Época de Amor en Discordia [Sesshômaru x Kagome]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Artemisa, 11 Abril 2011.

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    Artemisa

    Artemisa Usuario VIP

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    Época de Amor en Discordia [Sesshômaru x Kagome]
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    Bueno, este fanfic se los traemos con mucho cariño la adorable Erza y yo. Está situado en la época victoriana (siempre quise un fanfic así).

    Esperemos que les guste y por lo pronto dejo el primer capítulo, que ambas escribimos.

    CAPÍTULO UNO: Encuentro Forzoso

    Corría el año 1843, elegante época de pavorosos vestidos y exagerada caballerosidad.

    En esos momentos un personaje que si bien tenía caballerosidad, era notable la actitud de frialdad y complejo de superioridad que sentía para los demás. Buena característica, que sin llevar una máscara de hipocresía, no dejaba de ser adulado por otros nobles.

    Sucedió que creyendo él tener el control absoluto de su noble existencia, le aconteció lo típico en aquella época.

    Aún recordaba con rencor el diálogo que había tenido con su padre, aquél que le había despojado de su vida libre.

    Pero el orgullo de alguien cómo él no era una barda fácil de brincar, y pretendiendo seguir con el plan de su papá esperó, con cuidado y en silencio a analizar lo que pasaría. Mas él no olvidaba, y era seguro que habrían de pagar el imponerle algo.

    —Muy pronto conocerás a tu prometida—su padre trató de animarle, más al ver su expresión de odio, comenzaba a resignarse al carácter de su hijo—Es una joven hermosa, según dicen. Y si no es muy bella, de todas maneras la necesitamos para la alianza con la familia real. A la reina le complacerá tu matrimonio.

    Inu no Taisho esperaba en un intento de falsa esperanza quizás, una respuesta por parte de él, pero la cruda indiferencia con la que su hijo parecía tratar el tema no era alentadora. Quizás debiera agradecer un comentario desagradable de su déspota actitud. Sesshômaru apretó el puño una vez más y luego relajó el brazo… Tan calculador que daría miedo.

    —De todas maneras, como tú mencionas, no hay nada que pueda hacer —. En el interior del joven demonio se encontraban los pensamientos más vengativos... Que no le daban idea alguna. ¿Tendría que resignarse?


    ***

    El tiempo de conocer a la dichosa prometida llegó más pronto de lo que Sesshômaru pudiese haber deseado.

    El día pintaba asquerosamente lindo para él, con una actitud de fastidio caminó en dirección al lugar que habría de verle... a ella y seguramente a una familia que habría de ostigar. Él prefería estar en calmar, pero no podía escapar a los tumultos de aquella sociedad.
    Era una mansión alta y lujosa, pero podía notarse cierto desgaste en ella. No tardaron en abrirles. Pronto un hombre de cabello largo, oscuro y ondulado se presentó ante el conde Inu no Taisho y su hijo mayor.

    El aludido de mirada asesina no abrió la boca si quiera para saludar, en ese momento la cortesía se podía ir por el lado que quisiera... El poco agrado que sentía por estar ahí le había afectado en mínima manera, pero evidente en él.

    —Muy buenos días
    saludó Inu no Taisho—sería de mucha molestia si disculpara a mi hijo, hoy se despertó con algo de dolor en la cabeza.

    Una ligera disculpa, era siempre bien tomada en asuntos de sociedad.

    — ¡Pero cómo no excusarle! Señor, permítame presentarme a vuestro hijo -y entonces se dirigió a Sesshômaru—. Es muy apuesto. A mi hija le encantará. Mi nombre es Naraku, pero pronto seré como su segundo padre.

    Una mirada dirigida al hombre de cabellera negra fue dirigida con pocas intenciones de contestar algo. Parecía de lo más falso, y quizás demasiado joven para ser padre... ¿qué edad tendría la joven en cuestión?

    —Si no os molesta, ahora mandaré llamar a mi hija.

    El hombre hizo una reverencia y partió en busca de la tan mencionada muchacha que al youkai le tenía comiéndose los sesos.

    Unos pasos resonaron por el lugar, varias pisadas llegaban a sus oídos, por lo que suposo que más de una mujer vendría... el fino pisar no evitaba que el tacón hiciera su trabajo de hacer alarde de presencia.

    Sesshômaru respiró. No importaba cuánto alarde se presentase en aquella dama, le valía menos que una moneda.

    Pronto pudo observar a dos jóvenes con la cabeza baja. Una llevaba un vestido azul cielo y la otra uno color vino, notablemente más lujoso que el de la otra muchacha. Ambas avanzaban hacia adelante, pero pronto Naraku se dirigió a la joven del vestido celeste.
    —Tú quédate aquí.

    La chica que había mandado sin chistar obedeció, mientras que la joven de elegante porte, con poco o nada de modestia desfilaba hasta llegar, junto a la compañía de Naraku, dónde lucían parados. Inu no Taisho sonrió al ver a la mujer.

    Sesshômaru simplemente no movió ni un dedo.

    —Hija mía, este joven es tu prometido.

    Al levantar la cabeza, Sesshômaru pudo observar unas facciones bellas y marcadas. La mujer llevaba un intenso labial color carmesí, que, extrañamente, hacían juego a sus ojos.
    Su cabello no era muy largo, pero era igual de quebrado y oscuro que el de su padre. Ella poseía una sonrisa atrevida y atractiva.

    —Hijo, unas palabras a tu prometida—Inu no Taisho forzó a su descendiente.

    Una mirada que recorrió una vez más la figura de la joven, indicó al noble que habría de causar revuelo si no hablaba... sólo tendría que dirigir una palabra insignificante.

    —Un gusto —respondió arrastrando las palabras y mirando los rostros de las personas ahí presentes.

    —Igualmente. Mi nombre es Kagura—sonrió osadamente.

    —Sesshômaru—se limitó a responder.

    —Naraku, ¿esa jovencita de allá también es vuestra hija? ¿Por qué no la dejáis conversar con nosotros? —Inu no Taisho mostró su característica extroversión, cualidad que lo había vuelto una compañía deseable para toda la nobleza.

    —Si vosotros lo desean, así será—respondió con cinismo el hombre de melena oscura.
    Fue por ella, y le dirigió una mirada asesina que le transmitió el sentimiento que deseaba...

