Esta habitación despide un olor a chocolate, similar al de la oficina de Agnes. Es amplia, lo suficiente como para que más de dos personas invadan el lugar sin problema alguno. Como iluminación hay lamparas colgando del techo. El aire acondicionado puede graduarse con el control del mismo que reposa sobre una pequeña mesa de vidrio. El suelo está hecho de madera clara, y sus paredes son completamente blancas. ¿Qué posee esta habitación? 1 cama bastante amplia. 1 baño grande, con tina, burbujas, shampoo de lujo. 1 equipo mediano de sonido. 1 nevera pequeña con brochetas de fruta. 1 ventana grande que deja ver la rueda de la fortuna y sus innumerables luces. 1 línea de luces en forma de estrella que se dejan encendidas pese a que se apegue el resto de la iluminación, ya que su luz es bastante tenue (Pedido de la ganadora de la batalla) 1 Noche en wonderland. Asignada a Catherine Whitman Asignada a Noah Brighs Contenido oculto satellite Nekita
Catherine Whitman A penas el guardia abrió las puertas de su habitación, aquella sonrisa animada en su rostro desapareció, la aterraba en cierta manera que Agnes la llamara como Noah solía hacerlo, la hacía sentir que algo estaba mal y lo peor de todo, había una gran posibilidad por no decir que era seguro que todo fuera apropósito y aunque sabía que le había cumplido su capricho, el hecho de que la habitación oliera exactamente como a ella la hacía sentir vigilada. ¿Podría distraer a Noah de aquel olor en el caso de que este le preocupara? Recorrió la habitación por un tiempo en busca de distraerse y luego de unos cuantos minutos de observar por la ventana, terminó sentada sobre la cama, abrazando sus piernas mirando directamente hacia la puerta, dormiría con Noah esa noche, podría brindarle su compañía, abrazarlo, decirle que ya no se sentía mal y que estaba bien para que no tuviera que preocuparse más. Quería que tan siquiera esa noche asegurada que tenían, se sintiera como un dia cualquiera de sus vidas, esperando que aquellas pequeñas estrellas le recordaran a la luz de su habitación que le había dado hace mucho tiempo.
Noah Briggs ~ Habían sucedido tantas cosas dentro de aquellas infames paredes junto a Agnes que ni siquiera se había reparado en preguntar dónde iba a dormir aquella noche. Su cerebro había dejado de colaborar en buen momento para hacer preguntas. ¿Lo habría hecho a propósito? ¿Lo habría distraído así a propósito? Por supuesto que lo había distraído a propósito. Era Agnes de quien se trataba, por amor a todo lo bueno del mundo. —¿Cathy? —preguntó, casi como lanzando un deseo incierto al aire, al entrar en la habitación. Sonrió, pues, al verla sentada en la cama sintió que quizás aquella mierda de desear algo con suficiente fuerza quizás podría tener algo de cierto—. ¡Cathy! —dijo, con una sonrisa de oreja a oreja, mientras se apuraba hacia los pies de la cama, prácticamente lanzándose sobre ella. Podía disfrazar sus necesidades detrás de la necesidad de sentirla entre sus brazos para poder ser feliz de nuevo, lo cual era cien por ciento cierto, pero también necesitaba sentir algo, cualquier cosa, que borrara las caricias que aquella mujer había repartido por todo su cuerpo. Aquellas que él había aceptado, y también aquellas a las que el miedo no le había podido rechazar.
Catherine Whitman No supo cuantos minutos pasaron de ella sola mirando hacia la puerta, rogando porque en cualquier momento se abriera aquella puerta y finalmente pudiese ver a Noah, ni siquiera había podido despedirse de él adecuadamente cuando aquellos guardias se la habían llevado por el estado en el que estaba. Por suerte, en el momento que escuchó pasos cerca de su habitación su corazón se comenzó a acelerar, cuando la puerta se abrió y visualizó a Noah sintió un alivio y emoción en un instante. —¡Noah! —En el momento que se acercó no dudó en rodearlo con sus brazos para abrazarlo, prácticamente haciendo que estuviera con ella en la cama, sus manos se enredaron en su cabello buscando más cercanía —Vamos a poder estar juntos este día... —murmuró con un tono aliviado, incluso aunque tenía el cabello igual de mojado de ella, incuso si ambos olían exactamente al mismo shampoo que Agenes había usado en ella, no le importó, primero disfrutaría su reencuentro y luego daría la razón de su preocupación.
