Poema Hay versos carentes de alma; Almas anhelantes de versos. Cuentan la escritura (la tuya) Es demandante de esfuerzos; Ni qué decir de la soltura De esos chapuzones en aguas Sin fondos … literatura. Hay versos culposos de fanfarronería; fanfarrones que desbordan poesía. Dicen hay que desnudar veracidad (no sé cuál) Verter en corrientes simbólicas lo que allá no hay; Acá se busca, se explica lo inentendible De subjetividades presuntuosas que, inocentes, Creyeron haberlo plasmado en agrias fuentes. ¿Qué decir, puedo yo, de la partícula guía? Yo, vagabundo a quien la Tierra le fía Alientos contados en lo nombrado vida. No hay (¿o sí?) rentas para bocanadas Frenéticas … Ansiosas, … Glotonas de llenar cancerosos sacos; De chispas y eureka’s que no se manejan Bajo sindicatos corruptos; que cobran Impuestos a diestra y siniestra. El agosto lo hace al volverse polvo La carne; y restos lo que era hueso. dios es, contra todo pronóstico, Deidad por su propio nombre. Y yo, tan irreverente como siempre, Me pregunto y pregunto: ¿Qué seríamos sin las tantas Gastadas, cuadradas y ricas Palabras que nos construyen? Si en el papel humano se es Todo lo que se puede y podría ser; Fuera espera la ignorancia y una Incertidumbre sin final. Me pregunto, ¿estás en los símbolos y las formas? O vagas, juguetona, en olas Que surcan lo absurdo de lo sensible; Que rayan la locura de lo razonable: Lo inverosímil es lo más real, La ignorancia es virtud maldita (lo mismo el conocimiento). Bien dice alguien que no sabe nada, Y bien se equivoca quien da por sentado Que lo ya (o no) consumando, Sea realidad y verdad absoluta. … Hay versos carentes de alma, Almas anhelantes de versos. Hay promesas al alba, Memorias de los (no) muertos. No se hallaban bajo tierra, No se hallaban en paraísos Desiertos, Ahogados en su calma. Y lo claman, No sé yo si destierros, Despechos, Destinos funestos. Hay versos culposos de fanfarronería, Fanfarrones que desbordan poesía. ¿Y qué eres, Poesía?, ¿qué eres? ¿Eres alma mía? ¿Regalo de la vida? ¿Un suspiro vuelto guía? ¿Y yo? Fanfarrón o romántico, De la muerte otro fanático, De la vida un lunático, ¿Desubicado? Tal vez… Es lo que es, Tal vez. Hay versos rotos y sin forma, Versos desnudos y pudientes. Hay versos que no encuentran destinos, Destinos que aguardan impacientes. Hay versos sinceros, jocosos, que se creen verdades. Y luego están los míos, Que, en el sentido más estricto de la palabra, serían tibios. Ni muy fríos, Ni dignos de ser fuego. A lo mucho tristes brasas fundidas con el recuerdo, haciendo temblar la balanza. Llego al punto de inflexión, El escurrimiento de mis renglones. Llego a decir lo que no puedo Lo que siempre evado Lo que alimenta mis temores. Bien podría clamar: “Ay, amor de mis amores” Llorarle a una luna desierta, Gritarle a un sol frío. Y sería todo mentira. Llego al quiebre deseado, El primer eje trazado. Llego a las entrañas y las escupo, Las vuelvo tristes ideas, Patéticos conceptos, Dispersas palabras… Que acuden a mí así como acude uno a vivir: Desnudas, A flor de piel, Atadas a lo que sea Suponga Existir.