Erotismo 20 de Enero.

Tema en 'Relatos' iniciado por Mavia Loxar, 29 Marzo 2020.

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    Mavia Loxar

    Mavia Loxar Bum

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    Título:
    20 de Enero.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1272
    20 de enero 1869, Reino Unido.

    El frío clima se acentúa durante la noche, la nieve quema mis pies y seguramente pronto ya no los sentiré. No puedo dejar de correr. Me hubiera gustado tener más experiencias en mi vida, conocer más personas, más lugares, probar más comidas, poder darles más comida a mis hermanos para no verlos morir de hambre en aquella casucha de madera en medio de la nada.

    Veo bien a lo lejos, más allá de la bajada de la montaña, lo que creo, son los destellos de las luces de la ciudad. En mi distracción choco con lo que creo es la rama de un árbol, mis ojos se llenan de lágrimas, pero no me permito derramarlas, debo seguir corriendo.

    Me hubiera gustado poder probar el alcohol, tener bonitos vestidos con volantes, conocer quizá a alguien de la alta sociedad con aquellos sombreros de copa, elegantes trajes y bastones, que me llevara en un carruaje a aquellos bailes de los cuales se hablaba. O quizá a alguien de clase baja, un campesino, un albañil, un minero, un alguien. Quisiera haber sido necesitada por alguien deseada por alguien.

    Pero no, al parecer ese no será mi destino. Si es que acaso existe uno. Corro con más velocidad en medio de la nieve, ramas me rasguñan de seguro haciendo brotar mi sangre, y que la criatura atrás mío suelte un gruñido en medio de la oscuridad. No quiero voltear, no quiero ver aquellos ojos amarillos persiguiéndome, evaluándome, queriendo comerme. Pero es mejor que sea yo a alguno de mis hermanos.

    El frío ya casi está por derrumbarme, no puedo más. Las lágrimas corren por mis mejillas y me es inevitable no sentir el miedo, el terror y nerviosismo llenar todo mi ser. No puedo creer que mi existencia se desvanezca en una noche fría, con unos míseros 23 años en los que no he hecho nada trascendental, sin que nadie permanezca a mi lado, devorada en las fauces de un lobo. Que muerte más triste y dolorosa.

    Mis piernas ceden y mi cuerpo se estampa contra la nieve del piso, ya me es imposible sentir algo más que no sea frío. Ruedo unos metros hasta que mi espalda queda contra un árbol y ya no puedo moverme. Ojos amarillos, es lo último que veo.


    ~


    Calor. Siento un ardor y cosquilleos en todo mi cuerpo. ¿He muerto y me he ido al infierno? Todo se siente caliente, yo estoy caliente. Escucho fuego chisporrotear a lo lejos, gruñidos me rodean, manos me tocan, trato de abrir los ojos, pero todo es demasiado brillante. Estoy sudando.

    Cada vez soy más consciente de mi misma, de la posición de mi cuerpo, de espaldas en algo mullido, los brazos a mis costados, las piernas flexionadas y abiertas. Algo las sujeta, algo las mantiene firmemente en esa posición impidiéndome el instinto de cerrarlas. Un gruñido se escucha cerca, demasiado cerca y luego, algo húmedo y áspero contra la zona entre mis piernas. Mi cuerpo se arquea ante la sensación y con un extraño sonido que brota de mis labios, al fin puedo abrir los ojos otra vez.

    Mi vista está desenfocada cuando algo nuevamente sujeta mis piernas ante el intento de cerrarlas. Otra ola me cosquilleos y calor sube por mi cuerpo, es cuando trato de buscar la fuente es cuando lo veo. Iris amarillas intensas me devoran, una cabellera negra y risada. Ya no es un algo entre mis piernas, es un quién.

    Tiemblo y trato de zafarme de su agarre, notando recién lo desnudo de mi cuerpo, mi cabello suelto, sus manos sujetan firmemente la cara interna de mis muslos. Él también está desnudo. Mi mente está confusa, y no entiendo nada ¿No iba yo a morir?


    Nuestros ojos conectan otra vez, sé que he visto esos ojos antes. Tengo miedo y él sonríe. Intento desesperadamente salir de su agarre otra vez cuando veo su boca bajar y su cabello cubrir sus ojos. Instando a abrir más mis piernas, siento lo que ahora reconozco como su lengua el saborearme, chuparme, devorarme. No puedo evitar arquearme y cerrar fuerte mente los ojos ante las sensaciones desconocidas. Mi cuerpo arde, se sacude y tiembla ante su ataque. Mi voz suelta pequeños gemidos. Mi conciencia se nubla.

    No sé donde estoy, ni quién es él, tampoco sé si morí y esto es un sueño. Mis manos en algún momento bajar a enredarse en sus risos. No controlo nada de esto y eso me aterra. Sus manos van de mis muslos a mi culo y me eleva para su comodidad. Un pequeño grito sale de mi boca, ya no sé ni quién soy y no me interesa. Me entrego a mis instintos y me abro más para él. No sé cuanto tiempo pasa, sólo se que ardo, sudo y gozo ante cada caricia, ante cada rose, ante cada movimiento. Él… emite un aire de fuerza, salvajismo y posesión. Yo… soy pura entrega.