Noah Briggs ~ Sonrió apenas mientras rodeaba su pequeño cuerpo entre sus brazos, tanteandolo con sus manos con discresión. Agnes había hecho lo que le había dicho: limpiarla y curarla, tal y como Cathy lo necesitaba. Se permitió inhalar profundo el hueco entre su cuello y su hombro, siendo golpeado al instante por el aroma de aquella mujer. ¿Lo habría hecho a propósito? ¿Marcar a Cathy para que la pesadilla de su oficina lo persiguiera y arruinara el único momento en el que parecía que podría tener un momento tranquilo con Cathy? Su perversión parecía no tener límites, y mientras sus hombros se tensaron y su rostro se retorció en una expresión de enojo, se preguntó hasta dónde sería capaz de llegar él para averiguar hasta dónde sería capaz de llegar Agnes. Suspiró lentamente el perfume que había inhalado y relajó con ello la expresión de su rostro y la tensión en su cuerpo, adornando su rostro con una sonrisa a nueva cuenta. —¿Solo una noche, eh? —le preguntó, subiendo el rostro para pegarlo a su frente, arrugando un poco la nariz en su sonrisa—. Entonces tenemos que hacer que cuente... Y depositó un suave beso en sus labios, lento, delicado, superficial. Necesitaba contrastar toda impresión que Agnes había dejado en él antes de que los nervios se hicieran con lo mejor de él y Cathy, quien era impresionantemente intuitiva para leerlo, empezara a hacer preguntas que él no iba a contestar.
Catherine Whitman Su pulso no tardó en acelerarse cuando sintió las manos de Noah pasearse por su cuerpo, era reconfortante y al mismo tiempo, un cierto martirio porque, aunque estuvieran los dos allí en su pequeño mundo, estaba la latente presencia de aquella mujer en ellos, en la habitación... todo con pequeñas cosas que habrían pasado desapercibidas en el momento hasta que volvieron a encontrarse. Aquí reamente no existirían las coincidencias. De igual forma, se permitió acariciarlo, decirle que se encontraba bien, que lo había extrañado mucho, quería responder preguntas que sabía que era posible que en algún momento formulara y solo quería adelantar un poco aquellos hechos, más cuando en el recorrer de sus manos había sentido aquella repentina tensión que solo le indicaba que había algo mal. —Si así lo deseas...no me molesta en lo absoluto.—Si no estuviera aquel sistema de rotar las parejas, estaba segura de que habrian tenido mas de esa noche, sus manos no tardaron en acunar sus mejillas con suavidad para corresponder aquel beso que le había dado, iniciar con aquella tranquilidad no les vendría mal a ambos, menos después de todo lo que había sucedido. Pero sobre todo, quería que Noah pudiera tener un poco de paz.
Noah Briggs ~ Se sentía exactamente como un perro después de haber sido bañado por su amo: con la necesidad de encontrar algo muerto y podrido sobre lo cual revolcarse para volver a sentirse perro, para no sentirse extraño a sí mismo. Era extraño comparar a Cathy, su Cathy, a quien adoraba más que a la vida mismo, con algo en estado de putrefacción, pero era una metáfora que tenía tanto sentido en su cabeza que simplemente no podía ignorar su necesidad de sentir la piel de Cathy contra la suya. Quizás no podría sacarse la peste que Agnes había impregando tanto en su cuerpo como en el de Cathy, pero necesitaba silenciar el tacto de Agnes de su memoria, sentir las manos de Cathy por todo su cuerpo para olvidarse de cómo se sentían las manos de Agnes; necesitaba que Cathy borrara todo rastro de las caricias de aquella mujer. —¿Cómo te sientes? —le preguntó en voz baja, muy cerca de sus labios, dándose un descanso de aquel beso como si lo necesitaran, como si hubieran estado en la garganta del otro en vez de dándose suaves caricias llenas de afecto el uno al otro. Tomó sus mejillas entre sus manos, sonriendo al sentirlas calientes, y cuando vio que su piel cambiaba de color entre verde, azul y rojo, despegó la vista de los ojos de Cathy por primera vez en un rato, dignándose a prestarle atención a la mera habitación. Poco le importaba, de hecho, porque solo quería un lugar en donde estar a solas con Cathy, donde pudiera dormirse entre sus brazos, pero no bien encontró el motivo de las mejillas multicolor de Cathy, sonrió casi de oreja a oreja, volviendo a bajar la vista hacia ella. —¿Cómo conseguiste luces de estrellas? —le preguntó, completamente inocente a sus propias palabras. Y de pronto cayó en cuenta que nada en ese lugar era gratis, y su mente fue a un lugar oscuro donde recorrió todos los escenarios que pudieron haber ocurrido detrás de la puerta de la oficina de Agnes para que Cathy pudiera obtener algo de ella, y a cual más oscuro que el anterior.