    … Y ella lo sabía, si cometía alguna indiscreción, lo lamentaría.

    Continuará…
     
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    Tomoee

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    Soy el primer comentario, yeah! xDDDDDDDDD Bueno, ¡qué! yo quiero comentar, mi también se fangirleó del FF D;

    Quiero saber qué pasará con Kagura, no noté OoC eso es muy bueno, ok no me queda decir esto cuando yo también le colaboré, pero tengo optimismo *-* xD

    Me siento emocionada, además que tu narración me parece muy linda, las frases que sacabas y todo tan espontaneo me gusta mucho, porque tiene una gran imaginación, además que quién sepa distinguir notará las partes mías y las tuyas xD

    Me gustó el toque que le diste a Kagura, además que los colores de los vestidos me parecieron adecuados para personalidades que tienen.

    Espero el siguiente (loca) xD
     
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    Hola, la narración es muy buena y limpia como siempre, en cuanto a la trama me encanta que incluyan hechos de un época pasada, además de que cuidaron cada detalle, al principio pensé que su prometida era Kagome, pero ya veo que no, la pregunta es ¿Sesshomaru aceptara así de tranquilo a su prometida?, en fin espero el próximo capítulo. Adiós.
     
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    sora_tsuki

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    Me encanto la trama, no suelo engancharme con historias que no estén ambientadas en la época antigua, pero esta historia me atrapo.
    Las frases son tan propias de la época, creo que eso hace que la historia se resalte aun más.
    Muy buena, esperare pronto una continuación, nos vemos.
     
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    VANEZITHA

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    siii.....Cera Kagome hija de naraku??
    Estoy en shock no lo puedo creer estoy super emocionada..
    Me encanto ya kiero saber k sucedera...
    Que le siga que le siga....
    Escribe pronto...
    Att:VANEZITHA♥
     
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    Tomoee

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    Muchas gracias por sus comentarios :)! Son valiosos para nosotras.

    Ahora les traemos el segundo capítulo, esperemos lo disfruten, que al igual que el primero, lo escribimos ambas :)

    Capítulo dos: Intrigas familiares.


    La situación estaba un poco tensa, la joven aludida que no sabía disimular muy bien, tornó su rostro en angustia ante la mirada de Naraku que le asfixiaba sin compasión. Al acercarse, el amable señor hizo una pequeña reverencia en forma de saludo, y el joven a su lado, sólo miró.

    —Maleducada, saluda al conde Inu no Taisho —Naraku la empujó, mientras ella seguía con la cabeza baja.

    —Es un honor... —Su voz tembló al hablar.

    —Jovencita, ¿por qué no levantas tu rostro y dejas que te veamos? — La muchacha volteó a ver al autoritario hombre de cabello ondulado, como buscando su aprobación antes de hacer cualquier cosa.

    —Obedece.

    Y sólo entonces, pudo alzar la cara para ver a sus invitados.

    —Es usted tan linda como su hermana—habló el señor de canosa cabellera que daba un codazo disimulado hacia su hijo.

    Sesshômaru que miraba a la joven, podía ver la clara diferencia con la otra; en la mirada de ella estaba otro tipo de sentimiento, y una mayor sencillez destilaba de su cuerpo.

    Una palabra quería salir de su boca.

    —Bien.

    ¿Bien? la mirada de su padre junto con la de los reunidos ahí se había posado en él ¿bien qué? Inu no Taisho temió lo peor, pues en la mirada de su hijo, estaba un brillo que no había visto, y ciertamente, sabía que no era por algo bueno.

    Su enorme intuición de padre le gritaba en el oído que algo no andaba bien. - ¿Cómo te llamas, jovencita?

    —Mi nombre es Kagome, señor—sonrió.

    —Qué hermoso—una vez que tuvo la apropiada educación, se dispuso a hablar de otro tema que retomara la atención de Sesshômaru a su compromiso—Eh, Naraku, disculpa... ¿Se ha fijado una fecha para la boda ya? -Me temo que no, Conde. ¿Alguna propuesta?

    —Pienso que lo mejor sería lo más pronto posible. El tiempo apremia, y no está la vida comprada— el hombre de elegante estirpe habló con vehemencia, y sacó la sonrisa de la joven de mirada carmesí.

    Sesshômaru parecía ausente, ya que mientras menos escuchara la conversación, evitaría el enfado que podría salir en cualquier momento...
    ... ganas no le faltaban, pero el mundo de alta sociedad era una cárcel invisible.

    Algo terrible, para un hombre que no soporta se le mande en nada.

    — ¡Perfecto! ¿Le parece en una semana?

    —Por supuesto —Naraku pareció pensativo por un insignificante momento, pero se recobró más rápido que la misma luz—Ahora, Kagura, hija mía; ¿por qué no te quedas a conversar un poco con tu prometido?

    —Claro que sí, padre. Sólo si a él le place.

    El interpelado estaba a punto de estallar. Por todo lo que le importaba en la vida, no quería casarse.

    —Un honor -se le oyó forzadamente.

    —Por cierto, ¿tu otra hija nos acompañará o se quedará con estos futuros esposos?

    Naraku miró a Kagome. Si le autorizaba a quedarse, quizás podría arrepentirse luego; pero si no la dejaba, ¿podría causar una mala impresión? Y es que en esa época se pensaba tanto antes de hablar...

    —Puedes quedarte, pero nada de interrupciones—susurró con un tono un tanto hostil, mientras que ella solo sentía un escalofrío por la espalda.

    El trío quedó solo, ambas personas de edad mayor a ellos se retiraron, mientras que la figura gracil de Kagura ignoró olímpicamente a su hermana y tomó con osadía el brazo de Sesshômaru para conducirle a sentarse con ella.

    —No me toque—habló el de mirada ambarina sin mayor expresión en su rostro.


    Kagome estaba muy segura de lo que le había dicho aquel hombre serio. Sin embargo, su hermana la había ignorado y ¿acaso no era una falta de respeto? -Perdone a mi hermana, señor Sesshômaru. Ese es su nombre, ¿cierto? -Así es. A cada momento que pasaba, la hermana de ojos como rubíes se irritaba aún más. Su hermana estaba conversando con su prometido y aquello no era de su agrado.

