One-shot de Inuyasha - A pesar de todo

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Renata Soria, 7 Abril 2014.

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    Renata Soria

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    Escritora
    Título:
    A pesar de todo
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1615
    -¡INUYASHA ABAJO!-Grito con furia Kagome haciendo que el híbrido besara el suelo.

    Los demás siguieron disfrutando de los alimentos que les había preparado Kagome, a final de cuentas, la cara de Inuyasha siendo aplastada contra el suelo y las peleas eran cosa de todos los días.

    Una vez que Inuyasha pudo levantarse, comenzó a gritarle a la pelinegra pero ésta simplemente había dado la media vuelta y se había marchado.

    -Parece que ésta vez la señorita Kagome se enfadó mucho.-Dijo Miroku con su usual y pacífico tono de voz-

    -¡Feh! Ella siempre es así-Dijo con indiferencia el hanyou.

    Kagome se encontraba caminando, perdida entre sus pensamientos.

    -No sé por qué me sigo molestando en hacer comida para Inuyasha siempre hace lo mismo. Sólo le gustan las sopas instantáneas y ésa comida basura.-pensó.

    De pronto Kagome escuchó un ruido proveniente de los arbustos y de un salto, un demonio se puso frente a ella. Tenía apariencia de un hombre, excepto que era muy pálido, con el pelo de color como la tierra y ojos muy verdes.

    -¿Q..Qué es lo que quieres?-Preguntó Kagome con dificultad.

    El demonio sonrió.

    -Kagome te he estado observando desde hace mucho tiempo ¿sabes? Eres una sacerdotisa muy hermosa y poderosa. Yo me llamo Tsuchi y soy el demonio que es capaz de controlar el elemento Tierra y muy pronto tú también.

    Kagome retrocedió lentamente pero Tsuchi la alcanzo y recitando un conjuro hizo levitar a Kagome, rodeándola con un aura de color amarillo. Después de unos momentos, la sacerdotisa bajó lentamente, poniéndose frente a Tsuchi.

    -Ahora pequeña, te he otorgado parte de mis poderes, te advierto que son muy difíciles de controlar así que te voy a estar observando por un tiempo para ver si eres digna de llevarlos y vivir conmigo. De no ser así, lamentablemente voy a tener que matarte-Dijo mirando fijamente a la asustada pelinegra, para después marcharse.

    Kagome abrió la boca, pero no pudo pronunciar palabra alguna. Repasó en su mente con detalle lo que había sucedido, miró al cielo y vio que estaba anocheciendo así que decidió regresar a la aldea. Cuando llegó todos la miraron preocupados, al parecer su mirada la delataba y todos sabían que algo pasaba.

    -Kagome ¿te encuentras bien?-Preguntó la exterminadora poniendo una mano en el hombro de la sacerdotisa.

    -Tardaste mucho ésta vez Kagome.-La reprendió el hanyou.

    -No es nada, simplemente estoy algo cansada.

    -Señorita, ¿está segura de que no pasó nada?

    Kagome asintió. Todos entraron a la cabaña y se alistaron para dormir. Ya no hubo ni una sola palabra más, todos dormían tranquilos a excepción de Kagome quien se sentía un poco extraña. Se preguntó si lo que ése demonio le había dicho era verdad tampoco sabía por qué no les había contado a sus amigos lo ocurrido. Quizás tenía miedo de que si era verdad lo de sus nuevos poderes y lo difícil que supuestamente era controlarlos, sería tan solo un retraso para ellos en su búsqueda de Naraku.

    A la mañana siguiente Kagome se sentía mucho mejor, recordó una vez más todo lo sucedido pero decidió no prestarle atención.

    -Buenos días.-Saludó a todos enérgicamente.

    -Dime Kagome ¿ya te sientes mejor?-Preguntó Shippo saltando a sus brazos.

    -Sí Shippo. Discúlpenme amigos por preocuparlos.

    -Lo importante es que ya te sientes bien.-Respondió Sango.

    -Sí, resultaste ser muy caprichosa-Dijo con sorna Inuyasha.