Catherine Whitman Siguió con sus caricias suaves por todo su cuerpo, no buscaba ser realmente sugerente en ese punto, solo recordarle a sus manos cómo se sentía el cuerpo de Noah y al mismo tiempo, que él tambien pudiera familiarizarse con su tacto, un tacto que de nuevo volvía a ser cálido, y no frio como lo había estado cuando había logrado llegar a él luego de aquella batalla, era algo que sabía que les iba indicar a los dos que las cosas podían estar temporalmente bien. —¿Contigo aquí acompañandome? Bien...—Llevó un par de mechones rebeldes de su cabello detrás de sus oídos, comenzaba a ver en aquella situación que era mejor no preguntar muchas cosas, menos cuando Noah parecía ya estar algo más tranquilo. Apoyó sus manos sobre su colchón y levantarse un poco para comenzar a dar varios besos por todo su rostro cuando lo vio sonreír, amaba aquella sonrisa con todo su ser. —Para ti...las pedí por ti —confesó son una sonrisa una vez que dejó sus mimos de lado para volver a verlo, dejandose caer sobre el colchón nuevamente —, era...uno de los premios por ganar, algo para la habitacion, con quien quería dormir y dulces...—desvió su vista a aquellas simuladas estrellas —, me recordaban a la luz de noche que me diste, ¿te gusta?
Se quedó ligeramente atónito al escuchar a Cathy, con los ojos más abiertos de lo normal. Le habían dado como premio elegir algo para la habitación y dentro de todas las cosas en el mundo Cathy había elegido luces de estrellas. Pero, ¿era razón real para sorprenderse? Era Cathy, su Cathy, después de todo. Sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas, clavando la mirada en algún lugar en el pecho de Cathy; donde se encontraba su corazón, quizás, o eso quería creer, porque de anatomía sabía poco. Sintió que un peso se le quitaba de encima al saber que Cathy no se había metido en alguna clase de deuda con Agnes por unas luces tontas, y mientras se dejaba caer sobre uno de sus costados, quedando recostado de lado junto a Cathy, fue capaz de sacudir un enorme peso de encima. Agnes estaba equivocada. Cathy lo estaba eligiendo a él. Quizás se había tomado su dulce tiempo para decidirse, pero al fin lo había hecho, con todas las letras de la palabra. —Así que de entre todas las riquezas del mundo —hizo una pausa, apoyándose sobre el codo para verla mejor desde arriba—, ¿elegiste unas luces de estrellas y por mí? Catherine Whitman —le llamó bajito, ligeramente divertido por la situación; estaban en una cárcel con condena a muerte y encontraban dicha en unas míseras lucecillas—, usted me hace tan feliz que podría pedirle aquí mismo su mano en matrimonio.
Catherine Whitman No podía negar lo feliz que se puso cuando notó que estaba sonrojado, era, para ella el primer indicio de que a Noah le había gustado la decisión que había tomado, de que había recordado las luces que le había dado hace tiempo con las cuales ambos habían podido sentirse seguros en los momentos en donde más la habían necesitado. Realmente estaba feliz, podían actuar normal después de todo aquello... Podía verlo feliz después de aquello. Se giró para poder verlo un poco mejor —Noah Briggs, era una riqueza que sabía que podía gustarte, no la iba a dejar pasar...—Se acercó a darle un pequeño beso en sus labios antes de acurrucarse en él —, sabes que siempre tendrías el acepto.
Noah Briggs~ Sonrió contra sus labios y aprovechó la posición de Cathy para pasar un brazo por debajo de su cuello y otro por encima de su cintura, rodeando su cuerpo en un abrazo para buscar atraerla hacia él. Era difícil tocarla en esos momentos, porque a pesar de que se veía mucho mejor que cuando recién había salido de la jaula, era lo suficientemente sensato como para no estrujar los bastos cortes que le había visto más temprano. De solo tener que recordar la escena la acurrucó entre sus brazos, contra su pecho, celoso de que el aire la fuera a tocar, pero con más miedo que otra cosa, porque sabía que si a Cathy le tocaba pelear de nuevo, no habría nada que él pudiera hacer para evitarlo, de nuevo. —¿En nuestra próxima vida, entonces? —le preguntó hundiendo los labios en su frente, con la vista perdida en algún rincón de la habitación. Noah no creía en esas cosas, pero tampoco creía en ilusiones falsas y sabía muy bien que ni él ni Cathy tendrían un final feliz en ese lugar. Solo esperaba poder protegerla por el mayor tiempo posible. Ese sería su propio final feliz.
