Microrrelato A lo conocido...

Era una noche oscura, negra, sin estrellas. Dos personas conversaban dentro de una corroída casa antigua que parecía desmoronarse en cualquier momento, y cuyo interior era alumbrado sólo por la luz de una tenue vela. Eran dos hombres de media edad los que conversaban, aunque seguían contando con algo de energía en su rostro. Parecía, pues, que hablaban de un tema de interés para ambas partes.

—Como ya le dije, yo no le temo a ese tipo de cosas —exclamó uno de los dos hombres—; fantasmas, brujas, apariciones, espectros y demás cuentos de vieja. Es estupido creer que algo como eso es real, e incluso más el estar asustado de ello.

—Tiene razón mi estimado amigo —le respondió el otro—. No veo porque temer a lo sobrenatural y a lo desconocido... Cuando es a lo ya conocido a lo que deberíamos temer...

Y con eso, saco un cuchillo y, sonriendo siniestramente, apagó la vela de un soplido.

Lo último que se escuchó fue el grito del otro hombre.