    —Cuidado con calentar demasiado tu lengua, querida, ¿no te ha mencionado mi padre que, a veces, babeas? —Dijo en un tono aparentemente cariñoso y comprensivo— Por tu propio bien, mi dulce hermanita.

    Roja por la vergüenza, sabía que eso era una clara evidencia de querer irritarla, y sabía que podía explotar. Se conocía a ella misma, y tampoco
    quería causar una mal impresión, pero la sangre se subía con destreza a la cabeza, y le causaba una gran irritabilidad.

    Una pequeña mueca se vio en su rostro, y el joven elitista de cabellos plateados prestaba atención a pesar que fingía estar en otro mundo.

    —Silénciate—dejó escapar la boca de Kagome en un intento de privarse de las emociones eufóricas.

    —Bueno, mi instinto es sólo el de protegerte como debe protegerse a una hermana. ¿Usted qué opina? —Preguntó dulcemente, dirigiéndose al demonio. -Yo no soy quien para opinar, no tengo hermanos

    —¿Ya lo ves, Kagome?

    —Claramente. Pero, Kagura; que yo recuerde, no tengo tal conducta. Kagura respiró hondo y le tocó el hombro a su hermana—Siempre estás tan distraída... Quizás no te des cuenta. ¡Por eso siempre te caías! —Se dirigió a él de cabellos plateados, cómicamente-. No será muy buena para concebir con tantas caídas.

    —¡Ya! —gritó perdiendo la paciencia- Eso no le importa a tu prometido, deja de decir esas cosas.

    —Una dama no debe alzar la voz-prosiguió Kagura con una sonrisa cínica-Lo siento ¡Sesshômaru! qué penosa situación observa, pero ella es una ovejita negra.

    Una mirada fría se posó en ella ¿acaso le había tuteado? ¿qué pensaba esa mujer?

    —Y una dama no tutea a su prometido, ni en el primer encuentro -acertó con cierto resentimiento la joven.

    Sesshômaru quería pensar que estaba viviendo un infierno, mas no era del todo verdad. Su situación general lo era; pero, hasta éso, era bastante entretenida. Él era una persona analítica y observadora, aunque poco comunicativa.

    Observaba el contraste entre las dos hermanas. Tanto su aspecto como su comportamiento no eran parecidos. Y sí, ambas poseían un cabello negro y brillante, ambas lucían una tez blanca impecable. Pero el cabello de Kagura era muy lacio comparado con el de la otra joven, al igual que los ojos azules profundo de la segunda cortaban con los ojos de su hermana.

    Ahora que lo pensaba, Kagome no se parecía en nada a su padre, ¡incluso las ondas de su cabello eran diferentes! Por un instante, tuvo curiosidad por la madre de las muchachas.

    De pronto, volvió a la realidad.

    —Lo lamento, disculpe usted—mencionó Kagura con hipocresía hacia su prometido. Los ojos fulminantes de ella miraban en dirección a Kagome que, con la mirada nada relajada, hacia presente de su verdadero ser.

    Sin Naraku observando, era como quitarse el mundo de encima.

    —¿Se le ofrece algo? —preguntó Kagome queriendo quitarse un momento de la incómoda situación, no sabía si su padre la había dejado cuidando como un perro lo que hacían, o podía irse de ahí. Kagura podría decir cualquier otra cosa sin pensar en sus sentimientos.

    —No—respondió cortante el noble.

    Mal... no había sucedido. Se quedaría hasta quién sabe qué hora.

    Sintiéndose incómoda e incapaz de salir de tal situación, concibió un último intento por escapar.

    —Bueno, al parecer tienen que discutir muchos asuntos sobre su casamiento... Lo mejor será que me retire. Lamento las molestias, lord Sesshômaru—inclinó la cabeza hacia el frente.

    —No lo es.

    —¡Ah, pero qué amable eres, Sesshômaru! Nunca me había topado con un noble tan cortés y "piadoso" como usted. Gracias por comprender a mi hermanita—sonrió elegantemente mientras intentaba tocarle el brazo suave y lentamente, quizás esta vez tendría un mejor resultado.

    —Te dije que no me tocaras—volvió a decir a la mujer que una vez más, osaba en pretender ser más cercana a él.

    —Pensé lo había dicho porque estaba mi hermana—explicó con sutileza la dama.

    —No—respondió cortante.

    Qué difícil la tenía, parecía tan imperturbable, tan... carente de sangre en las venas. Cualquiera ya estaría aprovechándose de la oportuna soledad.

    Y cómo le daba rabia que, justamente, Sesshômaru no entrara en esa categoría.

    Continuará...
     
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    Artemisa

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    ¡Lo amo!

    Por cierto, repetiste dos veces el mismo párrafo:
    Y éste iba junto...
    Una vez marcado éso, ¡me encantan las intrigas de Naraku! Esperemos que pronto escribamos el que sigue :D

    Adoro como escribimos, ¡somos un gran equipo!, ¿eh?
     
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    Bueno como ya lo remarcaron yo también encontré los mismos errores, de ahí en adelante quedo estupendo y la curiosidad sobre si Kagome es hija de Naraku me esta matando, además ¿porqué el interés de Inu no Taisho de adelantar la boda?, en fin eso se irá resolviendo con el paso del tiempo, espero el próximo. Adiós.
     
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    VANEZITHA

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    Leo
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    jaaaaa..... ni lo estara para ella..:mad:
    Ya quiero saber como se van a dar
    las cosas con Sesshomaru y Kagome ♥
    ya estoy emocionada :p
    Escribe pronto Att:VANEZITHA♥
     
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    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Me encanta, la forma en que escriben las dos, por fin han juntado sus grandiosas ideas en un FF, su forma de escribir es "genialoza" (pues en este momento no se me ocurre otra palabra, porque magnifica, esplendida, maravillosa son palabras muy pequeñas y bueno pues está tiene un lenguaje abierto que utilizaré como cien, es decir, valdrá más de 100) Quiero seguir leyendo, ¿Kagome realmente será hija de Naraku? ¿Qué ocurrira?
    Me han dejado con la intriga y espero me avisen para seguir leyendo ><U
    Adiós.

    Se les quiere y respeta <3


    At: Fer-chan.
     
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  11.  
    Artemisa

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    Y... ¡El tercer capítulo! Que, de nuevo, escribimos Erza y yo.