    Un gruñido proviene de él, sus manos van a mi cintura y con fuerza me levanta. Mi cuerpo se desliza sobre el suyo, mis piernas a cada lado de su cuerpo, a horcajadas sobre él, mis pechos sobre su torso, su dureza tocando mi vientre y mis manos afianzadas a sus hombros. Sus ojos buscan los míos y cuando los encuentra, pareciera como que viera más allá de mí. Sus uñas rozan mi espalda, con fuerza y un quejido escapa de mi garganta. Me sigue observando, me analiza.

    Su mano derecha asciende por mi espalda, apegándome contra él. Es dominante, duro, todas sus acciones lo son. Todo él lo es.

    Pasa sus dedos por entre mis cabellos aferrándose a mi nuca. Y me acerca a su boca. Cuando nuestros labios chocan tiemblo, soy una completa novata en esto. Pero al parecer él no. Mueve sus labios con fuerza, exigiendo más de mi en cada arremetida y cuando su lengua arremete dentro de mi propia boca, es cuando siento sus dedos ahondarse dentro de mí. Y a pesar de que duele y escose, mi boca se separa de la suya para soltar un sonoro jadeo.

    Nunca se detiene, ni sus dedos o su boca, juega conmigo, me hace arder, temblar. Mis sentidos se intensifican y soy más consiente de sus dedos entrando y saliendo de mi cuerpo. De su lengua retando a la mía, de mis propias caderas moviéndose en busca de más fricción en las partes bajas de mi cuerpo. Algo nace allí, crece y se expande por mi cuerpo, por mis extremidades, buscando liberación. Y cuando la encuentra mis uñas se clavan en sus hombros, todo mi cuerpo se tensa, mi cabeza cae hacia atrás y un grito lleno de placer escapa de mí.

    Mi respiración es errática cuando saca sus dedos de mi interior, me estremezco y tiemblo. Ubico sus ojos a través de mi desordenado cabello. Sus iris están dilatados y parece que brillan. Es ahí cuando lo entiendo. Cuando lo recuerdo, su cabello negro alborotado, el sudor en su frente, su figura grande y tonificada que me rodea por todas partes.

    Sus manos toman mis caderas para ubicarme mejor sobre él. No reacciono, no puedo, no me muevo, no protesto.

    Su sonrisa crece y confirmando mis sospechas, veo colmillos. Mi conmoción me abruma, y nuevamente no puedo pensar, sigo bajando de la nube del éxtasis y no sé si quiero estrellarme contra el miedo. Siento como comienza a penetrar mi interior.

    –Eres mía ahora.

    Y de una estocada se hunde de lleno. Mi espalda se arquea de la impresión, el placer y el terror. Él es el lobo.

     
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    RedAndYellow

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    Hi!


    Antes de empezar, necesitaba decir que no tengo una amplia experiencia en la literatura erótica. Mi única referencia es “Una noche Deseada” de Jodi Ellen; una historia con buenas descripciones eróticas pero una historia nefasta. Tu texto tiene buenas descripciones y una historia envolvente.

    Desde el principio, me sentí intrigado por lo que narrabas. Pensaba que era una historia de abuso o fantasía, me tomaste por sorpresa con ese giro y me encantó. Todo el texto se sintió muy orgánico y fluido. Transmitía las sensaciones correctas, incluso el desconcierto fue usado de buena manera al principio.

    La intimidad de tus protagonistas se daba a entender sin necesidad de caer en lo grotesco, fue correcto y sutil. Lograste que tus lectores imaginaran perfectamente la situación sin necesidad de desmenuzarla del todo. ¡Un gran logro! Normalmente, suelo abogar por las descripciones abundantes, pero en este texto no hacen falta, son pocas y precisas, permiten hacerse una perfecta imagen de lo que ocurre. Me recordó a Rayuela, de Julio Cortázar, que con nombres, sensaciones y acercamientos logra que se imagine una ciudad completa.

    En cuanto a la historia, es dramática y cautivadora. Me lleva a pensar que el principio del relato siempre fue la inocencia de la protagonista al ser “atacada”; el acercamiento sexual desde la naturaleza fantástica. Me apoyo en la transición precisa hacia el acto sexual y la forma en que se mantiene el hilo discursivo hasta el final. Él es el lobo que le robo la ingenuidad a la chica. Quizá incluso haya inspiración en Caperucita Roja.

    Técnicamente, me hundí en el texto. A excepción de algunos parones en seco por los conectores usados, el texto fue prácticamente perfecto. Un buen nivel de escritura, sin duda.

    Sin más, espero seguir leyendo cositas tuyas. ¡Gracias por compartir tus escritos con la comunidad!
     
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  3.  
    Mavia Loxar

    Mavia Loxar Bum

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    ¿Y si lees su trilogía Mi hombre? A mi me gustó mucho xd

    Hola c: Agradezco mucho tus comentarios, en serio y me animan a saber que no soy tan mala en este género.
    ¿Me creerías si te digo que este texto salió de un reto? Hace mucho tiempo no escribía y me alegra saber que sin quererlo mejoré (? O bueno, al menos en este género.
     
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