A de Anoche

Tema en 'Relatos' iniciado por Ruki V, 20 Febrero 2016.

  1.  
    Ruki V

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    Escritora
    Título:
    A de Anoche
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    955
    Participación en la dinámica Días de Abecedario 2.0

    NOTA DE LA AUTORA: Saludos, lector que seguramente ya no tiene nada mejor que leer(?) Aquí va otro de mis escritos relativa/práctica/técnicamente carente de personajes y cargadísimo de desahogo emocional. Si buscaban una historia entretenida, aquí no la van a encontrar. Creo que para variar no estoy eligiendo el género adecuado y además perdí el hilo de mi idea después de los primeros párrafos. Pero bueno.
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    Anoche soñé con él.

    No sé si catalogarlo como un sueño o como una pesadilla. Si considerarlo un sueño horroroso, o una pesadilla hermosa. Me parece que es como un intermedio entre ambos términos. Mientras tanto lo dejaré en sueño, porque sería más tedioso decir y decir “anoche tuve una pesadilla sobre él”. No conozco aún el verbo que resume lo que es tener pesadillas.

    Suena bastante ridículo, lo sé. Y si hablara de ello con mis compañeras de clase, o con mi mejor amiga, o con alguno de mis amigos hombres, o con prácticamente cualquier persona incapaz de comprender lo que yo siento como solo yo lo entiendo, me dirían que es más que ridículo. Me dirán que es estúpido. Y sé que es estúpido. Pero no es algo que esté en mis manos.

    ¿No sería increíblemente maravilloso que estuviera en nuestras manos el qué soñamos? Que pudiéramos, de algún modo, hacernos de un pequeño libreto y dirigir una película para entretenernos mientras descansamos con los ojos cerrados, ajenos al mundo real por unas horas. Así, tras un mal día, siempre podrías ir a la cama ya satisfecho con la idea de que puedes vivir como te plazca por algunas horas. Y no importa que digan que los sueños duran en realidad unos minutos apenas: Lo que importa es despertar con el pie derecho, pensando, ya no en tu mal día, sino en tu sueño. Porque los sueños te distraen al menos un rato, y pudiendo controlarlos te distraerían siempre en un buen sentido.

    Pero, por desgracia, el qué sueño no es algo que esté en mis manos. Y por eso ¿qué más puedo hacerle? Anoche soñé con él. Y me quejo de ello, mucho, porque es emocionalmente exhaustivo. Si estuviera en mis manos, por supuesto que preferiría soñar con casi cualquier otra persona excepto él. Porque, en resumidas cuentas, esos sueños, siempre son iguales: Yo lo busco, él me busca o nos encontramos; hablamos y volvemos a ser felices, aunque sea como amigos.

    Ridículo y estúpido, lo sé. Lo más ridículo y estúpido es que sé que las cosas no funcionan así. Que a él otra chica lo está haciendo feliz demostrándole cariño como él lo necesita. Que seguramente él no extraña ni mi amistad, y aunque lo hiciera no me volvería a hablar. Porque seguramente ella no me quisiera cerca de él y él no quisiera estar lejos de ella. Y es lógico y justo. Probablemente yo pensaría así.

    O tal vez no. Porque conozco a semejante chico encantador (no en el sentido de Don Juan): La única forma en la que sé que ella no es una amiga más de las muchas que tiene, es habiéndome dado cuenta de que la abraza por la cintura y la toma de la mano. Él no es de esos chicos que simplemente se lleva de esa manera con sus muchas amigas. Sus amigas son sus amigas, y su pareja es su pareja.

    Él era siempre tan respetuoso. Lo suficientemente inocente para querer sostenerlo en mis brazos por todo el tiempo que fuese posible; lo suficientemente impuro por el mero hecho de ser hombre. No digo que las mujeres, mucho menos digo que yo, seamos cien por ciento puras. Ni tampoco digo que yo fuera precisamente un demonio al lado suyo. Todos tenemos nuestros niveles de bondad y maldad en el espíritu y en el alma.

    Simple y sencillamente, a mi parecer, él está tan increíblemente cerca de ser el mejor hombre que jamás he conocido. Cerca, muy cerca; lo pongo así porque en realidad no sé quién me ha parecido el perfecto ejemplo de un hombre, ni en el sentido de los hombres en general ni en el sentido de mi ideal sobre una pareja.

    En el sentido de los hombres en general, él es muy bueno. No quiero atreverme a decir que el mejor, porque no podría saberlo con certeza sin mayor experiencia en la vida. Me quedaría más con la marca de ridícula y estúpida. En el sentido de mi ideal sobre una pareja, él es muy dulce. Tal vez demasiado dulce. No creo merecer ni desear tanto algo como eso.

    Por eso detesto soñar con él. Con el hecho de que las cosas podrían volver a ser como antes. Detesto no darme cuenta de que es una farsa hasta que suena mi despertador. Verlo todo increíblemente realista mientras descanso y perder toda la energía al volver a la vida.

    Maldita sea. Anoche soñé con él. Y seguramente hoy y mañana soñaré con él como anoche, y antenoche, y casi todas las noches desde hace un año. Qué martirio.

    ¡Si tan sólo acabara ahí! Si tan sólo no tuviera que verlo de lunes a viernes, tomado de la mano con otra y no conmigo. Si tan sólo no me sintiera mal físicamente cada que lo veo pasar. ¡Si tan sólo no tuviera la mala suerte de a veces tenerlo a pocos metros de distancia, y a la vez tan lejos!

    Si tan sólo mi subconsciente me creyera cuando hablo sola estando bien despierta: “Ya ni siquiera lo quiero a mi lado, ya no quiero saber de él”.

    Pero no. Mi subconsciente me ignora. He soñado tantas noches con él. Solo quisiera ir a dormir tranquila esta noche.
     
    Última edición: 16 Febrero 2018

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