    Kagome suspiró para no perder el control y simplemente lo ignoró. El día pasó tranquilo, decidieron empezar su viaje de nuevo y mientras caminaban, el suelo comenzó a retumbar y se formaron unas cuantas grietas. De pronto, unos árboles se desprendieron de sus raíces y fueron lanzados hacia ellos.

    -¡No!-Gritó la pelinegra alzando las manos, levantando una barrera de piedra.

    -¿Qué diablos desde cuando puedes hacer eso Kagome?-Preguntó Inuyasha.

    -Cállate ya y vámonos Inu-tonto.-Respondió la sacerdotisa jalándolo del brazo para correr.

    Todos corrieron en dirección opuesta pero unas rocas los tomaron por sorpresa siendo lanzadas igual que los árboles anteriores. Kagome se puso frente a todos protectoramente y con un movimiento de sus manos alejó las rocas en dirección opuesta.

    -Muéstrate de una buena vez Tsuchi.-Gritó con furia Kagome.

    En ése momento apareció el demonio frente a ella e Inuyasha sin pensarlo dos veces se dispuso a atacar, pero Kagome lo detuvo.

    -¿Qué demonios estás haciendo Kagome?-Preguntó furioso el medio demonio.

    -Apártate híbrido, ésta batalla es sólo entre la sacerdotisa y yo.

    -Engendro…

    -Le he otorgado parte de mis poderes a la chica como un experimente para determinar si es digna de mí, por consiguiente no deben intervenir ¿escucharon bien?

    Inuyasha apretó su puño impotente ¿cómo iba a permitir que Kagome luchara sola? Claro que ella siempre ha sido capaz de defenderse y una chica muy fuerte pero ¿sola?

    Tan perdido entre sus pensamientos no se había dado cuenta que una gran batalla se había librado, Tsuchi lanzó una gran roca contra Kagome, quien puso sus manos delante de ella en posición como si fuese a rezar y después las separó haciendo la roca también lo hiciera, después dirigió la roca a ambos lados del demonio y juntó las dos partes aplastándolo entre éstas. Tsuchi resultó ileso, corrió rápidamente hacia la miko y arrojó tierra a sus ojos impidiéndole ver, mientras Kagome se frotaba los ojos, Tsuchi la pateó por detrás haciéndola caer sobre sus rodillas. Inuyasha no lo soportaba más pero sabía que no podía intervenir.

    -Kagome ¡ya déjate de tonterías!-le gritó

    -Inu…yasha

    -enséñale a éste bastardo que nadie juega contigo. Anda, haz que bese el suelo con la misma facilidad con la que dices abajo.

    En ese momento algo se desato dentro de Kagome, utilizó todos sus poderes y éstos se descontrolaron haciendo vibrar la tierra, árboles, piedras todo volando sin control. Kagome tomó su cabeza entre sus manos y al abrir los ojos, éstos se habían vuelto completamente amarillos, no sabía cómo detenerse. Recordó todas las veces que ayudó a Inuyasha a controlarse y busco dentro ella el equilibrio, después de unos minutos todo volvió a la normalidad aliviándola.

    -Lograste controlarte después de todo, bueno creo que al final si eres digna de ser mi compañera.

    -Olvídalo, no me interesa sólo déjame en paz ya tienes lo que querías ¿cierto? Ahora vete no deseo hacerte daño-Respondió la azabache.

    Tsuchi sonrió malévolamente antes de continuar.

    -No, no así no funciona esto querida, si no serás mía, no serás de nadie.

    Dichas éstas palabras la apariencia del demonio se deformó completamente. Poco a poco se fueron formando grietas en su cuerpo hasta que éste se rompiera como si se tratara de un cascarón. Se volvió un monstruo hecho de barro con los ojos rojos, la sonrisa deformada y duplicó su tamaño. Su aspecto era verdaderamente grotesco y aterrador, Kagome se asustó mucho pero no podía permitir que su miedo la dominara, mucho menos que ése horrible demonio lastimara a sus amigos. Se armó de todo el valor que cabía dentro de su ser y puso su mano izquierda delante de su cara a la altura de su nariz, doblando el pulgar, el anular y el meñique dejando extendidos sólo el índice y el dedo medio. Su otra mano apuntaba a donde se encontraba Tsuchi, lentamente las raíces del suelo comenzaron a elevarse capturando al demonio con fuerza. Antes de que éste pueda liberarse, Kagome corre hasta donde se encontraba su arco y caminó hacia el monstruo y apunto su flecha hacia él.