    Capítulo 3: Intereses Comunes


    Habían pasado ya tres días desde el encuentro de Sesshômaru con su prometida; el cual, cabía destacar, no le había parecido nada placentero. Aspiró con fuerza. Cuatro días y estaría en el altar, frente al obispo y a todos los demás... Repitiendo votos de eterno amor a una insoportable chica.

    Realmente las cosas no podían ser más nefastas, más para la inmensidad del orgullo que cargaba en un cuerpo que parecía no expresar nada, pero que en el fondo, sentía demasiadas cosas... no todas buenas, pero las sentía con una intensidad que nadie creería en él.

    Enarcó una ceja en total disgusto; estaba dejando una ilusión ante las demás personas de una actitud sumisa, aunque nadie habría de esperar lo que venía... Y no, no era un "no" ya a un paso de ligarse a esa mujer horrenda.

    Mientras su ánimo caía y su enojo aumentaba, vio salir a Kagome de la mansión. La joven no sólo portaba un vestido blanco y una media coleta en su cabello, sino también una expresión de ira contenida. La curiosidad distrayéndolo de sus peripecias, lo obligó a acercarse a ella, con el fin de averiguar qué le pasaba. Aunque lo pensó un momento...

    ... Quizás ella pensaría cosas qué no, y lo único que sentía era curiosidad, y nada más.

    Determinado, y con la autoridad y orgullo por delante, se dirigió hacia la joven que fruncía toda la cara y una lágrima seguramente de ira, resbalaba por su mejilla.

    —¿Qué quiere? —dijo con pocos ánimos Kagome sin tratar de perder la cortesía.—¿Qué te pasa?

    —Nada. Por favor, no ocupe sus pensamientos en eso.

    —No lo hago.

    ¡No lo hacía! Primero le preguntaba qué le pasaba y luego parecía que no le importaba. Entre tanta educación y cortesía, a todo el mundo se le hacía difícil ver las emociones de las personas.

    —Bueno, una persona no porta tal expresión sólo porque sí.

    —Mire, en realidad no quisiera hablar de ello. Usted entenderá...

    Él sintió que entendía. Después de todo, a él tampoco le gustaba tocar el tema de su compromiso de no ser estrictamente necesario. Pero había algo más que comenzaba a nacerle en su necia persona. Le nacía pasar más tiempo con la persona que tenía en frente. Nada en particular, pero se dio cuenta de que ella lo distraía... Y eso bastaba. Quería entretenerse.

    La joven miró con inquietud al hombre que estaba frente a ella, sin saber que los planes del mismo eran más parecidos a un juego pequeño, sin mucho desgaste, para reducir la presión mental de su agobiada mente... Y fría actitud.

    —Entonces hable de otra cosa—la oración parecía más en un tono de orden que una simple sugerencia. La joven, rodando los ojos, decidió ignorar el comentario, y escupió lo primero que se le vino a la mente.

    —¿No ha venido a ver a mi hermana? —inquirió de modo menos cortés. Estaba perdiendo los estribos, y su rostro reflejaba ansiedad... no se iba a poner en evidencia ante un ser con altos complejos de élite.
    —Pensé que era usted inteligente, o que por lo menos tendría la suficiente cabeza para hablar de algo que sí le incumbiese a usted.

    — ¡Qué sorpresa, mi lord! Yo supuse que tendría la suficiente educación para pedir en vez de ordenarme que hable, puesto que no soy nada suyo.

    Sesshômaru levantó una ceja. Nadie en su vida le había hablado así, ¿qué demonios le pasaba?

    Y qué curioso que mientras ella lo enfrentase, más curiosidad sentía él.

    —Mis disculpas—dijo forzadamente—¿Podría hablarme de un tema que a usted le interese? Uno que sea lo suficientemente extenso para no caer en otra discusión.
    —Así cambia la cosa—dijo complacida, la verdad es que estaba satisfecha de haber logrado eso de alguien tan prepotente—quizás no haya mucho qué hablar siendo usted un varón y yo una dama que han enseñado a cosas realmente básicas. Por otra parte, me gusta demasiado la naturaleza, y la aventura... cualquier cosa que no sea éste lugar asfixiante. ¿Usted lee? imagino que sí, podría decirme algún título si yo también he leído ese.
    —No se ofenda, señorita, pero lo que yo leo seguramente se le haría aburrido, tedioso.

    —Así debo suponer que usted no lee novelas, ¿me equivoco? —sonrió. Le parecía que su conversación con él no estaba siendo tan fastidiosa como pensó en el momento en el que él se aproximó.

    —Está usted en lo cierto.

    —Ya veo. Pues, ¿qué lee, entonces? Si no suena eso entrometido.

    —Para nada. Mis libros son de Geografía. De este modo, soy capaz de conocer lugares que no he visitado.

    —Pero eso no le quita las ganas a uno de visitar lugares...

    —Exactamente.

    La joven se sorprendió. Realmente no esperaba que le completase la frase.

    —A pesar de las diferencias, el fin que queremos es parecido. Yo quisiera irme de este asqueroso lugar—vaya palabra que había salido de su boca, notaba que estaba dejando salir su lado menos "cortés"—no soporto a nadie de aquí, mi hermana es tan hipócrita que...

    Notó que estaba dejando demasiada información... ¿y si afectaba la relación?
    —Olvide lo último, no debí hablar así de ella—dijo sin estar del todo convencida.
    Aunque al noble le desconcertó un poco oír tal palabra salir de aquella delicada boca, decidió omitirlo.
    —Y ¿se puede saber hacia dónde dirige sus pensamientos usted si no es aquí?
    —A cualquier lugar el cual no sea en el que resido actualmente, lord Sesshômaru.
    —Ahora estoy convencido que nuestros intereses son similares.
    —Quizás sea así—rió ella.

    Y Sesshômaru se preocupó al percatarse de que había estado fijándose mucho en su sonrisa.
    Ahora que se percataba de muchas cosas, la joven que no carecía de inteligencia, notó la información que había dejado escapar.

