возвращение на родину принцессу

Tema en 'Relatos' iniciado por Eternatus, 11 Julio 2013.

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    Eternatus

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    Escritor
    Título:
    возвращение на родину принцессу
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1994
    [Mansión Ivashkov] Bienvenida a casa, princesa.

    —Así que aquí es donde viviste toda tu vida… —escuché como él decía mientras inspeccionaba la gran mansión.

    Mi tía fue una mujer muy adinerada en su tiempo. Tenía múltiples propiedades a lo largo de todo el mundo, pero ésta siempre había sido mi favorita. Aún se mantenía, a pesar del tiempo que había permanecido abandonada.

    Por alguna extraña razón, se me cruzó por la cabeza que él hubiera estado cuidándola esperando a que regresara. Y eso era bueno y malo a partes iguales. Ahora tenía un lugar donde asentarme, con los recursos necesarios para sobrevivir durante mucho, mucho tiempo.

    Natasha Petrov era muy precavida. Ella tenía oídos en todas partes y hacía tiempo que se había preparado para algo como esto. Alimentos enlatados y armas por doquier, escondidas en cualquier recoveco del bunker del jardín y por toda la casa.

    Ella se aseguró en su tiempo de hacerme saber dónde estaba cada cosa, dejando pistas para mí. Tablillas sobresalientes por apenas unos milímetros, imperceptibles para el ojo humano normal. Muebles colocados específicamente en lugares incorrectos y notas por todas partes con números y letras que solo nosotras dos entendíamos.

    Sonreí mientras levantaba una pequeña hoja de papel depositada sobre el gigantesco sofá de una de las salas. En ésta había una secuencia de letras y números que para cualquiera sería imposible de descifrar, pero yo sabía perfectamente que eso era un claro sobrevive.

    Esa sonrisa se convirtió de pronto en una mueca confundida. Me llevé una mano a la cabeza, sabiendo de sobra que había escuchado algo como eso antes, hace mucho tiempo…

    Abrí los ojos parsimoniosamente, tomándome mi tiempo en adaptarme a la iluminación de la estancia. Me estiré un poco y observé la habitación, clavando mi mirada en un gran ventanal del fondo. Era de día, podía deducir —por la posición del sol en el cielo y las sombras en la habitación — que no podían ser más de las diez de la mañana.

    Me enderecé con lentitud, poco a poco comenzaba a recordar qué hacía en ese lugar. Tal vez no supiera como había llegado hasta allí —evidentes razones por parte del contratante— pero sí estaba segura del por qué.

    Como asesina de élite estaba acostumbrada a este tipo de cosas. Aquellos que me contrataban no lo hacían por mucho tiempo, así que no les convenía mostrarme la localización de su morada, siempre podía utilizar esa información es su contra.

    Aunque no me hacía gracia, lo permitía, porque era mi trabajo. Primero me noqueaban y luego me daban un objetivo. Yo cumplía con el encargo y finalmente volvía a casa y continuaba con mi vida.

    Me levanté, estaba vestida con un camisón corto y bastante revelador. Me hizo gracia, pues esto me daba a entender con qué tipo de persona iba a toparme al otro lado de la puerta. Busqué mi ropa y la encontré —ya lavada y debidamente planchada y doblada— sobre un estante en el baño, había una carta blanca con olor a rosas encima.

    “Tómate tu tiempo en prepararte. Estoy seguro de que disfrutarás de un buen baño en nuestra bañera jacuzzi. Cuando termines baja a la cocina, yo estaré allí. La encontrarás fácilmente.”

    Dejé la carta sobre el lavatorio y me desvestí. El baño ya estaba preparado y el agua caliente, cosa que no me sorprendió. Estaba acostumbrada a que mis contratistas me trataran con tantos lujos.

    Al fin y al cabo yo no era una asesina cualquiera, al igual que ellos no eran personas cualesquiera.
    Estuve allí por una hora, intentando despejarme. Sabía que para la misión tendría que estar lo más descansada posible, así que alargué bastante más —a quien se quiere engañar, mucho más— el tiempo que tardé en asearme. Nunca tardo más de quince minutos, una hora era demasiado para mí.

    Salí de la gigantesca bañera con hidromasaje y burbujas incorporadas y me sequé rápidamente para luego vestirme con mi típico uniforme. Chaqueta de cuero negro, pantalones negros ajustados, camiseta de asas básica color rojo y botas altas de cuero. Me puse unos guantes y me maquillé levemente.

