Comedia ¿Vacaciones?

Tema en 'Relatos' iniciado por Dark RS, 27 Mayo 2020.

  1.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Pluma de
    Escritor
    Título:
    ¿Vacaciones?
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1728

    ¿Vacaciones?



    Una pareja de jóvenes novios pasan sus primeras vacaciones lejos de casa. Sus nombres son Alice y Magnus. Alquilan una de las cabañas en la playa, que un lujoso hotel costero ofrece con el fin de darle a los huéspedes una experiencia más tradicional e íntima.


    En cuanto pasan por la puerta de madera, lanzan todas las maletas al suelo y se comienzan a besar apasionadamente. Se guían mutuamente a una de las dos camas individuales. Se acuestan, las caricias por parte de ambos se vuelven cada vez más atrevidas.

    —No puedo creer que te dejaran venir —susurra él al oído de su novia.

    —Ya tengo dieciocho, después de todo —susurra ella, jadeante —. Solo me paré frente a mi madre, la miré a los ojos y, luego de rogarle por una hora, me dejó venir.

    —Fuiste tan rebelde —le dice él, pasando a besarla en el cuello.

    —Soy una chica mala. —Le quita la camiseta a su novio, y le pasa las manos por sus marcados pectorales.


    La puerta se abre, algo entra velozmente y se lanza en medio de ellos, interrumpiéndolos. Se trata de la pequeña prima de Alice, quien cuenta con diez años de edad. Ambos novios se sientan de inmediato. La niña se abraza a su prima, y le dedica una mirada de enojo al chico.

    —Creí que dijiste que teníamos como una hora —reclama en voz baja Alice.

    —La dejé en la dulcería del hotel y le di suficiente dinero como para que cayera en un coma diabético.

    —Bueno —suspira ella, aceptando que no llegarán más lejos —. Perdona en serio, mi madre dijo que si no la traía no podría venir...

    —Ya me lo explicaste como diez veces durante el viaje. No te preocupes.


    Como llegaron casi al anochecer, cenan y luego van a dormir. Con Mana y Alice compartiendo una de las camas, y Magnus en la otra. Para el siguiente día, luego del desayuno, los tres van a la playa. Con el chico vistiendo unas bermudas negras con la silueta de un dragón alargado color verde brillante en los costados. La mayor de la chicas, lleva unas bermudas largas color azul con estampados de flores amarillas y naranjas, una camiseta de tirantes roja y un amplio sombrero de paja. La menor, lleva un traje de baño de una pieza con vuelos color gris oscuro, en el abdomen tiene el dibujo de un cráneo blanco, además de un bolso color rosa con la forma de la cabeza de un conejo, que contrasta mucho con el resto del conjunto gótico.

    —Deberías ir a jugar con Mana un poco —pide Alice, mirando a su prima mientras construye un castillo de arena.

    —Pero si lo hago, no podré ver que no traes nada bajo la camiseta —dice él.

    —Tonto —reprende ella, sonrojada —. Los quiero mucho a ustedes dos, y quisiera que se llevaran mejor.

    —Está bien. Lo intentaré.


    Magnus se acerca a la niña, admirando el castillo.

    —¿Puedo ayudarte? —cuestiona él. Ella asiente —. Veamos, parece que ya lo terminaste, pero podríamos mejorarlo.


    Va en busca de una rama, no más gruesa que un lápiz y no más larga que su pulgar. La usa para esculpir en el castillo.

    —Si hacemos estas líneas así, parecerá que las paredes están hechas de ladrillos. —Ella observa detenidamente lo que él hace —. Luego, hacemos algunos agujeros por aquí, y aquí… y otro más por acá, y tenemos ventanas. Y… Perfecto —toma una concha, la cual coloca frente a la entrada del castillo, a modo de puerta. Luego comienza a cavar una fosa alrededor —. ¿Qué te parece?

    —Le falta algo —señala ella.

    —¿Qué le falta? —cuestiona, buscando qué es lo que pueda faltar.

    —El dragón que lo destruye.


    Mana comienza a patear y pisotear el castillo hasta dejarlo totalmente destruido. Luego corre al lado de su prima, donde le dedica una mirada seria a Magnus.