    —¿No quiere desposar a mi hermana? —inquirió con sutileza, quizás no le respondiera, pues su mirada se tornó distinta.
    Ahora estaba de nuevo la frivolidad en su mirada, y ella había notado que con el pasar de la plática, había dejado de ser tensa.
    —¿Eso marca alguna diferencia en lo que vaya yo a hacer?
    —Pues... Quizás.
    —Señorita, creo que debe despertar y ver lo que es su realidad. Piénselo, algún día le escogerán a usted un esposo, que le guste o no, pero que le convendrá a su padre.
    —No es así. A mi padre le importo tan poco que no va a molestarse en encontrarme un marido rico como a mi hermana, que al parecer es lo único que le importa.

    De pronto, cubrió su boca. Su frustración la había hecho pronunciar palabras que tal vez habrían ofendido al lord.

    —Es usted muy osada en hablar así, admirable para ser mujer—devolvió en cierta parte la ofensa con ese comentario... que no iba alejado de su pensamiento—puede considerarlo como una ventaja, pero a mí nadie me obligará a nada. Naraku está muy equivocado si me piensa utilizar como una marioneta.

    —Mi hermana es insoportable, espero, aunque sea un vago intento ilusorio, no tenga que casarse
    Sesshômaru hizo un pequeño ademán con la mano... no supo Kagome que había querido decir, sin embargo, ahora que le analizaba, la expresión del mismo no cambiaba mucho. Una línea recta era su boca, que ni sonreía, ni se lamentaba.

    Su sinceridad es fastidiosa para su padre, lo he notado-dijo después de un rato.

    Era verdad, después de todo, la sinceridad era algo que debía ocultarse en una sociedad llena de apariencias.

    Pero, extrañamente, algo hacía que ellos no contuvieran la sinceridad.
     
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    Blood Dupre

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    Al parecer Sesshomaru y Kagome pueden tener un conversación extensa en la cual descubren muchas cosas en especial Kagome quien diría que hablara tan mal de su padre y hermana aunque en cierto punto es comprensible porque ellos la maltratan o al menos eso creo, mi pregunta es ¿Sesshomaru hará algo para detener el compromiso?, ¿porqué Kagome se ve tan ansiosa por escuchar la decisión de Sesshomaru?, tantas preguntas y pocas respuestas, en fin les quedo increíble y espero el próximo capítulo. Adiós.
     
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  13.  
    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

    Escorpión
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    OMG Me he estado perdiendo de este maravilloso fanfic, que bueno que te animaste a hacer uno, está chulísimo, me encanta que lo ambientaras en la epoca victoriana, me gusta mucho esa epoca. El fic está maravilloso y como manejas las personalidades es genial, esto me parece a cenicienta y su fea-ella hermanastra, Kagura es un personaje que amo, solo en la serie, ya en estos fanfics es otra cosa, huy pero que presumida y ese tonto de Naracu, cómo se atreve a tratar a Kagome así, solo espero y no se le ocurra hacerle algo malo, de seguro y él es su padrasto, ahora es el malvado padrasto, XD.

    Me necanta como vas llevando la relación entre Sesshomaru y Kagome y la forma de ser d este, mas frío que de costumbre, siento que muy pronto se convertira en el peor de los dolores de cabeza de su padre Inu No Taisho, ya quiero ver qué pasará y cómo s esafará de ese compromiso, para casarse, por supuesto, con Kagome, espero la próxima conti con ansias, bey.
     
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  14.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Awwww /Fangirl.
    OMG, me encanto el capítulo. Me encantan sus personalidades, (más en Naraku y Sexymaru :L) Un Sesshomaru tan maravillosamente frío, y una Kagome tan kawaii, su relación me gusta, rara pero encantadoramente bella. ¿Qué acción tendrá Sesshomaru sobre el compromiso? ¿Acaso ustedes dos no merecen un gran reconocimiento por su escritura? (Shi *-----*)
    Espero leer el siguiente capítulo. ¿Me pueden avisar si? Quiero saber que sucederá :L
    Adiós y buen día.
    At: Fer-chan.
     
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  15.  
    Tomoee

    Tomoee Elfases de los bosqueses Espectroses Comentarista destacado

    Virgo
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    EvaBeatrice, Surisesshy, Fernandha, muchas gracias por sus comentarios, y el "me gusta" que brindan :)

    Lamentamos haber tardado, pero no hubo oportunidad de escribir, y como hemos dicho, cada capítulo lo hacemos juntas, así que no es que cada quien escriba uno sí, y uno no, sino que son en total compañía, por lo que a veces no nos encontrábamos al msn y asdf xD Gracias por su espera, y bueno, haber si les agrada la continuación, a veces creo que me pongo fumada por la noches... xD
     
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  16.  
    Tomoee

    Tomoee Elfases de los bosqueses Espectroses Comentarista destacado

    Virgo
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    Época de Amor en Discordia [Sesshômaru x Kagome]
    Total de capítulos:
    3
     
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    Capítulo cuatro: Un beso para una chica agradable.​

    A dos escasos días de la boda de la señorita Kagura y el lord Sesshômaru, todo parecía pintar en perfecto orden. Las invitaciones habían sido enviadas, sería una boda grande a la que incluso asistirían los propios monarcas del país.

    Al vestido de novia le faltaba poco para que fuese terminado, la novia estaba que no cabía en sí de la emoción... Y el novio estaba que no cabía en sí de la frustración.

    La hermana, a mínimos instantes de haber sido regañada por su padre, se paseaba por los pasillos, ya que no quería ver ni en pintura a su hermana... se estaba volviendo cada vez más altanera y pesada conforme se acercaba el día de la boda.
    Hablaba de tantas cosas... lo que haría, lo que pasaría, y que seguro al instante tendría un heredero. Qué ideas.

    ¿Y por qué le importaba? Ah, ahí estaba el detalle. ¿Desde cuándo se había evitado una conversación para no oír hablar de hijos? Kagome estaba segura de que algo andaba mal en ella, pero no sabía qué. O, mejor dicho, no quería pensar en qué.

    —Tendremos una docena de niños—decía la hermana mayor aferrándose al brazo de su prometido— He oído que a tu familia le gustaría una gran descendencia.

    Sesshômaru gruñó, irremediablemente esa mujer estaba loca... muy loca, y era de lo más empalagosa y falsa posible. No contestó nada, sólo movió los hombros con indiferencia.

    Que siguiera soñando la presuntuosa princesa.