    Me dirigí a la puerta y, tal y como la carta mencionaba, no tardé en encontrar la cocina. Era un lugar muy amplio y fino, con baldosas de un mármol impoluto y una isla gigantesca que seguramente valdría más que una casa de dos plantas. De pie al lado de ésta se encontraba una figura alta, a la que no podía distinguir puesto el sol me daba de frente.

    Él permaneció allí, impasible, mientras terminaba de beber lo que creí un vaso de zumo recién exprimido. No se movió para dejarse ver, sino que me indicó que me sentara en frente. Aun ocultando su identidad —cosa que me molestaba y me hacía desconfiar a partes iguales— me indicó que me sentara.

    —Nunca pensé que contaría con alguien tan reconocido e importante como usted, señorita Ivashkov. ¿Desea algo de desayunar?—antes de que pudiera siquiera negarme a más de un vaso de agua él me interrumpió.— Por favor, prepárenle un zavtrak a la señorita.

    Yo alcé una ceja ante su evidente acento ruso y el que supiera qué desayunábamos en Rusia. Él no dijo nada mientras esperábamos. Yo tampoco tenía muchas ganas, ni de hablar ni de comer.

    Sirvieron un montón de platos calientes. Salchichas, huevos cocinados de distintas formas, pan… Y también té de frutos rojos. Mi favorito. Lo miré desconfiada, ese hombre había estado hurgando en mi vida…

    Simplemente tomé mi té y algo de pan. Después de terminar lo miré esperando que dijera algo, pero él simplemente se levantó y caminó fuera de la inmensa cocina, dirigiéndose por un pasillo hasta lo que supuse sería una oficina.

    Yo lo seguí con rapidez, pero el hombre había desaparecido. Al final del corredor encontré una puerta abierta, entré en la habitación pero él no estaba allí. Solo había un escritorio robusto pero elegante, de aspecto muy caro, con una nota encima.

    La tomé y la desdoblé, era bastante larga.

    “Esta es la lista de tus objetivos, deberás encargarte de ellos en las fechas indicadas. Ni antes ni después. Debes saber que algo grande va a suceder, algo para lo que debes estar preparada, dado que espero que sigas trabajando para mí en ese entonces. Solo tengo un consejo para ti: sobrevive.

    Oh, mi nombre es….

    En ese momento reaccioné al escuchar los pasos de Klaus en el pasillo, asomándose al salón y luego regresando a donde se encontraba. ¿Cuánto tiempo había estado fuera? Maldije mentalmente y continué con mi tarea.

    Deposité la nota sobre la mesa grande de caoba echa a medida que se encontraba a su lado y di una vuelta completa, examinando la estancia con ojo crítico. Ya había detectado donde estaban escondidas todas las armas de la sala, al igual que las reservas de emergencia y el panel de cierre automático de todas las puertas, reforzadas de tal forma que te impedía entrar, pero te permitía salir y llevar en todo momento el control de la situación.

    Comprobé que la luz funcionara, puesto que acababa de encender el depósito de emergencia preparado para este tipo de casos y sí, con un destello cegador la estancia se iluminó rápidamente. Contenta con el resultado regresé a la entrada, donde Klaus me esperaba curioseando disimuladamente.

    Yo también era así de curiosa cuando era niña. De cierta manera ese chico me recordaba a mí de joven, prepotente, listo e ingenioso. Siempre con una respuesta para todo, poseyendo a partes iguales fiereza y atrevimiento e inteligencia y compostura.

    —¿Vas a quedarte ahí todo el día o vas a pasar? —lo miré apremiante y comencé a guiarlo por la mansión. Si iba a quedarse durante un tiempo lo mejor sería mostrarle el lugar para que se fuera familiarizando con él… por si llegaba a pasar algo.

    En ningún momento le mostré donde estaban los escondites de las armas, no podía arriesgarme a eso. Aunque lo conociera de toda la vida, mi supervivencia va antes que la del resto. Y eso incluía a Klaus. Yo no iba a preocuparme de que estuviera debidamente armado si atacaban el lugar.

    Le mostré la planta baja, allí se situaban la cocina –abismalmente grande para mi gusto-, dos de los cuatro salones con los que contaba la casa. Los tres baños de la planta y las salidas de emergencia.

    No le di los códigos para abrir o cerrar puertas. Eso era depositar demasiada confianza en él. Subimos a la planta de arriba por unas escaleras caracol de mármol pulido cubierto por una alfombra negra y azul con bordes dorados que descendía desde el último piso hasta el sótano y el garaje.