    Luego del almuerzo, y a petición de Alice, Magnus lleva a Mana a un santuario de vida silvestre que se encuentra a poca distancia del hotel. Compran camisetas blancas con el logo del santuario, las cuales se ponen por encima de la ropa. Lo primero que visitan es el puente desde sobre el cual se pueden ver los caimanes.

    —No sé tú, pero esperaba que fueran de al menos cinco metros de largo —comenta él. A lo que la niña asiente, mirando muy concentrada a los enorme reptiles bajo el puente.


    De ahí pasan a otro puente, esta vez uno colgante, desde donde ven jaguares, cerdos salvajes, dantas, venados, linces y un alce de buen tamaño. Van al serpentario, donde la niña queda especialmente fascinada por la cobra real. Una vez de vuelta en la cabaña, Mana tira al suelo la camiseta comprada en el santuario de vida silvestre y la usa para limpiarse los zapatos.


    Considerando eso un fracaso, Alice pide a su novio que haga un último intento de llevarse bien con su prima. Los envía a cenar juntos, esperando que de esa forma hablen y encuentren que son más parecidos de lo que quieren admitir.


    Cenan en el restaurante del hotel, el cual tiene noche de karaoke. El sitio se siente muy animado, con muchas personas conversando por todas partes. O casi todas partes, porque en la mesa de Magnus y Mana hay un silencio sepulcral. Ambos están bien vestidos; él con camisa blanca, corbata azul oscuro con diseños de calabazas, pantalones negros y zapatos bien lustrados, mientras que la niña viste un vestido largo negro, con vuelos color blanco, una diadema negra y zapatillas oscuras, nuevamente llevando el mismo bolso rosa que en la playa. Las miradas fúricas de la niña contra la seriedad del chico, dan la impresión de que están esperando a suene el reloj de alguna torre para desenfundar las armas y dispararse mutuamente.


    Magnus se comienza a preguntar si alguna vez logrará ganarse la confianza de la pequeña Mana, que cuida celosamente a su prima mayor como si fuera una agresiva gallina cuidando a sus indefensos pollitos. Cuando lo piensa, le hace gracia, ya que las primas se llevan ocho años de diferencia, y desde que las conoce, Mana siempre ha parecido ser la hermana mayor sobreprotectora de Alice. No puede evitar sonreír.

    —No te hagas ideas raras —reprende la pequeña, frunciendo el ceño. No le gusta verlo sonreír de esa forma. Le parece que se burla de ella.

    —No me hago ideas de nada —niega él, divertido.

    —Más te vale. No permitiré que le quites su inocencia a Ali. Tendrás que pasar sobre mi frío cuerpo antes de eso.

    —No me tientes —dice él, sonriendo burlón. Ella se queda mirándolo con el ceño fruncido.


    Sin más ideas, Magnus simplemente está por darse por vencido, o así era hasta que posó su atención en el escenario de karaoke. Como nadie se ha subido aún, no le había prestado atención hasta este momento. En cuanto a cantar se refiere, se puede afirmar que Magnus es un excelente escultor. Aunque por lo menos no es de los que rompen cristal con la voz, por lo que no espera que lo abucheen mucho.


    Sube al escenario, elige la única canción que se sabe. Mueve la cabeza con el ritmo de la canción, esperando el momento de empezar.

    —Cuando un sueño se te muera y entre en coma una ilusión, no lo entierres ni lo llores, resucítalo. Y jamás des por perdida la partida, cree en ti y aunque duelan las heridas, curaraaaaaan.


    Mana sube al escenario casi por inercia, por alguna razón le parece que es divertido cantar, y esa canción si se la sabe. Ella tiene una voz bastante silenciosa, casi como susurros, pero se le entiende bastante bien.

    —Hoy el día a venido a buscarte y la vida huele a besos de jazmín. La mañana está recién bañada, el sol la ha traído a invitarte a vivir.

    —Y verás, queeee tú puedes volar, y que todo lo consigues, y verás que no existe el dolor, hoy te toca ser feliiiiz. —Cantan ambos al unísono.