    Kagome escuchó eso, ya que la puerta seguía abierta, y se encontraba perdida en el pasillo. Había seguridad, y no la dejaban pasar a otros lados del castillo.

    Compadecía al pobre, la verdad no quería tener que emparentar con él... al menos no por el fastidio de su hermana, que no le importaba otra cosa que el buen apellido, y lo que "papi" decía...

    ... solo si le convenía, era tan hipócrita, que no se atrevía a decirle que detestaba que la mangonearan.

    —Oh, santo cielo, ¿podrías dejar de hablar de todos los hijos que tendrán, Kagura? No haces más que pensar en...

    Kagome, repentinamente, se calló. ¿Qué había dicho? El conde Inu no Taisho y Naraku estaban presentes en la conversación. Se le había escapado. Siempre había sido una chica fuera de lo común, con una libertad para hablar que podría clasificarse como masculina.

    Pero esta vez se había excedido. Y lo notaba aún más, porque ahora aquel hombre de cabello negro y ondulado no la había fulminado con la mirada como otras veces... Sino que avanzó hacia ella a zancadas y le dio una tremenda y dolorosa bofetada.

    Contuvo las lágrimas... no de tristeza, sino de coraje, de no poder decir nada, o regresar la ofensa.

    Mantuvo el silencio.

    —Oh, no es que me meta—interfirió Inu no Taisho—es sólo que entienda que a veces es común un desliz... seguro la joven ya se siente ofuscada en esta habitación.

    —Vete—reprendió Naraku murmurándole a su hija.

    Ella salió haciendo una pequeña reverencia... soltó unas lágrimas cuando ya nadie la veía.

    Inu no Taisho respiró hondo, dada la tensión que presentaba la situación. De pronto, se percató de que su hijo estaba de pie y su mirada se perdía en la puerta por la que la muchacha había salido.

    —¿Qué pasa, hijo?, ¿oíste algo? —Lo miró y se dio cuenta de que algo andaba mal con él, mas quiso encubrirlo. Ya hablaría con él más tarde.

    —Creí haber oído carruajes —mintió y agradeció a su padre...internamente.

    —Oh, seguramente ya han traído mi hermoso vestido—sonrió Kagura.

    Sesshômaru rodó los ojos. Esa mujer no pensaba en nada más que no fuera ella, y su ridícula boda.

    Sin darse a notar, y entre la distracción de ella al estarse maquillando, se escabulló por la puerta sin mayor atención... después de todo un hombre tenía libertad de salirse de las habitaciones como le placiera.

    Encontró a Kagome mirando con furia la ventana, cosa que de cierta manera, le había agradado

    Se acercó lentamente, como si quisiera pasar desapercibido. Pronto estuvo detrás de ella. Ciertamente, no tenía la más mínima idea de cómo actuar... Y era cierto que nunca se había sentido así. ¿Así, cómo? No lo sabía. Se sorprendió al darse cuenta de lo ignorante que era frente a las emociones.

    No tuvo más que tocarle el hombro. Ella volteó con una expresión de sorpresa e incredulidad.

    —¿Qué pasa, qué haces aquí? —Dijo en un tono suave y tranquilo, pero triste y aún con rastros de furia.

    —No lo sé.

    En cierta forma llegó como caído del cielo; se sentía cómoda con su compañía, es más, el silencio que a veces proporcionaba era relajante, claro que después de escuchar a su hermana la urraca todo el día, lo más preciado eran los momentos de paz.

    —Gracias—murmuró sin querer.

    Él no supo qué hacer ¿por qué le agradecía? qué molestia era tener qué saber de sentimientos que comenzaban a nacer.

    El silencio fue pacífico y relajante, al mismo tiempo que incómodo.

    Y, sin saber porqué, o cómo... Sucedió algo que él habría jurado que fue involuntario.

    Después de que los segundos pasasen como si fueran horas, él la miró y él también.

    No había explicación alguna para el beso que el lord le dio a Kagome en ese momento, no la había.

    Kagome se separó estupefacta ¿qué pasó? es decir, fue un beso tan fugaz, que apenas le dio tiempo para sopesar la idea.

    —¿Usted? —inquirió esperando una razón.

    —No digas nada-sentenció firme, carente de otra emoción-es mejor olvidar tus quejas, eres interesante.

    ¿Interesante? en su mente cruzó la idea que le veía cara de libro
    —Disculpe, pero no puede besar a una persona, especialmente a la hermana de su prometida... ¡Sólo porque la considera interesante! - ¿Qué creía él?, ¿que iba a jugar con ella? Ni en sueños.

    La cara de incredulidad de Sesshômaru se encontraba presente y muy notable para ser él. ¿Qué explicación le daba?, ¿qué explicación se daría el mismo? No quiso pensar en ese momento, pues sabría que se perdería.

    —Tú hermana no me interesa en lo más mínimo-dijo sin mayor consideración.

    Era la verdad, seguro ya se había dado cuenta ¿para qué fingir si solo estaban los dos solos?

    —Entonces cancele su compromiso—dijo ella enrojecida hasta las mejillas.

    —No me casaré—desde el día en que le habían dicho, ya tenía esa idea en mente... él solo jugaba, pero tenía la última palabra.

    Qué desdicha, unirse a un ser tan insoportable, él no era hombre de ataduras

    — ¿Qué pasará con vuestro padre?

    —Mi padre debe respetar lo que yo decida.

    — ¡Pero van a casarse pasado mañana! —Susurró, pero con tono de alarma.

    —O eso se supone.

    —Pero Su Majestad vendrá a la boda—sonó mortificada.

    Sesshômaru no recordaba la asistencia de la reina, se alteró.
    Ignoraba cómo quedaría en frente de ella. ¿Lo arrestaría, qué diablos pasaría?

    — ¿Por qué me besó? —preguntó de pronto ella.

    Él mantuvo la calma una vez recobrada, y su temperamento un poco impulsivo, y caprichoso aunque disfrazaba lo contrario, hizo salir de su boca palabras arrogantes:

    —Porque quise—respondió sin mayor inmutación—eres... —dudó en decir las palabras, pero recordaba lo que había aprendido, entre la cortesía y la verdad. Bufó un instante—agradable.

    Kagome casi se ahogaba. Esperaba oír, quizás la palabra atractiva, u otra cosa más entendible.