    En el segundo piso se encontraban las habitaciones de invitados y de los que en su tiempo trabajaron allí como limpiadores, digamos… la gente del servicio. Dejé que escogiera la habitación que quisiera, puesto que eran bastante parecidas en lo que a prestaciones se dice. Cama grande matrimonial, escritorio de cerezo hecho a medida, baño anexo con bañera y ducha a parte y dos armarios empotrados.

    Lo que no era lo mismo era la cantidad de armas que había en cada habitación. Klaus, de alguna manera, se las ingenió para escoger la que contaba con más armas. No sé cómo lo hizo, pero si me negaba a ello iba a sospechar y se pondría a investigar. Y tarde o temprano encontraría los depósitos.

    Lo dejé instalarse allí mientras yo revisaba las demás habitaciones y baños correspondientes. Aún tenía la sensación de que él había estado allí, tal vez aún estuviera. No noté que Klaus me estaba observando hasta que respiró con un poco más de fuerza de la debida.

    —¿Necesitas algo? —le pregunté algo enfadada por la interrupción de mis pensamientos.

    —¿Qué hay arriba?—odiaba que me contestasen preguntas con preguntas, pero por esta vez se lo pasé.

    —El ático y mi habitación. También la de mi tía. No te aconsejo subir si no quieres acabar con una bala en vez de cerebro. —él iba a hablar con alguna de sus correcciones pero yo lo interrumpí.— Ya, ya sé que es imposible. Deja de intentar corregirme.

    Le di la espalda y me dirigí al gran ventanal, que tenía como vistas el amplio jardín cercado –las vallas debían de medir por lo menos 3 metros de alto, con alambres afilados en la parte superior, para que nadie pudiese entrar. Menos salir.- y las escaleras que conducían al bunker bajo tierra.

    —¿Qué es eso?—me preguntó él, desde detrás de mí e indicando con la barbilla las escaleras que conducían al bunker.

    —La entrada al bunker, por si llega a pasar algo…—le entregué una pequeña llave que parecía de un candado— toma. No la pierdas.

    Él se la colgó de una cadenita y siguió observando el jardín, específicamente las altas vallas de metal. Él no era idiota, seguro que sabía que estaban electrificadas. Frunció el ceño ante mi sonrisita socarrona, pero me prestó total atención cuando le hablé.

    —Bien, ahora que estamos aquí quiero que me cuentes todo lo que sabes. No escatimes en detalles. —le dije de forma autoritaria y seria, rara vez yo bromeaba.— No me digas lo que crees que quiero oír o lo que crees que daba o necesite oír, dímelo todo.

    Lo miré fijamente y me senté en la cama, esperando que él hiciera lo mismo. Me dirigió una mirada de sorpresa, como si no se esperaba esa orden, pero al instante se estaba sentando a mi lado.

    Esperé a que ordenara sus ideas y por fin se decidiera a contarme lo que él sabía sobre mí y que yo, para mi mala suerte, no conocía.
     
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    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

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    Sé que es una niñería, pero reportaron esto y sinceramente al ver el título pensé que era uno de esos asquerosos bots rusos xD; y quien reportó tiene razón, podrías poner el título en español? xD es que en serio saca de onda y confunde, yo realmente pensé que esto era spam
     
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  3.  
    Gray Vermillion

    Gray Vermillion Entusiasta

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    Por un momento pensé que que tu eras la asesina de mis padres, me gustó mucho, tengo que contarte todo lo que sé xD.

    Por otra parte tengo una duda: ¿El que estaba contigo en la cocina era "ÉL"?
     
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  4.  
    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

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    Usted y Gray con su maña de escribir en ruso/mandarín del áfrica(?). Si me ven usando coreano quéjense con ustedes.


    En fin me ha gustado la historia, ha dejado muchas preguntas y pocas respuestas. Te deja con la mente alborotada porque comprendes la historia pero a la vez te quedas deseando más información con respecto a muchas cosas.

    Por otro lado es raro que una Asesina de Élite acepte vivir junto con un Espía, siento que habrá muchas dificultades con respecto a eso considerando que pertenecen a dos bandos completamente distintos, aunque Klauss sea un niño... Jojo yo quiero sangre infantil(?)

    En fin espero la continuación para ver cómo resulta su convivencia y ver que secretos saldrán a la luz.

    Por parte de las correcciones no hay nada más que algunos espacios que sobran y otros faltan, aunque no es nada relevante, ya que tienes buena narración y ortografía.

    Nos leeremos.

    나중에 보자 (najung-e boja)
     
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