentamente las manos recorrieron sus brazos, deteniéndose al nivel del codo, para volver nuevamente hasta los hombros. El gesto lo reiteró un par de veces, suave, dulce, y la chica, lo suficientemente a gusta, se rompió nuevamente en un llanto lastimero, pasando sus finos brazos por los costados de Seto, hundiendo su rostro entre el pecho y cuello de él, abrazándolo, aferrándose verdaderamente fuerte. Ya sin que la chica le viera, su rostro se tornó completamente serio, sobando su espalda mientras, con la otra mano, acariciaba la cabeza albina de Mary.

La arrulló, mientras escuchaba con algo de dolor el llanto agrio de la mayor, que era mentalmente menor.

— ¿Por qué? ¿Por qué me demoré tanto? —gemía entre hipidos—. Tantos, tantos años... Y yo sin hacer nada —. Definitivamente no se necesitaban más palabras para que Seto supiera a qué se refería, aunque lo sabía incluso antes de haber cruzado la puerta.

El macabro recuerdo de vivir la muerte de sus seres amados una, y otra y otra vez, en lo que por mucho tiempo pareció un ciclo sin fin.

Aunque le hacía sentir algo impotente, habían tenido suerte de que tan solo Shintarou y Mary fueran los que recordaran absolutamente todo lo ocurrido en los distintos reinicios temporales que había hecho la chica. Seto sentía la responsabilidad de ayudarle a sobrellevar esta carga tan pesada a la albina, quien tenía inclusive aún más detalles de lo sucedido que Shintarou.

—Mary —comenzó, sin dejar de acariciarle, ella no se movió de su posición—. Nunca más volveremos a esos días, ya han pasado tres meses desde que agosto pasó, La Serpiente jamás regresará, ya está muerta —. Le dolía, porque sabía que Mary era consciente que todo había finalizado, pero el trauma se mantenía como un miedo vívido en su mente: aun sentía que podía perderlos en cualquier momento, pues a pesar de que La Serpiente ya no estuviera persiguiéndoles los recuerdos si lo hacían, y tantas veces reiniciando los sucesos desde ese 15 de agosto le hacían esperar involuntariamente el momento en que volvería a iniciar todo nuevamente. Su único consuelo era saber que ese día nunca llegaría, pues las serpientes habían desaparecido para siempre, inhabilitándole el poder de retroceder los sucesos, no más tortuosos ciclos.

>> Mary —habló nuevamente, volviendo a llamar su atención, que se había perdido al divagar en ese pasado oscuro—. Se que es difícil, por eso mismo no lidies con esto sola ¿De acuerdo? Comprendo si no quieres que Momo o Takane se enteren, para no preocuparles, pero... Kido, Kano, te conocemos bastante —. Inconscientemente la estrechó aún más en sus brazos, ahora tan solo la abrazaba con fuerza, incapaz de acariciarle—. Notamos cuando te decaes, y nos preocupamos, por favor, no lo ocultes... No de mí —. El llanto de Mary se detuvo—. Quiero estar para cuando necesites a alguien, Mary, ya has cargado con esto sola por mucho tiempo... Ya no tiene que ser más así —. La albina se alejó despacio, mientras él aflojaba el agarre al notar sus intenciones. Lo miró a sus ojos directamente, no estaba en su faceta más presentable, pero por lo menos las lágrimas se habían detenido, eso era lo importante.

Uno frente al otro, Mary buscó entrelazar sus pequeñas y frías manos con las grandes, pero suaves, de Seto, este no se opuso, mientras un pequeño rubor cubrió sus mejillas.

—¿N-no volverá? —murmuró nerviosa.

—No, ha desaparecido completamente —respondió serio, pero sin llegar a ser tosco.

—... Los chicos... ¿Vamos a estar bien?

—No puedo predecir el futuro, Mary, pero puedo estar seguro que ningún verano será peor que el de este año —respondió Seto, no quería decir que todo sería perfecto, pero definitivamente si sería mejor.

Hubo un pequeño silencio donde vieron como sus manos se acariciaban mutuamente, al fin, después de tanta espera, Mary sonrió, mirándole directamente a los ojos: una sonrisa genuina.

—Es... tan hermoso que todo haya terminado, a veces siento que es un sueño —. Su mirada nuevamente reflejó algo de tristeza.

—Es real, Mary —. Soltando una de sus manos, Seto le acarició la mejilla, ella aceptó el gesto gustosa—. Recuerda que han pasado tres meses, el próximo hasta será navidad ¡Y luego año nuevo!

Mary amplió su sonrisa, definitivamente él era alguien sumamente adorable, a pesar de su metro ochenta.

—Seto... Te amo.

Y por primera vez, en mucho tiempo, se quedó sin palabras. Su leve sonrojo había aumentado tres tonalidades, aunque la chica no se quedaba muy atrás.

Le sonrió enternecido, con su corazón revoloteando, se sentía vergonzosamente a gusto. Pensó que el momento en que ella dijera eso se demoraría más en llegar, bueno, que nunca llegara también había estado entre sus posibilidades.

Se inclinó suavemente hacía adelante, besando con ternura la frente de Mary, con sus manos aún fuertemente entrelazadas, acariciando con la que tenía libre el ondulado cabello de la chica.

— Yo también te amo, Mary.

No sería fácil para ella superar los recuerdos tormentosos que dejó La Serpiente en su pasado, pero con los chicos del grupo demostrándole que los días ahora eran más gratos y, sobre todo, con Seto a su lado, le sería más fácil sobrellevar esos recuerdos hasta apaciguarlos lo suficiente para que no perturbaran su feliz presente.

Finalmente, tras soportar mucho, no terminaba sola.

fin​