    A cuántas consideraría agradables…

    Continuará…
     
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  17.  
    Blood Dupre

    Blood Dupre Usuario VIP

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    Me encanto la continuación, fue tan interesante, aunque creo que Sesshomaru se equivoco al decirle a Kagome, porque como ya ha dicho ella a cuantas no se los ha dicho, pero obviamente creo que ella es la primera, otra cosa que me dio gracia fue lo siguiente:

    Kagura fingiendo emoción y Sesshomaru sintiendo frustración, en fin espero el próximo. Adiós.
     
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  18.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Y la escritura de ustedes es tan, pero tan extraordinaria. No cabe duda que tienen una verdadera facilidad para esto (a mí parecer).
    xD ¿Atractiva? :L Tiene mucha confianza de si misma xD
    Esperaré el siguiente capítulo. Y no importa cuánto tarden, simplemente que lo continúen C:
    Adiós.
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  19.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

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    Hola acabo de terminar de leer su ff y no me he quedado con las ganas de decirle cuanta facinacion me ha llevado a sertir su ff, esta genial, me ha atrapado desde los primeros parrafos, apenas hoy lo lei jejeje y no me quede con las ganas, han echo un buen trabajo las dos, no cabe duda que son buenas, pues espero el siguiente capitulo con ancias, y si no es mucha molestia podrian avisarme, ya que tiendo a olvidar cosas jejejeje, pero en fin, espero me aepten como seguidora de su ff.

    antes de despedirme, me ha encantado este ultimo capitulo, ese beso no me lo esperaba y al igual que Kagome pense que le diria algo mas romantico no esa frase jejeje, pero en fin, les deseo lo mejor, nos estamos escribiendo.

    inariamy .
     
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  20.  
    Artemisa

    Artemisa Usuario VIP

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    For the love of God!! Sé que tardamos mucho en escribir otro capítulo, pero tanto Jeile como yo teníamos cosas que hacer. Espero no se hayan olvidado de nuestro fanfic. Aquí les traemos la continuación.


    CAPÍTULO CINCO: Vísperas

    Sesshômaru inhaló cortadamente, aún conservando su característico gesto indiferente. Había cerrado la puerta tras de sí, dejando terriblemente confundida — ¿y quizás ofendida? — a la joven que recientemente había besado. Ni él mismo sabía qué demonios le ocurría.

    Y el ambiente era cada vez peor, sobre todo para tan soberbia forma de ser, en el momento en que la desagradable figura de Naraku hizo aparición ante sus ambarinos ojos.

    El fastidio no se ocultó del rostro indiferente del altivo joven, esperando sólo el momento en que este pasara de largo.

    Mas no fue así.

    —Sesshômaru —pronunció el padre de su prometida, notando la no bienvenida expresión del demonio. Él sólo asintió con la cabeza y lo miró, como interrogándolo.

    — Estaba buscándote.

    — Aquí es donde me encuentro —dijo, como si fuese obvio. Y verdaderamente lo era, ¡qué estupideces decían las personas sólo por hacer la plática!

    — Ya lo noté.

    Corroborado. No había mucho qué decir.

    El fastidio era evidente, y comenzaba a formarse por parte de Naraku, también. Comenzaba a predecir malas intenciones de parte del joven... Aunque las suyas propias no fuesen las mejores.

    — ¿Puedo servirle de algo? —Preguntó Sesshômaru, muy a su pesar.

    — Claro que sí. Hablemos de mi hija, Kagura.

    — ¿Qué hay que hablar? —inquirió tratando de zanjar el tema de una vez por todas

    — Muchas cosas, los tiempos se vienen encima, y bueno, quisiera saber si piensas vivir con ella en tu hogar o en algún otro sitio.

    Sesshômaru con expresión de enfado, meditó en qué responder, ya que si quiera la opción de vivir junto a una fastidiosa mujer estaba en su plan de vida. Y ella, que no paraba de alardear como una urraca sin control.

    — No sé aún—respondió cortante. No se le daba la hipocresía de su parte.

    — Ya veo, sin embargo ¿qué hacía usted con Kagome? —preguntó mostrando el verdadero tema que quería sacar.

    El youkai se quedó mudo. No le iba a explicar al "muy querido señor" que había besado a su hija menor sólo porque sí.

    — Conversaba—le dijo, no sabiendo qué más podría contestar—. Su hija es, ciertamente, hábil para hablar.

    — Yo me referiría a ella como elocuente y descuidada.

    El caballero de ojos ámbar se limitó a levantar una de sus cejas.

    ¿Tendría algo en su contra? Quizás, sabía bien, en su mente, que el señor ahí presente tenía algo lúgubre en su persona.

    No era algo que se ocultara a simple vista, era toda un aura que le rodeaba que bien, no pasaba desapercibida ante sus sentidos.

    — Difiero de eso—sentenció, dejando claro su postura de tener razón.

    — ¿Conque eso hace? —Sonaba irritado—. No se confíe con ella, mi hija es engañosa y puede parecer inteligente, pero nada de lo que dice tiene coherencia. No debería interesarle.

    — No debería —repitió, dándose cuenta del peso de esa frase.

    — Lo dice como si fuese lo contrario —insinuó.

    —Toma todo muy personal—espetó mostrando más de su impetuoso carácter que salía a relucir.

    El joven aristócrata se volteó tratando de ignorar las cosas. Él no podía pensar las cosas ahora con claridad, y su fastidio se iba notando cada vez más, y empezaba a ser una verdadera molestia para él mismo.

    — No importa, olvídese de mi inútil hija —Sesshômaru frunció el ceño, como en automático—. Su padre y yo hemos estado discutiendo la fecha de la boda. Puesto que los preparativos están dándose de maravilla, a lo mucho demoraremos una semana. ¿Qué le parece, joven?

    Sesshômaru se limitó a no responder, ya que sentía que algo explosivo de su ira quedaría demostrado en la cara de aquel detestable ser.

    Naraku, que no tenía un pelo de tonto, se daba cuenta de la molestia de aquél creído ser, sin embargo, hacía como que nada pasaba, ya que los sentimientos de aquella persona, le tenían sin cuidado.

    Con gráciles movimientos, el hombre de cabellera negra se alejó poco a poco, dejando a un colérico yôkai en medio del jardín.