    -Esto se termina ahora Tsuchi.-Dijo Kagome decidida.

    Lanzó su flecha purificando toda su aura demoniaca quedando solamente miles de hojas que se hicieron polvo. Kagome sonrió victoriosa antes de caer inconsciente. Inuyasha la tomó entre sus brazos y la llevó rápidamente a la aldea. Una vez que Kagome despertó, se sentía muy débil, probablemente porque sus nuevos poderes habían desaparecido.

    -Kagome ¿cómo te sientes?.- Preguntó preocupado el mitad demonio.

    -Bien.-Dijo tajante la miko.

    -Todo terminó ya Kagome, lograste derrotarlo ¿por qué no estás feliz?

    La azabache suspiró antes de responder.

    -Es que, ahora todo será como antes. Quiero decir, sólo podré lanzar flechas sagradas y ése tipo de cosas y yo… tengo que admitir que me gustó sentirme poderosa y útil por una vez en batalla ¿sabes?

    -Kagome….

    -Tú siempre me proteges Inuyasha, siempre estás delante de mí para recibir los ataques en vez de mí y yo… yo nunca seré tan buena como Kikyo lanzando flechas o realizando conu…

    El ambarino harto la interrumpió abruptamente.

    -¿De qué demonios hablas tonta?

    Tomó suavemente su mano antes de continuar.

    -Kagome es verdad que fue magnifico verte usar esa clase de poderes y luchar como lo hiciste pero… ésa valentía siempre ha estado en ti. Te conozco y eres más valiente y fuerte que cualquier otra chica. No necesitas esos poderes para demostrarlo o para luchar. Tú siempre has estado conmigo en mis peores momentos, cuando me siento menos que nada ahí estás para consolarme, para hacerme ver que estoy equivocado simplemente estás y no lo sé yo…

    Inuyasha se sonrojó y se puso muy nervioso antes de poder volver a hablar sin soltar la mano de la miko.

    -Yo creo que eres la persona más maravillosa que haya conocido y así como tú has permanecido a mi lado… yo permaneceré contigo aunque tengas mal genio y casi nunca seas cariñosa conmigo ni…

    La pelinegra tomó la cara del ambarino entre sus manos y le dio un tierno beso al cual él correspondió alegremente. Al separarse, él se sonrojó de nuevo antes de hablar.

    -Lo que quise decir es que siempre… escúchame bien Kagome, siempre voy a estar contigo a pesar de todo.
     
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    Kyouko Kiryuu

    Kyouko Kiryuu Adicto

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    Tu historia me hizo sentir nostalgia, recordé cuando tenía a mi musa despierta.

    Que te digo querida, me agradó leer tu fic, me quedé con ganas de leer más; habría estado genial que en vez de One-shot hubiera sido un Long-fic. No sé ni que estoy diciendo verdad, quedé toda embobada pensando el cómo sería si fuera una historia más larga.
    Eso sí, hubo unas partes en las que sentí a Kagome un poco fuera de lugar, me refiero en cuanto a su actitud. Claro, Inuyasha siguió siendo el mismo de siempre, con su actitud altanera y enfurruñado.

    Por cierto, noté que en algunas palabras te faltaron sus respectivas tildes, sobre todo en tiempo pretérito.

    Bueno, ya no tengo mucho que decir; sólo espero leer algo de nuevo tuyo un poco más extendido (tal vez).

    ¡Saludos!
     
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  3.  
    Renata Soria

    Renata Soria Iniciado

    Libra
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    Escritora
    Muchas gracias :) me esforcé tratando de mantener a los personajes con sus actitudes habituales pero creo que no lo conseguí del todo con Kagome. Gracias por avisarme de las tildes pondré más cuidado la próxima vez.
     
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