    —Si las lágrimas te nublan la vista y el corazón, haz un trasvase de agua, al miedo escúpelo —canta únicamente él.

    —Y si crees que en el olvido, se anestesia un mal de amooor, no hay peor remedio que la soledad. Deja entrar en tu alma una brisa que aviente las dudas y alivie tu mal —canta la pequeña.

    —Que la pena se muera de risa, cuando sueño muere es porque se ha hecho real —le toca el turno al chico.

    —Y verás, queeeee tú puedes volar, y que todo lo consigues…. —cantan ambos.


    En este momento, Magnus logra divisar a Alice, la cual se encuentra en la mesa en la que estaban hace unos momentos, aplaudiendo feliz de verlos en el escenario. Terminan la canción y continúan. Solo Magnus y Alice intercambian palabras, con Mana dedicándose a verlos, sin decir nada.


    Para la noche, una fuerte tormenta se desata. La inclemente lluvia cae sobre el techo de madera, relámpagos rugen a cada minuto como si fueran dragones peleando en la lejanía, y el fuerte viento parece querer derribar la cabaña. Magnus intenta conciliar el sueño, cuando siente que alguien se mete en su cama, al principio cree que se trata de Alice, pero luego nota que es Mana. La niña se pega a él, temblorosa, con miedo reflejado en su rostro.

    —¿Tienes miedo? —pregunta al verla así. Ella asiente con timidez —. No te preocupes por nada, es solo una pequeña tormenta —la tranquiliza, mientras le acaricia la cabeza —. Te prometo que no dejaré que nada malo te pase.


    Ella vuelve a asentir, toma toda la cobija y se enrolla por completo con ella, dejando a Magnus sin nada que lo proteja del frío. No tarda mucho en quedarse dormida.

    —¿Lo ves? Te dije que podrían llevarse bien —susurra Alice, llegando a la cama con ellos.

    —No diría que nos llevamos bien, pero al menos no nos mataremos esta noche.

    —Te comparto mi cobija. Creo que los tres podremos dormir bien en una cama. Así la cuidamos juntos.

    —Será un placer. Solo no intentes sobrepasarte mientras duermo —bromea él.

    —Tonto, no digas cosas vergonzosas —reclama, sonrojada —. Descansa.

    —Tú también, mi bella chica.




    Para la actividad Soundtrack. La canción del karaoke es "Hoy Toca Ser Feliz", del Mago de Oz.
     
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    Me iba a ir a dormir pero he visto una historia tuya y venía con la esperanza de una nueva historia de Alice y Magnus y aquí me tienes.

    Me ha recordado un poco a su primera cita, con Mana constantemente interrumpiéndoles y sin dejarles comportarse como una pareja. Choca lo insistente que llega a ser Alice pidiéndole que intente llevarse bien con su prima, no por el hecho de pedírselo sino por dejarle siempre solo con ella para lograrlo. La escena del castillo ha sido muy divertida. Cuando parecía que empezaban a llevarse bien y la estaba dejando alucinada con sus dotes de constructor... ¡zasca! Lo destroza silumando un dragón. ¡Tan divertido!

    Cuando usa la camiseta, claramente un regalo, para limpiar los zapatos me he sentido fatal por Magnus. Ya sabes que tengo debilidad por él. Me alegra que hayan conseguido acercarse con el karaoke y la escena de Mana enrollada en la manta junto a él sintiéndose protegida es muuuuy tierna.

    Por último, la frase final "Será un placer. Solo no intentes sobrepasarte mientras duermo" ¡no sabes lo que he reído! Un broche final perfecto. Por cierto, el bolso que lleva mana rosa y con el dibujo del conejo es el mismo que lleva en su cita con esa chica tan odiosa que era su novia?

    Como siempre la historia es muy divertida, la narración excelente y me tendrás como lectora para todas sus historias. Si ves que alguna vez me salto alguna me avisas. Ichiinou otra de nuestras historias <3
     
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    Dark RS

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    Saludos.

    Primero, gracias por haber leído este escrito.
    En respuesta a la pregunta, es el mismo bolso. Técnicamente no tiene un dibujo de conejo, es un bolso infantil con forma de cabeza de conejo rosa.
     

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