Catherine Whitman Sus manos se aferraron a su ropa cuando sintió que la pegaba a ella, era un tacto relajante en esos momentos, además que aquella nueva cercanía le brindaba la oportunidad de repartir besos en las áreas que tenía cerca de ella para no dejar de consentirlo. Solo se detuvo cuando le escuchó decir eso, sonaba mal, los estaba dando por muertos, estaba ya asumiendo lo peor de la situación, estaba mal,incluso más de lo que había pensado. —No... —se separó para que pudiera verla a los ojos, aun tenía una pequeña sonrisa en su rostro —, ¿por qué no me lo pides cuando salgamos de aquí? No es necesario que esperes tanto, Noah. Si había un mínimo de esperanza, no la dejaría ir y quería que él lo supiera.
Noah Briggs ~ Sonrió apenas mientras se permitió a sí mismo una pausa de todo ello. Había muchísimas veces en las que se preguntó por qué seguía a Cathy a todos lados, por qué aguantaba lo que aguantaba, por qué le daba la libertad de hacer lo que ella necesitara hacer para seguir con su vida mientras su propia vida se quedaba en una pausa constante hasta que ella volviera a él, pero siempre eran momentos como estos los que lo hacían aguantar. La mente de Noah vivía en un lugar oscuro y frío porque era lo único que el mundo le había mostrado, pero Cathy era la luz de estrellas colgada en su pared que le recordaba que el mundo podía ser un lugar colorido, divertido, espontáneo y vivo. Cathy era quien lo motivaba y por Cathy quería seguir aguantando y porque era Cathy estaba dispuesto a perdonarle todo. —¿Cuando salgamos, dices? —le preguntó con esa sonrisa tonta que siempre tenía en los labios cuando estaba por decir alguna estupidez—. Pero vamos a tener que esperar a que sea mayor de edad en serio porque no creo que a mi madre le interese lo suficiente como para darme permiso y si nos casamos de todas formas van a arrastrar tu precioso trasero pervertidor de menores de nuevo a alguna otra cárcel, con suerte un poco menos loca que esta. Noah había perdido toda esperanza en el mundo muchísimo antes de descubrir qué significaba la palabra esperanza, pero Cathy era lo único bueno que él conocía, y por ella estaba dispuesto a perseguir cualquier cosa, aunque fueran meras ilusiones absurdas.
Catherine Whitman —Cuando salgamos... —reafirmó, dándole una mirada que le indicaba que estaba hablando muy en serio, darse por muertos en esos momentos no les iba a asegurar salir con vida, pero si había una meta... Bueno, entonces tenían que cambiar su forma de pensar —, ¿mi precioso trasero pervertidor de menores? —Alzó una de sus cejas divertida haciendo que una de sus manos abandonara su pecho para empujar un poco su rostro —, que yo recuerde fuiste tu quien comenzó a convertir tus sesiones de estudio en unas sesiones mucho más prácticas... >> ¿Me equivoco?
Noah Briggs ~ —¿Disculpa? —interrumpió casi enseguida, con la boca abierta y los ojos abiertos como platos, tratando de esconder la sonrisa detrás de su mueca—. ¿Acaso no las disfrutabas tanto que tuviste que ponerme horas extra para estudiar en serio porque no me podías sacar los labios de encima? Se llevó la mano a su pecho y dejó salir un suspiro demasiado dramático como para llegar a ser mínimamente convincente. Luego se rindió y se echó a reír, pegando su frente a la de Cathy, dejando que ella y su luz le quitaran el velo oscuro de encima, aunque fuera por un momento. No sabía cuánto podría durar ese pequeño momento que tenían, ni si tendrían oportunidad de tener otro así en un futuro cercano o en un futuro en general, así que se propuso un pacto silencioso en el cual no iba a desaprovechar ninguna oportunidad de ser el Noah que Cathy siempre había visto en él, el Noah que a sí mismo le caía mejor. 'Esos sí que eran tiempos buenos', pensó, y tomó la mano de Como los caballeros y príncipes de las películas, depositando un suave beso sobre sus dedos.
