Contenido oculto: Portada. Sinopsis. Todo nació desde el punto en el que había charlado con un amigo de un tema emotivo, del cual mi cabeza loca buscaba un modo de animarlo. Y como no es de sorprenderse, está extravagante mente dijo una frase épica y llena de nostalgia: "Yo soy como un puffle, una amiga colorida, divertida que estará allí para ti siempre que pueda y si no la cuidas se escapa tras la primera cosa brillante e interesante que vea." Fue así como nació, una nueva idea para escribir una curiosa historia. O bueno podría ser más bien, dar respuestas a mis dudas y generar de nuevo esos sentimientos de nostalgia o risas, para qué mentir, siempre algo brota de mi para el que pudiera estar leyendo estas palabras. Entonces fue de allí donde me pregunté varias cosas: ¿Cómo sería si yo fuera un puffle? ¿Yo siendo un puffle? Y aunque no quisiera decir que soy especial de forma altanera, podría decirse que un color no podría definirme porque... Para mí cada color representa una actitud, una emoción y sentimiento. Por lo que podría decirse que sería una de las muchas puffle multicolores que hubiera en el mundo. Al menos la primera de la primera generación. Porque espero, que tu... Si tu, la persona que está leyendo esta intro, se anime a probar y dejar que el resto te conozca en un caso hipotético y fantasioso de ser un puffle multicolor, lleno de emociones. Porque... Cada persona es mundo diferente, y para cada puffle hay muchos colores y formas. ¿Cuál eres tu? ¿Te definiría por un mismo color y con sólo una misma actitud y emoción principal? Yo no, no sabría elegir, porque soy un remolino de extravagancia y rareza. Por eso, veamos como me va siendo un puffle. Un puffle, una mascota del club penguins.
Nota de autora, Brunchi: ¿CÓMO SERÍA SI YO FUERA UN PUFFLE ROJO PASIÓN? Descubramos qué puede ocurrir si es que lo soy. Pasión. La pasión tiene muchas formas de presentarse, la mía se demuestra en dos puntos centrales: en el amor y en la relación activa. Podría decirse que no soy una puffle muy tranquila, ni que aveces tuviera instinto de autoconservación,lo digo porque tener un amorío con el Puffle red bordó, con carácter de enojo no siempre es bueno. Soy un puffle de cabello extraño tengo un flequillo largo tapando mi lado derecho del ojo, en un principio mi modo normal y tranquila se manifiesta de un color violeta casi lavanda, pero en cuanto siento otras cosas hacia otros puffle's, mi color cambia a otro. Y cuando un puffle de color rojo llega a mi, me encanta su personalidad ruda, su forma sexy de mirar o su acento peculiar por tener un dueño extranjero... Puedo decir que me vuelvo loca. Con decir que en cuanto lo vi, no medí mi fuerza y siendo un bola de color rojo pasión, como bala arrojándose directamente a su presa favorita no fue la mejor opción. Más si el objetivo fue un puffle rojo bordo. Porque justamente estos son los más fuckboys del mundo de los puffle's justamente porque ellos son criados por humanos que se creen fuckboys. La situación fue así: Una puffle de color lavanda iba por la calle del parque de la ciudad, estábamos en invierno por no que me había perdido de mi dueño, pero eso era normal, si alguien se descuida me pierdo por alguna cosa que llame mi atención. En fin, vi a un puffle de color rojo saltando una y otra vez enfrente de un lugar que parecía ser un gimnasio para los humanos, parecía estar muy entretenido por lo que me iba a acercando pero en cuanto una rata cruzó por el camino, me empujó y salí rodando hasta empujarlo un poco, al ser unas bolitas peludas no era de extrañarse que sin querer en un rebote lo estampara contra la vidriera. El cambio de clima se sintió en el ambiente, tragando saliva pedí disculpas, al cielo, a mi dueño y por sobre todo al alma del puffle de enojo. Porque si, sabía que era enojo porque ya su ceja daba tic. —¿¡Que mierda te pasa?! No soy ningún tapete para arrollar. —... L-lo siento... Fue la rata. —No me quieras cara de idiota, eres tu la que me esta arrinconado.. —su voz era ronca, sexy y el acento parecía ser italiano. Claramente solo entre puffle's el idioma parecía ser entendido como el español, pero para los humanos, creo que se podría sólo escuchar garabatos de sonidos adorables, aunque en este caso un puffle rojo oscuro con cara de mala leche y enfadado mientras que para mí mala suerte podría decirse que era la que más temblaba. No sabía cómo salvarme de la situación, hasta que el viento nos sacudió, al contrario le removió el cabello normal y común de varios tentáculos cortos de cabello, mientras que para mí... Solo me dio más frío. Había olvidado la bufanda. —T-tengo frío. —¿Me ves cara de estufa? ¡¿Apártate?! Por un momento su pregunta hizo volar mi imaginación, por lo que, sin remediar ni aguantar mi impulsividad, lo lami con mi lengua saltuna y larga. —Si. Estas tibio. Y delicioso. El puffle rojo bordó quedó en shock, y sólo lo escuché vibrar con mucho enojo, parecía. Pero solo llegué a escuchar. —S-si estabas caliente solo me decías, maldita pasión. Después de todo, aunque no lo creías los puffle's de enojo, eran tímidos al tener una reacción bastante tardía. Porque no todos los machos diferenciarían las emociones por los colores. Y la pasión no es fácil de ocultar. Y fue así como, conocí a un tóxico enojo, pero muy candente de encender. Me dio el calor, y un nuevo hogar. Al menos temporal hasta que durase mi color rojo pasión. Fin.
