Autor: Enoch (Kai) Tipo: Drabble, 430 palabras. Personaje: Inuyasha Género: Drama Aclaración: Bueno, todos sabemos de qué parte hablo. Ése, no soy yo Estaba esperando que la voz de Kagome gritara su nombre y así poder despertar, pero nada pasaba. Era como estar flotando, sin tener percepción de su propio cuerpo, rodeado de unas muy sólidas rocas negras, nada entraba y nada salía. Sentía muy lejanamente, y como si fuese un sueño inventado, el escozor de la herida que tenía, también percibía el suelo debajo de sus pies, y más lejanamente aún un líquido en sus manos, de procedencia dudosa para él, del resto todo estaba negro. Nada. Sabía que no era el mismo, lo sabía, lo sabía. Sentía que no era así, que no estaba dormido sino bien despierto, pero no era ‘él’, sólo su cuerpo se movía. Volvió a meterse en el agua con molestia, con tristeza, de forma brusca. El olor no se quitaba ni por más que se restregara contra algunas rocas, al parecer se impregnaba con más fuerza en sus ropas, torturándole a propósito. Debajo de sus garras aún había resto de sangre, y refregó y refregó, pero aún la desagradable sensación estaba allí. ¿Quería él ése poder?, ¿el mismo poder que quería antes para vivir cómodamente y no sólo sobrevivir a medias?, ¿el mismo poder para poder vengar a Kikyô matando a Naraku? Sí, lo quería, lo anhelaba, pero ¿iba a obtenerlo de ésa forma? Sin reconocer a nadie y matando a cualquier cosa que se moviera frente a él, incluyendo a sus amigos. Gruñó por lo bajo. Al parecer iba a ser así, y ahora, justo ahora no lo quería. Deseaba romperse cada uno de sus huesos, quitarse la piel y cambiársela, para que el recuerdo latente de la sangre humana en él se desprendiera. Inuyasha no quería ésa clase de poder, ésa clase que incluso le hacia otro más del montón de demonios patéticos e irracionales, que ni su vida valoraban. Él no deseaba morir estúpidamente, pero sobre todo él no deseaba matar. Ése deseo de sangre no estaba en sí, y no buscaba que lo estuviese, ya no. Y fue cuando sintió el olor de la chica cerca de él que más quiso de todo aquello fuera mentira, que ésa aroma repulsivo viniese a causa de haber cavado unas tumbas en una aldea, no de ser el responsable de ésas tumbas. Se puso a la defensiva de inmediato. No supo con tanta certeza que palabras compartió a gritos con la chica, pero sí supo que le dieron ganas de llorar cuando ella le abrazó por la espalda, para no hacerlo tomó la manó de ella y la apretó, y aún no importaba, estaba destrozado.
A mí siempre me gustó la forma demoníaca de InuYasha. Para mí, al menos, se veía bastante atractivo así con las marcas de su clan y y y... omg. Pero al parecer, a InuYasha jamás le agradó ese poder, al menos no si se presentaba en él de esa manera tan cruda y bestial. Bah, ¿quién lo entiende? (?) Sea como sea, nada podía hacer para detenerlo. La única que podía vagamente contrarrestar su forma youkai era Kagome (...) lo cual era una lástima, habría sido cool si nadie fuese capaz de detenerlo salvo él mismo, para mí eso habría sido más impactante, o sea, ¡la fuerza interior de InuYasha! *o* Bueno, en resumidas cuentas: él no nació para ser demonio. Nació para prevalecer con su lado humano, al lado de los humanos, con alguien que lo quisiera. Bleh, InuYasha, desde el principio debiste renegarte a ser un demonio completo, jajaja. Me encantó, cuñada. Estuvo muy lleno de sentimiento y reflejaste a la perfección esa escena del anime (sí, me di cuenta de qué escena la basaste). ¡Todo perfecto! Cuídate :*