Catherine Whitman Sus mejillas se sonrojaron de forma inevitable, y de nuevo volvió a empujarlo levemente, aunque esta vez en su pecho como una especie de reclamo silencioso ante aquella declaración —¡Pero tu iniciaste! —Se quejó sin poder ocultar la vergüenza —, claro que lo disfrutaba porque eras tú quien terminaba sobre mí, y... Una vez iniciado, claro que no te podía simplemente alejar, tonto. Hizo una leve mueca, casi se tratara de un puchero que de igual forma duró segundos por el repentino acercamiento de Noah que la hizo reír. Se abrazó a su cuello para dejarse caer sobre él y hacerlo acostarse en la cama nuevamente. —Sabes lo mucho que te quiero sin importar que, ¿verdad?
Noah Briggs~ —Oh, ¿exactamente como estás haciéndolo tú ahora mismo? —le contestó con una sonrisa aún más grande en el rostro. No entendía exactamente cómo era eso de sentirse como ellos mismos en el lugar en el que estaban, pero quizás eso que decían de que a uno lo hacen las personas y no los lugares no era del todo absurdo como alguna vez le había parecido. Después de todo, él era con Cathy lo que no era con nadie más en el mundo. Se acomodó en aquella cama, la cual solo se había dado cuenta de lo grande y espaciosa que era porque ni siquiera se había acercado al otro extremo. 'Desperdicio', pensó mientras ponía un brazo bajo su nuca para levantar mejor la cabeza y ver a Cathy sobre su pecho, viéndola a los ojos en el momento justo en el que ella le hablaba desde su corazón, pensando en que iba a dormir tan pegado a Cathy que probablemente quedaría espacio para tres personas más en esa cama. —¿Te haces una idea de lo preciosa que te ves cuando me dices que me quieres o me lo haces a propósito, Catherine Whitman? Podría perder su cabeza en cualquier momento en aquella cárcel, pero sabía que su corazón estaría a salvo siempre que tuviera a Cathy para cuidar de él.
Catherine Whitman —...Quizas... —Murmuró dandose cuenta en la posición en la que estaba, cosa que le terminó arrancando un par de risas, más porque ahora podía ver aquella sonrisa que demostraba como le había ganado en sus reclamos que le habían causado cierta vergüenza. Esa sonrisa encantadora que le gustaría que siempre tuviera, que le gustaría tuviera más razones de mostrar a todos como el chico que ella había conocido desde que eran niños. —¿Tienes una idea de lo lindo que te pones cuando escuchas lo mucho que te quiero? —Preguntó en el mismo tono que él y así terminó de acomodarse sobre él, sus manos descansaban sobre su pecho y allí pudo apoyar su cabeza con mayor comodidad —, porque estoy segura que lo tuyo si es apropósito...
No pudo evitar reír de nuevo, bajito, casi sin emitir sonido, porque además de estarse dejando llevar por el humor tonto del momento que le traía cierta paz y claridad mental, las pequeñas manos de Cathy le hacían cosquillas en el pecho. —Oh, ¿te diste cuenta? —le preguntó con una voz inusualmente grave, imitando a algún tipo por el que Cathy habría suspirado alguna vez mientras miraban una película romántica juntos, cosa que le habría ganado que él mismo le apagara el televisor—. Oh, Catherine Whitman... Debo de ser realmente guapo para que alguien como usted se enamore de un tonto como yo... Se llevó el fleco hacia atrás con su mano entonces, porque además ya se le había crecido un poco y lo tenía algo más largo que cómodo, y puso los labios en una trompa exagerada. ¿Qué haría sin Cathy en ese lugar? No sabía y tampoco quería averigüarlo.
Catherine Whitman —Sabía que mostrabas más encanto de lo usual...—Dramatizó con un tono de muy falsa pena como él había hecho antes antes de volver a la "normalidad", no había esperado que le hiciera esa clase de voz pero, siendo Noah claro que había mil y un soprresas que pudieran salir en esa clase de situaciones solo para arrancarle alguna risa o reacción específica. Sus palmas sirvieron de apoyo para elevarse y adoptar una nueva posición sobre Noah, sus manos lado a lado de su rostro que mostraba una sonrisa ahora enternecida solo por recordar los puntos por los cuales lo adoraba —Ser guapo es una de muchas cosas, tu amabilidad, tu sentido del humor...tu manera de ser, la unión que tenemos... —En cada uno de esos puntos le daba un beso en le mueca que estaba haciendo en los labios. >> No eres un tonto~
