Jujutsu Kaisen 1. Jujutsu Kaisen: Secretos.

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Eva Kuran Black, 6 Junio 2022.

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  1. Threadmarks: Capítulo 1: Shinigamis y Hechiceros.
     
    Eva Kuran Black

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    Título:
    1. Jujutsu Kaisen: Secretos.
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1094
    Capítulo 1: Shinigamis y hechiceros.


    Maldiciones.
    Son espectros que nacen de la negatividad humana. Vergüenza, odio, dolor... De ahí nacen estos monstruos.
    Amenazan a la humanidad cada día que pasa, matando a personas. Aumentando el número de desapariciones y muertes en el mundo, acumulándose en hospitales y escuelas.
    Para enfrentar a este tipo de espectros, existen un grupo de personas que se encargan de exterminarlos, llamados Hechiceros, quienes nacen con lo que llaman energía maldita, lo mismo que poseen las maldiciones, junto con técnicas y poderes. Ya que sólo una maldición puede exorcisar a otra.

    Eso es lo que nos habían explicado hace ya muchos siglos atrás, de todas maneras siempre le dio igual y siempre lo haría, ese no era su trabajo. Su trabajo era con las muertes de los humanos.
    Ser un shinigami no era nada fácil, sobre todo ahora en una crisis como esa, en la que la mayoría de los shinigamis habían salido a recolectar las almas de los humanos que eran víctimas de las maldiciones. Y el Cuartel de Almas en el Bajo Mundo estaba en un colapso total.

    —¡Maldición! ¡¿Qué es lo que hacen esos estúpidos humanos?! ¡Se suponen que existen para acabar con esas cosas! —dijo su compañero y amigo, Sean. De cabello castaño y ojos color negro, furioso, anotándo su informe.

    —Es imposible Sean-kun, esas cosas aumentan cada vez que la humanidad lo hace. Para que dejen de existir deben dejar de alimentarse con los sentimientos humanos, en resumen, los humanos tendrían que dejar de existir para que ellas lo hagan. O tal vez algún día encuentren la forma de destruirlas sin herir a nadie. —le explicó su otro amigo, Yoru, agachado en el suelo, su cabello rojo despeinado, y sus ojos de un tono azulado, se encontraba haciendo figuras en el suelo.

    Sean chasqueó la lengua.

    —Yoru tiene razón, los hechiceros sólo se encargan de reducirlas, pero no pueden destruirlas por completo. —agregó Ikki, su cabello negro en forma de pinchos, y sus ojos de un brillante rojo escarlata, en ese momento estaba tirado en el piso, mirando algunos registros de la biblioteca shinigami.

    —Pues parece que ni para eso sirven, no tienen nada que ver con nosotros y aún así también estamos afectados. —dijo Sean, aún fastidiado por su informe de almas.

    La única mujer de los cuatro shinigamis, que se mecía en una silla aburrida, supo que era hora del trabajo.
    Bostezó, y se levantó de la silla, siendo observada por sus amigos.

    —¿Tienes un alma? —preguntó Yoru.

    Leah, una hermosa chica de cabellos borgoñas y ojos verdes brillantes, lo observó.

    —Sí, para mi desgracia -le dijo mientras se despedía y salía de la biblioteca. Desapareciendo en la oscuridad.




    •••​

    —Itadori Yuuji, nacido un 20 de marzo de 2003, 15 años de edad. Causa de muerte: Desangramiento por herida grave en el
    pecho, extracción de corazón.
    Anotaciones extras: Hechicero principiante de primer año en la escuela jujutsu, se comió un dedo del legendario Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna, para salvar al hechicero y compañero Fushiguro Megumi, logrando que Ryomen Sukuna encarnara en su cuerpo, convirtiéndose en su recipiente. —relató toda la historia del chico que yacía en el suelo muerto, mientras leía en su libreta todo el expediente del hechicero, alzando una mano y sacando el alma del chico, encerrandola en la libreta. Al estar el alma del chico en su libreta, un "Completado" en letras doradas apareció en la página, Leah sabia perfectamente que una parte del alma de Ryomen Sukuna seguía con vida, pero eso ya no le correspondía ella, y si violaba las normas le iría bastante mal.

    Ace la mataría si se llegaba a enterar –lo más seguro es que lo hiciera– de que hizo el intento de extraer el alma de una maldición, cuando eso ya era trabajo de los Hechiceros.

    —Expediente de Itadori Yuuji, completado. —dijo mientras cerraba su libreta, marchándose de esa correccional, en una noche fría y de lluvia.


    •••​


    Ya habían pasado dos días desde esa noche, y Leah se encontraba en su amado día libre, acostada en uno de los muebles de la biblioteca shinigami, con un libro en la cara.

    —¡Leah! —aquel grito se escuchó en todo el Bajo Mundo, causando que algunos shinigamis que estaban fuera del Cuartel de Almas se sobresaltasen

    —¿Qué habrá hecho esta vez Leah-san? —preguntó uno de los shinigamis
    que conversaban afuera.

    Leah frunció el ceño fastidiada, era su maldito día libre, estaba cansada de recolectar 1.000 almas en tan sólo dos días, y ahora tenía a la garrapata fastidiosa de Ace, gritando su nombre.

    —¡Ahí estás! ¡¿Qué significa esto?! —le dijo, su ceño y sus venas prensadas, furioso.
    —¿Que significa qué? —le dijo, aún acostada y con el libro en su rostro.
    —¡¿Por qué no recolectaste el alma de Itadori Yuuji?! ¡¿Sabes lo peligroso es que el alma de un humano este por ahí?! —le gritó Ace.
    —¡¿Hah?! —Leah se levantó abruptamente, molesta.
    —¡¿De qué estás hablando?! Recolecté el alma de Itadori Yuuji hace dos días. —le dijo, cruzando sus brazos.
    —Pues esto dice otra cosa —Ace, le tiró en la cara la lista de La Orden Sagrada, golpeandola. Leah la agarró con fuerza, lanzando una mirada asesina a Ace, miró exactamente el lugar donde decía el nombre de Itadori Yuuji y su alma... No estaba.
    —P-pero... ¡Pero yo la recolecté Ace! —le dijo Leah, desesperada. Realmente no quería pasar una semana con Ace por castigo. Maldita sea... ¡Sabía que dejar a Ryomen Sukuna suelto le traería problemas! De seguro él tenía algo que ver en esto, un humano no puede resucitar de un día para otro, y tiene que haber artes oscuras para que algo así suceda.

    —Sea como haya sido, sabes que un alma humana que haya pasado por La Orden Sagrada y luego ya no se encuentre, trae horribles consecuencias. Se que no debemos meternos con los Hechiceros, pero al final son humanos, por eso, te doy permiso de ir a buscar de nuevo el alma de Itadori Yuuji. —le dijo Ace.
    —... ¿Ahora?... —le pregunto Leah, sin querer moverse.
    —Sí, ahora. —le dijo Ace, realmente disfrutando el momento.
    —¿Yo? —volvió a preguntar Leah.
    —Sí. Tú. Ahora mismo. —le dijo Ace, sonriendo.
    Luego de eso se fue, y Leah se volvió acostar, era su día libre, no iba a ir a ninguna parte.

    Error.

    ¡Te he dicho que ahora mismo, Leah! —le volvió a gritar Ace, donde quiera que se encuentre.
    Con un montón de maldiciones y groserías dirigidas a Ace y a Ryomen Sukuna, Leah se levantó del sofá. Para salir de ahí.
     
    Última edición: 22 Mayo 2023
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