One-shot 00:00 [FSN x DMW | UA]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Gigi Blanche, 25 Enero 2020.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master yes, and?

    Piscis
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    1 Abril 2019
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    Escritora
    Título:
    00:00 [FSN x DMW | UA]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    952
    Nombre: 00:00
    Roles: Fate Stay Night; Deadman Wonderland.
    Personajes: Joey Wickham, Connie Dubois, Daichi Nishimura, Jezebel Vólkov.
    Notas: puede que esto se convierta en un two-shot, o en un three-shot, QUIÉN SABE. Digamos que esto sería precuela(?) de Brain, brain, go away y Una vez más de Yáahl, y ksyo. Los amo y vivan los UA, bitches.






    00:00
    .

    and u were sitting in the corner with the coats all piled high
    and i thought u might be mine

    .
    .

    —¿Qué dices, Dai? ¡No puedo oírte! ¡Habla más fuerte!

    Joey intentó apartarse de los parlantes, pero el lugar prácticamente estallaba de gente y Connie parecía bastante decidida a mantenerlo ahí, entre ella y la pared. Y él, bueno…

    Él era algo débil.

    Sus uñas rosadas gustaban de rasparle apenas la nuca cuando enredaba los dedos en el cabello espeso y buscaba su lengua, ansiosa. El perfume de Connie olía jodidamente bien contra su nariz, sobre todo cuando bajaba el rostro y barría hasta la más pequeña gota de sudor en su cuello, en sus clavículas, corriendo entre el nacimiento de sus pechos acentuados por el brasier.

    Unos treinta segundos habrían pasado, y Joey ya había olvidado por completo todo el asunto de la llamada. Connie no le dejaba aire que respirar, espacio que andar ni preocupaciones que atender. No existía otra forma. Sus manos entrenadas ya le habían arrebatado el móvil y cancelado la comunicación mientras su boca, su pecho y sus piernas le enviaban un mensaje claro a Joey.

    Todo era ella. Todo tenía que ser ella.

    Ella, y nadie más.

    La pared contra su espalda estaba fría y transpiraba casi tanto como ellos. Joey mordió su labio inferior mientras Connie bajaba la mano hasta su entrepierna y apretaba. No existían las sutilezas en su relación, ni la paciencia, ni los gestos tiernos, ni las palabras lindas. Todo era ansioso, gutural y poseía un objetivo muy claro.

    Joey no tenía idea.

    Cuán vacíos estaban sus cuerpos.

    —Vayámonos de aquí.

    La voz agitada de Connie sonaba vibrante contra su oído. Joey conectó con su mirada aguamarina y sonrió, jalando de su mano hacia la salida. ¿Cómo negársele a ella? Imposible.

    O al menos eso creía.

    —¡Joey, por amor de Dios! ¡Llevo una hora buscándote!

    Daichi lo alcanzó desde la derecha, luego de atravesar la puerta y alcanzar el silencio de la noche. Oírlo pareció reconectar sus neuronas y recordó la llamada de hace un rato.

    —Joder, perdona, hermano. Hay pésima señal ahí dentro —mintió, soltando la mano de Connie en el proceso—. ¿Qué tal? ¿Vamos adentro?

    Daichi había intercambiado un vistazo rápido con Connie, y luego le dio un manotazo a su amigo en el hombro.

    —Me debes una cerveza.

    —Claro, claro. Trato hecho.

    Soltó una risa relajada, aunque por dentro habría deseado huir y ya. No le apetecía girarse y enfrentar la tormenta. No de nuevo. Daichi era, por suerte, un héroe sin capa.

    —¡Connie, cariño! Estás preciosa, divina, como siempre. No te molesta si me llevo a Joey por un rato, ¿verdad? Tú te lo quedaste toooda la noche, después de todo~

    Daichi había rodeado sus hombros y lo había girado hacia la chica, quien los veía con el ceño fruncido y de brazos cruzados. Si las miradas pudieran escupir veneno…

    —Como sea —soltó, rodando los ojos, y luego los clavó en Joey—. Te llamaré luego.

    Y se fue. Joey suspiró aliviado y se preguntó por qué la vida era tan cruel. Sería mucho más fácil si pudieran divertirse todos juntos, pero Daichi y Connie parecían haber nacido para jurarse odio eterno. Eran tan incompatibles como el agua y el aceite.

    Yyyy la perra se fue por fin.

    —Oye, no la llames así.

    —¿Vamos adentro, guapo? Necesito algo de diversión luego de tanto estrés.

    —Perdona, viejo. ¿Llevas mucho tiempo solo?

    Daichi se giró hacia un grupo pequeño de personas, algo apartado hacia la esquina, y les indicó que se acercaran.

    —Nah, vine con ellos —dijo, sonriéndole a Joey—. Son algunos compañeros de la facultad. Te los presentaré, a ver si te convenzo de dejar a la arpía.

    Joey bufó, resignado a la inevitable enemistad entre ellos, y se volvió hacia los amigos de Daichi. El rastro lejano de los Arctic llegaba a través de las paredes, la hora marcaba exactamente medianoche, y una cabellera blanca brilló fosforescente bajo las luces ultravioletas. La ronda de presentaciones fue breve, y Joey se aseguró de recordar un nombre en particular.

    —¿Jes? ¿De Jessica?

    —No, no —negó Daichi—. Jez, de Jezebel.

    —¿Jezebel? ¡Qué nombre extraño! —exclamó, soltando una risotada.

    La chica frente a él desvió la mirada ámbar brevemente, con un suave rubor manchando sus pómulos blanquecinos. Joey la observó y se inclinó hacia ella, olvidándose bastante de la concepción de espacio personal. Jezebel se sobresaltó ante la cercanía y Joey recibió, por primera vez, toda la intensidad de su mirada. Sonrió.

    Qué ojos tan bonitos.

    —¡Ya sé! Te diré Bellabel, ¿qué opinas?

    —¿Bellabel? —Su voz era suave y sonaba insegura, ¿estaría poniéndola nerviosa?—. Como quieras…

    Joey amplió su sonrisa y volvió a erguirse, rodeando los hombros de Daichi para guiarlo hacia la puerta. Cuando echó un vistazo detrás de su espalda y se encontró con la mirada curiosa de Jez, le guiñó un ojo y la alcanzó con su brazo libre para unirla a la cadena de abrazos.

    —¡Vamos, vamos, niños! ¡Que la noche es joven!
     
    Última edición: 25 Enero 2020
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