    Casi, como por coincidencia, la puerta se abrió, dejando ver a la segunda hija del cruel señor. Kagome buscó la mirada del demonio y se puso una mano en la nuca, clara señal de pena y vergüenza.

    — Uh... —Se mordió el labio inferior—. Lo siento, por mi padre. Sé que él no puede ser muy, eh...

    Sesshômaru inclinó la cabeza hacia un lado. De pronto, su mente viajó hasta los acontecimientos que habían sucedido hace unos minutos, entre él y esa interesante joven.

    — Ehm... ¿Qué te dijo, si puedo osar preguntar? —Al oír esto, el interpelado fue sacado brutalmente de sus pensamientos.

    Sesshômaru pensó en ser rápido, y conciso, repetir cosas tan fastidiosas era estúpido.

    — Lo de la boda —se limitó a decir dejando el tema por completo— no quiero que toquen ese ridículo tema.

    Kagome tragó saliva, ya que hablar con él parecía fácil y complicado a la vez, ya que tenía tantas cosas en mente, que no sabía qué cosas no le molestarían.

    ¿Por qué las personas no venían con un manual de usuario? Ah sí, porque nadie los lee.

    — Bueno, sería más ridículo que no lo informasen sobre el tema, ¿no cree?

    La respuesta de él pareció ser una mirada para nada reconfortante, y entonces Kagome deseó no haber hablado en ese momento.

    — Con permiso —musitó, muy bajo. Luego, hizo una leve reverencia y se fue.

    Sesshômaru emitió un ruido frustrado, mientras la veía alejarse. ¿Qué demonios le estaba pasando? Se reprimió por albergar abstracciones inútiles en su mente.

    Cuando pensó que ese día, definitivamente, no era el suyo, divisó a su prometida, acercándosele.

    ¿Por qué el destino elegía jugar con él de tal manera?

    — ¿Qué haces? —inquirió la joven de mirada rojiza, mientras notaba el perfume característico de su hermana.

    — Ya dije que no me hables así —respondió con cara de pocos amigos, a lo que Kagura frunció los labios, más no dijo nada.

    — Ya qué —musitó por lo bajo mientras buscaba qué decir. — ¿Ya le dijo mi papá lo de la boda?

    Y ahí estaba ¿que nadie sabía otro jodido tema? Ante tal cosa, se fue sin mayor fijación en la grosería que representaba aquella acción. Kagura encendió sus mejillas del rojo de sus ojos, y se fue sumamente irritada...

    — Mi estúpida hermana—susurró. Furia en su faz, corrió en busca de su "tan querida pariente". Lo que fuese que estuviese haciendo con su prometido, ella lo detendría de una vez por todas.
    Caminó y caminó... Incluso corrió, desesperada y enojada. Kagome no aparecía en ninguna parte.

    Dándose por vencida y muy cansada, tomó asiento en una de las bancas del jardín. Suspiró.

    — Hija mía —se oyó una voz—. ¿Qué pasa? Kagura no emitió ni una palabra. Su padre le tocó un hombro con su mano, incitándola a hablar.

    — Kagome, padre. Siento que intenta seducir a Sesshômaru.

    — Hija, hija. ¿Acaso crees capaz a tu insignificante hermana de tal acto?

    — No—respondió con total seguridad— pero sus intentos me fastidian, además que Sesshômaru es... —pensó, antes de decir algo— quiero casarme con él, pero tiene un carácter horrible, realmente.

    —No pienses en eso, sino lo que tendrás —incitó Naraku para que eso fuera lo de menos.

    Y es que Kagura de verdad estaba siendo salvada, ya que tener a alguien como aquél yôkai el resto de su vida, no sería fácil, pues no era hombre que se dejara dominar, y por sobre todo, que gustaba demasiado de la libertad de espíritu.

    Y la noche cayó, pesada para todos. Incluso para Inu no Taisho, quien había estado preocupado por la conducta de su hijo. Decidió darle una breve visita. Recorrió pocos pasillos antes de llegar a la habitación donde, temporalmente, residía Sesshômaru.

    — Hijo, hablemos un momento —declaró, golpeando suavemente la puerta. Esta última se abrió.

    — ¿Tú también vienes a hablarme de la boda? —Le reclamó su primogénito, antes de que él pudiese decir cualquier otra cosa.

    — No, Sesshômaru. Al menos, no específicamente. Has estado actuando muy agresivamente... Incluso hay rumores entre los sirvientes; de que dejaste a Kagura sola.

    — Yo sé lo que hago, padre —dijo, entre dientes.

    — Pero no es el modo de comportarte con quién será tu esposa —recriminó Sesshômaru.

    — Eso fue asunto tuyo, yo no escogí a nadie —hizo énfasis en esta última palabra, mientras que su papá, miraba a lo lejos... y sabía que sería un gran problema

    — Sabes que es lo mejor, hijo —dijo, tratando de ser comprensivo.

    — Lo mejor para ti. Ahora, lárgate.

    — ¡No te atrevas a hablarme a...! —Inu no Taisho no pudo terminar de reprenderlo, puesto que este ya le había cerrado la puerta en las narices. Pensó en calmarse.— Mañana será otro día —susurró para sí mismo el padre del liberal youkai.

    Sesshômaru pensaba en lo que debía hacer, ya que estaba definido el no casarse, mas el cómo librarse estaba en duda... no tenía el mínimo sentido de compasión en el momento, así que incluso podría tener un poco de violencia en caso necesario.

    La imagen de Kagome se cruzó por su mente, y se reprochó así mismo por estar pensando en cosas tan triviales en casos como éstos.

    Pero quizás ella pudiera ser un factor clave, y sin duda, hasta le agradecería si le sacara de aquella prisión.

    En otra recámara, una chica de cabellos negros intentaba conciliar el sueño sin mucho éxito. Su mente daba vueltas en círculos en torno a cierto noble. Su hermana la despreciaba, su padre la odiaba y él... Con él se sentía como si no tuviese que ser nadie más que ella misma. A veces se le pasaba por la cabeza que quería escapar, lejos de su familia... Y tener a alguien como Sesshômaru a su lado, con quien siempre podría conversar.

    —Qué tonterías —se reprendió, mientras el sueño, al fin la reclamaba en presencia.

    Continuará...
     
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